¡Hoy es el cumple de mi padre!
¡He aprobado la recuperación de Psicometría!
¡Aleena volvió anoche de London!
¡Y es el cumpleaños de Naruto!
Hay que celebrarlo con un vicio XD. Aunque reconozco que esté ya lo tenía escrito desde hace un par de semanas, solo que no tenía tiempo de subirlo (Los comienzos de la facultad son simpre iguales -.-)
Advertencias: Hice este vicio en "Mode Perra ON", así que: Drama/Angst. Y ademas Spoilers del manga, sobre el capítulo 343 en adelante.
Salida.
Sakura miraba con pavor la escena antes sus ojos. El dolor de su sangrante brazo había sido relevado a segundo plano. Rodeada de compañeros heridos como ella (Sai, Shino, Kiba, Ino, Shikamaru…) observaban impotentes desde las murallas de la aldea los tres flancos en los que se desarrollaba esa última y más grande batalla a las afuera de Konoha.
Por un lado Akatsuki atacaba con todo su poder para hacerse con el último Jinchuruki mientras Jiraiya, Tsunade, Kakashi y otros jounnin les propiciaban fiera resistencia. El único Akatsuki que no intervenía en esa pelea era Itachi, ya que estaba demasiado ocupado. La serpiente blanca, el alma de Orochimaru, se había manifestado y estaba poseyendo a Sasuke. Solo el poder del Sharingan y el Mangekyuo podían refrenarlo, pero poco a poco parecía que el esfuerzo era inútil, ya que el sello maldito propiciaba dicha posesión como una abertura en una barricada de defensa. Y el equipo Hebi no podía ayudar a su líder, ya que estaban muy ocupados enfrentándose a Kabuto (que al parecer, había propiciado con sus técnicas que el alma de Orochimaru escapara del control del más joven de los Uchiha). El cuerpo de Sasuke se mantenía lánguido mientras el monstruoso reptil albino lo rodeaba y sólo en sus ojos, que se movían a tal velocidad que mezclaban el rojo con el blanco, demostraban la lucha interna que se desarrollaba en su mente.
Y en medio de todo ese revuelo estaba Naruto, con siete colas liberadas, e incapaz de controlar tal poder (Ni siquiera la técnica de Yamato había podido pararlo y el capitán ANBU había terminado inconsciente). Su cuerpo estaba atado con multitud de hilos de chakra rojo que salían de sus múltiples heridas y lo mantenían de pie a duras penas, como una triste marioneta, con la cabeza colgando inerte hacia atrás, la boca abierta y los ojos en blanco. Su piel y sus músculos estaban desgarrados y su propia sangre era la que alimentaba la figura demoníaca que se suspendía hacía arriba como un macabro marionetista. La sombra roja de Kyuubi encima de él, rugiendo mientras intentaba librarse de su cárcel humana y sacudía las colas vigorosamente, derribando árboles del bosque, era aterradora. Los hilos que mantenían colgando las piernas y los brazos del rubio se iban haciendo más grandes, intentando formas las afiladas garras del zorro. Esa lucha interna entre Kyuubi y Naruto también era demasiado grande para que el Uzumaki pudiera ayudar a sus amigos.
Sakura recorría una y otra vez el cuerpo destrozado del rubio con congoja. Como ninja médico entendía (demasiado bien) que su situación era crítica. Cuando la octava cola apareció juntó con un alarido que retumbó en todo los alrededores e hizo que los aldeanos de Konoha entrarán en pánico recordando con gran claridad los acontecimientos de hacía ya más de quince años, la pelirosa se llevó la mano a la boca y cayó de rodillas con los ojos muy abiertos.
-Oh, Dios mío…- Susurró con voz trémula y asustada. -Detén esto.
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El agua llegaba casi hasta el pergamino amarillento donde escrito con simpleza ponía “Sello”. Naruto daba brazadas en el agua, intentando no hundirse en la inconsciencia y ceder todo el control a Kyuubi. Las grandes rejas eran empujadas desde dentro y no era capaz de cerrarlas del todo.
El poder… todo ese poder caía en oleadas y él no era lo suficientemente fuerte para detenerlo.
-Naruto…- Escuchaba la voz ronca y grave del demonio. -Déjame salir, no te resistas más. Esto es inevitable.
-¡Cierra la boca, estúpida bola de pelos!
-Rompe el sello, Naruto… rómpelo y déjame salir.
-¡Jamás! ¡Óyeme bien, maldito zorro! ¡Nunca te dejaré salir para que destroces todo lo que me importa, tebayo!
El agua lo apresaba. Estaba empapado y tenía frío. Tenía que mantenerse nadando y empujando esas enormes verjas. Le dolía todo el cuerpo y notaba, a cada segundo, un nuevo desgarre que se producía en su carne para dejar escapar el chakra del bijuu de nueve colas.
-Escúchame, estúpido mocoso. No te creas que esto es culpa mía.- Dijo subiendo el hocico hasta el joven rubio y mirándolo a los ojos. -Tú cuerpo simplemente no puede soportarme por más tiempo. Lo único que estás haciendo es alargar nuestra agonía. Sobre todo la tuya.
-¡No me importa! ¡No te dejaré salir! Tengo que ir a salvar a Sasuke y a los demás. ¡Orochimaru está a punto de poseer su cuerpo!
-Eso es culpa de tu amigo y su arrogancia al creer que podía controlar un alma tan podrida como la de la serpiente blanca. En ese punto está ya perdido; ni el linaje de Madara puede salvarlo.
-¡Cállate!- Gritó desesperado.
-Solo yo puedo ayudarle. Yo sí puedo destruir a la serpiente blanca.
La atención de Naruto fue captada por esas palabras.
-Mi… mientes.- Tartamudeo con duda. -Intentas engañarme.
-¡Mocoso! Yo nunca miento. Rompe el sello, Naruto, y déjame salir. Y te juró que salvaré al enano de los Uchiha.
-Si… si te dejo salir destruirías toda la aldea.
-No lo haré.
-¡¿Y por qué debería de creerte?! ¡¿Por qué no lo harías?!
-Por ti. Por respeto hacía ti, Uzumaki Naruto.
Kyuubi parecía tan sincero… Naruto sabía que estaba en una batalla perdida, que Kyuubi terminaría escapando y él moriría en el proceso. Que el sello no aguantaría más el empuje de las puertas de hierro. Si se resistía… si se resistía solo hacía que Sasuke perdiera tiempo. Si se resistía Kyuubi solo tardaría más en salir, quizás demasiado tarde para ayudar a Sasuke…
Se agarró a la verja con una mano apoyando los pies en el hierro para salir del agua y quedar enfrente del viejo sello. Llevó la mano a una de las esquinas del papel y notó como le temblaba. En cuanto… en cuanto lo arrancara él moriría. Eso era suicidio, ¿no? Morir por su propia mano… Se necesitaba coraje para ello.
Pero Uzumaki Naruto tenía coraje de sobra.
-Júrame… júrame que no atacarás a nadie que me importa.
-Te lo juro.- Dijo solemne.
Respiró profundamente para alejar esos temblores. Abrió los ojos para mirar directamente a Kyuubi y volvió a hablar con un tono de voz con súplica escondida.
-Salva a Sasuke.
Y de un tirón arrancó el sello de la cárcel.
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Fue todo en un instante. La novena cola salió, los hilos de chakra se rompieron y el cuerpo de Naruto se desplomó en el suelo. Un inmenso rugido de bestia hizo temblar todo el bosque y cayó el silencio como una pesada manta.
Kyuubi no Youko estaba libre. Con sus garras que aplastaban árboles, sus grandes fauces abiertas y una mirada salvaje. Todos y cada uno los que peleaban se quedaron estáticos, aterrorizados ante semejante visión. El chakra que el demonio desprendía era tan intenso que mareaba.
-No, por favor…- Suplicó Tsunade al aire viendo la gigantesca figura ante ella. -Naruto no…
En la muralla Sakura rompió a llorar.
Kyuubi bajó su vista hacia el cadáver de su jinchuruki y con una de sus colas lo alzó suavemente y lo colocó en su cabeza.
-Vamos, mocoso. Sé que no te hubiera gustado perderte esto. Vamos a salvar al Uchiha.
Y se abalanzó contra la serpiente blanca.
La batalla no duró mucho. El más grande de los bijuus terminó destrozando a sus oponentes. El alma de Orochimaru murió para siempre, Akatsuki fue derrotado y Kabuto tuvo que salir huyendo. Pero nadie se alegró de la derrota de sus enemigos.
Uzumaki Naruto había muerto.
Sasuke había estado inconsciente y Kakashi lo llevó rápidamente dentro de la aldea. Itachi desapareció en cuanto vio que su hermano estaba a salvo.
Cuando el moreno recuperó la consciencia lo primero que observó fue la aterradora figura del inmenso demonio, que lo miraba directamente.
Sakura y los demás bajaron de la muralla y miraban, como todos los aldeanos, con muda expectación el próximo movimiento del Kyuubi. Este se agachó y dejó rodar el cuerpo de Naruto hacia el suelo, justo al lado del Uchiha, provocando un gemido ahogado por parte de todos. Sasuke alargó una mano incrédulo para comprobar si era verdad lo que veían sus ojos.
-Ha muerto por protegeros, humanos. Esperó que le deis el entierro que se merece. -Gruñó con soberbia y exigencia. -Ha muerto porque su vida para él no era tan importante como vosotros.
-Si tú no hubieras escapado él no habría muerto- Replicó con frialdad y odio Sasuke.
-Lo sé, pero yo no escape. Él me dejó salir porque solo yo podía detener a la serpiente blanca. El murió, sobre todo, para salvarte a ti.
Ante las últimas palabras el demonio se marchó sin mirar atrás, decidiendo alejarse por siempre de todos los humanos. Ya que él único que merecía su respeto ya no existía.
Sasuke alzó entre sus brazos, con expresión de desolación, el cadáver del rubio.
Una tenue sonrisa adornaba la cara de Naruto.
Owari.
Creo que cada vez soy más mala con Sasuke y que empiezo a pasarme con el pobre niño Emo... ¡Nah!