Aventuras en WoW

Nov 06, 2005 00:27

Todo empezó el 2 de enero de 2005. Ese día instalé World of Warcraft a mi computadora, aunque no jugué hasta el 3 de enero en la mañana.
Al principio me dije a mi mismo: no te claves con este juego, llevala tranquilo.
Y así lo hice el primer día. Sólo jugué dos o tres horas.
Después todo se volvió mi adicción favorita.
El 5 de enero me uní a Blackfist Clan. Eramos una de las cofradías más grandes del servidor en ese momento, teníamos a algunos de los mejores jugadores. Todo iba bien.

Empecé a subir de niveles, a paso lento pero seguro y en mayo (aunque no jugué en abril) llegué a nivel 60, el cual es el limite hasta el momento.
Después vino lo verdaderamente divertido del juego: hacer cosas con la cofradía y empezar a conseguir las mejores armas, armaduras, escudos y demás cosas que puedes juntar.
Empezamos a ir a los mejores lugares del juego, las mejores instances, pero nos faltaba el último salto que es Molten Core (o era en ese momento) así que decidimos unirnos a varias cofradías más pequeñas, una de ellas llamada Board of Shadowy Figures.
Empezamos el difícil camino hacia Molten Core; perdimos a muchas personas en el camino, pero no nos debilitó, formamos un grupo fuerte y solido y nos dirigimos a nuestro objetivo. Después de muchos esfuerzos, pudimos matar a Lucifron, el primer jefe del lugar. Después nos fuimos sobre Magmadar...fue invencible.
El holocausto empezó.

Muchos abandonaron a Blackfist en su momento más crítico. Nos volvimos una cofradía pequeña por primera vez. Pero seguimos intentándolo. Vino Zul Gurub a salvarnos. Fuimos, vencimos, todo iba bien...pero un nuevo holocausto empezó y nos vimos más débiles que nunca.
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