A la cuarta va la vencida [ChanBaek] (Parte 1/2)

Jan 04, 2017 13:43

El desorden que había en la habitación de BaekHyun era tal, que casi había una pila de ropa de su tamaño encima de la cama. El pobre chico buscaba desesperado en su armario aquella camisa que había comprado hace no mucho, pero que por alguna razón no estaba por ninguna parte.

La necesitaba y la necesitaba en ese momento, no tenía tiempo para pensar en otro conjunto, tenía que estar en la fiesta dentro de media hora. ¡No tenía tiempo! Cogió unos pantalones negros, una camisa de cuadros y los lanzó por encima de su cabeza, que aterrizaron junto con lo demás.

Su mejor amigo estaba presente mientras tenía esa mini crisis, sentado en la única zona de la habitación que no estaba inundada por la ropa de BaekHyun, el escritorio. Estaba esperando con paciencia, acostumbrado a que su amigo fuera de aquella manera, jugando al Plant vs Zombies.

-Oye, Baek, puedes coger cualquier cosa -dijo JongDae sin apartar la mirada del teléfono-. A esos pantalones les pega todo.

-No lo entiendes, JongDae -se dio la vuelta un tanto desesperado, con una sudadera de color rojo en la mano, lista para recibir el mismo destino que las demás prendas-. Tengo que llevar esa camisa. ChanYeol dijo que me vería bien en ella y la estuve reservando para hoy. ¡Necesito llevarla!

JongDae suspiró y le dio al botón de inicio de su móvil para pausar el juego y dedicarle su completa atención a BaekHyun. A ese paso iban a llegar tarde, aunque eso ya lo tenía claro ya que a su amigo aún le quedaba vestirse, peinarse y lo que sea que hiciera para verse bien.

-¿No la tendrás en otro sitio? -preguntó mirando alrededor de la amplia habitación. El armario estaba en una de las paredes laterales y a unos cuantos pasos estaba la cama, de ahí que fuera la diana principal de los lanzamientos de BaekHyun. El escritorio por suerte se encontraba al otro extremo y las prendas no volaban lo suficiente para caer ahí.

-Imposible. Recuerdo perfectamente colocarla aquí -señaló-. ¡Pero no sé por qué no está!

JongDae volvió a analizar el caos que se había instalado en la habitación, en un intento de ayudar a BaekHyun y acabar con aquello de una vez por todas. En su escaneo, la esquina de una manga color rosa debajo de una montaña de ropa que había en el suelo, le llamó la atención. Se agachó, agarrando la prenda y tirando, revelando así la camisa que creía que era la que su amigo buscaba.

-¿Es esta? -BaekHyun  se giró y al enfocar la prenda en su mano sus ojos se ampliaron.

-¡Sí! -corrió hasta alcanzarlo y le arrebató la camisa de las manos-. ¿Dónde estaba?

-Debajo de un montón de ropa.

BaekHyun miró la camisa y frunció el ceño al ver que estaba toda arrugada. Miró a JongDae haciendo un puchero. No podía ir a la fiesta con la camisa arrugada. ¿Qué pensaría ChanYeol de él? No podría realizar su confesión de esa manera. Se dejó caer en el suelo y agachó la cabeza, soltando un largo suspiro.

-No puedo ir con esto así.

JongDae cerró los ojos y se apretó el puente de la nariz.

-Baek, si sabías lo importante que era esto para ti, ¿por qué demonios no dejaste la ropa ya lista?

BaekHyun alzó la cabeza, abultando el labio inferior y dándole esa mirada de cachorrito abandonado que era la debilidad de todos sus amigos. Nadie se podía enfadar con BaekHyun demasiado tiempo cuando ponía esa mirada. Era imposible.

-Quizás si la planchas un poco… -dejó en el aire y la reacción fue inmediata. Los ojos de BaekHyun se iluminaron y se levantó de un salto, saliendo de la habitación mientras llamaba a su madre a gritos.

JongDae se volvió a sentar mientras esperaba. Era obvio que BaekHyun no iba a plancharla él mismo, y menos mal, si lo hiciera probablemente se quedaría sin camisa y eso sería una tragedia, porque JongDae tendría que consolarlo y tardaría mucho tiempo en sacarlo de su estado de depresión y tratar de convencerlo para que se pusiera otra cosa. Le envió un mensaje a JunMyeon diciéndole que ellos tardarían un poco en llegar.

La razón de que BaekHyun estuviera causando tanto alboroto por una simple camisa era nada más y nada menos que Park ChanYeol, eso y la fiesta de Navidad que habían organizado para esa noche.

Su grupo de amigos, que eran un total de doce, habían decidido celebrar Navidad juntos. Cada uno había comido con sus familias para así poder cenar juntos y tener la fiesta. La verdad era que todos estaban muy emocionados, aunque el premio se lo llevaría BaekHyun. El chico se había determinado a confesarse a ChanYeol esa misma noche, en la fiesta. Según él, así todo sería muy romántico y estaba seguro de que ChanYeol no sería capaz de rechazarlo.

JongDae y el resto de sus amigos tenían muy claro que ChanYeol aceptaría. Era obvio que el gigante no rechazaría a BaekHyun, sobre todo porque lo que sentía el bajito era recíproco aunque él no lo supiera. A todos les resultaba divertido ver como esos dos actuaban como idiotas el uno frente del otro, tan metidos en su propio mundo como para darse cuenta de las cosas.

Sin embargo, como buenos amigos que eran, habían aceptado a ayudar a BaekHyun a preparar el terreno para, según él, realizar la mejor confesión del mundo. JongDae bufó con ironía porque ponerse histérico justo antes de ir a la fiesta no presagiaba que las cosas fueran a salir bien. Pero así era la vida si eras amigo de Byun BaekHyun.

Al cabo de diez minutos, BaekHyun regresó con la camisa rosa perfectamente planchada, sin ninguna arruga y una sonrisa triunfante plasmada en su rostro. Se quitó la ropa que llevaba puesta y comenzó a vestirse. La boca de JongDae se abrió en incredulidad cuando vio cómo BaekHyun se ponía un jersey azul cielo con estampado de conejitos por encima.

-¿Te vas a poner eso por encima?

-Sí.

-¿Has montado todo este lio por una camisa que va a estar cubierta? -le recriminó.

-JongDae, el conjunto es así y no puede ser de otra manera -le explicó mientras se calzaba-. Además, puede hacer calor y necesitaba llevar esta camisa. Estoy seguro que ChanYeol se dará cuenta.

Luego se dirigió al baño y comenzó a peinarse su cabello rubio, teniendo el cuidado de darle un aspecto elegante sin que resultara muy formal o arreglado. Decoró sus ojos con una fina raya de delineador negro, lo suficiente para que ampliara y detallara sus ojos, pero sin que realmente pareciera que se los hubiera pintado.

-Estoy listo -anunció saliendo del baño y cogiendo el abrigo negro que descansaba en la silla del escritorio.

-Ya era hora. Venga, que vamos con quince minutos de retraso.

Antes de salir, BaekHyun se dio un último vistazo al espejo, haciendo bufar a JongDae y se agachó a coger la bolsa con los regalos que había comprado. Solamente eran dos, uno de ellos para la persona que le había tocado en el amigo invisible, SeHun, y otro para ChanYeol. Obviamente no podía dejar a su ChanYeol sin regalo de Navidad.

~***~
El piso de JunMyeon se encontraba a los pies de la zona alta de Seúl, siendo un poco más barato que los que se encontraban en aquella zona, pero endemoniadamente más caro que cualquiera que pudieran encontrarse en otros lugares.

Sin embargo, a pesar de que a BaekHyun le daba un infarto al pensar lo mucho que su amigo tenía que pagar por el alquiler (aunque recibiera ayuda de sus padres), a todos les encantaba aquel apartamento, porque era grande espacioso, con una muy buena iluminación y grandes vistas.

Cuando JongDae y él llamaron al timbre, JunMyeon les abrió con una sonrisa, diciéndoles lo evidente: que eran los últimos en llegar. JongDae le echó una mala mirada a BaekHyun, señalándolo como culpable, mientras que éste se encogía de hombros y mostraba una sonrisa de disculpa.

Los demás se encontraban esparcidos por el amplio salón, pintado de color crema, con muebles de madera oscura para destacar, al igual que los sofás marrones. Ocupando casi toda la pared lateral, había un ventanal que dejaba ver el Seúl nocturno iluminado por las luces de los edificios y las extras de las decoraciones navideñas.

JunMyeon también había hecho un buen trabajo al decorar su piso. En prácticamente todas las esquinas de los muebles había alguna guirnalda dorada. Había una colección de adorables angelitos en un aparador, cerca de la entrada, y un árbol de Navidad gigantesco en una de las esquinas del salón, dónde estaban todos los regalos debajo.

BaekHyun sonrió amplio y se acercó a sus otros amigos, tardando menos de un milisegundo en localizar a ChanYeol. Abrió los brazos y corrió a lanzarse al regazo de ChanYeol, mientras gritaba muy alto su nombre. JongIn que estaba sentado al lado de quién recibió tal ataque de efusividad, se tuvo que hacer a un lado para no recibir un efecto colateral , como una bofetada, del proceso en el que BaekHyun envolvía sus brazos alrededor del cuello de ChanYeol.

Todo el mundo estaba acostumbrado a la personalidad de BaekHyun y aún más a sus muestras de afecto, aunque estas fueran exclusivamente dirigidas  a ChanYeol. Ellos aún no sabían cómo ChanYeol no era consciente de los sentimientos de BaekHyun con lo obvio que era. Una vez SeHun le había preguntado y ChanYeol respondió que así era BaekHyun, tratando a todos con amor. SeHun había resoplado y murmurado un sí, claro que el alto no alcanzó a escuchar.

-Hola, BaekHyun -lo saludó el alto castaño mientras envolvía también su brazos alrededor de la cintura del chico.

-¡Feliz Navidad! -le deseó con una sonrisa enorme. Después se levantó de su regazo y se puso de pie, girándose para verlos a todos y volver a repetir lo mismo, alzando los brazos y gritando de júbilo.

Había que mencionar que a Byun BaekHyun le encantaba la Navidad, la adoraba, era su época favorita del año, independientemente de que esta fuera a ser la mejor de todas, porque sin ninguna duda ChanYeol aceptaría ser su novio después de que se le confesara.

Los demás respondieron con un igual “feliz Navidad” aunque menos cargado de alegría. BaekHyun fue a dejar los regalos bajo el árbol, teniendo cuidado de que el de ChanYeol quedara algo escondido para que nadie lo cogiera por equivocación. Luego se giró y miró a todos sus amigos sentados en los sofás y hablando tranquilamente.

«Bien, empecemos», se dijo a sí mismo, mientras pensaba como tantear el terreno para crear el ambiente perfecto para la confesión.

BaekHyun llevaba enamorado de ChanYeol desde el inicio de curso, un total de casi cuatro meses, más si contamos que se había enamorado a primera vista de él un día de verano.

Sí, un día BaekHyun había salido con sus mejores amigos, JongDae y JongIn. Era un soleado y caluroso día de verano y decidieron disfrutar un poco del sol en uno de los parques de Seúl. Allí había suficientes árboles para hacer sombra y césped donde tumbarte y disfrutar del calorcito sin que los rayos te dieran directamente sobre la cara. Habían comprado también unos helados por el camino y comiéndoselos con rapidez por miedo a que se les derritieran.

Fue justo cuando encontraron el sitio ideal para sentarse, debajo de un árbol que daba la suficiente sombra y al lado de uno de los muchos caminos del parque, que lo vio. Se acababan de sentar sobre la mullida hierba cuando un chico alto de pelo castaño, pasó trotando mientras lo seguía un adorable perrito.

BaekHyun no había podido quitar la mirada de él hasta que lo perdió de vista. Lo había visto venir de frente, dándose cuenta de que era guapísimo, como tampoco pasó por alto que venía sudando por el ejercicio, provocando que las gotas de agua salada hicieran brillar los tonificados músculos de sus brazos. BaekHyun lo siguió tanto con la mirada que retorció el pescuezo como la niña del Exorcista, llamando la atención de sus amigos.

Obviamente, BaekHyun sabía que no lo volvería a ver o al menos la probabilidad de encontrarse con él era mínima, por mucho que le rezó al cielo para tener un encuentro fortuito con aquel chico, lo invitara a un Bubble Tea, se enamoraran, se casaran y tuvieran tres perritos.

No obstante, mucha fue su sorpresa cuando el primer día de universidad, justo en la presentación de Musicología, vio su cara entre la gran cantidad de chicos y chicas de primer año, que al igual que él, fueron a enterarse un poco más de su carrera. Al acabar la presentación había ido corriendo al piso que alquiló con sus mejores amigos para decirles lo que le había pasado.

No tardó mucho en acercarse a ChanYeol, como tampoco lo había hecho en hacer otros amigos como SeHun y MinSeok. Así había descubierto que ChanYeol, además de ser extremadamente sexy (nunca olvidaría esa imagen de sus músculos reluciendo bajo la luz del sol), era también malditamente adorable. BaekHyun tuvo bastantes problemas con esta faceta del alto y muchas veces cuando estaban hablando tenía que darse la vuelta, llevar sus puños a ambos lados de su cara y contener un grito porque es demasiado lindo, dejando a ChanYeol un tanto confundido.

Por su parte JongDae y JongIn también habían hecho amigos como, YiFan, JunMyeon, LuHan y ZiTao. BaekHyun por juntarse con ChanYeol también había acabado haciéndose amigo de sus amigos, KyungSoo y Lay, y al final todos juntos formaron el grupo que son hoy en día.

BaekHyun fue muy obvio desde el principio y aunque se escondiera en su natural forma de expresar cariño y ser tan vivaz, para todos era notable el gran enamoramiento que tenía por el alto. Por eso, decidieron ayudarle a confesársele aquella noche, aunque no estuvieran muy seguros de poder soportar un grado superior de dulzura y corazones por el aire, al que estaban ya acostumbrados por parte de esos dos.

El rubio volvió a los sofás y se aseguró de sentarse al lado de ChanYeol, haciéndose hueco, empujando a JongIn a un lado. Se pegó todo lo que pudo al alto, que no se inmutó ni lo más mínimo, como si aquello fuera normal. Se abrazó a su brazo para conseguir un poco de atención, recibiendo así una de sus típicas sonrisas y que le revolviera el pelo, a lo que BaekHyun se quejó con un sonido de garganta y cerrando los ojos.

Después, ChanYeol volvió a la conversación y el rubio dejó caer la cabeza sobre su hombro, uniéndose él también a la charla, pero sin prestar verdadera atención. A pesar de que él solía acercarse de esa manera al alto, porque le gustaba estar pegado a él, eso no quería decir que no le afectara. Ahora mismo estaba tratando de que el rubor no se le notara y que su corazón consiguiera un ritmo normal que no le provocara la sensación de que se le iba a salir del pecho. Aun así, se dedicó a acariciar la mano y el muslo de ChanYeol que estaban a su alcance.

Poco después, JunMyeon propuso cenar de una vez. Todo el mundo colaboró en poner la mesa y fueron el propietario de la casa y KyungSoo quienes se encargaron de tener la comida lista, aunque ésta ya estuviera hecha y simplemente tenían que sacarla del horno.

BaekHyun estaba a punto de salir de la cocina con una bandeja carne en las manos, cuando LuHan lo detuvo. Eran los únicos que estaban en la cocina, ya que lo que tenían que llevar eran los últimos platos que había que servir. El castaño acabó de poner dos cucharas en la fuente que tenía que cargar y se volvió a BaekHyun, haciéndole un gesto con la mano para que se acercara.

-Baek, creo que después de cenar es un buen momento para… ya sabes -le dijo en voz baja.

-¿Tú crees? -LuHan asintió.

-Va a haber tarta de postre, la hizo la madre de KyungSoo -aclaró, provocando que los ojos de BaekHyun se iluminaran porque las tartas de esa señora eran las mejores del mundo-. Así que todos vamos a estar contentos. Además, JunMyeon me dijo que iba a poner música para crear ambiente, así que deberías aprovechar.

El rubio le miró, pensando en lo que le dijo, pero le pareció buena idea.

Se sentó, por supuesto, al lado de ChanYeol otra vez y BaekHyun empezó a charlar con él contándole que esa mañana había visto un perro por la calle que se parecía mucho al de ChanYeol. El bajito sabía que hablar sobre el perrito del alto era una táctica segura para tener su atención. Hablaron entre ellos sobre lo maravillosos que eran esos animales, antes de unirse a la conversación general, que extrañamente era sobre el culo de SeHun. BaekHyun ni se molestó en preguntar cómo habían llegado a ese tema.

-Parecen dos globos -comentó JongDae.

-A mí me gusta -confesó LuHan, ganándose una mirada penetrante de parte de SeHun.

-Le hace competencia al de BaekHyun -el aludido miró con ojos abiertos a YiFan, que había sido quién había dicho eso y sin saber si sentirse alagado por eso o no.

-El de Baekkie es mejor -dijo ChanYeol totalmente convencido.

BaekHyun enterró su rostro entre sus manos porque, ¿en qué momento acabaron hablando sobre su trasero? Todo había que decir, que le hizo bastante feliz que ChanYeol prefiriera el suyo, pero aun así… ¡Qué vergüenza!

-¿Podemos hablar de otra cosa, por favor? -pidió y por suerte YiXing salió a su rescate comentando que había visto por internet un catálogo de juguetes que vendía un paquete de “Cría tu propio unicornio” que le llamó mucho la atención.

En un momento determinado KyungSoo se levantó y regresó con la tarta de su madre entre sus manos, causando un revuelo en todo el comedor porque era enorme y de chocolate. El bajito acabó con una mano en su estómago, completamente lleno y satisfecho, como parecía que estaban todos los demás.

A los diez minutos, se movieron de nuevo al salón, JunMyeon puso música y se empezaron a hacer pequeños grupos, cada uno hablando sobre un tema diferente. BaekHyun aprovechó ese momento para acercarse a ChanYeol y darle unos toquecitos en el hombro, consiguiendo así su atención.

-¿Puedes venir un momento? Tengo que decirte una cosa -murmuró sin mirarle a los ojos y jugueteando con sus dedos.

-Claro.

El alto se levantó y BaekHyun comenzó a andar, alejándose del salón e internándose en el largo pasillo del piso de JunMyeon, alcanzando una puerta y abriéndola. Entró en la especie de despacho que era esa habitación, esperando a que ChanYeol lo siguiera y cerrara la puerta tras él.

Quedaron uno en frente del otro, en silencio.

-¿Y qué querías decirme?

BaekHyun se empezó a poner nervioso. Había pensado en varios escenarios sobre este momento y aunque tenía una idea clara de cómo serían las palabras que quería decirle, ahora se encontraba en blanco. ¿Debería decirlo directamente o explicarle desde el principio?

Entrelazó las manos y se mordió el labio inferior. No podía ser que teniendo a ChanYeol justo delante de él, esperando a oírlo, no le salieran las palabras.

-Bueno, verás… -el alto lo miró curioso al verlo tan nervioso.

-¿Estás bien? -le preguntó dando un paso más cerca de BaekHyun, consiguiendo que éste se agitara un poco más y su corazón empezara a latir más rápido y fuerte.

-Sí, sí. Es solo que… -«maldita sea», no había pensado que decir un simple “me gustas” pudiera ser tan difícil, pero al parecer su lengua no quería cooperar con las palabras que se formaban en su cerebro y sin duda la mirada preocupada de ChanYeol no ayudaba.

Levantó un brazo, enseñándole la palma al castaño como para que esperara un momento y se dio la vuelta. Se llevó una mano al pecho y respiró profundo tres veces, intentando calmarse y aclarar su mente. Se dio unas cuantas palabras de ánimo porque, vamos, no es tan difícil.

Cuando creyó que estaba listo, giró para encontrarse con ChanYeol y su mirada extrañada.

-ChanYeol, desde hace un tiempo que tú…

-¡Nieve! -se escuchó por el pasillo interrumpiendo a BaekHyun-. ¡Está nevando! ¡Está nevando!

El alto al escuchar la palabra “nieve” abrió mucho los ojos y corrió a salir al pasillo y a reunirse con los demás, dejando a BaekHyun con la palabra en la boca. Iba a matar a JongIn, lo iba a cortar en pedacitos muy pequeñitos por interrumpir su confesión. Entrecerró los ojos y arrugó en ceño, inspirando aire profundamente. Ahora tendría que esperar a encontrar otro buen momento.

Salió él también de la habitación, caminando a paso lento, intentando serenarse para no echarle las manos al cuello a JongIn cuando lo viera.

-¿Dónde está BaekHyun? -preguntó MinSeok.

-Aquí -contestó en tono bajo y con mirada de pocos amigos.

-Oh, ¿qué estabas haciendo? -se percató de el ceño fruncido de BaekHyun, luego miró al pasillo por dónde habían venido él y ChanYeol y comprendió-. Oh.

-Sí, “oh”.

MinSeok sabía que habían fastidiado el momento de BaekHyun y que éste claramente estaba enfadado, así que disimuladamente dio dos pasos hacia la derecha y se alejó del bajito que parecía desprender un aura oscura y siniestra.

ChanYeol estaba junto con YiXing, Tao y JongIn que estaban en la terraza viendo la nieve caer. El moreno vio a su amigo y le pidió que los acompañara con efusividad, agitando la mano y con una sonrisa de lado a lado.

-¡BaekHyun, está nevando!

-Ya veo -respondió cortante.

Y a pesar de que estaba molesto con JongIn por haber interrumpido su confesión justo cuando las palabras estaban dispuestas a salir, no pudo seguir de esa manera mucho tiempo más cuando vio la sonrisa amplia de ChanYeol. El alto parecía un niño emocionado viendo los copos de nieve caer sobre sus manos desnudas y BaekHyun sonrió enternecido por esa parte tan infantil del castaño.

-Baek, si mañana está todo nevado tenemos que salir fuera, ¿sí? -le dijo cuándo el rubio llegó a su lado.

-Por supuesto y tienes que llevar a Kuma también.

Kuma era el perrito de ChanYeol. Le había puesto ese nombre porque Kuma significaba “oso” en japonés y el perro de verdad parecía un osito con su pelo marrón y esponjoso. A Kuma le encantaba la nieve, o eso le había dicho ChanYeol. Además, BaekHyun estaba enamorado secretamente de ese perro también porque era exactamente igual a su dueño.

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