Sueños de Tormenta
Anoche tuve un sueño extraño.
Soñé que venía una tormenta que inundaba todo a mi alrededor.
Estaba con mi familia y Richard.
No recuerdo con claridad si estábamos en Monterrey ó en Leander, pero lo que sí recuerdo es que el lugar en el que me encontraba se sentía como mi hogar, y me preocupaba la situación un poco.
Para prepararnos para lo peor de la tormenta, salíamos a comprar vívieres y conseguir todo lo necesario para permanecer encerrados varias semanas.
En el sueño me daba el lujo de bromear un poco sobre la situación.
-Bueno, al menos ya estamos acostumbrados a vivir encerrados ¿no creen?
Conseguíamos todo lo que necesitábamos, pero en el camino de regreso me daba cuenta que se me había olvidado ponerme mi tapabocas y sentí tanta culpa que empecé a llorar.
¿Cómo se me pudo olvidar algo tan importante? No sólo me había puesto en riesgo yo, sino también estaba poniendo en riesgo a las personas que amo.
La culpa me llevaba a encerrarme sola en un cuarto cuya ventana, por alguna razón, no cerraba.
La tormenta se volvía más y más fuerte, y me acercaba a la ventana para ver llover, lágrimas nublando mi vista.
Y de repente... luz.
La lluvia se volvía luz y mi culpa y tristeza desaparecían.
La luz se volvía más y más intensa, hasta el punto en el que me dolía mantener los ojos abiertos.
Cerré mis ojos.
Cuando abrí mis ojos... desperté.
Fue un sueño curioso.
Desperté antes de que sonara mi alarma de las 6.
¡Oh! En 10 minutos más, Richard y yo cumpliremos otro mesversario.
Terminaré esta entrada aquí.
Quiero abrazarle cuando el reloj marque la media noche.
M
Soñé que venía una tormenta que inundaba todo a mi alrededor.
Estaba con mi familia y Richard.
No recuerdo con claridad si estábamos en Monterrey ó en Leander, pero lo que sí recuerdo es que el lugar en el que me encontraba se sentía como mi hogar, y me preocupaba la situación un poco.
Para prepararnos para lo peor de la tormenta, salíamos a comprar vívieres y conseguir todo lo necesario para permanecer encerrados varias semanas.
En el sueño me daba el lujo de bromear un poco sobre la situación.
-Bueno, al menos ya estamos acostumbrados a vivir encerrados ¿no creen?
Conseguíamos todo lo que necesitábamos, pero en el camino de regreso me daba cuenta que se me había olvidado ponerme mi tapabocas y sentí tanta culpa que empecé a llorar.
¿Cómo se me pudo olvidar algo tan importante? No sólo me había puesto en riesgo yo, sino también estaba poniendo en riesgo a las personas que amo.
La culpa me llevaba a encerrarme sola en un cuarto cuya ventana, por alguna razón, no cerraba.
La tormenta se volvía más y más fuerte, y me acercaba a la ventana para ver llover, lágrimas nublando mi vista.
Y de repente... luz.
La lluvia se volvía luz y mi culpa y tristeza desaparecían.
La luz se volvía más y más intensa, hasta el punto en el que me dolía mantener los ojos abiertos.
Cerré mis ojos.
Cuando abrí mis ojos... desperté.
Fue un sueño curioso.
Desperté antes de que sonara mi alarma de las 6.
¡Oh! En 10 minutos más, Richard y yo cumpliremos otro mesversario.
Terminaré esta entrada aquí.
Quiero abrazarle cuando el reloj marque la media noche.
M