¿Un pórtico en mi habitación?

Feb 26, 2008 20:54


Ahora mismo debería estar en el gimnasio haciendo chinadas, pero claro a veces el destino se alía en forma de lavadora estropeada, traje de wushu sucio y chandal roto. Así que me he dicho que lo mejor que puedo hacer es escribir por aquí, que dicho de paso es muy entretenido.

Estos días me están ocurriendo cosas muy raras, sin más esta tarde salí de la habitación para buscar algo frío que beber; ¿frío en invierno? pues sí, porque mi habitación es una especie de microclima en el que siempre es verano 24ºC por término medio, con la ventana abierta y en bermudas: ¡¡¡Milagros de la calefacción central que convierte mi casa en otro Hades!!!

El caso es que cogí una botella de agua y volví corriendo a mi habitación y entonces... mi habitación NO era mi habitación, de repente estaba en un salón enorme con moqueta de color verde y las ventanas de mi cuarto daban a una playa del Caribe en lugar de al cochambroso patio de luces de mi edificio.

¿Playa?, porque claro lo primero que aprende uno de Oviedo es que no hay playa. Vale que hace tiempo nuestro alcalde quería hacernos una artificial, pero eso fue hace mucho y que yo sepa no tenemos playa. Por si acaso lo miraré en el google maps.

Lo más raro es que aparte de la moqueta y las ventanas solo había dos sofás, uno se parecía al que salía en aquella serie de Friends, y en el otro hay un muñeco sentado con cara de bobo, que da golpecitos con un lápiz y me sonríe de vez en cuando.



Encima del sofá libre hay una tarjeta, así que me acerco mientras vigilo al muñeco que se mueve, según lo miro de reojo se me parece a un cruce entre Chuckie y un muñeco hinchable,  y la cojo temerosamente.

¿Me habré desmayado por el calor y estaré alucinando en colores?, leo la tarjeta (del tamaño de una de visita): "Enhorabuena. Ha ganado una sesión gratis con Sigfrido, su terapeuta personal cibernético".

- Pues para ser cibernético es un poco cutre, ¿no? Y además tiene cara de bobo. - digo en voz alta.

- Soy solo un holograma, para que te resulte más agradable conversar conmigo.

¡¡¡Lo que me faltaba!!! encima de estar alucinando mi propia alucinación me habla (ya me estoy volviendo loco con el Solipsismo Metodológico). Seguro que ahora mismo estoy en coma delante del ordenador mientras mi hermano me remata con el mando de la wii.

- ¿Por qué no empiezas diciendo cómo te llamas? Más que nada es que solo tienes una hora gratis y ya has pasado un par de minutos mirando la sala con cara de lelo.

Encima de parlante, mi alucinación está graciosa.

- "Pues me llamo Jo... digo Maltheas. Bueno en realidad tengo un nombre completo, ya sabes chorradas familiares (si es que tienes de eso), el primer nombre por mi abuelo y el segundo por mi padre. Muy graciosa la copla por cierto, ¿de dónde saldrán esas manías familiares de repetir nombres?

Si tengo un hijo no lo llamaría como yo. Mi nombre es odioso. Nadie me llama por mi nombre de verdad, y cuando lo hacen tengo tendencia a prestar atención...”

- Podrías cambiarlo por otro.

- Claro, pero seguro que si lo cambio me dirías que estoy obsesionado o algo así. Si quieres te hablo de mis sueños, seguro que eres de fabricación norteamericana y con el rollo que se gastan con el psiconálisis seguro que no has pasado de Freud.

- Bueno en vez de eso podríamos hablar de por qué tienes un conejo como mascota.

- ¿Seguro que no eres ikuda poliformado en muñeco? No creo porque si no esto se parecería más a una película X.

Y encima cachondeo, Tafi no es un conejo es un conejo del espacio, su planeta explotó unos segundos antes de que fuese enviado a una agencia interplanetaria de adopción, ahora tiene superpoderes y me lleva los recados de mi blog. ¿No tienes cosas mejores que hacer que meterte con mi mascota?

Y en ese momento con un bluf me desperté. Efectivamente mi hermano me estaba atizando con el mando de la Wii mientras Tafi lo miraba con las orejas estiradas desde un rincón.

Ciencia Ficción

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