Tenías que ser Tú, Capítulo 39 por Babyjapan

Aug 11, 2007 16:58

Gracias al hermoso o hermosa jimmyjrc10 de LPDF, quién amablemente me lo ha facilitado, aquí está el último capítulo de Tenías que ser Tú de Babyjapan.

Ps: Por fis, si van a comentar sobre el fic háganlo en algún lugar donde su autora pueda leerlo, yo aquí sólo cumplo con dejar el último capítulo, gracias ^^.

Capítulo 39: “El despertar”

Cuando Lavander y Parvati entraron a la habitación no entendieron nada de lo que allí sucedía. Por una parte, ya era extraño ver a un chico en el cuarto y más si el chico en cuestión era Harry Potter, pero eso sumado al hecho que estaba arrodillado frente a una Hermione inerte tendida en el piso que no dejaba de sangrar por la nariz, lo hacía todo doblemente incomprensible.

“¿Qué le hiciste?” escuchó de pronto atropelladamente desde la entrada.

Harry volteó. Ambas chicas lo miraban desorbitadamente, debatiéndose entre la expectación y el miedo.

“¿Qué le hiciste a Hermione?” repitió más fuerte Lavander con los puños apretados.

“¡No le hecho nada!”

“¿Entonces por qué esta así?”

“ No lo sé, cuando llegué estaba bien pero de pronto perdió el conocimiento y ahora sangra...” contestó Harry oscilando la mirada entre Lavander y Hermione.

“Hay que llevarla donde madame Pomfrey” soltó Parvati llegando a su lado.

“¡Oh... mira!” exclamó entonces la otra muchacha teniendo sus ojos fijos en su velador.

“¿Qué es lo que pasa?” preguntó Harry al tiempo que miraba el velador sin encontrarle nada raro.

“La revista, no estaba así cuando salí...”

“¿Y eso qué?... Oye, Hermione está inconsciente, hay que llevarla ya a la enfermería”

Pero Lavander lo ignoró y para su sorpresa, Parvati, por una extraña razón, miraba a su amiga como entendiendo todo.

“¿Tú crees que lo haya hecho?” preguntó Lavander seriamente.

“Eso parece...”

“¿De qué demonios están hablando?”

“¿Pero a Harry?” dijo ignorándolo nuevamente.

“Parece que sí, y yo que pensé que prefería a Ron” contestó Parvati pensativa.

“¿Me van a explicar que es lo que está pasando?” exclamó Harry desesperado.

“Harry¿Hermione te pidió que vinieras?” preguntó Lavander con una mirada inquisidora.

“¿Y eso que tiene que ver?”

“¡Sólo responde!”

“Sí, sí... Neville me dio el recado, dijo que me andaba buscando... pero¿y qué?”
Harry ya estaba al límite de su paciencia y estaba seguro que si escuchaba una pregunta absurda más, le lanzaría a ambas chicas un maleficio.

“¡Wow... Hermione está enamorada de ti!” exclamó Lavander llevándose las manos a la boca.

“¿QUÉ?”

“Es mejor que te lo expliquemos después, ahora llevemos a Hermione a la enfermería” sentenció Parvati, a lo que él no tuvo más remedio que acatar.

&&&&&

Media hora después, Harry no sabía si era peor tener a su mejor amiga inconsciente en el ala de la enfermería o saber que por su culpa ella estaba en aquel estado.

“Es que no puede ser posible” repitió por undécima vez a Parvati y a Lavander, mientras madame Pomfrey asistía a Hermione.

“No Harry, es así. Le mostramos ese filtro esta misma mañana, porque creímos que necesitaba un poco de ayuda con Ron... es que siempre pensamos que le gustaba¿verdad Lavander?”

“Sí, nunca se nos pasó por la mente que eras tú al que realmente quería”

“Imposible...” murmuró Harry mirando ahora a su amiga, y volvió a pensar que todo era un disparate. Hermione era sólo su amiga, siempre había sido sólo eso y jamás hubo ni siquiera un solo gesto que pudiera interpretarse mal. ¿Acaso era tan cegatón para no ver que ella si estaba interesado en él?

Pero no tuvo tiempo de responderse, porque en ese mismo instante madame Pomfrey le habló alarmada.

“A la señorita Granger le ocurrió algo que sucede en uno de mil casos como éste, Potter”

“¿Está muy mal?”

“Físicamente no, pero es su salud mental lo que me preocupa” contestó con el rostro tenso.

“¿Qué le pasa?” preguntó Lavander acercándose más hacia la muchacha que no mostraba ningún signo.

“Sucede que está viviendo ahora en un mundo totalmente paralelo al real, en un mundo que ha creado en su mente...”

El silencio que se formó a continuación y las caras de complejidad de Harry, Lavander y Parvati lo decía todo. Harry se volvió hacia Hermione y le pareció más pálida y sin vida que antes.

“¿Cómo un sueño?”

“Más bien como una pesadilla, Potter. Es por eso que el filtro estuvo estrictamente prohibido hacerlo por tantos años. Creo que el último caso similar a éste tuvo lugar a principios del siglo pasado y fue algo realmente horrible”

“¿Qué sucedió?” preguntó Lavander muy interesada.

“La mujer que tomó el filtro tardó años en despertar, y cuando lo hizo, lógicamente todo había cambiado. Se negaba en creer que lo que había soñado era una farsa y cayó a San Mungo, sin embargo los sanadores no pudieron hacer nada por ella y un día la encontraron muerta en su cama. Se había suicidado”

Lavander y Parvati ahogaron gritos mirando a su vez a Hermione.

“A no todas las personas le sucede esto, hay algunas que tienen excelentes resultados, pero a otras como el caso de la señorita Granger, el filtro provoca una reacción adversa en su organismo, lo cual es sumamente peligroso. No entiendo como el ministerio dio orden para permitir que esta poción volviera nuevamente a utilizarse” continuó madame Pomfrey ceñudamente.

“Salió en la ultima edición de Corazón de Bruja” comentó Parvati.

“Increíble” y movió de lado a lado su cabeza “Esto es realmente grave, voy a avisarle a Dumbledore”

“Yo me quedaré aquí... ¿ustedes podrían buscar a Ron?” les preguntó Harry, sin apartar sus ojos en Hermione.

Las chicas asintieron, y siguiendo el paso apresurado de madame Pomfrey, salieron de la enfermería.

Entonces Harry se arrepintió al momento. Sin nadie a su alrededor, sus dudas y culpas gritaban en su cabeza, provocándole un profundo dolor.

“¿Por qué no me lo dijiste?” le preguntó inútilmente a Hermione “Yo no hubiera permitido que nuestra amistad se arruinara”

Harry se acercó más a ella y con mucho cuidado tomó una de sus manos.

“Vuelve Hermione... por favor”

No supo nunca cuantos minutos pasaron hasta que llegó Ron, quien venía con su escoba en la mano y muy sudado por la intensa práctica de Quidditch que había dejado en la mitad.

Al verlo, Harry dejó de tomar la mano de Hermione.

“¿Qué sucedió?” preguntó con un nudo en la garganta.

“Tomó un filtro que reaccionó mal en su organismo. Según madame Pomfrey está viviendo una pesadilla de la que no puede despertar” contestó Harry con voz de ultratumba.

“¿Qué filtro?”

Harry esquivo la mirada de Ron.

“¿Qué filtro tomó, Harry?” insistió impacientándose. “Uno que salió en una revista”

“¿En qué revista?”

“Corazón de Bruja... parece”

“¿Qué?... Imposible, Hermione no lee esas porquerías” soltó Ron totalmente incrédulo.

“Según Lavander y Parvati sí”

“¡Qué saben ellas!... Además¿por qué tomaría un filtro?”

Harry no contestó. Aquello se le estaba complicando más y más. Para nadie era un secreto (y menos para él) que Ron estaba enamorado de Hermione, y que por pura cobardía, jamás se había atrevido llegar a algo más que una amistad. ¿Cómo revelarle ahora que ella había tomado un filtro amoroso para enamorar a alguien que no era precisamente él?

“No me has respondido qué tipo de filtro tomó” llegó la voz de Ron amenazante a sus oídos sobresaltándolo.

“Por aquí profesor...” escucharon de pronto Harry y Ron. Giraron sus cabezas y vieron a madame Pomfrey y detrás de ella, el profesor Dumbledore.

“¿No ha tenido ningún movimiento?” preguntó la enfermera a los chicos.

Harry negó con la cabeza y se hizo a un lado para que ella volviera a chequear a Hermione.

“¿No hay un hechizo, una poción o algo así para sacarla de ese estado?” preguntó Ron angustiado.

“Lamentablemente no” respondió Dumbledore con su desesperante tono sereno “para este tipo de pociones no hay contrahechizo”

“¿Pero qué hechizo es?” inquirió Ron. Entonces Dumbledore miró a Harry, y algo comprendió en su mirada que no respondió, sin embargo madame Pomfrey lo sacó de la duda.

“Un filtro amoroso, pensé que se lo habías dicho Potter”

Ron miró a Harry boquiabierto, pero luego agregó:

“No, imposible... Hermione no es de ese tipo de chicas”

“Bueno, al parecer su enamoramiento por Harry es más fuerte” contestó la mujer, revisando al mismo tiempo el pulso de Hermione.

Estas últimas palabras llegaron atropelladamente, dejándolo paralizado y mirando a su amigo con los ojos como platos.

“¿Los padres están avisados?”

“Si, Poppy, nos esperaran en San Mungo” respondió Dumbledore.

“¿San Mungo?” soltó Harry, quien se sentía sumamente incomodado porque Ron aun no le quitaba los ojos de encima.

“Esto es grave, no podemos tenerla aquí. En el hospital estará mucho mejor” contestó el director tratando de tranquilizarlo.

“Yo quiero ir con ella” exclamó Harry.

“Yo igual” dijo Ron instantáneamente.

“Muy bien, pero sólo por unas horas. No es muy conveniente que estén tanto tiempo fuera de Hogwarts”

Ambos asintieron y en silencio esperaron a que llegaran los sanadores y trasladaran a Hermione a San Mungo.

&&&&

Ya en el hospital, Harry otra vez se vio envuelto en una incómoda situación cuando tuvo la ingrata misión de contarles a los padres de su amiga como habían sucedido las cosas. No entró en los detalles específicos del filtro, para eso estaban los sanadores pensó, pero sí contó que llegó a sangrar de narices y que dos de sus compañeras de cuarto habían llegado a la conclusión de que Hermione había tomado una poción que salía en una revista para chicas.

Cuando los señores Granger lo dejaron para entrar a ver a su hija, fue cuando por fin él y Ron estuvieron a solas e inminentemente Harry comprendió que vendría una densa charla.

Ron estaba sentado en una de las bancas, con los codos en las rodillas, mientras sus manos apoyaban su pecoso rostro. Sin embargo, se reincorporó rápidamente al notar que Harry había llegado a su lado.

“¿Hermione está sola allá dentro?” preguntó Ron con voz ronca.

“No, está con sus padres” respondió Harry al tiempo que se sentaba.

Se quedaron sin decir nada por unos largos minutos. Harry se preguntaba cuando su amigo iba a estallar, mientras miraba sin atención a los sanadores ir de habitación en habitación, cuando por fin Ron quebró el silencio.

“¿Cuándo lo me ibas a decir?”

“¿Decirte qué?” preguntó Harry confundido.

“Que Hermione estaba enamorada de ti” contestó y lo miró echando chispas por los ojos.

“Yo no tenía idea... de verdad”

“¿Por qué no te creo?”

“Eso sería ya un problema tuyo” dijo molesto.

“¿Estás jugando con mi hermana?”

“¡No!... Ron¿acaso no te das cuenta?... Si Hermione hizo el hechizo para enamorarme, es porque no yo no estoy interesado en ella.

Ron bajó su mirada al piso de mármol, sintiéndose el mayor de los estúpidos.

“Yo sé cuánto y cómo quieres a Hermione... jamás intentaría tener algo con ella, además siempre ha sido una amiga, como una hermana, incluso a veces como mi mamá, lo sabes” continuó Harry.

Ron dibujó una mueca en sus labios que Harry tomó como una triste sonrisa.

“Pero al parecer, ella no piensa lo mismo de ti”

“Quizás es un error, llegué de repente a su habitación y no tuvo tiempo de...”

“Los sanadores y madame Pomfrey me explicaron como funciona la poción. Ella te buscó¿no?... Fuiste a su habitación porque quería verte. No creo que haya habido un error” lo interrumpió Ron.

Harry no objetó, porque en el fondo creía lo mismo.

“Siempre tuve este miedo...” dijo de pronto Ron más bien para sí mismo.

“¿Cuál?... ¿qué Hermione se quedara en coma producto de una poción?”

“Que se enamora de ti y no de mi” respondió y Harry notó que su amigo estaba a punto de quebrarse.

“Es absurdo”

“No, no lo es, Harry” y volteó su rostro de tal forma que quedaron frente a frente “Tú eres mucho más que yo... yo nunca estaré a la altura de Hermione, en cambio tú sí”

“No seas estúpido Ron, sabes que no es así” espetó Harry fastidiado.

“Debí darme cuenta antes... era obvio que Hermione se enamoraría de ti”

“Escúchame Ron, estoy harto de tu complejo de inferioridad. Tú eres igual o más que yo en muchos aspectos. Tú tienes lo que yo más quiero en la vida... tienes una familia. Si alguien debería sentir envidia, sería yo. Ahora, que Hermione se haya enamorado de mí es algo realmente fortuito. Yo no lo planee, ni creo que ella lo haya hecho, y por lo demás no puedo hacer nada”

Ron bajó su mirada para no ver a Harry.

“Supongo que tenemos que esperar a que Hermione abra los ojos nuevamente” musitó después de unos segundos de silencio.

Harry estaba apunto de agregar algo más, pero en ese momento los padres de Hermione salieron de la habitación.

“Vamos a la cafetería¿ustedes quieren venir?” les preguntó la señora Granger amable, aunque visiblemente afectada.

“No, gracias, yo me quedaré con Hermione” contestó Ron poniéndose de pie.

“¿Y tú Harry?” preguntó ahora el padre de Hermione.

“Eh... yo...” “Ve tú, yo me quedó aquí” dijo Ron y sin mirarlo, entró a la habitación de la chica.

&&&&&

Harry pidió una gran taza de chocolate caliente, mientras los Granger un reconfortante té mágico sin azúcar, y se sentaron alejados del resto de las personas para poder hablar con tranquilidad, cosa que a Harry lo puso nervioso.

“Hermione siempre habla de ti¿no es así querida?” comenzó diciendo el señor Granger luego de un gran sorbo de té.

“Sí, siempre te menciona en las cartas que nos envía” respondió su mujer con mirada dulce hacia el muchacho, que cada vez se ponía más incómodo “Nos cuenta sobre el gran chico que eres, las muchas veces que la has ayudado y protegido... por eso no me extraña que se haya enamorado de ti”

Harry se atragantó con el chocolate.

“Nos contó que quieres ser auror¿es eso cierto?”

“Sí, es verdad”

“Eso es algo así como cazadores de magos oscuros¿no?”

Harry asintió, mientras asía fuertemente la taza de chocolate entre sus manos.

“Hermione nos contó que quiere ser un auror también. Sería estupendo que siguieran juntos...”

El chico no habló, prefiriendo seguir tomando chocolate caliente en silencio. No obstante, no duró mucho tiempo hasta que la señora Granger volvió a hablar, pero esta vez con lágrimas salientes por los ojos.

“Gracias Harry...”

“Yo... yo no he hecho nada” respondió turbado.

“Tú has hecho mucho por muestra hija, eso no nos cabe duda” agregó el señor Granger algo más compuesto que su mujer.

“Gracias por cuidarla siempre” repitió entonces la señora Granger, tomando las manos de Harry entre las suyas.

Harry y Ron regresaron a Hogwarts en el más completo silencio bien entrada la noche. No pararon a hablar con nadie y apenas estuvieron en su habitación, se acostaron sin desearse las buenas noches. Por supuesto que ninguno de los dos pudo pegar pestaña en toda la madrugada. Mientras Ron se maldecía por ser tan lento en declararse a Hermione, Harry cavilaba en todo lo que había sucedido en un sólo día, sumado inclusive el problema que tenía con Ginny.

Al despertar a la mañana siguiente, después de haber dormido un par de horas, Harry descubrió que Ron ya había bajado y que si no se levantaba ya, llegaría atrasado a su primera clase del día. Sin embargo, y a pesar que se vistió lo más rápido que pudo, ni siquiera alcanzó a desayunar, porque al pie de las escaleras que daban a la sala común, una joven de cabellera roja y un semblante muy preocupado esperaba por él.

“Supongo que Ron ya te habrá contado todo” dijo Harry después de un frío saludo.

“Sí y yo supongo que no le contaste nada sobre, bueno tú sabes” contestó la muchacha un tanto nerviosa.

“No, pero sigo pensando que Ron y toda tu familia deben saberlo”

“Esto no te incumbe, Harry”

“¿No me incumbe?... Me dejaste por él y resulta que ese él es una de las peores personas que conozco” respondió enojado.

“No es tan malo como crees”

“Ginny, es hijo de mortífagos”
La muchacha ahogó un grito y miró hacia ambos lados, rogando para que nadie lo hubiera escuchado.

“Aun así lo quiero” susurró mirando fijamente a Harry.

“Con mayor razón tu familia debe saberlo. Ellos aun creen que estamos juntos, incluso Ron y Hermione” dijo enfadado.

Ginny dejó de mirarlo, suspirando abatida.

“¿Lo vas a decir, no es así?”

Harry no contestó de inmediato. Pensó en todos los problemas que ya tenia a cuestas y creyó que tenía suficiente con el tema de Hermione.

“No Ginny, no diré nada. Ese será tu trabajo” y sin agregar nada más, dejó a la muchacha antes de quedar fuera de la clase de Mcgonnagall.

&&&&

Mientras la mayoría del alumnado estaba en clases, Ron Weasley yacía boca arriba sobre el musgo pasto del campo de Quidditch. No había querido entrar a clases con Snape; soportar su propio mal humor de ese día le bastaba y sobraba para tener que aguantar además a su grasiento profesor jactándose al quitarle puntos a Gryffindor, aunque en ese momento no le importaba en lo absoluto si su casa quedaba en la última posición. En ese momento tan sólo deseaba ser otra persona o cosa, incluso se conformaba en ser esas extrañas figuras que las nubes dibujaban en el cielo. Al parecer eran muchos más felices que él.

Cerró sus ojos y una imagen difusa de Hermione vino a su mente. Deseó tenerla ahí, frente a él y decirle de una vez por todas todo lo que sentía. Decirle que si anduvo con otras chicas fue para sacársela inútilmente de la cabeza o para darle celos... que era un cobarde que no se atrevía a enfrentar sus sentimientos, decirle que la quería, que quería estar con ella y que era un estúpido por no invitarla al baile en 4to año. Que si peleaban constantemente era para tener un motivo para sentirla cerca, disfrutar de ese brillo en sus ojos cuando estaba molesta y... Pero Ron no pudo continuar con todo lo que le diría a Hermione si ella estuviera allí, porque en ese instante notó que le llegaba mucho menos luz a su rostro. Abrió los ojos rápidamente y descubrió que alguien lo miraba detenidamente.

“¿También buscas caracoles carnívoros, Ronald?”

El muchacho se reincorporó levantándose del suelo, en tanto que Luna Lovegood seguía atentamente cada movimiento con una gran sonrisa.

“¿Caracoles carnívoros?” preguntó Ron sacudiéndose la tierra de los pantalones y los brazos.

“Sí, dicen que atacan sólo de noche, de día duermen así es más fácil de atraparlos. ¿Has encontrado alguno?” preguntó con entusiasmo.

“Eh, no... en realidad vine aquí porque quería estar solo” contestó bruscamente.

“Ah, bueno, este es un buen lugar. Yo también vengo aquí cuando no quiero que me molesten”

Ron comprendió con pesar que Luna no había captado el mensaje indirecto de que se fuera.

“Sé lo que pasó con Hermione” dijo entonces Luna volviéndose seria “No te preocupes, estará bien”

El chico no contestó. Odiaba esas palabras vacías que siempre decía la gente en los momentos difíciles.

“Sé como te sientes...” agregó y apoyó una mano en su hombro.

“¿Así que sabes como me siento?” soltó Ron hastiado “¿Acaso alguna vez has querido decirle algo a la persona que quieres y no poder hacerlo porque está como muerta? o ¿alguna vez te has sentido que eres peor que todos los demás? ... ¿Te has enamorado de alguien imposible?”

Ron no tenía la más mínima idea porque le estaba gritando a Luna todas esas cosas que jamás debieron salir de su boca, pero ya no había remedio. Luna, por su parte, sacó su mano del hombro derecho de Ron, y con una voz que él jamás la había escuchado hablar le contestó:

“Todos los días deseo ver y hablar con mi mamá. Cuando me gritan cosas y me molestan, pienso que algo debe estar mal conmigo... y sí, me he enamorado de alguien que sé que jamás me querrá. Es más, apuesto que no sabe que existo. Así que cuando digo que sé como se siente estar como tú, es porque de verdad lo sé” y antes que Ron pudiera abrir su boca, Luna giró sobre sus talones y se marchó, dejándolo con un gran peso en su estómago.

&&&&

Los días pasaron y con ellos las semanas, y Hermione aun no abría los ojos. Sin embargo, en los últimos días había empezado a tener sobresaltos y en ocasiones incluso presentaba estados febriles, pero en ninguno de esos días Harry dejó de estar a su lado. En un solo mes, su rutina había cambiado por completo. Los días de clases iba por las tardes a verla, pero los fines de semana se levantaba al alba y hasta que Dumbledore llegaba a eso de las ocho de la noche, no se separaba de ella. Había dejado las prácticas de Quidditch y los libros ya ni los abría. A veces hasta escuchaba susurros salir de su boca. En una ocasión hasta creyó que lo llamaba, sin embargo, todo había sido producto del cansancio de estar tantas horas frente a ella y sin haber comido nada.

“Te vas a enfermar si no comes algo” le dijo Ron una noche lluviosa de diciembre “Ve por algo a la cafetería, yo me quedaré aquí, así de paso me traes algo a mi que muero de hambre”

Harry y Ron habían arreglado sus diferencias. En realidad fue Ron quien se dio cuenta que Harry no tenía la culpa de nada de lo que había sucedido y que para salir de todas las dudas debía esperar a que Hermione despertara de su pesadilla.

“No, estoy bien...”

“Harry, ve y anda a comer, en serio amigo, cada vez estas peor. Si sigues así, cuando Hermione despierte no te va a reconocer” dijo sonriendo.

“¿Tú crees que despertará algún día?” preguntó Harry de pronto.

Ron borró la sonrisa de su rostro, posando su mirada ahora en la muchacha.

“Tiene que despertar” se limitó a decir.

“¿Qué estará soñando?... ¿Te imaginas si despierta y no nos reconoce?. Yo creo que me volvería loco”

“Creo que todos nos volveríamos locos si Hermione no regresa en sí” contestó Ron pensativo, pero volviendo a mirar a Harry agregó “No sacamos nada con pensar tanto, así que ve ya y me traes de esas grageas africanas. Según Fred, son una delicia”

Harry asintió y mirando por ultima vez a Hermione, salió de la habitación.

Ron espero a que Harry cerrara la puerta para empezar a hablar con su amiga. No sabía si ella lo escuchaba o no, pero desde que había descubierto que era casi una terapia hablar con ella de sus sentimientos así, no perdía la oportunidad de hacerlo cuando se encontraban a solas.

“Por fin se fue... no te imaginas lo flaco que está. Apenas come, se la pasa pegado aquí, así que cuando despiertes, una de las primeras cosas que debes hacer es alimentarlo por todos los días que lo has mantenido preocupado.

No... aun no hablo con Luna. Sí, no me mires con esa cara, sé que debo disculparme con ella. Fui un idiota al tratarla de esa manera. Menos mal que Ginny no se ha enterado, o sino aun estaría sufriendo por alguno de sus maleficios... y hablando de Ginny, creo que tus sospechas eran ciertas. Al parecer terminó con Harry, pero aun le hacen creer a todo el mundo que están juntos. ¿Por qué¡Qué se yo! Para eso te necesito a ti, tú eres mejor en resolver los misterios que yo.

Sabes otra cosa, creo que aunque no lograste enamorar a Harry, él se está enamorando solito de ti. Sí, en serio, no bromeo. Serás su amiga, te querrá mucho, pero esa obsesión por estar a tu lado todo el día y todos los días no es normal. Mírame a mi por ejemplo. Soy tu amigo y te quiero mucho, tú sabes cuanto te quiero... bueno, no, no sabes muy bien lo que yo siento por ti, en realidad ni yo sé muy bien en estos momentos que es lo que siento por ti, pero no es el caso. Te decía que siendo tu amigo y todo, por lo menos como y no estoy pegado todo el día en el hospital, cosa que no quiere decir que no me importes, sino que no puedo estar todo el día aquí, además conoces mi aberración hacia los hospitales, desde que me contaste como son los muggles, pienso que aquí hacen lo mismo con los enfermos y...”

“Harry... no, Harry...” En ese instante Ron paró de hablar. Hermione había hablado por primera vez desde que había caído bajo los nefastos efectos de la poción.

“¿Hermione?... ¿Hermione me oyes?” preguntó fuerte y claro.

“¡No lo mates, no por favor!”

Ron tomó una de sus manos.

“¡Hermione, por favor abre los ojos, abre los ojos!”

De pronto la muchacha empezó a gritar más y más alto, y a llorar desgarradoramente. Ron seguía tomándola de la mano, mientras que con la otra acariciaba su húmeda frente.

Entonces pasó lo que hacía mucho tiempo esperaban. Sorpresivamente y justo en el momento en que los sanadores entraban apresurados a la habitación, Hermione abrió los ojos de par en par, y con un grito que casi dejó sordo a Ron, éste imaginó más o menos de que se trataba su pesadilla.

“¡Ron, han matado a Harry!... ¡Voldemort lo ha matado!” y siguió llorando desconsoladamente en sus brazos.

Cuando Harry llegó al pasillo donde se encontraba la habitación de Hermione, sintió un escalofrío recorrer toda su espalda. Ron estaba de pie, al lado de las bancas moviendo sus manos como neurótico. Habían llegado también los señores Granger, que hablaban algo que no podía oír y hasta Dumbledore aguardaba frente a la habitación.

“¿Qué sucedió?” preguntó Harry corriendo hacia ellos.

“Hermione, mi niña, ha despertado” contestó la señora Granger con lágrimas en sus ojos.

“¿Verdad?... ¡Eso es increíble!... ¿Estabas con ella cuando abrió los ojos?” preguntó dirigiéndose a Ron.

“Sí”

“¿Y qué dijo?... ¿te reconoció?”

“Sí y...”

“¿Habló de mi?”

“Sí, pero...”

“Quiero verla¿puedo entrar?”

“Aun no Harry” contestó esta vez Dumbledore.

“Pero, ella está bien¿no?... ¿saben de qué se trató la pesadilla?” preguntó ansioso.

“Más o menos” respondió Ron mirándolo de soslayo.

“¿Y?”

“Harry, es preciso que te calmes primero” pidió Dumbledore con voz tranquilizadora.

“¿Por qué?... ¿Qué tan malo es?”

“Hermione cree que has muerto” respondió Ron casi en un murmullo.

“¿Qué?”

“Ella cree que Voldemort te ha matado, Harry. En estos momentos los sanadores están tratando de calmarla, por eso aun no es conveniente que hables con ella, no hasta que sepa que todo ha sido producto de su imaginación” sentenció Dumbledore mirando apenado al muchacho.

&&&&

Aquella noche fue una de las largas que vivió Harry en toda su vida. Regresó al castillo sin poder ver ni siquiera de lejos a Hermione y lo peor es que ella creía que había muerto. ¿Qué tanto duraría en entender que sólo era una pesadilla?

“Cálmate, se recuperará” dijo de pronto Ron desde su cama. Al parecer también tenía problemas para dormir.

“¿Y si no acepta nunca esta realidad o se vuelve loca?” soltó Harry desesperado.

“Más loca de lo que es, no creo”

“¡Ron hablo en serio!”

“Harry, conoces a Hermione tan bien como yo. De seguro entenderá todo, vamos, si es más inteligente que los dos juntos” “Es que de verdad no soportaría perderla”

“Hablas como si estuvieras enamorado de ella”

“No empieces, además sabes que estoy con Ginny” dijo Harry en un tono nada convincente.

“Deberías dejar de mentirte y mentirnos de una vez por todas¿no crees?” y se sentó para ver mejor a su amigo.

“¡No estoy mintiendo!”

“Yo creo que sí. No es raro que te enamoraras de Hermione. Es una chica espectacular”

Harry también se sentó en su cama.

“Por supuesto que es una chica espectacular, pero no significa que este enamorado de ella. Además todo este tiempo ha estado inconsciente”

“¿Y eso qué?”

“¿Cómo que qué?... Es ridículo”

“No, el ridículo aquí eres tú que en todo este tiempo has estado enamorado de ella y no lo has querido reconocer”

“Yo la quiero, pero sólo como una amiga... además no tendría nada con ella porque tú eres mi amigo”

“¿Y?”

“¿Y!... armaste un lío cuando supiste que ella estaba enamorada de mi. Eres tú el que está enamorado de ella y yo no me meteré entre ustedes”

“Está bien, si tu lo dices” dijo Ron y se volvió a recostar.

“Claro que es así, además estoy con Ginny, que no se te olvide”

“Si es así, entonces no te molestará que cuando Hermione este mejor de su cabeza, yo me declare de una vez por todas”

Harry se quedó como piedra.

“¿No te molesta, verdad?” volvió a preguntar Ron.

“Por supuesto que no me molesta, es más, ya era hora” contestó Harry, y con un fuerte dolor en la boca del estómago, volvió a poner su cabeza en la almohada con menos ganas de dormir que antes.

&&&&

Hermione después de todos los tranquilizantes y la charla que tuvo con Dumbledore estaba mucho más calmada, aunque no menos confundida. Por lo que entendía, había tomado un hechizo para enamorar a Harry, pero ese filtro provocó que soñara cosas que parecían real, y que en el fondo no eran más que una pesadilla. Si eso era cierto, entonces nunca estuvo en ese terrible cementerio, ni había visto a Voldemort ni éste había matado a Harry.

Harry murmuró y sintió su corazón latir con más fuerza. Todo había sido una gran ilusión. Cerró los ojos y trató de recordar cuando había sido exactamente el momento que había tomado la poción. Recordó que estaba en su habitación junto a Lavander y Parvati que le mostraban una revista, hablaban de una poción... que ella debía tomarla para enamorar a... RON.
Hermione se sentó, tomándose la cabeza con ambas manos. Ahora todo estaba peor.

“¿Molesto?” dijo de pronto una voz suave desde la entrada.

Hermione levantó su mirada y sintió que se iba a desmayar. Frente a ella, Harry cerraba la puerta trayendo consigo un gran ramo de flores.

Ahora no tenía idea como reaccionar. Había pedido de todas las formas que le trajeran al chico para comprobar que todo no había sido más que una pesadillas, pero ahora que estaba allí, mirándola expectante, ni siquiera sabía que decir.

“¿Cómo estás?” preguntó Harry acercándose con lentitud.

Ella comenzó a temblar y sintió que su visión se nublaba por culpa de las lágrimas.

“Harry” susurró y como si alguien la hubiera empujado de la cama, se abalanzó sobre él por poco derribándolo.

Harry correspondió al caluroso abrazo, sintiendo de pronto que en su garganta se formaba un nudo.

“Fue terrible Harry... Voldemort estaba ahí y te mató, yo no pude hacer nada...”

“Shisss” la chistó cariñosamente “Nada de eso pasó Hermione. Nada fue real”

“... ¿Nada fue real?” preguntó con voz queda.

“Nada Hermione, nada”

Entonces Hermione sintió que de pronto le pegaban fuerte en el estómago, sacándole de paso todo el aire.

“Todo esta bien Hermione. Voldemort no ha aparecido ni se ha sabido de nuevas muertes durante este mes que estuviste durmiendo” siguió Harry apartándose un poco de ella para mirarla a los ojos, pero siempre abrazándola.

“Por lo que le has dicho a Dumbledore, él me dijo que todo empezó ese día en que entraste a mi habitación porque Neville te había dado mi recado”

“Sí, yo llegué a tu habitación, me abriste la puerta, me miraste y caíste al suelo inconsciente. Ni siquiera me alcanzaste a decir hola”

“Eso no fue lo que pasó... no en el mundo en que viví” Hermione se limpió las pocas lágrimas que habían rodado por sus mejillas y desvió su mirada hacia las sábanas perfectamente blancas.

“¿Y qué fue lo que pasó en ese mundo?” preguntó él con curiosidad.

“Muchas cosas... cosas que...”

“¿Qué?” se atrevió a preguntar ante la interrupción de la propia chica.

“Cosas que son una completa tontería” respondió sonriéndole con amargura.

“¿Y puedo saber que cosas son esas?”

La chica suspiró hondo, tratando de ganar tiempo para organizar bien sus ideas antes de contestar.

“Te parecerá ridículo, pero tú y yo nos enamorábamos. Caías bajo los efectos del filtro por error, y me perseguías todo el tiempo, sin embargo terminé por enamorarme de ti, a pesar que la era novia de Ron. Finalmente salimos juntos, aunque ocurrían cosas extrañas como que tú escuchabas mis pensamientos o soñábamos lo mismo, y eso era porque Voldemort quería llegar a ti a través de mi. Entonces Dumbledore decidió borrar nuestros recuerdos, pero no resultó porque al final seguimos teniendo conexiones, y así llegó el día en que terminamos en un cementerio donde Voldemort, Bellatrix Lestrange y Snape estaban esperándonos. Luchaste contra él, pero no pudiste... te mató y creo que a mi también. Cuando abrí los ojos a mi lado estaba Ron y los sanadores”

Harry se tomó unos segundos antes de volver a abrir la boca. Algo le había llamado particularmente la atención del relato.

“¿Me enamorabas por error?” preguntó sin quitarle los ojos de encima.

“Sí, el filtro lo había hecho para enamorar a Ron” dijo y sus mejillas se tornaron de un furioso rojo.

En ese preciso momento, Harry no comprendió porqué sentía como mil cuchilladas le atravesaban los pulmones haciendo que su respiración fallara de pronto.

“¿Entonces no estás enamorada de mi?” y tuvo la sensación que estaba tan rojo como ella.

“No, claro que no” dijo sintiéndose peor “... tú sabes, nosotros somos amigos, sólo eso... además, tú estás con Ginny¿no es así?”

“Sí” e hizo una mueca que Hermione no alcanzó a ver. “Sabes, dentro de todo lo que soñé, Ginny era novia de Malfoy y Ron terminaba por enamorarse de Luna” contó tratando de sonar alegre“¿Qué más falso que eso, no?”

“¿Ginny y Malfoy?”

“Sí, es una estupidez del porte de un elefante”

Hermione volvió a acomodarse mejor en la cama, mientras Harry parecía estar tan confundido que su cara se descompuso por completo.

“¿Te pasa algo Harry?” preguntó notando que el chico había quedado sumido en sus pensamientos por mucho rato.

“Eh... no, no pasa nada” respondió sin convencerla.

“Oh, parece que alguien no acató las reglas, para variar” dijeron de pronto desde la puerta.

Harry volteó al tiempo que Hermione miraba sobre sus hombros. Un muchacho alto, de cabellos rojizos, acompañado por una chica de menor estatura, pero tan pelirroja como él se asomaban en la entrada.

“¡Ron, Ginny!” exclamó Hermione.

“Que Dumbledore no se entere que estás acá Harry, se suponía que no deberías ver a Hermione dentro de una semana” dijo Ginny seria.

“No te preocupes, yo estoy bien, con un poco de dolor de cabeza, pero bien” dijo Hermione con voz tranquilizadora.

“Que bueno, de verdad te echábamos mucho de menos” y llegando donde ella, Ginny la abrazó.

“¿Ginny, podemos hablar un momento?” lanzó de pronto Harry.

“¿Ahora?... Pero si acabo de llegar”

“Es importante, además sería bueno que dejáramos a Ron y a Hermione a solas, apuesto que tienen mucho que conversar” dijo esforzándose por sonar lo más amigable posible.

Ginny alzó una ceja, pero sin decir nada, siguió a Harry, dejando a su hermano y a su amiga con una gran interrogante. “¿Y a estos dos que les pasa?” preguntó Hermione cuando Ginny había cerrado la puerta.

“Están más raros que nunca. Creo que tenias razón, algo nos esconden” contestó Ron sentándose a su lado.

“Según Harry, aun están juntos”

“Yo creo que miente para que no te des cuenta de sus verdaderos sentimientos”

“¿Qué verdaderos sentimientos?”

“Que le gustas tú” contestó como si aquello fuera lo más obvio del mundo.

“¿Qué?... ¡Estás loco!”

“Además tú también estas enamorada de él¿no? Por algo hiciste esa poción”

“Esa poción no era para él” dijo Hermione sin pensarlo.

“¿Ah no?” y sus ojos quedaron mirándola desorbitadamente.

Y Hermione, sabiendo que había hablado más de lo que debía, volvió a colocarse tan roja como un tomate.

“... Yo quería... enamorarte a ti” dijo en un murmullo que la dejó muda después por largos minutos, y a Ron con las orejas tan coloradas que sentía que podía emanar calor.

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