Aug 11, 2005 15:52
Se puede luchar contra demonios inventados, como nuestro ingenioso hidalgo, Don Quijote de la Mancha.
Se puede luchar contra demonios verdaderos, como los terroristas que nos amenazan con sus ataques de suicidio.
Se puede luchar contra demonios de la iglesia, como los sacerdotes que se distinguen por su maldad con niños.
Se puede luchar contra demonios ajenos, como las obsesiones de un amigo, o la adicción de un ser querido.
Se puede luchar contra todos estos demonios.
Pero los demonios que me persiguen a mi,
los que nacen del fondo de mi alma
los que me arden y me hieren
los que se hincan en frente de mi, ¡hipócritas!
los que me arrastran y me repiten que no valgo nada.
Esos demonios,
contra esos demonios,
no hay defensa ninguna.