El otro día una amiga me preguntó si tenía algún libro para dejarle, que tenía ganas de leer algo nuevo, también me recordó que aún tiene dos libros míos como rehenes. No sé si os lo he dicho alguna vez, pero tengo cierta tendencia a olvidar qué cosas dejo a la gente, la misma tendencia a olvidarme de llevarles cosas a mis amigos que espero que perdonen.
El caso es que después de pensar cinco segundos le dije que sí, que podía dejarle "Los Cristales Soñadores" que estaba seguro de que le iban a gustar. La verdad es que la la mayoría, por no decir todos, de mis amigos no comparten ni mis gustos musicales ni literarios (qué se le va a hacer, nadie es perfecto) pero a esta amiga mía, Astel, suelen gustarle las mismas series (y libros) que a mí, así que me arriesgue y después de una semana (maldita memoria la mía) le llevé el libro (que ya debe llevar por más de la mitad).
Ayer echaron en la sexta el episodio de Futurama en el que salen todos los actores de la serie Star Trek original, que en el futuro se convierte en una religión (si no lo es ya xD) que amenazaba a las naciones. Y mira tú por donde que entonces por su novio, me entero de que Astel es medio trekkie.
Pues esta tontería y un correo de alguien a quien aprecio mucho, a pesar de tener solo dos palabras y dos signos de interrogación me han hecho volver aquí, aunque quizá no lo lea nadie.
Cuando abrí por primera vez el libro me esperaba la típica historia de CF, con navecitas, en el espacio, un par de sables luz... así que encontrarte con un niño de ocho años al que su tutor abronca por comerse hormigas rojas es un shock en toda regla. Shock que aumenta cuando a las pocas páginas, éste le corta tres dedos al chico (Horty) con un hacha.
Con este panorama no puede extrañar que el chico decida coger su polichinela de ojos brillantes Junky y huír hacia la primera estación de servicio hasta introducirse en el primer camión aparcado.
Y cuando pensabas que la novela volvía a un cauce de normalidad se da la circunstancia de que en el interior del camión el chico se encuentra con un grupo de frikis, de los de verdad no nosotros, de un circo; que tras escuchar la historia del chico deciden esconderlo como si fuera una enana con ellos.
¿Y dónde está el misterio?, pues en que nuestro Horty tiene algo muy especial, aparte de una increíble falta de imaginación, NO CRECE y sus dedos amputados comienzan, lentamente a regenerarse.
Y no puedo contar mucho más porque entonces Astel se enfadaría conmigo, os reventaría el final y aún tenéis que leerlo pero si puedo deciros que los cristales sueñan en parejas y cuando lo hacen sus sueños se vuelven realidad.
El autor de esta novela, que también se ha publicado con el nombre de "The Synthetic Man", también fue autor del guión de dos episodios de la serie clásica de Star Trek, así como del Pon farr el ritual matutino de los vulcanos :).
Solo una cosa más.
"El noventa por ciento de la ciencia ficción es basura, pero el noventa por ciento de TODO es basura"
Muchos Tafis de colores.