Dec 19, 2004 15:10
Número 1 abre la puerta a Número 2. Nº 2 se queda
sorprendido al ver a Nº 1 rapado al 3 y con una camiseta de las Supernenas un
par de tallas más pequeña de lo recomendable. Pasan al salón de la casa que
esta tan desaliñada como el anfitrión. Nº 1 se sienta en el sofá y Nº 2 en el
sillón contiguo. Tras un breve momento Nº 1 se da cuenta de que Nº 2 está anonadado
mirándole.
Nº 1: Se lo que estas pensando, y hay una explicación. Estoy
de colada y le he cogido la ropa a mi chica.
Nº 2: No, no -apresuradamente-. No es eso, es… -trata de
cambiar de tema-, es tu pelo. ¿Qué le ha pasado?
Nº 1: Oh, vaya, lo has notado. Me he pelado así en señal de
luto.
Nº 2: ¿En señal de luto?
Nº 1: Si, mi peluquero ha muerto.
Nº 2: Vaya -continua
con la misma cara de pasmado-, lo siento. Pero… ¿no crees que sea un poco
exagerado? Hay cientos de peluqueros.
Nº 1: ¿¡Cómo!? ¿¡Bromeas!? Llevaba yendo toda mi vida a ese
peluquero. Conocía todos y cada uno de mis pelos, y además era de la vieja
escuela, ¡me pelaba con tijeras! Me rapare al 3 durante todo un año y a partir
de hay me dedicare a la ardua tarea de buscar a alguien que pueda suplirle. Un
hombre jamás debería enterrar a su peluquero.
Nº 2 sigue mirando a Nº 1 y alucinando. A Nº 1 la cosa ya no
le hace ninguna gracia.
Nº 1: ¿Qué coño pasa contigo?
Nº 2: Joder tío, lo siento, pero es que llevas una puta
camiseta de las Supernenas.
Nº 1: Pues deberías ver la ropa interior que llevo puesta.