Anoche no escribí nada y siento que me atraso. Soy una obsesiva compulsiva, porque me pongo de los nervios al saber que de día no escribo nada. Soy una maldita ave nocturna que día sólo duerme y no puede escribir ni un condenado vicio como la gente...
¡En fin!
Dejo dos que había dejado tipeados ayer.
Fandom: Harry Potter
Claim: Remus/Sirius
Tabla: Simbólica.
Advertencias: Ninguna
Título: Libertad.
“Juventud, divino tesoro, ¡Ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar no lloro, y a veces lloro sin querer”.
A esa frase de Rubén Darío se reduce la existencia.
La vida se nos escapa y no alcanzamos a darnos cuenta.
¿Cómo no extrañar las noches de verano, cuando solíamos arrancarnos a escondidas para besarnos?
¿Cómo no recordar los días primaverales, tendidos en el pasto, con la luz del sol en nuestros ojos, y jurábamos amarnos para siempre?
¿Cómo no evocar la risa fresca, la mirada sincera, los gratos recuerdos?
Si hace 15 años éramos dueños de nuestro destino y libres de hacer lo que nos venía en gana. Y ahora… ¿qué hacemos con los sueños? ¿Dónde guardamos los planes? ¿Qué hago con la distancia que nos separa? ¿Cómo recupero la libertad de nuestra juventud?
Fandom: Harry Potter
Claim: Remus/Sirius
Tabla: Simbólica.
Advertencias: Ninguna
Título: Olvido.
El 7 es un lindo número. 7 son los pecados capitales, 7 las virtudes cardinales, 7 los colores visibles del arco iris, 7 es el número de la suerte de Sirius y 7 es el día en que ellos cumplen meses. Y éste, es el primer mes de los muchos otros venideros.
El primero en despertar fue Remus. Se baño, vistió y esperó a que Sirius despertara para darle su regalo. Remus esperaba algo más efusivo que el insípido “Buenos días” que le brindó Sirius, y también esperaba “algo más” como que recordara, su primer mes de noviazgo, pero el animago no dijo nada en toda la mañana. Tampoco al almuerzo y tampoco en clases.
Remus difícilmente podría haber soportado más el mal humor que traía encima, y sin embargo lo hizo. Llegó la cena y al fin, Sirius se pronunció al respecto, bueno, no directamente, pero le preguntó qué haría luego de cenar. “Iré a la biblioteca” pensó en responder el licántropo, pero se inclinó por decir la verdad y dijo “Nada”. Sirius sonrió y le dijo
- ¡Qué bien!... Porque quiero enseñarte algo. Sígueme.
- No he terminado de cenar, Sirius.
- No importa - Y le hizo guiñó para que lo siguiera- ¡Vamos!
- ¿Adónde?
- Ya lo verás
Y caminaron hasta llegar a la sala de los menesteres. Sirius pasó tres veces y se abrió la puerta.
- Cierra los ojos, Rem.
El chico obedeció y Sirius le tomó la mano para guiarlo dentro del salón.
- Ya puedes abrirlos…
El licántropo quedó con a boca abierta…
- ¿Lo recordaste?
- No habría podido olvidarlo.
- Pero… No dijiste nada en todo el día.
- ¡Claro! Si te hubiese dicho algo, mataba la sorpresa, ¿No crees?
Por toda respuesta, el animago recibió un largo beso en los labios.