Título: Love is...
Autor: Mery
Pareja: HoSu
Género: Romance, Lemon
Extensión: Oneshot
Resumen: Yunho medita sobre el verdadero significado del amor.
N/T: Es mi primer Fic-Song y primer Lemon (Smut) :3 Inspirado en la canción "Love is" de los Backstreet Boys :D Algunas estrofas fueron omitidas.
Erase una vez, el amor era solo un mito.
Simplemente no era real, no existía.
Hasta el día que llegaste a mi vida.
Y me forzaste a pensar dos veces.
Mis ojos se abren con la melodía que las aves nos regalan por las mañanas. Cálida brisa se cuela por nuestra ventana, haciendo mecer las cortinas en una lenta y constante danza hipnotizante. Rayos del sol llegan hasta nuestro lecho y en mis brazos, estás tú mi amor, mi único sueño.
Tu brazo izquierdo rodea mi cuerpo y tu cabeza descansa en mi cuello. Tus cabellos huelen a lavanda y tu pausada respiración me hace cosquillas. Mi brazo izquierdo yace bajo tu cuerpo, ni si quiera me importa el entumecimiento. Mi mano derecha viaja hasta tu hombro, lentamente delineando tu figura.El toque es suave, pues aún no quiero despertarte. Soy extraño, lo sé, pero quiero disfrutar de este momento, quiero admirarte sin limitaciones y es que sigo sin creer que no sea un sueño. Acaricio tu espalda maravillandome de su textura. La suavidad de tu piel solo te hace más adictivo. Te mueves en tu sueño y mi mano sube hasta tu rostro. Con delicadeza remuevo el flequillo que cubre tus ojos, así puedo contemplarte mejor. Sonrío y muerdo mis labios. La felicidad me supera, la vida me sonríe y no me importa mi destino mientras pueda estar contigo.
No tenía mucho, no era rico.
Tú me hiciste creer que algún día, puedo ser mejor que esto.
Es por eso que hasta este día sigo siendo tu hombre.
Éramos famosos, eramos ricos en dinero y fama. Teníamos todo lo que podríamos desear, la gente nos amaba. Habíamos llegado a la cúspide de nuestro sueño... pero algo nos faltaba... Algo... que no podíamos comprar. Algo... que no creímos encontrar en el otro.
Eras mi compañero, mi hermano, mi amigo. Crecimos y luchamos juntos. Unidos construimos nuestro camino hacia el estrellato. Pero con los años, algo extraño empezó a ocurrirme. Algo... que se me fue difícil comprender en un principio. Sin darme cuenta, empecé a notar esos pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos. Como los escasos segundos en los que se puede apreciar una expresión de asombro antes de que tus facciones cambien a una deslumbrante sonrisa o la linda expresión de tus ojos cuando te sorprendes. La manera en que te sonrojas cuando te hacen un cumplido, aún cuando viene de un hombre. Te avergüenzas tanto que no sabes cómo responder, agachas la cabeza y sonríes, mientras tus mejillas arden en un rojo carmesí. Eso hace que te miren más. Siempre has sido así y fue hasta que me di cuenta de eso, que me empezó a molestar.
De pronto me molestaba que te miraran, no quería que te tocaran. La sola idea de que te emparejaran con alguien me desagradaba. ¿Por qué él y yo no? Yo te conozco más, vivimos bajo el mismo techo y hasta compartimos cuarto desde antes de debutar. ¿Por qué no inventan historias sobre nosotros? ¿Por qué tenemos que estar cada uno en un extremo? Hervía en mi, el deseo de gritarlo. El demonio de los celos hacía estragos con mis nervios. Llegaron a un punto que superó mi escudo del mundo. Yo mismo me he sorprendido, de la magnitud de mis sentimientos.
Por meses lleve en soledad mi agonía. El miedo a perderte, a perder lo que había conseguido, me ayudo a controlarme. Hasta que un día, fuiste tú quien se acercó y dejaste para siempre tu huella en mis labios. Mi corazón latió tan fuerte que temí que se saliera. Estabas nervioso, tus labios dudaban pero antes de que te alejaras yo respondí a tu beso. Eras como una fuente de agua, dulce y cristalina. Yo era como un caminante que después de un largo viaje era bendecido con tu vitalizante líquido. No podía dejarte. Tus brazos rodearon mi cuello y los míos aprisionaron tu cuerpo. Mi mano izquierda tomó tu cintura acercándote a mi, la otra se hundió entre las hebras de tu cabello profundizando el beso. Fue el momento más feliz en mucho tiempo. Fue el momento en que me di cuenta... que estaba completo.
Porque tú me hiciste entender que…
El amor es…
Besos en el sillón. Los dos y nadie más.
Terminamos de almorzar hace unas horas. Salgo de mi oficina por algo de tomar y te veo recostado de forma extraña en el sillón. Llevas un pantalón jersey de color blanco y liso, con una remera de igual color. ¿Te he dicho alguna vez que me fascina como te queda el blanco? Pareces un ángel recostado en mi living. Olvido el trabajo y sonriendo me acerco a tu encuentro. Eres como un imán que me atrae no importa dónde esté. Tu peculiar risa hace eco en la sala, no me había dado cuenta de que el televisor estaba encendido. Me agacho a tus espaldas, posando mis codos en el respaldo de nuestro recién comprado sillón y beso tu cuello, suaves toques que erizan tu piel. Cambias de posición y me das libre acceso a esa zona que me pertenece desde hace años. Tomo tu rostro, mi mano en tu fina mandíbula y giras para unir nuestros labios en un beso lleno de amor y pasión. Sólo tú y yo, mi amor. Los dos y nadie más.
El amor es…
El momento en que subo las escaleras para sostenerte en mis brazos después de hacer el amor.
El beso se vuelve más caluroso y pronto te giras para saltar sobre el mueble y caer directo en mis brazos. Siempre tan impulsivo. Junsu, no te limites, déjame ver tu pasión. Muéstrame lo que es el amor...
Tus piernas se envuelven en mi cintura, mis manos se posicionan en tus muslos. Nuestros labios únicamente se separan cuando el aire se nos hace muy necesario. No necesito ver por dónde voy, sólo subo las escaleras hacia nuestra alcoba, dispuesto a hacerte el amor.
Caes en la cama como una suave pluma blanca. Te ríes y me dices que no hace falta tanta delicadeza, que aunque te revolee nos vas a romperte pero Junsu, ¿qué no lo entiendes? Eres mi joya, mi más preciado tesoro y lo único que quiero es protegerte de todo mal. Nos besamos, sin prisa de desvestirnos. Hoy quiero mostrarte mi amor, hoy será despacio y lleno de sentimiento. Me levanto sobre mis codos y te observo por un momento. Eres de verdad y no estoy soñando. Estás conmigo y esto es cierto. De pronto te sonrojas, como siempre que se te quedan mirando. Yo sonrío y vuelvo a tus labios. Mi mano derecha se mete bajo tu remera y sube hasta tu pezón, el sólo contacto te hace gemir. Sigo acariciándolo mientras me muevo hasta tu cuello. Tus gemidos se hacen más fuertes, tus manos van a mi cabello y tus piernas se flexionan de mero instinto. Me arrodillo y tu también. Tomo el dobladillo de tu remera y te la quito, tu piel expuesta. Haces lo mismo con la mía. Empiezo a desabrochar mi pantalón, lentamente, torturándote. Tú ya estás desnudo, bien podría decir que no te puedes aguantar, hoy por lo menos no. Me tomas de los hombros y me empujas en la cama. Eres fuerte cuando quieres. Tu sonrisa coqueta baila por tu rostro, mientras terminas el trabajo de desnudarme. Te conozco y no te detengo porque yo también lo deseo. Tomas mi semi despierto miembro y empiezas a masturbarme. Una ola de placer invade mi cuerpo y mis manos aprietan las sábanas. Te gusta, sé que te gusta y tú sabes que me gusta. Bajas tu cabeza sin cortar el contacto con mi mirada, ahora es tu turno de torturarme. Sacas tu lengua y le das una pequeña lamida a la cabeza de mi pene. Dios... que maravillosa agonía. Vuelves a sacar tu lengua pero esta vez para hacer que mi pene desaparezca entre tus labios. Tu cabeza sube y baja a un ritmo constante pero condenadamente lento. A veces te concentras en la punta y vuelves a engullirla por completo. Me acaricias también con tu mano puesto que mi miembro es más grande que tu boca. No puedo evitar gemir de placer, mis labios están abiertos, bocanadas de aires para mantenerme cuerdo. Mi mano se posiciona en tu cabeza deteniendo tus movimientos. Dejas mi ya despierto miembro y viajas hasta mi regazo. Nos besamos mientras acaricio tus muslos. Son tantas las veces que nos entregamos a nuestra pasión que ya ni necesitas preparación. Mi pene roza tu entrada y gimes en mis labios. Tu mano toma esa parte de mí y lentamente te penetras en ella. Tu espalda se arquea, tus ojos se cierran y abres tu boca en un grito silencioso. Pronto me miras, con tus ojos llenos de pasión y bajas para besarme. Tú manejas el ritmo; primero lento, moviendo tus caderas sensualmente; pero luego el fuego que llevas por dentro te exige que aceleres a un ritmo que nos mantiene jadeando, nuestras pieles chocando ruidosamente. Me inclino hasta sentarme y aprovechas eso para rodear tus piernas alrededor de mi cintura, haciendo que nos conectemos más profundamente. Ahora es mi turno de hacerte perder el control. Tu miembro es acariciado entre nuestros abdómenes, yo te tomo más fuerte y levanto tu cuerpo, casi saliendo de ti para luego penetrarte más rudamente. Tus gritos de placer provocan que me encienda aún más. Repito estos movimientos hasta mis brazos duelen del peso y te empujo sobre la cama presionándome sobre ti. Busco las almohadas casi a ciegas y las coloco bajo tu cintura. Así tendré mejor acceso y las penetraciones serán más profundas. Quiero hacerte gritar, quiero que te deshagas en mis brazos. Vuelvo a penetrarte, el calor inundándome. Mis antebrazos sujetan tus piernas y las penetraciones se vuelven más rápidas y profundas. Tu mano se mueve hasta tu descuidado miembro y te acaricias a ti mismo. Mi nombre sale de tus labios entre gemidos y jadeos. Tu rostro y cuello completamente colorados. Tus ojos cerrados con fuerza mientras dejas salir esos sonidos que únicamente yo conozco. Ambos estamos cerca, puedo sentirlo. Nuestros movimientos se vuelven erráticos y ya no queda mucho para el fin. Con esfuerzo abro mis ojos para verte en tu mayor momento de éxtasis. Tus preciosos ojos se encuentran entrecerrados, lágrimas saliendo de ellos. Tu boca se encuentra abierta mientras luchas por respirar. De pronto, tu cabeza se inclina hacia atrás y dejas salir un grito de placer que inunda toda la habitación... mi nombre en él. Yo te lleno con mi esencia segundos después, desplomándome sobre tu cuerpo. Ambos temblamos. Llego a tus labios, aún con falta de aire y nos besamos, quedándonos así hasta que nuestras respiraciones se regularizan. Abrazados.
El amor es…
Despertarse para ver tu rostro o besarte bajo el rocío de la mañana.
Otro día, otra mañana. Nuevamente me despierto contigo en mis brazos. ¿Se puede ser más feliz? ¿Se puede ser más codicioso?
El amor es…
Saber, que lo que me mantiene sano es que al final del día te tengo.
Vuelvo a sonreír, jamás me canso de hacerlo porque junto a mi yace la persona más importante en mi vida. Mi amigo, mi hermano, mi amor.
Aunque nuestras circunstancias cambiaron, nuestro amor permanece.
Ya no vivimos como estrellas. Dejamos la banda cuando la presión empezaba a interferir con nuestra relación. Muchos se enojaron, otros tantos nos dieron la espalda. Nos llamaron enfermos por abandonarlo todo. Nuestros amigos... ellos no se sorprendieron. Changmin dijo que siempre lo supo. Maldito mocoso. Ahora vivimos en el campo, apartados de todo el caos. Seguimos trabajando en lo que nos gusta, sólo que esta vez sin ataduras.
Tú me enseñaste a ser paciente, yo te enseñé a confiar.
Entonces no importa lo que el mañana traiga...
Nuestro amor es como un lago, un profundo lago azul. Los suaves movimientos de sus aguas representan la paz cuando estamos juntos. Aunque a veces los vientos agitan al lago, este siempre volverá a su calma habitual. Somos HoSu y somos el lago cuya orilla no puedes ver. Somos un lago con un duro pasado pero con luz propia.
El amor es…
Un domingo por la mañana con las sábanas alrededor de tu cintura.
Noto un movimiento y te despiertas. Sigues sin abrir los ojos pero sonríes y es el mejor regalo que puedes darme.
El amor es…
La manera en que tus labios se mueven cuando dicen mi nombre.
Tomas una respiración profunda y con eso dejas que vea tus hermosos ojos almendrados. Tu mano derecha acaricia mi rostro y con voz melodiosa, casi en un susurro, pronuncias esas palabras que me hacen tu total exclavo.
"Yunho... Te amo tanto..."
"Yo te amo más", te contesto mientras me inclino sobre ti y vuelvo a reclamar tus labios.
Baby, todo tiene sentido cuando tú estás aquí.
FIN~