Regalo para cris_snape

Dec 27, 2011 13:11

Título: Tras el partido
Autor: sra_danvers
Amigo Invisible para cris_snape
Rating:
Todos los públicos
Pareja/Personajes:
Luna Lovegood, Zacharias Smith Resumen:
Prompt: Después del partido contra Gryffindor, Zacharias Smith va en busca de Luna Lovegood para recriminarle que le haya llamado perdedor en sus comentarios. Sin embargo, descubre que no es nada fácil pelear con ella y eso le saca de quicio. Advertencias: Espero que te guste, he intentado escribir un fic pero me temo que he llegado a un diálogo de besugos…


Zacharias Smith corría hacia el castillo, vestido aún con el uniforme de su equipo de Quidditch. Tenía ganas de ducharse para celebrar luego la victoria de Hufflepuff en su sala común, pero antes tenía una cosa pendiente: reclamarle a Luna Lovegood sus palabras, voceadas a gritos delante de todo el colegio.

⎯¡Lovegood! ⎯vociferó, intentando que la muchacha se detuviera⎯. ¡Lovegood! ¡Luna Lovegood! ¡Lunática! ⎯exclamó al final, viendo que a pesar de que su voz era potente y la chica no estaba tan lejos, no se detenía.

⎯Ah, eres tú ⎯comentó la Ravenclaw, detenida mientras el cazador llegaba corriendo hasta ella.

⎯¿Te parece bien haberme insultado en público, ante todo Hogwarts? ⎯le preguntó el chico, nada más alcanzarla. Estaba sudado y resollando, y aún llevaba su escoba en la mano.

⎯¿Por qué no te has duchado aún? La verdad es que lo necesitas. Después de hacer deporte es necesario el uso de la higiene. Mi padre publicó una vez un reportaje sobre los hongos verdecillos que se meten en la piel por el sudor. Muy desagradable.

El jugador se la quedó mirando totalmente pasmado.

⎯¿Me has oído? ¿Por qué me has insultado?

⎯Yo no te he insultado ⎯contestó Luna, sinceramente.

⎯¡Me acabas de decir que era un perdedor! ⎯exclamó el chico, cada vez más nervioso. Nunca había intercambiado muchas palabras con esa extraña Ravenclaw, pero sí había oído hablar de ella. No había creído todo lo que le habían contado, suponiendo que eran exageraciones de compañeros irritados. Ahora empezaba a replantearse la opinión.

⎯¿Eso he dicho? Creo que no. He comentado que puede que tuvieras la “peste del perdedor”, lo que no es lo mismo que ser un perdedor, en realidad. La peste del perdedor es algo que viene y va, no es permanente. Ser un perdedor sí lo es. Por lo tanto no es lo mismo.

⎯¿Te estás burlando de mí? ⎯preguntó Smith, incapaz de creer que la chica fuera realmente tan densa como parecía.

⎯No. ¿Por qué iba a hacerlo?

⎯Porque eres amiga de Potter, y de la pequeña de los Weasley. Lo has dicho en el partido, que te caía bien Ginny ⎯explicó las conjeturas que había hecho.

⎯Harry Potter es mi amigo. Eso dice él. Me invitó a ir a la fiesta del profesor Slughorn con él. Como amigos.

⎯¿Y a mí qué me importa eso? ⎯inquirió el chico, incrédulo. No podía ser verdad, se sentía como hechizado, como si Snape le hubiera hecho tragar una poción mal realizada para comprobar si funcionaba.

⎯Tú lo has dicho. Has dicho que era amiga de Potter.

⎯¡Claro que lo he dicho! ¡Por eso me has dejado en ridículo delante de todos! ¡Por cómo comenté el último partido entre Gryffindor y Slytherin! ⎯gritó, perdiendo totalmente los papeles. Su rostro estaba completamente rojo, y sus ojos inyectados en sangre.

⎯¿Por qué estás tan enfadado? Deberías estar contento. Tu equipo ha ganado.

⎯Sí, hemos ganado. Aunque yo tenga esa peste encima ⎯comentó despectivamente, con ironía.

⎯”La peste del perdedor”. Pero no te preocupes, tal como viene se va. A lo mejor en el próximo partido hasta juegas bien.

⎯¿Y tú qué sabes de jugar bien? ¡No sabes nada de Quidditch!

⎯Sé un poco. Se supone que los jugadores tenéis que tener la pelota y tú no la has mantenido mucho en tu poder, ¿sabes?

⎯Ppporque… Pppeero…

⎯¿Se te ha metido un Wrackspurt en el oído? ⎯preguntó Luna, con cara de preocupación. Hizo un gesto con la mano hacia la cabeza del chico, haciendo que éste diera un paso atrás.

⎯¿Qué? ¿Qué tengo? ¡Quítamelo! ⎯exclamó el chico, asustado, mientras agitaba las manos sobre el casco que aún llevaba puesto.

⎯Oh, es muy difícil verlos, porque son invisibles. Mi padre regaló unas gafas con las que verlos, pero las he perdido. Siempre pierdo las cosas, aunque vuelven a mí al final del curso. Si quieres te las puedo dar entonces, para que los busques.

⎯¿Me estás tomando el pelo? ⎯dijo Smith olvidando las cosas invisibles que se metían por las orejas.

⎯No. Eres un poco repetitivo, ¿sabes? ¿O es que te han dado algún golpe en la cabeza, como a Harry? A los jugadores de Quidditch os pasa mucho. Por eso sois tan lentos y sacáis malas notas ⎯declaró sin delicadeza alguna.

⎯¡Será posible! ¡Y vuelves a insultarme! ⎯gritó, empezando a sofocarse al jadear de nuevo, tan nervioso se estaba poniendo.

⎯¿Te he insultado? Oh, lo siento, no me había dado cuenta. A veces me pasa, me cuesta centrarme en las cosas insignificantes ⎯confesó sin el menor pudor.

⎯¿Te parezco insignificante? ⎯inquirió el arrogante chico. No había insulto peor para alguien tan pagado de sí mismo, lo que le irritó mucho más que el asunto de la “peste del perdedor”⎯. Para que lo sepas, provengo de una de las familias más antiguas de este colegio. No nos mezclamos con cualquiera, y desde luego no compramos la “revista” de tu padre ⎯escupió, ofensivo⎯, por lo que no espero que nos conozcas.

⎯Puede que sí, conozco a muchos Smith. ¿Tu familia ha participado en alguna búsqueda de los Blibbering Humdinger? Creo que había algún Smith en la última batida anual.

⎯¿Pero tú te has creído que mi familia iría a una búsqueda tan estúpida?

⎯No lo sé, no los conozco. Y no es estúpida, es muy divertida. Mi padre me llevó una vez. Además hay un premio si logras encontrar a uno. Una suscripción gratuita al Quisquilloso por dos años y tres meses.

⎯¿Por qué tres meses? ⎯preguntó Zacharias, curioso sin poder evitarlo.

⎯¿Por qué no?

⎯¡Basta! Te aviso: no vas a contagiar me con tus locuras.

⎯No pensaba invitarte, de todos modos las plazas son muy limitadas. Por el espacio ¿sabes? Es difícil buscar una criatura que se esconde si hay muchas personas. La gente es muy escandalosa.

⎯¿Se puede saber de qué demonios estás hablando? ⎯preguntó el chico totalmente desquiciado.

⎯De los Blibbering Humdinger. ¿De qué estabas hablando tú?

⎯De nada ⎯se rindió el chico al final.

Ya ni recordaba por qué le había molestado tanto que la chica le hubiese llamado perdedor. No es que no supiera nada sobre Quidditch, ¡es que no sabía nada de nada!

⎯¡Oye! ⎯gritó Luna, viendo que el jugador se alejaba con su escoba⎯. ¡Te guardaré las gafas cuando las encuentre! ¡Para los Wrackspurt! Qué chico más raro, al final no me ha dicho qué quería…

amigo invisible

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