El 31 de julio de 2018, acompañé a mis alumnas de Sky Labo a visitar un laboratorio innovador de diseño industrial,
(IDEO) donde aprendieron y escucharon sobre la creatividad, la innovación y el futuro. Un recuerdo muy especial que tengo de Sky Labo, es que una de mis niñas, cuyo nombre significa Cielo, luego me escribió y me dijo que había decidido, después de visitar y ver ese lugar, que en el futuro quería ser diseñadora.
Es bonito pensarlo. ¿No creen? Una visita a los 13 años y de repente, esta pequeña tiene un camino. Un deseo. Una misión.
¡Y pensar que tuve el privilegio de acompañarla!
Es una memoria bonita que no había escrito en un ningún lado, pero hoy lo recordé y reviví esa memoria.
Me animé a revisar mis fotografías de esa visita (sí tomé una que otra foto) y di con la foto de un pequeño pulpo que se encontraba sobre una mesa cuando fuimos a IDEO.
En su momento, no puse mucha atención al pulpo. Me llamó la atención y le tomé una fotografía. Pero hoy, al percaterme que tenía una post it con un mensaje... hice zoom y....
¡Oh! Se tenía que escribir tu nombre en un sticker y ponerlo en las piernas del pequeño pulpo, Incky.
¡Vaya!
Me arrepiento de no haberlo leído con un poco más de cuidado. Me arrepiento de no haber tomado un sticker amarillo y poner mi nombre esa tarde de verano en Kitaaoyama.
Pero... ¿saben?
Nunca es demasiado tarde. No cuando es algo que te importa de verdad.
Así que Incky....
Aquí va.
Tarde pero seguro.
M