Respira.
Corazón de Mariposa,
por Andrea Tomé.
Cuando terminé el libro pensé qué tan difícil sería escribir un libro acerca de desórdenes alimenticios sin previamente saber un poco del tema. Luego pensé que también sería difícil escribir un libro que no hablara de la recuperación de un desorden o desórdenes alimenticios. Creo que este libro sí cumple ambas cuotas. Cumple desde el personaje principal, Victoria. Todo es verosímil: sus pensamientos, sus acciones, su manera de ver el mundo y ver a la gente, a través de ese cristal empañado que llamamos anorexia. Sus estadías en la clínica, su percepción sobre la comida, y la historia aparte que se desarrolla fuera de su núcleo, la de Kenji y su propio núcleo de personas, sus problemas y la clase de persona que se va creando desde la percepción de Victoria. Al principio no me convencía empezarla porque pensé que sería cualquier novela chick-lit que empieza rápido y acaba rápido. Y sí se acaba rápido, pero no deja de tener esencia.
Hay ciertos aspectos que, de haberlos obviado, sí hubiera matado mis ganas de terminarlo: hablo de aspectos propios del desorden, como la aparición del lanugo, el pánico ante la comida, la insana cuenta de calorías, en fin, todos estos síntomas que te prenden todos los foquitos rojos hasta que dices "algo va mal", pero ya es muy tarde para volver... sin ayuda. Por eso me agradó bastante de inicio a fin: es real, es posible. Corazón de Mariposa es una novela que aceptaría leer el próximo año, o cualquier otro año, pues se disfruta, se sufre, se vive y te hace ver que una enfermedad tal como la anorexia sí es cruel, es despiadada, parece imposible, pero no es una novela oscura, pues da esperanza.
por Andrea Tomé.
Cuando terminé el libro pensé qué tan difícil sería escribir un libro acerca de desórdenes alimenticios sin previamente saber un poco del tema. Luego pensé que también sería difícil escribir un libro que no hablara de la recuperación de un desorden o desórdenes alimenticios. Creo que este libro sí cumple ambas cuotas. Cumple desde el personaje principal, Victoria. Todo es verosímil: sus pensamientos, sus acciones, su manera de ver el mundo y ver a la gente, a través de ese cristal empañado que llamamos anorexia. Sus estadías en la clínica, su percepción sobre la comida, y la historia aparte que se desarrolla fuera de su núcleo, la de Kenji y su propio núcleo de personas, sus problemas y la clase de persona que se va creando desde la percepción de Victoria. Al principio no me convencía empezarla porque pensé que sería cualquier novela chick-lit que empieza rápido y acaba rápido. Y sí se acaba rápido, pero no deja de tener esencia.
Hay ciertos aspectos que, de haberlos obviado, sí hubiera matado mis ganas de terminarlo: hablo de aspectos propios del desorden, como la aparición del lanugo, el pánico ante la comida, la insana cuenta de calorías, en fin, todos estos síntomas que te prenden todos los foquitos rojos hasta que dices "algo va mal", pero ya es muy tarde para volver... sin ayuda. Por eso me agradó bastante de inicio a fin: es real, es posible. Corazón de Mariposa es una novela que aceptaría leer el próximo año, o cualquier otro año, pues se disfruta, se sufre, se vive y te hace ver que una enfermedad tal como la anorexia sí es cruel, es despiadada, parece imposible, pero no es una novela oscura, pues da esperanza.