Y siguiendo con las entradas de series, vamos por las que se mueven dentro de los Mitos, la Fantasía, las Leyendas y otros mundos.
Merlin
Esta serie fue medio como Burn Notice. No tenía nada mejor que hacer ni para ver, y tenía tres temporadas completas para entretenerme sin interrupciones, así que me dije: ¿Por qué no?
Merlin viene siendo a la historia del Rey Arturo, lo que Smallville a Superman. O sea, la versión adolescente en donde los personajes, en lugar de conocerse de grandes, se conocen cuando aún son unos imberbes con mucho camino por recorrer.
La serie se trata de un chico adolescentoso,
Merlin, cuya madre lo envía a Camelot para que
Gaius, el médico de la corte, le enseñe a controlar sus poderes mágicos porque en esta tierra de mitos y magia, ésta última está prohibida y su uso se paga con la muerte.
Apenas llega, en lugar de pasar desapercibido, termina cruzándose con
Arturo, el hijo y heredero del
rey Uther (que fue quien decretó que la magia está prohibida por jodido, cobarde e hipócrita). La verdad es que así como Merlin es bueno, honesto, de gran corazón, algo patoso, algo vanidoso, rebelde en lo que al no uso de magia refiere; Arturo es un tarado, arrogante, muy valiente, de buen corazón pero esforzándose porque no se note y bastante matoncito. Por consiguiente, cuando Merlin pasa a trabajar como el ayudante de Arturo, ¿qué otra cosa que interminables discusiones, castigos resueltos con magia, pullas e insultos de todo tipo, puede salir de semejante relación? Respuesta: puede salir una amistad fabulosa, pero tarda bastante.
Sin embargo, en el camino Merlin lidiará con
Morgana, bruja temerosa de que su secreto sea descubierto por el rey que le da cobijo desde que su padre, otro rey, murió. Aunque como todos sabemos, en realidad es hija de Uther. Y trabará amistad con
Gwen, la hija del herrero del pueblo, quien al inicio medio se enamora de Merlin y luego termina enamorada hasta las medias de Arturo (y él de ella, por supuesto). Es ella quien ayuda a Merlin en la tarea de convertir a Arturo en el rey que terminará siendo, para lo cual utiliza su lengua desolla-príncipes-imbéciles con bastante regularidad.
Y por supuesto, no podemos olvidarnos del
Dragón, que es una fuente de información y consejos para Merlín. ¡Ah! Y una de las cosas que más me gustan es el nombre druida del protagonista: Amrim.
Básicamente, es una serie ochentosa. Los malos son todos malosos, los buenos son buenísimos. Si hay batallas, no hay sangre. Si hay romance, pasa por miradas, roces, abrazos y uno que otro beso (he calculado unos 5 por temporada como mucho). El bueno invariablemente gana, nadie nunca se percata de los secretos, la fotografía es preciosa y uno jamás adivinaría que en aquella época, el mundo no olía a flores todo el tiempo.
En fin, que es bonita y simple y por eso la veo. Ahora, si vamos a hablar de algo un poco más actual en su concepción e imagen, deberíamos hablar de la siguiente serie.
Camelot
Honestamente, Camelot es fantástica por muchas razones, pero el motivo que me hizo sentar a mirar el capítulo piloto es, por lejos,
Merlin.
A diferencia de la anterior, esta serie de inocente y PG tiene poco y nada. Trata del nacimiento de la leyenda de Arturo. No de él siendo rey, ni de sus “caballeros de la mesa redonda”, sino de cómo, ante la realidad social y política del momento, Merlin crea esta leyenda y todas sus partes, siguiendo un plan que sólo él conoce, con un objetivo que a nadie revela.
Por ende, en esta serie,
Arturo no es más que un chico imberbe y egoísta, más preocupado por meterse bajo las faldas de cuanta mujer tenga a mano (aún si es la mujer de la cual su hermano está enamorado) y que no sabía que fue criado por personas que no eran sus padres.
Morgana es una joven que fue maltratada, desdeñada, desterrada y creció sabiendo que su padre mató a su madre, para poder estar con
Igraine, la madre Arturo.
Gwen es la prometida del hombre más leal a Arturo,
Leontes, y aunque se haya enamorado de Arturo, igual se casa con su prometido de la vida.
La estética, el vestuario, la ambientación. Los colores, la música, el desarrollo de personajes. El castillo de Camelot derruido y para nada esplendoroso. La presentación de la política de la época, de la sociedad, las costumbres. El contraste impresionante entre este Merlin, atormentado, oscuro, taciturno, violento, y el Merlin adolescente de la otra serie… Me encantó todo en Camelot, excepto que durara solamente una temporada.
Sin embargo, aún sabiendo esto, vale la pena verla. Mucho.
Grimm
Una nochecita de domingo, mi amiga
apocrypha73 y yo nos reunimos virtualmente para ver, junto a
__marion__ y
mileya, alguna película (no recuerdo si la consigna era ver a Joshua Jackson o a James McAvoy ). El asunto es que las chicas no pudieron llegar a la cita y con Apo caímos en la disyuntiva de qué ver, que no fuera lo convenido (que sería visto en otra reunión con las chicas).
Y entonces ella me dijo “¿Has visto Grimm?”
Si hubiera dicho de entrada que era del equipo de Buffy y Angel, me habría lanzado sin duda alguna a verla. De todos modos, como me lo sugirió ella, me lancé igual sin duda alguna a verla. O al menos, a ver juntas el episodio piloto.
Grimm es sobre un tipo común y silvestre (
Nick Burkhardt) que es policía, huérfano, vive con su novia (
Juliette Silverton) y un día regresa su tía bibliotecaria (
Marie Kessler), que fue quien lo crió al morir sus padres. La pobre mujer tiene cáncer y viene a morir junto a su sobrino, con su tráiler a cuestas, dispuesta a revelarle el secreto familiar: él es uno de los últimos Grimm, personaje destinado a ver el verdadero rostro de los seres de cuento de hadas que viven entre nosotros, y eliminarlos si son malos.
Aparentemente, la única habilidad del muchacho es esta: poder verlos. En el tráiler (que por dentro es cuatro veces más grande que por fuera) está todo lo que necesita para encarar la tarea. Viene siendo la versión sobre ruedas y en paredes de lata de la biblioteca del colegio secundario de Sunnydale. Nick es básicamente un buen tipo, que no sabe nada de monstruos y por ende, no le parece que deba matarlos de una (algunos bien pueden vivir), y no tiene entrenamiento alguno fuera del policial.
Su
compañero policía no tiene idea (hasta el momento) de las habilidades del muchacho. El muchacho no tiene idea (hasta el momento) de que su
capitán PARECERIA ser uno de los bichos malos. Y aún estoy esperando que me expliquen qué quisieron decir con el sueño que tuvo con su novia en el episodio piloto, pero por ahora, ella no es más que la novia amorosa con quien su tía le dijo que debía terminar, porque era mala idea tener esa relación.
Me gusta mucho la adaptación que hacen de los cuentos de hadas en esta serie. La fotografía y estética también es muy linda. Pero lo mejor que tiene es el lobo feroz reformado (
Eddie Monroe), amigo del Grimm, que siempre termina ayudándolo en contra de su voluntad y es una no siempre buena fuente de información. Pero es definitivamente pintoresco. Como diría un amigo mío, este personaje es un "siempre listo pero no siempre bien predispuesto" lobo feroz.
No es Buffy (porque nada es Buffy, excepto Buffy), pero es interesante y cada tanto, cuando se han emitido dos o tres capítulos, está bueno preparar el mate, el bordado o el tejido, y sentarme a ver qué nuevo monstruo de semana nos han preparado.
Once upon a time
Veo esta serie porque
Mileya insistió para que la viera,
Apocrypha73 insistió para que la viera. Finalmente, todo el mundo en el lj parecía encantado con ella y me dije: ¿Por qué no? (y sí, no crean que no me he percatado de cuántas veces me hago esa pregunta encogiéndome de hombros, con una tremenda resignación ante mi destnio televisivo).
Como todos deben saber a esta altura, la serie se trata de que
Blancanieves y el
Príncipe Encantador (que en realidad se llama James, ¡caramba!) son maldecidos por la
bruja mala el día de su boda. La maldición: jamás tendrá NADIE un final feliz.
El único que puede salvarlos de esta maldición es el bebé de Blancanieves y el Príncipe, quien es puesto a salvo a través de un portal místico que está dentro de un tronco mágico, y que regresará al pueblo en donde todos los personajes de los cuentos están atrapados, sin que el tiempo pase, sin final feliz.
Así, un día, un niño (
Henry Mills) que fue dado en adopción va a buscar a su madre biológica (
Emma Swan) para explicarle que ella es la hija de Blancanieves y el Príncipe, que debe venir al pueblo y liberarlos a todos. Y de paso, ayudarlo a él, que fue adoptado por la bruja mala, que ahora es la alcaldesa del pueblo (Storybrooke). Esta mujer, que creció en hogares de acogida porque fue una huérfana que apareció un día cualquiera abandonada, es una cazarecompenza dura y curtida, que tuvo que dar su hijo en adopción porque era demasiado joven, pobre e incompetente para criarlo.
Aunque no le cree lo del pueblo con personajes de cuentos de hadas, congelados en su desgracia, igual lo lleva de regreso a su casa y su madre adoptiva. Sin embargo, esta mujer tiene una sola auténtica habilidad: detecta cuando le mienten. Así es que cuando se encuentra cara a cara con la mujer que adoptó a su hijo (la alcaldesa del pueblo y bruja mala en otro tiempo), le pregunta si lo ama. La respuesta es sí y al ver que el niño decía la verdad al afirmar que su madre no lo quiere (detecta la mentira en la respuesta de la alcaldesa), decide quedarse por un tiempo para ver qué pasa. Entonces, se desata la guerra con la alcaldesa, despierta el Príncipe Encantado, comienzan a suceder cosas que llevan a que pensemos que quizás, en algún momento, la maldición se romperá.
Y capítulo a capítulo nos vamos enterando de la historia de cada uno de los personajes en la época de cuento de hadas, con lo que siempre tenemos dos visiones en la serie: la visión Disney, con decorados fabulosos sacados de las películas clásicas de cuentos, y la visión actual, en donde todos los personajes existen con otro nombre, otra historia, sin recordar su pasado o quienes eran. Así, Pepe Grillo es el psicólogo de Henry y el mejor amigo de Geppeto, Blancanieves es su maestra, el príncipe Encantador está casado con otra y ha pasado años en coma, el cazador que no pudo matar a Blancanieves en su momento es el Sheriff y la abuelita tiene junto con Caperucita una posada.
Debo decir que desde la estética a la excelente vuelta de tuerca que tiene a cada historia, a cada personaje, esta serie está bien pensada. De todos los que aparecen, lejos mi favorito es
Rumpelstinkin, interpretado por el siempre impecable Robert Carlyle.
Algo que me asombra en la serie es lo rápido que las cosas son presentadas, resueltas o retorcidas. Nada de largas esperas. Sucede justo ahora. Este personaje… ¡pum! Muerto. Y este otro, amenazado. Y este otro, mostró su cara de entrada y no tuvimos que decepcionarnos porque pensamos que era bueno, pero resultó ser que no. Eso es… extraño, digamos. Uno está acostumbrado a muchas vueltas de tuerca.
Sin embargo, no me desvela no ver sus episodios (aunque soy honesta, ninguna serie me produce ansias de “necesito ver qué va a pasar”). Pero cada episodio es hermoso, eso seguro. Y es muy entretenido ver cómo consiguen cuajar los aspectos más comunes de los cuentos por todos conocidos, en un pueblo actual.
Doctor Who
La culpa de Doctor Who es, por lejos, de
yuvia y su entusiasta seguimiento de esta serie (como a Mamá Pata).
No hay una manera lógica o coherente de decir de qué va esta serie.
Podría contarles que se trata, al inicio, de una chica común y silvestre (
Rose), que vive con su madre, tiene un novio, trabaja en una tienda por departamentos, en un Londres no tan glamoroso como suelen mostrarlo. Y una noche, aparece un tipo medio loco, que sonríe demasiado, se have llamar
El Doctor y afirma está ahí para salvarla de los maniquíes de la tienda que cobraron vida y quieren matar gente.
A partir de esta premisa, TODO es posible.
Rose decide irse a visitar mundos con este sujeto extraño, que como gran explicación de quién es y qué have y de dónde viene y hacia dónde va, le dice que es un Señor del Tiempo. Viaja en La Tardis, que tiene el aspecto exterior de una caseta telefónica de policía londinense, pero por dentro es como una gigantesca nave con incontables habitaciones. Viajan por el tiempo, por el espacio, por mundos más allá de este mundo, lidiando con seres inimaginables. Tanto deciden un día ir a pasearse por la coronación de Enrique VIII como darse una vueltita por un mundo en donde los campos son de chocolate.
Todo en esta serie es estrafalario, absurdo, delirante. Todo es posible y por ende, uno nunca sabe con qué le van a salir. Las cosas a veces son tan ridículas, que uno no puede menos que reírse. Pero lo bueno es que no son pretenciosos, por lo que termina conquistándonos. Así, no importa si el doctor
cambia de forma humana (ergo, de actor), porque él es un Señor del Tiempo y ese tipo de cosas son posibles.
Quizás lo más estrafalario de todo es el doctor mismo, que a pesar de tener más años de los que podríamos contabilizar, sigue asombrándose por todo, queriendo verlo todo, entusiasmándose ante la sola idea de poder compartir con Rose lo que ha visto, lo que sabe, lo que hay allí afuera. Rose aporta el lado humano, la empatía, lo impredecible y, por qué no, los sentimientos que el doctor quiere hacernos creer que no tiene. Pero están ahí.
Si pueden pasar por alto la parte del ridículo o irreal, si aguantan la primer temporada hasta que llegue Tennant, si les gusta dejarse llevar por historias livianas, divertidas, que siempre tienen una enseñanza, denle una oportunidad a Doctor Who. Porque esta serie va a gustarles o no, pero no por lo que alguien les pueda o no decir en un post. Dependerá lisa y llanamente de que le den una oportunidad y decidan por ustedes mismos.
¡Besos!
Enia