Recuerdo cuando el planeta era un premio prestigioso. O al menos a mí me lo parecía. Cuando premiaban a Antonio Muñoz Molina o a Juan Marsé. Últimamente parece que se premia más a un autor que sea popular y que salga mucho en la tele que a uno que haga una buena novela. Este año me ha parecido muy escandaloso al premiar a Boris Izaguirre, un hombre al que se le conoce más por dar la nota allí donde va que por escribir. Aunque no he leido la novela, y lo mismo estoy equivocada y es una buena novela.
La que sí que he leido ha sido esta de Juan José Millás. Más que una novela es un libro de recuerdos, donde el autor nos va contando su infancia, un tanto dickeniana y cómo esta ha influido en lo que ha llegado a ser de mayor. La historia es un poco extraña, mezclando fantasía con realidad. El niño protagonista tiene una curiosa visión del mundo que le rodea.
Me resulta muy curioso el resentimiento que usan los niños de la postguerra para hablar de su niñez. Ya me chocó con el libro de
Antonio Muñoz Molina, pero en este se vuelve a repetir. En cierto modo es normal: fueron años duros, de privaciones y represión. Pero he conocido a otra gente que también vivió esa época, también con privaciones y no la odian tanto. Claro que ellos no se han convertido en escritores.
Es la primera novela de Millás que he leido y la verdad es que no me ha enganchado como para leer más. El hecho de que sea autobiográfica y que el personaje no me caiga especialmente bien no ha ayudado mucho. Me parece demasiado prepotente y endiosado. De nuevo, uno de los libros que había rondando por la estantería, creo que mi estantería me está defraudando.