Feb 27, 2015 01:00
No soy una gran fan de la incertidumbre.
Tiendo a planear las cosas que haré en el día, qué rutas tomaré, qué desvíos podrían servir si las rutas que tomaré no están disponibles, sacarle provecho a cada salida para bajo mis propios criterios "no perder el tiempo". Criterios parecidos los aplico (o intento) a mi vida en general.
No me gusta la no-certeza. No me gusta "no saber" qué va a pasar. Simplemente es algo que no me gusta. Soy una control freak y overthinker de vieja escuela, y trabajo a todo lo que doy para no serlo, pero esto es lo que hay de momento. Si bien el primer paso es darse cuenta y el segundo es hacer algo para remediarlo, creo que podemos decir que llevo como paso y medio, pero ahi vamos.
Eso soy yo, insegura, 'sobrepensadora' y controladora, algunos me catalogarían de sobreplaneadora, pero todo se deriva (como ya deben haberlo deducido) de la inseguridad. Inseguridad de mi misma, de mis decisiones, de lo que pasará sí... Insegura hasta el infinito y más allá, con un toque bastante notorio de desconfianza en las personas. Pretty awesome, right?
¿Saben qué es completamente contraproducente para alguien con mis patrones de personalidad? Pues comenzar una relación amorosa.
¿Adivinan quién (sin haberlo planeado) se encuentra comenzando una relación amorosa? Nope. No es John Watson.
Todos los que han tenido alguna relación alguna vez saben de lo que hablo cuando digo que el comienzo de las relaciones es lo mejor y peor que puede haber. Lo mejor porque andas con el sistema copado de endorfinas, the thrill of the novelty, y todas esas cosas que nos venden en las novelas rosas y que casi siempre resultan ser verdad de una manera tan cliché que te sientes como si vivieras dentro de un fic muy fluff y sin nada de trama. Pero (y siempre hay un pero), la energía más baja de los nuevos comienzos es precisamente la incertidumbre que viene incluida en el paquete, de la cual nadie te advierte y que no puedes empaquetar para regresarla a la fábrica.
No sabes como es la persona en realidad, así que tienes que comenzar a conocerla. Interactuar, determinar qué le gusta y qué no, averiguar qué tienen en común, fijarte en qué es lo que te gusta a ti y qué no... Descubrirle, cual Colón a su falsa India, sin saber qué esperar ni como actuar ante tal y cual acción o reacción. Darte cuenta de sus límites y fijar los tuyos, aprender la mejor manera de comunicarse mutuamente, indagar; preguntarte una y otra vez si lo que va de camino va gustando o desagradando, y todo eso mientras la otra persona hace lo mismo contigo. En fin, incertidumbre en su máxima expresión.
Muchas veces llegas a un lugar en el cual descubres que no te gusta tanto estar, y hay que hablarlo para salir de allí. Así que doble ración de incertidumbre, pues por mucho que se conozcan nadie es capaz de anticipar lo que el otro participante de la relación va a sentir, pensar o decir ante tu planteamiento. En pocas palabras, toca conversar y esperar a que el otro responda. Ugh~
En momentos como esos es cuando te preguntas "¿De verdad vale la pena? Si estando sola nadie me hiere ni me hace cuestionarme cosas ¿De verdad vale el esfuerzo todo esto?" Interrogantes cuya respuesta nadie sabe con certeza, y en las que nadie puede pasarte la cheatsheet para que hagas trampa porque en temas del corazón todos estamos igual de perdidos.
De paso, también comienzan a salir a la luz temas como el miedo a comprometerse, el miedo a ser herido y (¿por qué no?) la tendencia patológica a huir por la derecha antes de que las cosas se tornen poco manejables. Comienzas a ver tormentas donde no las hay o a hacerte de la vista gorda ante verdaderas catástrofes naturales. Comienzas a dudar hasta de tu sombra, pues nada es seguro, y apenas te vas dando cuenta de que no sabes si dártelas de moderna y hacer que no te importa o dártelas de clásica y stalkearle cual Sherlock Holmes victoriano. A lo mejor hasta notas un exceso de límites o de plano te das cuenta de que no has establecido ninguno... Y aquí es cuando comienzas a hiperventilar dentro de una bolsa de papel.
Definitivamente, comenzar una relación es complicado. No sé como es que mis pobres OTP soportan que yo los obligue a hacerlo cada que me da la inspiración. La verdad (y a partir de ahora), les tendré un poquito de compasión a mis desdichados personajes.
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