…yo me derrito, ¡qué menos en un verano sevillano!
La verdad es que tras todos los mareos del invierno, quizá debería estar más preparada para los sofocos del verano, pero es que ni viviendo aquí me acostumbro. Afortunadamente, tengo aire acondicionado en casa, pero es un engorro que cuando por fin tengas todo el tiempo del mundo para salir el mismo tiempo (climatológico) no esté de tu parte.
Aun así, el sábado tuvimos una quedada por aquí, que ya tocaba vernos. Habíamos quedado a las 6 en la cafetería Rodilla, pero como tengo la costumbre de llegar antes siempre que puedo, ya estaba media hora antes… y con mi hermana.
María hizo varias promesas “de penitencia” en plan “si apruebo…”. Y como ha aprobado, le toca cumplirlas; y una de esas promesas era ir a una quedada con la pesada de su hermana.
Fuimos pidiendo smoothies de melocotón, no sé si los habéis probado, es como una mousse con hielo picadito, zumo de melocotón y no sé si también un poco de naranja. Me podría haber fijado más en la preparación, pero estaba pensando si comprarme algún pastel del escaparate.
Luego fueron llegando las chicas, y creo que es la quedada donde hemos estado más gente que yo haya presenciado. La verdad, no conocía a la mitad y entre eso y que sentados a la mesa no teníamos total acceso… y que en principio suelo ser bastante tímida (al principio, pasados un par de minutos empiezo a decir cualquier cosa. Si haces el tonto al principio, después no te da tanta vergüenza hacerlo), pues me pasé casi todo el tiempo hablando con las dos chicas de al lado, envy y Ranmaru, y chinchando a María, que no se quiso hacer casi ninguna foto.
Estuvimos hablando de mil cosas: universidad, trabajos, casa, libros, películas, LiW y demás. Estamos pensando eventos y demás para que la sede no se nos quede tan muerta y/o simplemente tengamos más excusas para vernos. Me pude reír muchísimo y luego me dio pena volverme temprano (sobre las 8), pero María no se encontraba bien (otra de salud más bien ausente, como su hermana) y todavía teníamos que coger el bus.
Uno de los detalles más bonitos del día fue estrenar un collarcito que me mandó Malloco con una carta a la que todavía debo responder debidamente; no sabía bien con qué conjuntarlo y encima debía ser algo fresquito para no morir abrasada, no sé si lo hice bien pero desde luego disfruté mucho y fui cómoda. Al llegar a casa me quité los zapatos, me cambié el vestido por uno de estar por casa… pero el collar me lo dejé un rato más, como para prolongar un sueño (también hago eso con la ropa en las quedadas, me la dejo un rato más en casa -algunas veces por pura vagancia, lo reconozco xD-).
En fin, desde el sábado estoy en casita, un poco aburrida pero tampoco es que haga muchas cosas. Ed acaba mañana sus exámenes y podrá ser objeto de las cosquillas de su novia, como de costumbre.
Nada más por ahora, os dejo con la foto de rigor en la que salgo despeinada (me había hecho unos moñitos lindísimos, pero al salir de casa se deshicieron), posando tontamente y con dos chicas maravillosas: Ranmaru y jibriru.