"¿Sabes dónde está el infierno? En mi cabeza"
Hace un tiempo que me di cuenta de que el verdadero enemigo de las personas (sobretodo las que venimos a ser mentalmente débiles o frágiles, los hipersensibles, etc) es nuestra propia mente. En una lección de una asignatura que no me acuerdo, hablamos sobre la actitud a la hora de enfrentarnos a un problema y llegamos a la conclusión de que la situación cambia dependiendo de cómo la afrontes, de que todo es elegir la actitud adecuada para cada circunstancia. Y todo eso, toda esa selección entre diferentes actitudes, la tiene la mente. Sí, lógicamente se guía también mucho por los sentimientos (es muy fácil saber cómo tienes que actuar en cada momento, tener cabeza y digamos, objetividad. Pero si tu corazón dice otra cosa, eso no es tan fácil de ignorar), pero el principal problema está en nuestra cabeza: el no ser capaz de decir "esto no es para tanto" o "yo puedo con esto" o "no llores por esta tontería" o "esto no debería afectarme tanto". Luego vemos cómo otras personas pasan por todo tipo de situaciones y se mantienen en pie y nos da rabia porque admiramos esa fortaleza y nosotros no podemos tenerla y eso nos hace querer seguir llorando de frustración.
Por eso sé que mi próximo tatuaje será la palabra ACTITUD. Será en la muñeca, donde no tenga más huevos que verla todos los días y a todas horas, donde me recuerde mi filosofía de vida de que yo puedo cambiar mi situación a partir de la actitud con la que me la tome, de que tengo que recordarme que no puedo hundirme en un vaso de agua y que tengo que seguir adelante. A veces parar a respirar, sí, pero seguir adelante siempre.
(Y todo este post viene por una reflexión que llevo años teniendo, por debates que tengo conmigo misma, porque el post de txi me lo ha recordado y porque a veces la gente cree que porque no te haya pasado la tragedia más trágica de todas, no te pasa nada y no entiende que los problemas tienen magnitudes diferentes dependiendo para qué persona).