Confusión
Me pides más tiempo, y me pides silencio, y yo callo y espero pero nunca llega el momento de volver a ser nosotros los que marcan el paso, lento pero juntos como uno que éramos y quisimos ser, y ahora no entiendo si es fin o comienzo, si estoy a parte o son puntos suspensivos sin un resultado cierto.
Necesito respuestas y tú sólo preguntas, y entiendo el dolor y comprendo la distancia pero es torturador este sentimiento de pura ignorancia hacia aquello que te pasa y no quieres soltar, porque siempre cierras tu mente y cierras tu alma y no sé si es tu corazón lo que para mí veo abierto o sólo entrañas que hacen de tripas sentimiento.
Ya no entiendo si me alejas o me acercas con gestos y palabras de confuso sentido incoherentes e inconexas pero que yo siempre creí saber leer a la perfección, como tú me leías a mí, entre líneas y a susurros en un idioma inventado del que ahora me siento desconocedor extranjero y me mata no saber si eres sincero, tú en quien siempre confié y nunca me mintió, y ahora cada sílaba me suena a falso pero no soy capaz de enfadarme, enojarme, ni rabiar, porque siempre habrá algo en mí que te comprenda aunque la mayor parte de mi ser no entienda ni cómo ni por qué ni si algún día acabará la tortura o el amor que aún me esmero en sentir recíproco, aunque un martillo de golpes y la mosca en mi oreja me pida renunciar de una vez.
Renunciar a ti, a la incertidumbre, a la tristeza y al miedo.
Renunciar a ti, al cariño, al refugio y al hogar.
Ojalá pudiera saber, o tú aclararme y sacarme de esta eterna oscuridad que ya se me hace larga porque no tengo tu mano y no sé si la volveré a tener, que cuando la cojo se escurre como agua del mar que baña tu piel y saca tu sonrisa, esa de la que fui causante tantas veces, y ya no sé si sólo queda la sal que corre por tus mejillas pensando en mí, y tampoco sé si es nostalgia, odio o rencor.
Aún no puedo irme, como si cemento apresara mis pies en el suelo de tu cuerpo y mi mente se aferrara a la tuya incapaz de decirle a las estrellas que desenlacen ya nuestros destinos si al final se bifurcarán, porque la esperanza no se pierde pero mata el interior a la vez que construye los sueños que no sé si algún día se cumplirán porque no son posibles sin ti a mi lado.
Perdón, gracias o por favor es lo único que siento que tengo que decirte y ni aún así me veo certera porque no sé cómo recibes las palabras más sinceras que nunca dije, así que me limitó a suplicar que escuches y sientas, que comprendas mis límites como hiciste con los tuyos y los nuestros, y me des un camino para escapar… o llegar de nuevo a ti.