House/Wilson fanfic
Título: Sin paso atrás
Autor: Luthien_n_o
Género: Angst
Rating: PG-13... creo, hay besos y referencias a algo más
Pairing: House/Wilson
Palabras: 1.600 aprox.
Disclaimer: No me pertenece ninguno de los personajes u___u
Nota de la autora: Mmm... la historia está escrita extrañamente xD, son como varios drabbles que formas una historia. Dedicada a mi amiga Clau (que no tenía que leer estas vacaciones) con todo mi ♥ ^^
Sus manos frías me envuelven en un abrazo inmóvil, su peso cae seco sobre mi espalda, su nariz se pierde entre mi cabello, pero no logro sentir su respiración. Me congelo de inmediato e intento que las lágrimas no empañen mis ojos, pero caen irremediablemente por mis mejillas. Lentamente me doy la vuelta, como para demorar un poco el ver lo que tanto temo, pero al voltearme veo su cara apacible, tan tranquila que es casi una visión de ensueño. No sé si es juego de mi mente o realidad, pero logro ver una pequeña sonrisa esbozada en sus labios. Tomo su cara entre mis manos, la siento fría, y está tan pálida. Sin pensarlo dos veces lo beso largamente, recordando en pocos segundos las tardes en el hospital, las bromas, las risas, las noches en el hospital, la noticia, la enfermedad… . Las lágrimas ahora son acompañadas por un gemido desesperado que no puedo evitar. No puede ser, siempre supe que sería así, yo mejor que nadie lo sabía, pero no lo pude aceptar, no lo puedo aceptar.
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Me miro al espejo y nunca pensé que podría verme peor de lo que me vi luego de mi pierna, de la herida de bala o de electrocutarme. Wilson está en la ducha y apenas logro ver mi reflejo con el vaho que se disipa por todo el baño, pero con esa escasa visión que tengo logro ver la falta de cabello en algunas partes de mi cabeza, las bolsas bajo mis ojos con un color azulado marcado, la piel algo grisácea y ajada, los labios secos. Wilson sale de la ducha y puedo ver en el espejo que me mira preocupado y que avanza hacia mí para tomarme por la cintura; puedo sentir su cuerpo desnudo y mojado contra mi espalda descubierta. Siento su respiración en mi oído y escucho su voz pausada, apenas un susurro: no hagas eso… no te martirices, no lo hagas… te amo, lo sabes, ¿cierto?. Pero ninguna palabra de aliento me ayuda ahora, voy a morir… estoy muriendo y él no merece esto.
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Con los ojos fijos en los papeles que debe firmar pone su rúbrica en cada hoja casi mecánicamente, hasta que un sobre cae encima de su escritorio estrepitosamente. Mira el papel amarillo sobre su mesa y luego hacia arriba, donde dos ojos azules lo miran de un modo distinto, de una manera que no podría decir exactamente qué había detrás de aquellas pupilas.
- Tengo un paciente, creo que es cáncer, mírala.
- Hola, ¿cómo estás? Yo bien, gracias por preguntar.
- Es urgente
Toma el sobre y saca de él el examen, lo mira detalladamente, mientras le pregunta a quien tiene en frente si se encuentra bien, pero el otro no responde.
- El lóbulo izquierdo del hígado tiene una masa de unos 3 a 4 centímetros… es cáncer avanzado, hay que hacer una biopsia. ¿Quieres que la haga?
- No lo sé… tal vez con tu opinión baste.
- House, es un paciente, necesita un examen para corroborarlo, no tan sólo una opinión. ¿Te sientes bien? Te ves extraño.
- Yo… Wilson… lo siento… el examen es mío… soy yo quien tiene cáncer.
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Es tarde y todavía no ha llegado del trabajo. Espero en su sillón con una cerveza en la mano, viendo una película que había arrendado para él. Ya es cerca de medianoche, y lo único que he recibido de él es un “llegaré tarde” a través del teléfono. Ya cuando el sueño me está arrebatando la consciencia alcanzo a oír la cerradura de la puerta siendo abierta y luego el compas de sus pasos acompañados por su bastón. No abro los ojos hasta que siento sus labios en mi frente en un movimiento tan suave, tan tierno, que no parece real. Lo miro algo desconcertado y él me devuelve una mirada similar.
- Creí que estabas dormido - me dice casi en un susurro.
- Te estuve esperando durante más de cuatro horas - intento sonar molesto, pero la modorra y el beso de minutos antes me lo evitan.
- Lo siento, la fila era larga y abrieron tarde.
- ¿De qué estás hablando? ¿No estabas en el hospital? Y yo preparando la cena y esperándote y -
- Dos entradas - me interrumpe el bastardo - dos entradas para Monster Truck , primera fila. Esta vez no hay razón para que no vayas… espero.
Me quedo mudo, no sé que reprocharle ahora
- Vamos, dime que te gusta la idea… cinco horas de pie en una fila es lo más que hecho por alguien.
Definitivamente no sé qué decir, él me sigue mirando, parado delante de mí, algo inclinado. Me paro del sillón y quedamos tan cerca… Dios, como amo a este hombre. Le doy un beso delicado en un principio, pero rápidamente se vuelve en algo tan apasionado que en pocos minutos estamos en la habitación.
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Después de tanta preparación no creí que estaría tan nervioso… el restaurante, el traje, el vino, la música, todo está perfecto, sin embargo no dejo de sudar y él no aparece por ningún lado. El mesero me observa con compasión desde hace más de media hora, como si me hubiesen dejado plantado, pero no es así, él no se atrevería… no puede ser. Toco por enésima vez en la noche mi bolsillo, como si la caja pudiese salir volando o caminando sola. No puedo esperar más, los nervios me están matando. Voy al baño lo más rápido que puedo y al volver él está ahí, sentado mirando a todos lados, buscándome. Me siento frente a él y un nudo se me hace en el estómago, apenas siento mis piernas, se ve tan bien, es increíble que sea mi amigo… mi pareja. Me saluda casualmente y me pregunta donde estaba, en el baño respondo, pero la voz apenas sale de mi garganta. Luego pregunta su he pedido algo y no respondo, en cambio tomo sus manos entre las mías y comienzo a hablar, las palabras salen alborotadas, cursilería se ve por todos lados.
- Iba a esperar hasta el final de la cena, pero no puedo, necesito preguntarte ahora. Todos estos años de amistas y estos últimos meses me han hecho pensar qué quiero realmente… eres tú lo que quiero, lo que siempre he querido y no sabes cuan feliz soy ahora, te amo y tú me amas, es todo lo que importa, pero quiero algo más, es estúpido, es infantil, es… - mientras hablo sin darme cuenta estoy de rodillas en el suelo sacando la caja de mi bolsillo. Él me mira desconcertado y es normal que lo esté… yo nunca he hecho algo así, ahora soy tan vulnerable que si dijese no podría romper a llorar.
- ¿Qué estña pasando aquí? - me pregunta ingenuamente, mientras que todos los comensales vecinos miran el espectáculo que les estoy dando.
- Wilson, ¿quieres casarte conmigo? - Y le muestro el anillo que le he comprado, una argolla de plata que brilla con todas las luces del restaurante. De inmediato veo una sonrisa en sus labios y me siento aliviado.
- ¡Sí! Oh Dios. ¡Claro que sí! - le pongo el anillo en el dedo anular de la mano derecha y me siento en la silla con dificultad y ayuda del bastón. Se mira la mano y me mira a mí, como si estuviese soñando. Para romper la atmósfera que yo mismo he creado, lo miro y le digo: la cuarta es la vencida. Él sonríe y responde: espero que lo sea.
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La noche está oscura y silenciosa, bueno, casi silenciosa, los gemidos y fatigadas respiraciones se escuchan más allá de la habitación, por lo menos así lo hicieron hacer saber los vecinos, pero a ellos no les importa o simplemente no logran oírlos. El sudor, las caricias y los besos son todo lo que realmente importa.
La ropa yace en el suelo hace algunos minutos. Ambos se besan frenéticamente, tocándose, sintiendo esa piel tanto tiempo anhelada. Los músculos contraídos, las pupilas dilatadas, todos los sentidos alertas.
Minutos más tarde ya están envueltos en un abrazo húmedo y suave, cayendo en un sueño impasible. Lo último que alcanza a escuchar el castaño - o tal vez lo soñó - es un te amo.
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A través del vidrio del ataúd puedo ver su rostro apacible. Alrededor mío está Cuddy y Cameron llorando desconsoladas, Chase y Foreman unidos en un silencio inquebrantable, Taub se ve indiferente y Kutner no se mueve de su asiento… 13 no llegó, dicen que tiene una crisis, el tratamiento no funciona. Siento algunas palmadas en mi espalda y algunas palabras de aliento. Algunos comentan mi falta de sentimentalismo, mi rostro sin expresión; ellos no saben que por la mañana estuve llorando durante horas, que mi cuerpo no dejaba de tiritar, que tomé vicodina para relajarme y una ducha extensa antes de llamar al hospital… no saben que estuve horas recordando todo lo vivido con él… . Luego del funeral llego a su apartamento y siento que caigo en el vacío otra vez, la casa llena de recuerdos, de objetos, de sentimientos. Voy a la habitación y busco por todos lados algo instintivamente… un papel, una carta, tal como Amber lo hizo años atrás y, finalmente en el velador la encuentro. Es un sobre amarillento con un pequeño trozo de papel dentro… hay sólo dos palabras escritas y más abajo un P.S.: busca en el sobre. Hay una fotografía de nuestro matrimonio, el vestido con jeans y chaqueta de cuero y yo de polera polo y pantalones grises… la miro un instante y repito en voz alta lo escrito: Te Amo.