Ismael y las estrellas
“Todo es relativo”, pensaba Ismael a las once de la noche. Esta hora ha sido y siempre será la más señalada para contemplar las estrellas; Ismael lo hacía todas las noches. Todas.
“Ni yo soy tan pequeño ni todo eso está tan lejos”, se decía, alumbrado por millones y millones de puntitos blancos y azules, arrullado por la oscuridad. En esos momentos era sordo, porque concentraba toda su atención en la vista. La boca se le secaba, porque se le abría al levantar la cabeza y mirar hacia arriba, más arriba, más arriba…
“Estrellas”, cantaba sin notas. “No hay dos iguales y ninguna la puedes tocar”. De pequeño había levantado los brazos y estirado los dedos con desesperación, con un anhelo enfermizo y nunca correspondido.
“No hay nada aquí”, afirmaba durante los escasos momentos que pensaba en el lugar donde vivía. “Todo está allí, afuera, pero tenemos que ir a por ello”.
He olvidado mencionar que Ismael tenía ocho años. Era muy listo.
Luego cerraba los ojos, bajaba la cabeza y se dormía.
No le importaba nada más ni en este ni en ningún otro mundo, en realidad.
Esto es de las últimas cosas que he escrito. De siempre me ha gustado mirar las estrellas, y entre los libros que he podido leer este verano (ya pondré la lista, a ver si coincido con alguien) había uno de astronomía y he podido aprender un poquito más del tema.
Estos días estoy descansando y… comprando, después de la oferta del día 1 he vuelto a caer con la oferta del envío y he hecho un señor pedido a Bodyline:
-El mismo modelo de falda en blanco y negro. También la hay en rosa, pero ese tono no me gusta. Quiero esas faldas para tener algo que ponerme a diario y poder ir lolita a clase sin que me miren mal, aunque todavía no me ha pasado.
En fin, que el objetivo es fondo de armario, aunque ya hace mucho tiempo que no lo veo físicamente.
-Calcetines. Los de rayitas estaban baratísimos (2 euros) y quise pedir tres pares, pero no sé por qué no me dejaban y… total, tuve que pasar y tampoco pasa nada, al menos tengo calcetines altos, bonitos y elegantes (los negros) para ponérmelos con todo.
-El bolso. Tras el despecho amoroso del bolso casita, le eché el ojo a este y no pude evitarlo (por cierto, ¿soy la única que piensa que casi todas las cosas más bonitas se las ponen a naku? O será que ella es preciosa y/o coincide con mis gustos lo que lleva, el caso es que veo algo que me gusta y la veo a ella y no le puedo decir que no xD).
Al pedido también se ha apuntado otra amiga, mi madre (sí, qué lol) con un bolso y mi hermana con unas botas… Anoche estuve hablando con Fukai (qué alegría, aunque hablemos poquito :D) y me informó de la (amplia) posibilidad de que el paquete caiga en aduanas. Al principio me ha dado canguelo pero bueno, si pasa pues pasó y punto, que hoy me he levantado optimista xD
Esta tarde la paso con Ed, así que me voy a arreglar un poquito que últimamente lo tengo siempre tirado estando enferma :/
PD: tengo pendiente una actualización “dios-mío-natsi-por-qué-me-haces-esto-y-encima-con-flores”.
PD2: me siento culpable a ratos por el pedido porque mi madre se ha emperrado en pagarlo (le ha dado por ahí) y es mucho dinero aunque haya ofertas, pero bueno, teniendo en cuenta que voy a aprovechar la ropa… Mejor que ir al Factory y que no haya de nada.
PD3: me he viciado a la serie Miénteme :3