Quizás estoy agarrando para el lado de los tomates, pero algo me viene dando vueltas en la cabeza hace rato, y esta frase "el sapo y su libertad infinita", combinado con el "festejo" del día de la mujer de mañana (que no debería ser festejo sino conmemoración, que no es en absoluto lo mismo) me hacen pensar en todas las ideas machistas que nos han inculcado a lo largo de la historia, por ejemplo, lo que dice tu historia, una mujer que ha sido llevada a pensar que en un hombre (un príncipe) estaba su salvación, su felicidad, lo que la hacía completa. No sé si es lo que quisiste decir, pero creo que a pesar de la brevedad se pueden sacar muchas reflexiones de tu microcuento, y esta es la mía. ¡Besos y que tengas un buen viernes!
No importa lo que yo quise colocar, tanto como lo que vos has pensado (me parece). Todo este asunto de lo que debe ser, lo que debería ser, de cómo se regía el mundo o cómo se rige ahora, asombra, frustra, enerva, enfada... siempre depende de quién esté mirando, de la época que estemos viviendo, del momento que estemos pasando. ¡Mil gracias por tu visión y tu interpretación! Muchas más por compartirlo conmigo. ¡Besos y que tengas bonita fin de semana!
Muy bueno! Chiquito pero genial. Y un poco pesimista, pero si, a lo mejor ser sapo es preferible a ser príncipe. Estas para participar en el concurso de cuentos que organiza Antel, que son cuentos que tienen que entrar en un mensaje de texto, y hay un límite a los caracteres. Besos!
Pues la verdad, lo que pensé al escribirlo fue que si sos sapo, pensás que ser príncipe debe ser lo más. Si sos príncipe, quizás algunas cosas de ser sapo te parezcan necesarias y atractivas. Y si sos quien transformó al sapo en príncipe, y éste no está feliz, serás mujer que se siente culpable porque por tu culpa, él ahora es infeliz. ¿No es todo como súper idiota y complicado? ¡No puedo entrar en ese concurso! Este cuento tiene demasiados caracteres. ¡Besos grandes, Ross!
Ironic total. En definitiva, toda historia tendrá tantas versiones como participantes, tendrá un antes, tendrá un durante y tendrá un después, que seguro no será cómo los participantes pensaron que sería. ¡Beso grande, niña!
"toda historia tendrá tantas versiones como participantes, tendrá un antes, tendrá un durante y tendrá un después, que seguro no será cómo los participantes pensaron que sería"
Adhiero mucho a esto :) Suerte y que sigas muy creativa ^^
Tu cuento me hizo pensar, primero, en que los relatos de princesas y príncipes y sus finales felices, que no muestran lo que pasó luego del "y fueron felices para siempre". Y en segundo, que no conocemos el punto de vista del otro protagonista, que, como en este caso, puede significar dolor y pena en medio de la felicidad del otro.
Me pareció muy interesante que el hecho de hacer realidad un deseo, en este caso, convertirse en humano en lugar de ser un animal "repugnante", no sea el final feliz que se espera. Acá se cumple eso de "ten cuidado con lo que deseas, que se te puede cumplir". Después de todo, me dio tristeza el pobre sapo =(
Supongo que aquello de que lo que deseamos y lo que necesitamos, no son exactamente lo mismo, siempre es verdad. Me dan tristeza ambos. Él, porque seguramente pensó que ser príncipe de nuevo era mejor, era lo que quería. Y no recordó lo que implicaba (desde un punto de vista de renuncia y obligaciones) ser príncipe. Ella, porque seguramente pensó que todo sería maravilloso. Pero ¿quién puede ser feliz si aquel que tiene al lado, no lo es del todo? ¿Y quién puede ser feliz si esa infelicidad, de algún modo, tuvo su origen en algo que hicimos? Quizás ella debería dejar de sentirse culpable y él deberia tratar de sacarle el mejor provecho posible a la situación. Porque definitivamente, a menos que encuentren otra bruja que lo vuelva sapo, seguirá siendo príncipe por siempre jamás. ¡Besos grandes y gracias por usar eso íconos tuyos que me encanta!!!
Creo que los cuentos clásicos no surgen ni se propagan con la intención de que quienes los leen/escuchan analicen profundamente lo que cuentan, sino al contrario: que se tome una idea general: No rechaces al sapo, besa al sapo porque, aunque sea feo, puedes descubrir que es maravilloso. Vale. Pero su simplicidad y su ubicuidad y su repetición acaban haciendo que nos paremos a pensar y destripemos el tópico, lleguemos al fondo. Tu microcuento me parece la continuación hiperrealista del cuento hiperfantástico. En principio, sólo eso. Pero eso implica pensar más, da qué pensar. Y, lo que me hace pensar, es el ya nombrado y eterno "ten cuidado con lo que deseas". Como sapo que quiso ser príncipe y como persona que quiso ser querida y lo logró y así hizo infeliz a otra y ya es tarde para arreglarlo.
No me enrrollo más. Me ha gustado muchísimo. Un abrazo.
(Por cierto, has puesto "lguar", doy por hecho que queriendo decir lugar)
Y el otro lado entonces sería, ¿y ahora qué? ¿Lloraremos ambos o intentaremos hacer algo que nos lleve a ser felices? Quizás no como esperábamos, o como podríamos, pero sin que nuestra vida transcurra en sopor insoportable de no haberla vivido como imaginamos en algún momento. ¡Gracias por el rollo! Que también me ha gustado muchísimo. Y por señalar la palabra mal escrita. ¡Abrazo para vos!
Tienes razón: tras esta continuación del final clásico sigue pudiendo haber una continuación. Siempre hay un ¿y ahora qué? en todas las historias que puede ser tan interesante o más que lo contado anteriormente. Me gustan los finales abiertos pero no puedo evitar que me gusten los finales esperanzados, así que quiero pensar qu eenuentran el modo de ser felices, aunque no sea tanto o tal como lo imaginaron.
¿Podrían poner una charca en el jardín en la que poder chapotear de vez en cuando como ningún príncipe lo haría?
Se me ocurre que esa noche, ella lloró hasta dormirse sobre la almohada empapada. Que él se despertó temprano y la miró y se dijo a sí mismo que valía la pena, que ella valía el intento, valía el sacrificio. Y cuando ella despertó, algo más tarde, decidió que si no podía deshacer lo sucedido, si no podía devolverle su vida de sapo, encontraría el modo de que tuviera, aunque fuera por pequeños espacios de tiempo, libertad de ser quien quisiera ser, hacer lo que quisiera ser, sin preocuparse por su posición real. Se me ocurre que al día siguiente, ambos habían decidido dejar de llorar.
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¡Besos y que tengas un buen viernes!
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Todo este asunto de lo que debe ser, lo que debería ser, de cómo se regía el mundo o cómo se rige ahora, asombra, frustra, enerva, enfada... siempre depende de quién esté mirando, de la época que estemos viviendo, del momento que estemos pasando.
¡Mil gracias por tu visión y tu interpretación! Muchas más por compartirlo conmigo.
¡Besos y que tengas bonita fin de semana!
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Si sos príncipe, quizás algunas cosas de ser sapo te parezcan necesarias y atractivas.
Y si sos quien transformó al sapo en príncipe, y éste no está feliz, serás mujer que se siente culpable porque por tu culpa, él ahora es infeliz.
¿No es todo como súper idiota y complicado?
¡No puedo entrar en ese concurso! Este cuento tiene demasiados caracteres.
¡Besos grandes, Ross!
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Un besazo :)
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En definitiva, toda historia tendrá tantas versiones como participantes, tendrá un antes, tendrá un durante y tendrá un después, que seguro no será cómo los participantes pensaron que sería.
¡Beso grande, niña!
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Adhiero mucho a esto :)
Suerte y que sigas muy creativa ^^
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Me pareció muy interesante que el hecho de hacer realidad un deseo, en este caso, convertirse en humano en lugar de ser un animal "repugnante", no sea el final feliz que se espera. Acá se cumple eso de "ten cuidado con lo que deseas, que se te puede cumplir". Después de todo, me dio tristeza el pobre sapo =(
Besos, que pases buen fin de semana <3
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Me dan tristeza ambos.
Él, porque seguramente pensó que ser príncipe de nuevo era mejor, era lo que quería. Y no recordó lo que implicaba (desde un punto de vista de renuncia y obligaciones) ser príncipe.
Ella, porque seguramente pensó que todo sería maravilloso. Pero ¿quién puede ser feliz si aquel que tiene al lado, no lo es del todo? ¿Y quién puede ser feliz si esa infelicidad, de algún modo, tuvo su origen en algo que hicimos?
Quizás ella debería dejar de sentirse culpable y él deberia tratar de sacarle el mejor provecho posible a la situación.
Porque definitivamente, a menos que encuentren otra bruja que lo vuelva sapo, seguirá siendo príncipe por siempre jamás.
¡Besos grandes y gracias por usar eso íconos tuyos que me encanta!!!
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Creo que los cuentos clásicos no surgen ni se propagan con la intención de que quienes los leen/escuchan analicen profundamente lo que cuentan, sino al contrario: que se tome una idea general: No rechaces al sapo, besa al sapo porque, aunque sea feo, puedes descubrir que es maravilloso. Vale. Pero su simplicidad y su ubicuidad y su repetición acaban haciendo que nos paremos a pensar y destripemos el tópico, lleguemos al fondo.
Tu microcuento me parece la continuación hiperrealista del cuento hiperfantástico. En principio, sólo eso. Pero eso implica pensar más, da qué pensar. Y, lo que me hace pensar, es el ya nombrado y eterno "ten cuidado con lo que deseas". Como sapo que quiso ser príncipe y como persona que quiso ser querida y lo logró y así hizo infeliz a otra y ya es tarde para arreglarlo.
No me enrrollo más. Me ha gustado muchísimo. Un abrazo.
(Por cierto, has puesto "lguar", doy por hecho que queriendo decir lugar)
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¿Lloraremos ambos o intentaremos hacer algo que nos lleve a ser felices? Quizás no como esperábamos, o como podríamos, pero sin que nuestra vida transcurra en sopor insoportable de no haberla vivido como imaginamos en algún momento.
¡Gracias por el rollo! Que también me ha gustado muchísimo.
Y por señalar la palabra mal escrita.
¡Abrazo para vos!
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Me gustan los finales abiertos pero no puedo evitar que me gusten los finales esperanzados, así que quiero pensar qu eenuentran el modo de ser felices, aunque no sea tanto o tal como lo imaginaron.
¿Podrían poner una charca en el jardín en la que poder chapotear de vez en cuando como ningún príncipe lo haría?
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Que él se despertó temprano y la miró y se dijo a sí mismo que valía la pena, que ella valía el intento, valía el sacrificio.
Y cuando ella despertó, algo más tarde, decidió que si no podía deshacer lo sucedido, si no podía devolverle su vida de sapo, encontraría el modo de que tuviera, aunque fuera por pequeños espacios de tiempo, libertad de ser quien quisiera ser, hacer lo que quisiera ser, sin preocuparse por su posición real.
Se me ocurre que al día siguiente, ambos habían decidido dejar de llorar.
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