Título: No lo puede evitar.
Fandom: SHINee
Parejas: 2min, HoHyun, OnKey.
Resumen: no es sólo la satisfacción de bailar bien, es su elogio lo que hace que realmente se lo crea.
Nota: se me ocurrió al despertar, en esos minutos que pasas en la cama deliberando si levantarte o no. Es mi primer fic de los niños brillosos,y como no, tenía que estar centrado en la chica atractiva/el niño dulce xD.
Minho: vámonos Taemin que esto es demasiado fuerte para ti.
El público estalla en aplausos, vítores y gritos de adolescentes histéricas cuando la música se detiene y Taemin aún mantiene la pose final de su coreografía en solitario. No ha sido nada serio, una pequeña batalla entre él y Eunhyuk de Super Junior en otro Variety Show. Cada uno tiene su papel en esto, el suyo es bailar, ser el destello más fuerte de SHINee en la puesta en escena. La gente normal no lo entiende, para ellos sólo es bailar, pero para los bailarines principales de cada grupo es mucho más que eso, es la responsabilidad de atraer la atención de las miradas con sus movimientos, el entrar por los ojos. Por eso tiene que hacerlo bien, perfecto.
La gente le aclama, los presentadores le elogian, pero al final siempre es Eunhyuk quien queda el mejor.
-No te preocupes, lo has hecho genial, pero no puedes ganar porque manchas la imagen de un idol veterano -le dice siempre Minho, ya sea en un momento en que están en segundo plano o luego cuando el programa acaba-. Da igual cuántas veces te vea, a mí siempre me dejas con la boca abierta -añade, pasándole un brazo por los hombros en un medio abrazo y dedicándole una sonrisa de orgullo.
Como le dedica un hermano a otro.
Taemin es consciente de lo que es él para Minho, pero simplemente no puede evitarlo, no ha podido evitar no fijarse en él, no sentirse especial cuando le mira, cuando le sonríe, cuando se acerca para decirle algo sólo a él. No ha podido evitar notar su ausencia cuando no está, sentirse nervioso cuando eso ocurre y aliviado cuando llega, a la par que despistado cuando están en el mismo lugar porque no puede evitar que se le vayan los ojos, estar más pendiente a lo que dice, a lo que no dice, a lo que hace, a lo que no hace, a él completamente. No puede evitar gustarle, no puede.
Y como no puede, todo lo que tiene un mínimo de relación con Minho le afecta multiplicado por muchos ceros.
Esa noche, Taemin ha vuelto a tener un dance battle contra los mejores bailarines de cada boyband, no ha ganado pero sabe que ha estado más que a la altura. Todo el mundo le ha felicitado, todo el mundo incluyendo a los miembros de otros grupos que no tendrían por qué hacerlo, pero hay alguien que no lo ha hecho, precisamente la felicitación que más espera de todas. Esa noche, Minho se ha olvidado de él.
Y duele, no por el olvido en sí porque ha sido una noche muy movida y un despiste lo tiene cualquiera, duele porque esa noche no ha sido él quien más ha captado su atención como es usual. Esa noche, Jonghyun ha cantado una balada en solitario que les ha puesto los pelos de punta tanto al público como a los artistas y miembros del staff. Ha cantado mejor que nunca, demostrando una vez más por qué es la voz principal de SHINee. Taemin se siente orgulloso de su hyung por ello, pero a la vez, no puede evitar tenerle envidia. No envidia de su voz, porque cada uno tiene su propio talento, sino envidia de quien no ha parado de mirarle y sonreírle durante toda la noche.
Y no puede, no puede evitar sentirse mezquino por los pensamientos que le dirige a Jonghyun cuando los ve juntos, cuando ve cómo se miran, las sonrisas tontas que comparten, los abrazos que duran más de lo que durarían entre ellos y cualquier otra persona, los roces de mano a escondidas de las cámaras y cómo se buscan en todo momento, de la misma forma que él busca a Minho.
En el coche de vuelta a casa, Taemin se sienta a propósito atrás, al lado de Minho, a pesar de que Onew le había cedido su sitio junto a Key en los dos sillones de en medio. No puede evitar hacerlo, querer estar cerca, querer llamar su atención y que se acuerde de que le debe un elogio, pero no logra el efecto que quiere, sino todo lo contrario.
Tan pronto como la charla entre los miembros finaliza y cada uno se acomoda para echar una cabezada en el largo camino a casa, Jonghyun apoya su cabeza en el brazo de Minho y se acomoda para dormir. Taemin le mira con envidia pero se obliga a sí mismo a mirar por la ventana y ver pasar las luces de la ciudad. Delante de él está sentado Key, que también mira por la ventana mientras tararea una canción triste y ése es el único sonido que hay en el coche en ese momento. A su lado, Onew trata de hacerse el dormido, pero de vez en cuando mira por el retrovisor a Taemin, que parece que se va a echar a llorar en cualquier momento.
En algún momento del camino, Minho, que tiene su cabeza apoyada sobre la de Jonghyun para ir más cómodo, abre los ojos y mira hacia Taemin. Le ve serio y ausente, muy centrado en sus pensamientos, muy diferente al Taemin risueño y charlatán que es siempre y sabe, Minho sabe, que no es porque esté cansado.
Sin decir nada, le coge del brazo y tira de él hacia sí. Taemin gira su cabeza sorprendido pero se deja hacer. Minho le pasa su brazo libre por sus hombros y le acomoda en su pecho.
-Lo has hecho muy bien -le susurra y puede sentir su aliento en su coronilla mientras su mano le hace caricias en el brazo.
No obstante, lejos de reconfortarle como siempre, esa noche sus palabras se le clavan como un puñal en el pecho, hasta el punto de no poder respirar bien, como cuando se le aguan los ojos y lucha con todas sus fuerzas para que no resbalen esas lágrimas que amenazan con salir. Se muerde los labios y aguanta en esa postura que le lleva a un edén de tristeza todo el tiempo que puede... hasta que lo ve. Su mirada se ha topado con esas manos entrelazadas, ese simple gesto que dice mucho más de lo que podrían hacer las palabras.
Y Taemin no puede, no puede aguantarlo más.
Se separa de Minho despacio, evitándole la cara en todo momento, hasta retomar su postura inicial recostado contra el marco de la ventana. Minho se le queda mirando pero no le dice nada ni le vuelve a insistir. Apoya de nuevo su cabeza sobre la de Jonghyun y su mirada se encuentra por casualidad con unos ojos oscuros que le miran serios por el retrovisor del coche. Minho desvía la mirada hacia la ventana y no vuelve a despegar la vista de ahí en lo que queda de viaje.
Al llegar a casa se despiden del conductor sin mucha energía y el líder se encarga de enterarse a qué hora les recogerán mañana. Key entra el primero, seguido de un somnoliento Jonghyun y un Minho que le guía para que no se quede dormido de pie ahí mismo. Taemin aprovecha que va detrás de ellos para pasarse la manga por la cara y aguantar hasta estar metido en su cama.
Un rato después, cuando SHINee ya está durmiendo, Onew saca la cabeza de debajo de su manta en busca del menor, al que no ve en su cama. Lleva un rato intentando quedarse dormido pero no puede, y al ver que el maknae no está donde debería, se levanta porque sabe qué va a encontrarse.
No se equivoca.
En el sofá está sentado Taemin, quien lleva la manta de su cama enrollada sobre su cuerpo de forma que no le deja nada al descubierto. Tiene la cabeza enterrada entre sus piernas, las cuales abraza. Cualquiera se hubiese dado un susto al ver semejante figura en mitad de la noche, pero Onew no, Onew está acostumbrado.
Cuando Taemin era más pequeño también hacía esto, cada vez que quería llorar esperaba que todos estuviesen durmiendo para venir a ese rincón del sofá, adoptar esa postura y soltarlo todo, aunque entonces lloraba porque echaba de menos a su familia, porque una coreografía no le salía bien o porque se sentía muy estresado. Ahora lloraba por un motivo muy diferente y Onew desearía que no fuese así, que el inocente Taemin continuase siéndolo unos años más, que no creciese tan deprisa como para llorar por amor.
Sin disimular que va hacia la cocina y sin decir nada, Onew se acerca y se sienta a su lado. Sabe que le ha sentido llorar, pero aún así no puede detener sus lágrimas ni sus gemidos, porque le pasa igual que a Jonghyun, que una vez que empieza a llorar ya no puede parar.
Onew suspira y le abraza en silencio, acariciándole los brazos con sus manos en un gesto reconfortante. El llanto de Taemin empeora de forma automática y Onew busca la forma de abrirse hueco entre esa manta en forma de barrera que se ha colocado. La encuentra y le obliga a enterrar su cabeza en su pecho y a sus brazos aferrarse con fuerza a su pijama, mientras lo moja con sus lágrimas. Onew no dice nada porque nada de lo que pueda decirle va a servir para algo, simplemente le deja llorar todo lo que necesite.
No mucho después se asoma Key por el pasillo con cara sonmolienta; enciende la luz para ver de quienes se trata y vuelve a apagarla cuando lo descubre. Lo normal en él sería que volviese a la cama sin decir nada, o que fuese a la nevera a beber algo y tomase el camino de vuelta del mismo modo, pero esa noche no lo hace así, sino que se sienta en el lado vacío del sofá y se abraza a un cojín.
Pasan un pequeño rato en silencio hasta que es el propio Key quien lo interrumpe.
-¿Qué le pasa? -le pregunta a Onew, con voz ronca.
-El primer desamor -le contesta el mayor, que siente como Taemin se aferra todavía más a su camisa cuando lo dice. Cabecea a los dormitorios y el otro comprende al momento.
Key suspira y posa una de sus manos sobre la cabeza del pequeño para acariciarle.
-Siempre es duro, pero más si tienes que ver a esa persona cada día y compartir todo lo que haces.
Onew le mira, pero Key, para evitar su mirada, se abraza a Taemin y le da la nuca al mayor.
-Llora, llora pequeño, es lo único que puedes hacer cuando no puedes evitar querer a quien no te corresponde -finaliza Key y nadie vuelve a decir nada más esa noche.
A la mañana siguiente, Jonghyun es el primero en levantarse y se sorprende al encontrarse semejante cuadro en el sofá: Key apoyado en Taemin y éste en Onew, los tres durmiendo plácidamente. Jonghyun, que no sabe lo que ha pasado esa noche, comienza a hacer mucho ruido y a reírse de ellos por la extraña imagen que forman, consiguiendo despertarles.
Taemin es el primero en saltar literalmente del sofá y lanzarse sobre su hyung para silenciar sus burlas a golpes, mientras que Key se acurruca en Onew y éste se acomoda sobre un cojín para tratar de seguir durmiendo. Los otros dos, cuando dejan de pegarse de mentira, intentan despertarles y se ponen a saltar en el sofá y a armar jaleo, hasta que Key les grita y se levanta de malas pulgas. Minho aparece entonces en el salón, despertado también por los gritos de sus compañeros, amigos y familia. No tarda en pillar un cojín y comenzar a darle a Onew junto a Taemin, quien le dirige la primera sonrisa del día y Minho se la devuelve, aliviado de volver a verle como siempre.
Todos los sentimientos desoladores del maknae están ahora en forma de lágrimas secas en el pijama de su hyung, quien se ve obligado a levantarse del sofá para que le dejen tranquilo. Y mientras Jonghyung le cuenta entre risas a Minho la escena que se ha encontrado en el salón cuando se ha levantado, Key prepara el desayuno para los cinco y Onew se encierra en la habitación para tratar de dormir unos minutos más hasta que Taemin, que iba camino al baño, lo descubre y se le tira encima.
-Gracias, hyung -le dice al oído, mientras le abraza con todo su cuerpo, y le da un pequeño beso en la mejilla. Onew sonríe y no hace nada por quitárselo de encima... hasta que un par de segundos después, Taemin les da una voz al resto para ir a levantarle de nuevo, comenzando así un nuevo día en la casa de los SHINee.
Y es que aunque Taemin no pueda evitar querer a Minho de forma especial, tampoco puede evitar querer al resto como sus hyung, y sonreír, y gritar, y llorar, y compartir todas sus emociones, compartir su vida, con ellos.
Fin