Aug 01, 2009 13:02
Héroes y ángeles
5: Estados Unidos
Los presentes guardaron silencio por un momento.
-Increíble-aru… -soltó China.- bajo esta forma, incluso podría perdonarte por el opio…
-¡Wooaaaah!- gritó Sealand acercándose a Inglaterra.- Eres hasta más pequeño que yo… pues bueno-arrebató al niño de los brazos de China- desde hoy eres parte del gran imperio de Seal…¡auch!
-Déjate de juegos.- dijo Alfred dándole un suave golpe en la cabeza y volviendo a tomar a Arthur en sus brazos.
Todos miraron a Alfred.
-Si bueno… sé que la apariencia de padre soltero no pega conmigo ¬_¬ pero ahora tenemos a Inglaterra en problemas así que a hacer algo…
Silencio…
-¡¿Qué nadie va a ayudarme?!
-No es forma de pedirlo-aru- soltó Yao cruzando sus brazos. Los demás lo imitaron mirando fijamente a Alfred.
-¡Está bien! Si me ayudan prometo no meterme más en sus asuntos…
-Y retirarás tus bases “secretas” de nuestras casas. - dijo Cuba.
-También los satélites que paran espiándonos. -soltó Japón.
-Y tu ejército tendrá las mismas prohibiciones que el mío. -agregó Alemania.
-Porqué más fácil no me piden que sea… ¡qué se yo! ¿Papa Noel?
-'se 's F'nlandia
-¡Su-san! ¡No digas eso!
-Pastaaaa…
-Ah Lovino esto me recuerda a cuando tú eras tan pequeño que yo…
-¡Cállate maldito España!
-¡Escuchen! - Llamó Alfred a todos- la única forma de lograr que Iggy crezca es que mantenga relaciones con otros países aparte de mi. Así que dejaré a Iggy con ustedes por un tiempo. Pero…- su semblante se oscureció asustando hasta al mismísimo Rusia- lo que le pase a él, les pasará a ustedes. Recuerden que aún soy el país más poderoso y que maneja a quien quiere. Así que no vayan a hacerlo llorar.
Los demás países temblaron en sus asientos, sorprendidos por el imprevisto (e inesperado) cambio de actitud en Estados Unidos.
-¡Bien! Ya que lo entendieron, dejaré a Iggy la primera semana de cada mes con cada uno de ustedes. Estén a la espera.-tomó aire- pueden irse. Yo tengo planes esta noche.
Cargó a Iggy y se dirigió a la salida, frente a la mirada temerosa de los otros países que aún no lograban captar lo que había sucedido minutos antes.
Esa noche…
-Vamos Iggy, todo está bien. No tengas miedo. -decía Alfred llevando de la mano al pequeño el cual caminaba a paso veloz para alcanzar las largas zancadas el mayor. A su alrededor pasaban muchos niños disfrazados de monstruos, hadas, vampiros…
-Pero papá… tengo miedo…- contestaba el pequeño con las voz temblorosa mientras se paraban frente a una casa.
-Todo va a estar bien. -Alfred se puso de rodillas, aun así era más alto. Arregló la capa del pequeño y cubrió su cabeza con la caperuza.- ya está mi pequeño Harry Potter.
-Parezco caperuzito negro…- dijo con la mirada baja, con una expresión tan tierna que Alfred no aguantó y abrazó fuertemente mientras chillaba cosas ininteligibles que requerían un diccionario español-moe, moe-español.
-¡Vamos Iggy! ¡Harry no tendría miedo!- decía Alfred enfilando al pequeño frente a la casa y dándole un suave empujón. Iggy caminó con el paso dudoso y se plantó frente a la puerta. Giró su cabeza buscando seguridad en la mirada de su “papá” quien le dedicó una gran sonrisa.
Volvió a enfrentarse a la gran puerta.
Mientras tanto, no notó que Alfred sacaba un celular del bolsillo.
-Hagan su trabajo…-susurró.
De la casa salió un norteamericano, con el gesto cansado y la cara rabiosa. Era uno difícil.
-Trick… or… -empezó a murmurar el pequeño sujetando con sus pequeñas manos la varita “mágica” que complementaba su disfraz, mientras el hombre lo miraba impaciente,esperando por azotar la puerta, como lo había hecho minutos antes con al menos otros quince niños.
No sabía que éste niño, era un verdadero “hijito de papá”
-¿No vas a decir nada? - le dijo a regañadientes asustando al pequeño. Alfred se acercó a él, parándose detrás de Iggy y mirando al hombre directamente.
-Lo diré yo.- dijo mientras a sus espaldas, detrás de los árboles, por encima de los arbustos, y saliendo de los lugares menos esperados aparecían oficiales del FBI con pistolas en mano, apuntando al sujeto. El hombre notó también el punto de una mirilla laser en su entrecejo. -Trick or treat…
-Vaya que hoy si conseguiste muchos dulces.-decía Alfred cargando una bolsa tan grande como las que Tino cargaba en navidad, seguido por otros siete guardias con bolsas similares.-de verdad Iggy, tienes carisma, les caes bien a todos y eso lo heredaste de mi.
Cuidando a Iggy: Parte 1 (Noviembre)
Alemania: ¡ENUMERENSEEE!
Italia: ¡Uno!
Japón: ¡Dos!
Iggy: …
Alemania: ¡Soldado! ¡No lo escuche!
Iggy: T-T ¡no se contar!
Cuidando a Iggy: Parte 2 (Diciembre)
China: Ten, toma un poco de té.
Iggy. ¡Ah! ¡Es delicioso! ¡Mejor que el café que me dio papá!
China: ¡Quién le da café a un niño!
Rusia: ¡Si! ¡Quién!
China: ¡Estados Unidos ahora si que va a oírme!
Rusia: ¡Si! ¡Eso!
China: *Al teléfono* ¡Estás loco o qué-aru! ¡Quién le da café a un niño-aru!... ¡no me importa que tú lo tomaras desde que tienes memoria-aru! ¡Eso lo explicaría todo-aru! ¡Nos basta y sobra con un solo Estados Unidos-aru!
Rusia: Psst… chiquito…
Iggy: ¿Si?
Rusia: Tú quieres ser tan grande como yo, ¿a que si?
Iggy: Eh… si… creo…
Rusia: La única forma es… que seas uno con papá Rus… ¡Ah China!
China: *Golpeando a Rusia en el hombro* ¡Tu no aprendes-aru! ¡Es solo un niño-aru! ¡Nadie se salva de ti-aru! ¡Nadie-aru! ¡Malo Rusia-aru! ¡Malo!
Cuidando a Iggy: Parte 3 (Enero)
Lituania: ¡De verdad que eres lindo!
Polonia: Ah gracias Liet. Pero eso ya lo sabía.
Lituania: ¡Hablaba con el niño!
Polonia: Al cuál no le darás mis dulces, ¿verdad?
Lituania: *Dándole una bolsa cargada de dulces a Iggy* Eh… no… cómo se te ocurre eso… Iré a traer algo del mercado. *Sale*
Polonia: *Mirando a Iggy* ¿Así que tenemos que hacerte crecer eh?
*Minutos más tarde*
Lituania: Ya lleg… que coñ…?!!!
Iggy: *Dando vueltas en el ventilador del techo* Wiiiiiiiiiiiiii
Polonia: Ah Liet, Bienvenido.
Lituania: América-san me va matar…
Cuidando a Iggy: Parte 4 (Febrero)
Noruega: *Mirando fijamente a Iggy*
Islandia: *Mirando fijamente a Iggy*
Iggy: *Comiendo dulces de regaliz*
*La puerta se abre de par en par*
Dinamarca: ¡¡¡Vilma!!! ¡¡¡Ya llegue!!!
Noruega: *Golpea a Dinamarca*
Islandia: *Lo bota fuera de la casa.*
Iggy: *Observando la escena* ¿Puedo golpear al grandote yo también?
Noruega: Cuando crezcas…
Iggy: No es justo…
Islandia: No seas tan estricto Noruega.
Noruega: Está bien…
Siguiente escena:*Iggy pateando a Dinamarca en el suelo mientras Noruega e Islandia lo miran inexpresivos pensando que sería un buen país escandinavo.*
Cuidando a Iggy: Parte 5 (Marzo)
Iggy: ¡Mamá Finfi es lo mejor!
Sealand: ¡Consigue tu propia madre!
Finlandia: ¡Sealand!
Suecia: *Se acerca y besa a Finlandia en la mejilla para abrazarlo*
Finlandia: ¡Su-san!
Iggy: ¡¡¡Woah!!! ¡Yo también quiero un papá y una mamá que se quieran así! *-*
Finlandia: *Susurrando* Auxilio…
Cuidando a Iggy: Parte 6 (Abril)
Prusia: Pst… amiguito… ¡si tú!... el de las cejotas… tu sabes… ¿qué es el yaoi?
Iggy: Eh… no…
Prusia: ¿Ves a ese señorito de ahí? *señalando a Autria*
Iggy: Eh… si…
Prusia: ¿Ves a ese otro señorito de ahí? *señalando a Suiza*
Iggy: Si…
Prusia: Ahora… ¿ves esos perritos de ahí? ¿Uno sobre el otro?
Hungría: *sale de la nada y le da un sartenazo a Prusia* ¡Seré amante del yaoi pero respeto a los pequeños! ¬_¬ Tú maldito zoo-voye-homo-exibi-pedofílico!
Cuidando a Iggy: Parte 7(Mayo)
España: *apachurrando a Iggy* ¡¡¡Woaaah!!! ¡¡¡Mi nuevo hijo!!! ¡¡¡Cuando crezcas cásate conmigo!!!
Iggy: ¡Lo siento! Yo sólo quiero a mi papá Alfred…
Romano: *Golpeando a España y arrastrándolo de un pie cuando este se desmaya* nunca vas a aprender… ¡primero yo, después sud América y ¿ahora él?!
Iggy: ¿?
Estados Unidos: *Sale de la nada* ¡Ven aquí peque! *levanta a Iggy y se lo lleva*
*Se cierra el telón*
Iggy no había crecido un ápice en esos meses al lado de los otros países. Alfred sólo tenía un mes más antes de 4 de julio para lograr que Arthur regresara a la normalidad.
Gracias a la ayuda “voluntaria” de los otros países, Alfred e Iggy pudieron llegar nuevamente a Inglaterra… para notar una segunda Torre Eiffel en lo que antes fuera Londres.
-Veo Londres… veo Francia… literal...- soltó Alfred.- ¡Francia va a morir!
Ambos llegaron a la ex casa de Arthur, en la cual (a propósito) se había pintado los colores de la bandera de Francia.
Pudo ver a muchos soldados del ejército francés ordenando a los ingleses qué y cómo hacer las cosas.
Muchos ingleses ahora hablaban francés.
Completamente alterado, Alfred entró en la casa para ir a la sala, la cuál ahora era el despacho de Francis.
-¡Francia!
-Ah, hola Estados Unidos y… - suprimió una risa burlona- lo que queda de Inglaterra.
-Francia, tenías la advertencia de no tomar la casa de Arthur…
-¿Y qué vas a hacer? ¿Declararme la guerra en territorio inglés y destruir la casa del cejudo?
Alfred se sorprendió. Tenía razón. Si declaraban la guerra a Francia, los primeros en ser usados como escudos serían los ingleses. Arthur prefería tener que pelear solo a dañar a su gente.
Se retiró junto a Iggy, completamente derrotado. No podía llevar bien las derrotas. El gran Estados Unidos era incapaz de perder.
Y ahí estaba, todo su honor caído en un solo día. No había forma de hacer crecer a Iggy.
-Papá… ¿estás enojado conmigo?- soltó el pequeño entrando a la carpa que habían armado en la costa. Alfred extendió sus brazos para recibir al pequeño y abrazarlo.
-No… papá está enojado consigo mismo. -aclaró preocupado.
El tiempo pasaba. Cada segundo que se iba no regresaba y Arthur no parecía crecer un milímetro.
Alfred trató de recordar. ¿Cómo fue que él logró crecer?
Lo recordó. Creció de golpe cuando creyó que Arthur se había olvidado de él y lo había dejado solo en su tierra.
-No…-se dijo la noche que lo pensó mientras observaba al niño dormir sobre su pecho.- no puedo dejar a Arthur solo.
Acarició los rubios cabellos del niño para besarlo en la frente. Dormido, como estaba, no pudo sentir a Alfred llorando.
Iggy se levantó a la mañana siguiente, dentro de la carpa. A su lado había muchas hamburguesas, ropa limpia y algo que parecían dólares arrebujados.
-¿Papá? - llamó sintiéndose solo. No recibió respuesta.
-¿Están todos?- preguntaba un hombre francés que no pudo ser entendido por Alfred, el cuál se encontraba en la borda del barco, observando la gran isla que antes fuera el gran imperio británico.
Se sentía miserable. Culpable.
-“Es por su bien…”- pensó mientras se secaba las lágrimas del rostro.- “Es fuerte…tiene que estar bien… yo sé que estará… muy…”
-¡Nos vamos!-pareció gritar el capitán del barco. Los demás franceses soltaron las sogas que unían el barco al muelle y el navío empezó a moverse. Deberían llegar a las costas francesas en unas horas.
Alfred se incorporó y se dio la vuelta, pensando en ir a dormir a su camarote. Cuando de repente… su mente volvió a jugarle una mala pasada.
-¡Papá!- escuchó que gritaba una lejana vocecita.
-“No lo oigas… no es él”
-¡Papá! ¡No me dejes!
-“No lo mires… si lo miras no podrás…”
-¡Papá!
Alfred giró para ver a lo lejos a un pequeño Arthur corriendo en su dirección, a lo largo de la costa, sumergiéndose en el agua.
-¡Iggy! ¡Regresa! ¡Es peligroso!
El niño siguió avanzando mientras el agua consumía su cuerpo. Cuando sintió el agua llegarle a la altura de los codos se detuvo y se quedó mirando fijamente a Alfred.
Giró sobre sí mismo con determinación. Alfred un poco aliviado pensó que regresaría a la carpa. Se sentó donde se encontraba, apoyando la cabeza en las rodillas siendo consumido por la molesta sensación de culpa.
-¿Qué hace ese niño?- escuchó que la gente gritaba. Rápidamente levantó la cabeza para encontrarse con la costa, que se elevaba en un acantilado y en la cima de éste Arthur corría tratando de dar alcance al barco.
-¡Arthur! ¡Vuelve! - Le gritó Alfred al borde de la histeria- ¡Es muy peligroso! ¡Vete!
-¡No!...- jadeaba el pequeño llevando sus esfuerzos al límite. - ¡tu me dijiste que estarías conmigo! ¡Prometiste cuidarme! ¡Los héroes no rompen sus promesas!
El corazón de Alfred se sintió quebrarse y clavarse en su costado. Era incapaz de dejar al pequeño solo, ambos sabían lo que era la soledad.
-¡Se cae! - gritaba la gente sacando a Alfred de su ensimismamiento para ver a Arthur cayendo del acantilado y su cuerpo ser devorado por el mar.
Antes de darse cuenta, tenía un pié sobre la borda y el otro en la baranda, impulsándose con toda su fuerza al agua, fuera del barco.
-Si me dijeras que si… siempre sería tu héroe.
-Alfred… yo…
-Piénsalo… por favor…Quisiera tu respuesta antes de mi cumpleaños.
De la misma forma se sentía cuando se lo propuso. Volando en el aire. Cerró los ojos para el impacto con el agua.
-Mi respuesta es no…lo siento…
El agua fría tomó posesión de su cuerpo. Sintió sus músculos acalambrarse, pero no importaba. Empezó a nadar con desesperación, buscando a Arthur en medio del agua.
Encontró su diminuto cuerpo hundiéndose y nadó a él, cargándolo a la superficie.
-¡Iggy! ¡Despierta por favor! - le dijo aferrándose al pequeño mientras mantenía a ambos en flote.
Arthur estornudó y comenzó a toser, Alfred palmeaba su espalda mientras se aferraba a él.
-Papá…
-¡Tonto! ¡Pudiste matarte!
-No… eres mi héroe y siempre me cuidarás… me lo prometiste.
Los ojos llorosos de ambos se encontraron. Iggy tomó el rostro de Alfred en sus pequeñas manos para acercarse y dejarle un pequeño beso en la frente.
Robando un recuerdo de Alfred.
Una pelea que no tenía importacia. ¡Arthur es tan tonto! Y no es que el pequeño Alfred sea caprichoso... simplemente no le gusta perder ni que Arthur le de la contra. Ya le enseñaría a ese inglés... iba a irse al fondo del bosque y a ocultarse ahi. ¡Seguro que el otro se preocuparía! Y luego lloraría pidiendole disculpars al pequeño Alfred, diciendo que los Estados Unidos de América era el país más poderoso y que Inglaterra moría por ser uno de sus estados.
Oh si, estaría tan preocupado...
Estaba anocheciendo. Alfred, recostado bajo la sombra de un árbol, con los ojos cerrados para no ver a los muchos monstruos que lo rodeaban y actuaban como arbustos, pensaba en que quizás escapar no había sido una buena opción.
Quizás era verdad. Él era un niño fuerte, pero necesitaba a Arthur a su lado.
-Vaya que eres testarudo- decía su "hermano mayor" alzándolo del frío pasto para cargarlo de vuelta a casa.
Su cabeza en el pecho del otro, escuchando la melodía que más amaba.
Y Arthur acunándolo, acariciando su pequeña espalda y besando su mejilla.
Ese era el mejor lugar del mundo. Ésa persona era el mejor héroe de todos.
...¿Cuándo lo he perdido todo?...
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