A todos los que trabajan, estudian, sostienen a sus familias, se encargan de que el mundo siga girando y se pueda seguir viviendo. El trabajo dignifica. Honremos la memoria de todos esos compañeros del pasado que sufrieron durante años la opresión de la explotación y las paupérrimas condiciones de trabajo para que, hoy, todos nosotros podamos estar orgullosos de lo que hacemos y tengamos pan en nuestras mesas con la satisfacción de que vivimos una realidad muy diferente (por lo menos, en algunas partes del mundo, la lucha nunca se termina). ¡Un reconocimiento mucho más que merecido! ¡Salud!
FELICIDADES!