My name is Taemin

Jan 06, 2011 20:24

Como no he podido terminar a tiempo ningún fic regalo de navidad, os quiero dedicar esto como compensación. Igual no es el pairing que os gusta o lo que queréis leer, pero espero igualmente que lo disfrutéis.

Está inspirado en la canción Escupe de Pereza (que no es su mejor canción, ni siquiera me gusta la melodía, pero es muy inspiradora) y aunque ponga Taemin, podría ser considerado un Todos.

Escupe - Taemin

Cuando haya algo que
te pica por dentro
 [...]escúpelo...

Un portazo y la estabilidad se rompe, la normalidad se rompe, una relación se rompe.

Una mirada y las prioridades cambian, el comportamiento cambia, una relación cambia.

Un abrazo y el alivio del momento que no alivia, una lágrima que no sale, una relación lejana.

Una disculpa y un apoyo superficial, porque nadie entiende, y la relación se acaba.

Un silencio y nada se detiene, nada vuelve a ser lo mismo, una relación de la que nada queda.

El tiempo pasa y nada parece encajar.

El portazo de Kibum fue el principio, fue lo que desató la situación actual. El portazo de Kibum que ponía fin a su relación con Jonghyun. La mirada de Minho fue a continuación, pendiente de una nueva preocupación, cambiando la escala de sus prioridades, colocando al herido Kibum arriba del todo. El abrazo de Jinki vino después, primero a Jonghyun, luego a él. Su hyung en el centro de toda polémica, sonriendo cuando sólo quiere llorar, aguantando desprecios que provienen incluso de su interior. Le siguió su disculpa, su disculpa a Kibum después de tanto tiempo deteniéndose a sí mismo. Pareció funcionar.

Y luego silencio. Un silencio letal.

En los grupos pasan estas cosas, el problema de uno afecta a todos, Taemin lo sabe y lo afronta como puede.

Al principio trató de ser comprensivo, trató de apoyar a Jonghyun, de animarle cuando se venía abajo, pero nada de lo que hiciese podía aliviar el dolor de su hyung. Luego se reconcilió con Kibum y ambos volvieron a sonreír de verdad, y aunque no era la relación de siempre, era lo mejor que ambos podían dar en ese momento. No obstante, las cosas habían cambiado demasiado, tanto que incluso los mánager decidieron cambiar las parejas, profundizando todavía más ese distanciamiento.

Está bien, se repite una y otra vez, está bien porque sus hyungs están bien, porque de no haber sido por el apoyo y persistencia de Minho, Kibum no habría conseguido levantar cabeza con tanta rapidez, no habría conseguido comprender la postura de Jonghyun y aceptarla, a su forma.

Está bien, se repite una y otra vez, está bien porque Jinki no se ha olvidado de él, no le ha dejado de lado como los demás, no le ha subestimado como los demás. Porque con él puede hablar de todo, porque con él no se ve obligado a sonreír, porque no le parece raro que se meta en su cama cuando se hunde en su propia miseria y no quiere rendirse a ella.

Está bien, se repite una y otra vez, está bien porque Minho quiere volver, porque lo intenta, porque Kibum ya no le necesita todo el tiempo y vuelve a tener tiempo para él.

Pero no, Taemin sabe que no está bien. Ni su relación está bien ni él está bien. Ya no puede seguir aparentando que lo está, ya no sonríe porque simplemente no tiene ganas, y se camufla en una nueva imagen, en una nueva excusa.

Dice a todos los que le preguntan que quiere dejar atrás esa imagen del niño de SHINee, y en parte es verdad, porque por esa imagen le han dejado al margen del problema. Les dice que quiere verse más maduro, más masculino, más fuerte. Y es verdad, quiere que le vean así porque es como él se ve. Ha crecido, no sólo en estatura, y lo único que le hace falta para terminar de madurar es librarse de esa dependencia, de esa necesidad que le ata a su imagen de antes.

Por eso saca partido de su físico todo lo que puede y pide que le peinen como sabe que le dará la imagen que quiere conseguir. Por eso se viste de esa forma y se maquilla así, para conseguir ese efecto visual, porque por ahí se empieza.

Por eso ya no pone caras cucas, ni sonríe con inocencia, ni contesta con vergüenza. Empieza a brillar por sí mismo, su meta desde el principio, y parece estar funcionando porque los jefes comienzan a tenerle en cuenta, a mandarle a programas él solo, a confiar en sus capacidades, en su forma de desenvolverse.

Baila como nunca, se esfuerza como nunca, practica como nunca. Él es el primero que nota su mejora, las fans después, sus superiores y, por último, el grupo. Han tenido que ver el vídeo de intro para su actuación en el SBS Gayo Daejun y su actuación en Circus para darse cuenta. Ha tenido que encadenarse y usar un látigo para mostrar su desarrollo, pero finalmente lo ha conseguido. El grupo lo ha reconocido: ha sido el mejor por primera vez y todos se alegran, le dan abrazos y palmadas en la espalda.

Pero Taemin ya no sabe si es él que es muy susceptible, o si son ellos que no terminan de reconocerle, pero no siente su reconocimiento verdadero, no siente que dejen de verle como un crío de una vez y eso le amarga, le asquea, le cabrea. Se deshace de los abrazos, de las palmadas, y se marcha dando un portazo.

Todos se quedan en shock, se miran perplejos y nadie sabe cómo reaccionar.

-¿Qué le pasa? -Jonghyun es el primero en preguntar.

-No lo sé, no entiendo por qué se pone así -le contesta Key, y luego mira a Onew buscando una explicación.

-No me extraña que no lo entendáis -suspira el líder.

-¿Qué quieres decir? -le pregunta Key, sintiéndose ofendido aunque esa no era la intención de su hyung.

-No quiero decir nada. No es muy difícil ponerse en su piel.

-Si tienes algún reproche, dilo claro, joder -se exalta Key-. Odio que hables así.

-Y yo odio que seas tan egoísta -le dice sereno y sincero, y todos se quedan petrificados porque Onew nunca dice esas cosas.

-Creo que deberíamos calmarnos -media Minho, hablando por primera vez desde que Taemin salió.

-¿Qué coño te pasa? -explota Key, porque no puede contenerse.

Minho y Jonghyun se acercan a Key para tratar de tranquilizarle, pero Onew continúa impasible.

-¿Qué coño te pasa a ti? -le da la vuelta a la tortilla-, ¿qué te ha pasado todos estos meses? ¿Qué ha sido de tu amistad con Taemin? Lo mismo digo para vosotros dos -desvió la mirada tanto a Jonghyun como a Minho-. Habéis dividido SHINee en dos.

-No es justo que digas eso, hyung -le dice Minho, dolido por sus palabras.

-¿No es justo o simplemente no quieres reconocerlo, Minho? Me parece muy bien que hayáis estrechado lazos, pero al hacerlo nos habéis dejado de lado.

Ante eso, Minho abre la boca pero la vuelve a cerrar porque en el fondo sabe que es verdad.

-No os hemos dejado de lado -rebate Key-, vosotros también os habéis aislado. ¿Cuántas veces he intentado acercarme y os habéis callado de pronto? Me sentía rechazado, una molestia para vosotros.

-¿Y cuántas veces te he buscado yo para animarte cuando estabas mal y me has tratado como una mierda? No te pongas victimista Kibum, porque tú has hecho lo mismo.

-Si te sentías así, ¿por qué no lo has dicho antes? -pregunta Key, quien no puede guardarse emociones ni actuar de forma diferente a la que siente.

-Porque te respeto -le dice Onew y eso se le clava a Key de una forma difícil de interpretar-, porque eres mi amigo y te quiero, porque prefiero que te desahogues con Minho si eso te hace sentirte mejor a que lo hagas conmigo de forma forzada.

Ante eso, a Key se le nublan los ojos y tiene que desviar la mirada para no ponerse a llorar ahí mismo. El ambiente es raro, es la primera vez que escuchan hablar a Jinki de esa forma y todos están sorprendidos y conmovidos. Se sienten culpables porque en el fondo saben que el líder tiene razón, que ha ocurrido todo como está contando y ninguno sabe qué hacer para que vuelvan a estar bien entre ellos.

A Jonghyun la culpa le mata más que nunca, porque por sus actos, han tenido que pagar todo el grupo. Onew se lo ve en la cara.

-Supongo que lo habéis hecho para no preocuparnos, pero somos cinco, y lo que le pasa a uno afecta al resto. Taemin y yo también tenemos parte de la culpa de este distanciamiento, porque no hemos sido tan persistentes como Minho y no hemos estado ahí quizás todo lo que os hubiera hecho falta -a esas alturas, Jonghyun ya no puede contenerse el llanto y se cubre la boca con una mano-. Pero tenéis que saber que también estamos aquí, y que lo que le pasa a uno nos afecta a los cinco.

Dicho eso, abrazó a Jonghyun como nunca antes le había abrazado y éste le correspondió de la misma manera, llorando como nunca antes había llorado tampoco. Kibum no pudo contenerse más e incluso Minho se pasaba los dedos por los ojos. Onew extendió los brazos y los atrajo a los dos al abrazo conjunto. Permanecieron de esa forma todo el tiempo que lo necesitaron.

Cuando se separaron, enjuagándose las lágrimas con sonrisas avergonzadas, Jonghyun preguntó qué debían hacer con Taemin y a Jinki se le ocurrió una idea loca que todos aprobaron.

Encontraron a Taemin en la sala de ensayos practicando una nueva coreografía, completamente entregado a su baile. Durante unos momentos, los cuatro contemplaron embelesados los movimientos del que consideraban su hermano pequeño y todos sonrieron orgullosos por su crecimiento. Cuando terminó la canción y Taemin permaneció en la pose final, Jonghyun y Key estallaron en aplausos y vítores, sorprendiéndole. Luego echaron a correr hacia él y lo abrazaron sin darle oportunidad de huir.

Taemin no entendía nada, de repente se había visto aprisionado por dos pares de brazos que le estrechaban con fuerza y le removían el cabello, ya de por sí desordenado. Una tercera persona se unió a ellos y los tres decían frases sin sentido.

-¡Nuestro Taemin-ah, cuánto ha crecido!

-¡Este maknae, que bien baila! ¡Que orgulloso me siento de ser su hyung!

-¡Tú sí que sabes cómo hacer que SHINee brille!

-¿Pero qué os pasa? -les preguntó Taemin cuando se separaron un poco de él, conmocionado como estaba-, ¿qué os ha dado?

-¡Nada! -sonrió Jonghyun-, ¿verdad? -miró con complicidad al resto de sus compañeros.

-Claro, ¿por qué tendría que pasarnos algo? -le siguió el rollo Key.

-Sois muy raros -les dijo Taemin, quien sin embargo no pudo evitar sonreír. De pronto se sentía mucho mejor, en realidad, hacía meses que no se sentía tan bien.

-Sólo queríamos decirte que estamos muy orgullosos de ti -le dijo Key, pasándole una mano por el cabello comportándose como su madre, cosa que hacía meses que no hacía.

-Sí, y que no te sientas infravalorado porque no es así -añadió Jonghyun-, que entiendas que para nosotros eres como nuestro hermano pequeño y por eso a veces todavía no nos damos cuenta de lo mucho que has crecido y te seguimos tratando como cuando empezamos.

-Perdónanos por no haber estado ahí cuando nos has necesitado en este tiempo -finalizó Key.

-No... no tenéis que pedir perdón por eso -logró articular Taemin, sobreponiéndose a su sorpresa-; era un tema delicado, entiendo que no pudierais hablar de ello fácilmente.

-No era nuestra intención hacerte sentir fuera de esto, Taemin-ah -le dijo Jonghyun, a quien se le estaba empezando a aguar los ojos de nuevo-, lo siento mucho, hemos acabado así por mi culpa.

-Ya te he dicho que todos tenemos un poco de culpa -intervino Onew, pasándole un brazo por los hombros-, vale ya de culparse a uno mismo.

-Te emocionas con mucha facilidad, hyung -bromeó Taemin y los otros rieron-. No hay nada que perdonar, de verdad. Sólo me gustaría que la próxima vez que os pase algo me tuvierais más en cuenta.

Jonghyun asintió sin poder decir nada más porque estaba haciendo un verdadero esfuerzo por no echarse a llorar de nuevo.

-Bueno, ¿quién tiene hambre? -exclamó de pronto Key-, creo que deberíamos irnos a hacer la cena -y miró con complicidad a Onew.

-Sí, deberíamos comer pollo para celebrar que todo está como siempre entre nosotros -sonrió, siempre aprovechando cualquier oportunidad que tenía para comer pollo.

-¿Otra vez pollo? -preguntó Jonghyun, enjuagándose los ojos mientras los tres se marchaban de la sala-, pero si comimos hace dos días.

-¡Yo quiero comida china! -exclamó Key.

-¿Pero de dónde pretendes encontrar comida china a estas horas? -le preguntó Jonghyun alzando una ceja.

-¡Nananana! -Key se llevó las manos a los oídos e hizo como que no le escuchaba-, comida china, comida china.

Cerraron la puerta al salir, dejando a propósito a Taemin y Minho adentro. Desde que se había hecho tan cercano a Minho, Key había aprendido a conocerle bien y sabía, tan bien como Onew, que ellos dos necesitaban hablar a solas. Jonghyun también lo había pillado, por eso les había seguido la corriente.

Una vez a solas, todo se volvió muy incómodo. No podían mirarse y ninguno sabía cómo empezar. Ambos eran conscientes de lo distanciados que estaban y ninguno sabía siquiera cómo se había podido dar esa situación entre ellos.

Minho estuvo tentado a seguir el ejemplo de sus hyungs y abrazarle directamente, pero de nuevo estaba ahí esa barrera que se había creado entre ellos y que le impedía acercarse a él como le gustaría.

-Taemin-ah... -pronunciar su nombre era un buen comienzo, lo difícil era cómo continuar.

-No sé si quiero escucharlo... -se le adelantó, por suerte o por desgracia, Taemin. Luego le dio la espalda y se acercó al equipo de música para sacar el CD y guardarlo, con la excusa de tener algo que hacer para no estar simplemente ahí parado.

-Taemin-ah -dijo con más firmeza Minho, a pesar de ese dolor punzante que sentía en el pecho-, escúchame, por favor.

-Ya lo he dicho antes: no hay nada de lo que disculparse -repitió Taemin-, no quiero que lo hagas.

-Pero siento que debo hacerlo -insistió Minho-, no quiero que sigamos así.

Taemin apretó los puños.

Con Minho no era igual que con Jonghyun o con Key. No era la misma situación, no eran los mismos sentimientos. Y a pesar de que entendía las dos situaciones, había un motivo egoísta detrás del enfado con Minho que no quería revelar. No quería hablar con él por eso mismo, y aunque se moría de ganas por volver a estar como antes con él, sabía que no podía, que había superado ese punto de no retorno. Y ni siquiera sabía cómo explicárselo sin delatarse.

Se armó de valor y giró a encararlo, con su nueva máscara a flote, con esa expresión que Minho sentía tan extraña, tan poco familiar. Llevaba meses observando a un Taemin que se volvía cada día más desconocido.

-No vas a decirme nada que no sepa, Minho -y la usencia del hyung nunca pesó más que en ese momento-, ¿que no podías dejar a Kibum hyung hundido de esa manera? Ya lo sé. ¿Que querías ayudar a que se reconciliasen? También lo sé.

-¿Y que te echo de menos y que odio que estemos así? ¿También sabes eso? -se apresuró en decir Minho, movido por un impulso nacido desde lo más profundo de su corazón.

-Sí, también -le sostuvo la mirada Taemin.

-¿Entonces por qué? -exclamó Minho-, ¿por qué son así las cosas?

Taemin tuvo que morderse el labio inferior para no escupirlo todo ahí mismo.

-Si de verdad lo comprendes todo, ¿por qué estamos así? ¿Por qué te apartas cuando intento acercarme?

Los ojos de Minho estaban rojos por aguantarse las lágrimas, y Taemin comenzaba a contagiarse.

-¿Qué ha pasado con nosotros? ¿Ya no me necesitas, Taemin-ah? -al decir eso último se le rompió la voz y Minho se obligó a sí mismo a darse la vuelta para secarse las primeras lágrimas. No quería que Taemin le viese llorar, nunca había querido.

Taemin aprovechó ese momento para secarse sus propias lágrimas y tratar de serenarse a contrarreloj, sacando un auto-control de la nada.

-Ya no te necesito tanto -le reconoció-, no quiero necesitarte, Minho.

Otra vez su nombre tan frío, tan vacío. Minho se giró, incapaz de aguantarse ya las lágrimas.

-Estoy cansado de necesitarte y que no estés -arrancó Taemin, porque sino sabía que Minho le diría algo que le haría venirse abajo en su determinación-, cansado de tu complejo de héroe que necesita salvar a todo el mundo. Sé que eres así y que no puedo cambiarte, lo único que puedo hacer es cambiar yo.

-¡Lo siento! ¡Taemin, lo siento! No quiero que cambies, no quiero que te sientas así por mi culpa. Movería cielo y tierra para hacer que dejases de sentirte así -le dijo desesperado, caminando hacia él con intención de sujetarle por los hombros para dar intensidad a lo que le estaba diciendo.

-¡No, Minho! ¡No lo harías! -exclamó Taemin, rompiéndose sin poder evitarlo por más tiempo-. ¿No lo entiendes? ¡No puedes evitarlo! Eres así, y está bien que lo seas, que quieras ayudar a todo el mundo -decía, contagiado de la misma desesperación, devolviendo la distancia entre ellos que Minho había roto-. Hay mucha gente que te necesita y tú simplemente no puedes darle la espalda. ¡Ya me siento suficientemente miserable queriéndote sólo para mí como para encima condicionarte de esta manera...! mierda... ¡joder, mierda!

Lo había dicho, al final lo había dicho. Taemin se giró y le pegó una patada a la silla que tenía al lado y que nada le había hecho, pero simplemente tenía que descargarse con algo. Acababa de delatarse, lo que llevaba todo ese tiempo evitando hacer, todo el esfuerzo que había hecho durante esos meses tirado por la borda por un impulso que no había podido controlar.

Minho le miró perplejo porque nunca le había visto así. El que daba golpes a las cosas por la impotencia era él, no Taemin. El que se hundía en la mierda cada vez que quería solucionar las cosas con él y no podía era él, no Taemin. Todo el dolor que estaba viendo en en él era el suyo, debería ser sólo suyo, no de Taemin.

Y de pronto, se encontró con la soledad de Taemin cara a cara, porque a pesar de haber más gente, Taemin en realidad sólo le tenía a él, desde siempre había sido así, y él lo sabía pero lo había olvidado. ¿Por qué lo había olvidado? ¿Por qué le había descuidado de esa manera? ¿Desde cuándo? ¿Desde cuándo estaba tan ciego que no podía ver la evidencia delante de él?

Con un par de zancadas rompió el espacio entre ellos y lo estrechó entre sus brazos, abrazándole como nunca antes había necesitado hacer. Taemin intentó separarse, forcejeó y forcejeó, gritó que le soltara, que no le tocara, pero Minho no cedió, al contrario, le abrazó más fuerte.

Repitió en su oído mil veces que lo sentía, que le perdonara, que nunca más iba a dejarle solo, que él era su prioridad, lo más importante para él y, para cuando quiso darse cuenta, le estaba diciendo que le quería, que no podía vivir sin él, que se había estado muriendo todo ese tiempo que no habían estado juntos. No supo en qué momento empezó a repartir besos por aquí y por allí, en sus cabellos, en su hombro, en su mejilla, en su cuello, hasta que finalmente encontró sus labios y ya no los pudo soltar.

Había comenzado a besarle para tratar de calmarle, pero había acabado consiguiendo que se alterase todavía más, aunque de un modo distinto. Taemin había dejado de forcejear para acabar aferrándose a él como si su vida dependiera de ello. Le tiraba del pelo, le clavaba las uñas en la espalda, le mordía los labios y le restregaba sus caderas, volviendo cada vez más duro ambos miembros.

Se estaban dejando llevar como jamás imaginaron que podían hacerlo, intentando calmar esa necesidad del otro que no hacía más que crecer y crecer. Sin pensar en lo que hacían, en quienes eran, en lo que ese acto supondría. Una mano se introdujo en un pantalón ajeno y la otra no tardó en imitarle. Comenzaron los jadeos, los gemidos, ambos alientos mezclándose. Mucho calor, muchas ganas de más. Incapaces de soltarse o de parar, llegaron en poco tiempo al orgasmo, el primero que alguien les provocaba a ambos. Les temblaron las piernas y al final acabaron los dos en el suelo, sin soltarse todavía, frente contra frente, ojos cerrados y respiraciones agitadas.

No pasó ni un minuto antes de que Minho volviese a besarle, acariciando su mejilla con la mano limpia, transmitiéndole todo su miedo, toda su seguridad, todos sus sentimientos. Taemin los recibió y compartió los suyos propios con él. Luego se abrazaron y enterraron la cabeza en el cuello del otro.

-¿Y ahora qué? -se armó de valor Taemin para preguntar al cabo de un rato, manifestando todo su miedo por las consecuencias que pudiesen acarrear ese acto.

-Ahora... espero que esto sea el principio de algo... -le contestó Minho, igual de asustado que él.

Hizo que se separaran para mirarle a los ojos y volver a acariciar su mejilla.

-No sé bien qué es esto que siento -le confesó-, sólo sé que no quiero que se quede como un impulso repentino de una vez...

-Yo tampoco...

Minho asintió y volvió a besarle, lento, disfrutando con su lengua de cada rincón de sus labios y boca, demasiado ocupado disfrutando del momento como para preocuparse del mañana, de lo que pueda pasar.

Un portazo que hace reaccionar.

Una mirada que quiere comprender.

Un abrazo que les devuelve la amistad.

Una disculpa que mata rencores.

Un silencio y nada se detiene.

El tiempo pasa y las cosas empiezan a encajar.

fanfic, shinee

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