Agh, que trabajo me ha costado sacarlo. ¡¡Inspiración, vuelve!!
Dotación Anual de Crack
Comunidad:
crack_and_roll Reto:
Ley del hieloFandom: Se lo que hicisteis (RPS)
Claim: Informativo!M2
Título: En plato frío
Palabras: 1.401
Summary: Dani va a vengarse de Ángel de una forma que le traera de cabeza. Sobre todo porque, por una vez, no tiene ni idea de lo que ha hecho.
En plato frío.
Dani está raro.
Jodidamente raro.
Siempre ha sido rarito, el tío. Pero es que ahora está de un raro diferente. Un raro como peor. No le habla, no le mira, no le dirige la palabra. Pasa por su lado como si no existiera, como si fuera parte del decorado del plató.
¡Que trabajan juntos, joder!
(Porque lo de que también comparten piso es algo que prefiere no recordar muy a menudo)
Y no es que le haya hecho ninguna putada más allá de las normales. Ridiculizarlo en directo delante de mil personas, solamente. Así que Ángel no se explica a que viene este comportamiento tan extraño.
Pero va a averiguar porqué.
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Plan número uno; hacerlo explotar.
Sí hay algo que tiene Dani por encima de todo es poca tolerancia a la frustración. En cuanto le aprietas un poco las tuercas se pone a chillar histérico. O a llorar como un crío.
Es siempre tan divertido molestarle.
Empezaría, como siempre, con una coña hacía su homosexualidad, un punto que siempre lo ponía nervioso. No puede ni esperar a buscar el momento idóneo para meter la broma, lo hace nada más empezar.
-¿Qué tal tu fin de semana en Chueca? ¿Ligaste mucho?- Comenta, mirándolo fijamente. Una sonrisa sardónica en su rostro.
Dani sigue observando a la cámara sin inmutarse. Está calmado, como si tuviera hielo en las venas. Parece serio, profesional. ¡Joder, si hasta le recuerda a Matías Prats!
-Muy buenos días y bienvenidos a “¿Qué está pasando?”.
-Eh, no evites el tema…
-La primera noticia del día fue el intento de Berlusconi de llevar a sus amantes de crucero…
-¡Eh, que te estoy hablando!
¡Zas!
Ángel se lleva una mano a la nuca, donde Gonzalo le acaba de soltar una colleja.
-¡Quieres seguir el puñetero guión!- Le riñe el regidor.
El publico rompe a reír, creyendo que era una más de sus usuales payasadas.
El plan número uno había fracasado.
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Plan número dos; usar su mismo truco.
Sí Ángel ignora a Dani este terminaría picando y volvería a hablarle. Nunca ha sido bueno en los juegos de “A ver quien aguanta más”.
Para eso necesita ayuda extra. Miki es el elegido por oportunidad; es la persona más cerca en ese momento que ronda por el plató. Persona que no esté ocupada recogiéndolo todo después del programa.
Ve como Dani está recogiendo sus cosas y va directamente hacía Miki, hablando muy alto y haciendo muchos aspavientos.
-¡Miki, tío, amigo del alma! ¿Sigue en pie lo de está noche, verdad?
-¿Lo que?- Pregunta el hombre.
-¡Ay, que jodío! Sé que no quieres revelar nada de nuestro plan secreto para está noche- Mira por encima del hombro a Dani, para ver si está escuchando. Parece más interesado en unos papeles que en ellos. -Ya veras, nos lo vamos a pasar de puta madre. Tú y yo. SÓ-LOS.
Dani camina hacia ellos. Pasa de largo y se pierde por uno de los pasillos de Globomedia.
No lo ha mirado ni una sola vez.
El plan número dos ha fallado también.
Miki le lanza una extraña mirada, como si de repente le hubieran salido dos cabezas.
-Mira, chaval, es la primera vez que veo una manera de entrar tan obvia, pero te lo diré claro. A mi me va la carne, no el pescado.- Le da una palmada en el hombro y Ángel apenas reacciona por que está atónito -Anda, con Dios.
Y se larga a su camerino.
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El plan número tres iba a ser genial e infalible.
Contacto físico.
Por muy indiferente que esté intentado comportarse, no podría ignorar algo como eso. Sobre todo teniendo en cuenta que Dani siempre se pone nervioso cuando lo tocan. Como el pobre no está muy acostumbrado…
La manera más sencilla es chocar contra Dani. Así que Ángel se coloca en la esquina más cercana que lo lleva a su camerino. Lo ve acercarse por el pasillo. Va contando los pasos que le quedan hasta llegar hacía su posición. Once, diez…
Le sudan las manos por la anticipación.
… cinco, cuatro…
Respira hondo y se prepara.
… dos, uno. Cero.
Ángel prácticamente salta de su escondite y choca contra el cuerpo de su compañero, pero no calcula la fuerza que le pone a su arranque. Dani y él acaban en el suelo. Siente el calor de su compañero. La barba de él le rasca en su mejilla.
El corazón le golpea con fuerza contra el esternón.
No esperaba un resultado tan desfavorecedor y peligroso. Debe de hacer algo para disimular su nerviosismo.
Decide mentir y echarle la culpa a Dani, como siempre.
-¡Joder, tío, mira por donde vas!
Levanta la vista para encontrarse con los ojos negros de Dani. Y su corazón, que bombeaba tan animado, parece detenerse.
Dani no lo mira. No está mirándolo aunque sus ojos lo tengan delante. No es que aparte la mirada, es que lo atraviesa. Como si fuera humo. Como si fuera cristal.
Como si no fuera nada importante.
Sus labios están firmemente sellados. No ha habido ademán de sorpresa, ni amago de dirigirle la palabra. Es como si fuera un autómata sin sentimientos.
Ángel se siente tan devastado por esa mirada que se va de allí a paso ligero, sin volver a medir palabra con él.
El plan número tres ha sido más que un fracaso. Ha sido una derrota total.
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Dani no deja salir sus emociones hasta que entra a su camerino y cierra la puerta tras él. Se lleva el puño a la boca para ahogar un gritillo de frustración. Sus nervios están aguantando, pero realmente no sabe como. Sé lo están comiendo por dentro.
-Que bien lo estás llevando.
Patricia estaba esperándolo, sentada en su mesa. Sus largas piernas balanceansose de un lado a otro y comiendo una piruleta del tamaño de su cabeza.
-Me va dar un infarto. Tengo ganas de cantarle las cuarenta a ese enano cabrón.
-Eso sería inútil. Ángel disfruta cuando le echas la bronca. Seguro que con esto lo está pasando muchísimo peor.
-Ya, pero…
-¡Ni se te ocurra rajarte ahora!- Se enfada. Y Patricia Conde enfadada es una de las cinco cosas más peligrosas del mundo. -Después de lo que te ha hecho, merece pagarlo.
Dani piensa en el atroz crimen que Ángel ha cometido y su resolución vuelve a emerger, con más fuerza si cabe.
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Ese no era su Dani.
Ángel da vueltas por el salón de su pequeño piso. La frase se repite una y otra vez en su cabeza.
Ese no era su Dani.
Dani es un estirado y pomposo marica que se enfuruña si le cambias los calcetines de sitio y está gritándote durante horas si metes unos calzoncillos rojos en su colada blanca (a pesar de que el rosa siempre ha sido su color). Dani es jodida y exageradamente emotivo, se emborracha simplemente con oler el whiskey y se altera si le obligas a salirse del guión en directo.
Dani no era ese trozo de hielo sin sentimientos ni emociones con el que ha chocado en Globomedia. Dani no es capaz de mirarle como si no existiera, porque él respeta todas las formas de vida existentes, incluyendo la suya. (¡Joder, si hasta respeta la forma de vida de Jorge Javier Vázquez!)
Así que cuando lo escucha llegar no puede aguantarlo más. Lo atrapa entre la puerta de entrada y su cuerpo, agarrándolo de las solapas de su traje.
Quiere al Dani que es fácil de molestar, el que le gusta. No ese muñeco aburrido.
-¡Sé puede saber qué coño te pasa!
Dani lo ignora olímpicamente. Ganaría medalla de oro en la especialidad “Ignorar a tíos bajitos”, el muy cabrón.
-¡Joder, háblame!- Exige ya, desesperado -¿Cómo voy a poder arreglar lo que he hecho si no tengo ni puta idea de que pasa?
El barbudo parece que se ablanda, por fin, porque se digna después de días (Días. DÍAS) a mirarlo.
-Tiraste mi mantita.
-¿Perdón?
-Tiraste mi mantita azul.
Ángel hace memoria. Tiró un trapo azul que se encontró en el salón hacía unos días. Creía que era basura, joder, estaba para el arrastre.
-¿Todo este mosqueo se debe a una puta mantita?
-¡La tengo desde que nací, insensible!- Le grita, completamente indignado.
Casi se alegraría por ello si no fuera porque ahora mismo tiene ganas de matarlo.
Y es muy posible que lo termine haciendo.
End.
Está sin betear ni nada, que no tengo tiempo. ¡Cuando llegue a Cadiz mañana, lo hago!