[EXO] Monstruos #07 (2/2)

Sep 13, 2014 15:34

Título: Monstruos
Fandom: EXO.
Parejas: Varias.
Resumen: Los monstruos habitan en la oscuridad de los corazones de las personas y nadie, absolutamente nadie, se libra de ello.
Advertencias: UA, yaoi, NC-17, tiempo no lineal.
Cronología: Pinchando sobre el título del fic iréis al masterpost donde encontraréis una cronología ordenada de los hechos.
Licencia: Monstruos #07 - (c) - lurque


Parte 1 | Parte 2

*

07 Julio 2015

Luhan miraba el televisor sin prestar atención a la película. En su regazo, Kyungsoo había sucumbido a las caricias en su cuero cabelludo y se había quedado dormido hecho un ovillo. A su otro lado, Baekhyun comía palomitas del cuenco que se había preparado sin parpadear casi, demasiado concentrado en el film.

El hombre sin pasado era la película que habían elegido para esa tarde. Los tres la habían visto ya en varias ocasiones, pero Baekhyun era el único que podía volver a contemplarla con la emoción de la primera vez, pues le fascinaban los thrillers como a un niño podía fascinarle los dibujos animados. Si una película mezclaba suspense, psicología y acción, tenían completamente ganado a Baekhyun. Y cuando el componente psicológico era demasiado fuerte, o bien no paraba de dar su opinión al respecto, o bien se quedaba en completo silencio por estar realizando un fuerte análisis en su mente que más tarde compartiría igualmente. Luhan era la única persona que podía seguir el hilo de los pensamientos de Baekhyun cuando éste entraba en modo doctor, pues tanto Sehun como Kyungsoo acababan perdiendo la paciencia.

Pero el motivo por el que Luhan había dejado de prestar atención a la película a pesar de tener la vista clavada en la pantalla no era ninguno de ellos, sino Kai. El chico llevaba ya una semana en el Two Moons y se había adaptado con tanta rapidez y facilidad que a Luhan le costaba creer que era el mismo muchacho asustado que había llegado pidiendo asilo y que había tenido aquella pesadilla por la que casi le había asfixiado. Xiumin había cerrado el palco más pequeño de la planta superior para que lo pudiera utilizar cuando el club estaba lleno de gente. Apenas habían cruzado palabra desde entonces, pero Luhan le observaba de lejos llevando a cabo la labor que le hubieran asignado sin protestar nunca.

De algún modo, el protagonista de la película le había evocado a Kai. Ese chico había tenido una vida antes de ser llevado al campamento militar, había tenido sueños, ilusiones y planes de futuro. Como él. Luhan también había tenido todo eso antes de que muriera su padre y se viera obligado a vivir por su cuenta a una edad en la que no estaba preparado para ello. Cada uno había tenido que vivir un infierno diferente y afrontar una supervivencia distinta, pero Luhan podía comprender cómo debía sentirse, al menos parcialmente. El protagonista lo había perdido todo y por eso se había convertido en un hombre de carácter taciturno, pero contrariamente a lo esperado, Kai no era así. Había algo en su mirada, en su forma de hablar, que era diferente a la interpretación de ese actor.

-Baekhyun -le llamó, pero tuvo que tocarle el brazo para cortar su circuito de pensamientos y recibir su atención-. ¿Cómo puedes concentrarte tanto en la película si ya sabes lo que va a pasar?

-Cuanto más la veo, de más detalles me percato.

-Por eso no te dejo ver Origen en mi presencia -dijo con una sonrisa-. Tú que sabes de psicología...

-Buena observación -le interrumpió con otra sonrisa gemela a la suya.

-Sí, increíble pero cierto que sepas sobre ello -respondió con su misma agilidad verbal-. A ver, como psicólogo, ¿qué harías con un paciente que tiene síndrome postraumático, inestabilidad emocional y crisis de identidad?

La pregunta había despertado su curiosidad, lo manifestaba su mirada.

-Lo has buscado en Internet, ¿verdad? -preguntó con una sonrisa burlona.

-Evidentemente -respondió sin avergonzarse.

Baekhyun metió la mano en el cuenco de las palomitas y se llevó un gran puñado a la boca mientras pensaba en una respuesta.

-La crisis de identidad es uno de mis campos -comenzó a explicarle-. Lo mejor es utilizar la Terapia Sistemática Constructivista. La realidad es relativa para cada individuo, así que si descubro desde dónde se construye la suya, encontraré el modo de devolverle su identidad original.

Luhan sonrió al escucharle hablar con la voz de doctor que empleaba siempre que trataban un tema semejante.

-Vale, no era eso a lo que me refería. El sujeto sabe quién es él, pero ha sufrido una experiencia traumática que le ha dejado en shock un tiempo. Poco a poco se va acordando de lo que le pasó, especialmente a través de las pesadillas que tiene, pero cuando despierta de ellas está tan confuso que no distingue realidad de ficción -explicó de forma más detallada.

-Entonces tendría que empezar con el método catártico -opinó-. Si libera el afecto ligado al recuerdo de su trauma, anulará sus efectos patógenos y dejará de tener pesadillas o estas no serán tan intensas al menos. El método catártico consiste en lograr que el paciente deje de reprimir el recuerdo que origina esas pesadillas y su confusión al despertar. Lo que hace es integrar el recuerdo en una serie asociativa que le permite la corrección del acontecimiento en su memoria.

-No sé si me he enterado... -reconoció-. ¿Qué es lo que harías para conseguir todo eso?

-Hacer que hable sobre ello -respondió con simpleza para que entendiera-. Le iría haciendo preguntas para guiarle al punto clave y que él mismo reconstruya el acontecimiento para liberarlo de su subconsciente, que trata de reprimirlo para no hacerle daño. Eso es lo que llamamos síndrome postraumático y por eso el método catártico es una buena opción, aunque la mejor técnica para llevarlo a cabo es la sugestión hipnótica.

-¿Hipnosis?

-Claro. Si es el subconsciente el que reprime el recuerdo, la mejor forma de luchar contra ello es sumergirte en la mente de la persona. Es rápido y eficaz si se sabe hacer. Pero si no, haciéndole hablar también se consigue, aunque requiere más sesiones y de ese modo, le sacan la pasta a los pacientes.

-Ya veo -murmuró pensativo.

Era evidente lo que la mente de Kai trataba de reprimir: todo el horror que había vivido durante los últimos años. El Two Moons estaba plagado de cámaras y micrófonos, y en el palco que Kai estaba usando como habitación también había una. Luhan había revisado las grabaciones para estudiar su patrón de conducta al despertar. Siempre lo hacía empapado de sudor, pero no gritaba, sino que se sobresaltaba y atacaba al aire hasta que se percataba de que no había ninguna amenaza cerca, aunque eso no le tranquilizaba. Continuaba largos minutos en alerta, mirando en todas direcciones como si algo fuera a aparecer en cualquier momento, completamente quieto y encogido pero con la mirada inquieta. Sin embargo, las últimas noches había encontrado una referencia: la gran bola que colgaba del centro del techo y que llenaba la pista de diferentes rayos de luz cuando estaba encendida. Kai se acercaba al cristal de su palco y contemplaba la bola mientras llevaba a cabo un ejercicio de respiración para recuperar la calma hasta que lo conseguía. Después volvía al sofá e intentaba dormirse, pero la mayoría de las veces no lo conseguía y tan solo miraba al techo.

Quizás hablar con alguien le ayudara un poco. Si Baekhyun tenía razón, y en estos temas siempre la tenía, tal vez podía hacer algo para que no despertara de esa manera cada día. No era justo que un chico inocente como él tuviera que padecer esas secuelas.

-Por cierto -dijo, antes de que a Baekhyun le diera por preguntarle de quién era el caso que le había planteado-, Sehun me ha dicho que está buscando piso. Se va a mudar con su primo al parecer.

-¿Sí? No nos ha dicho nada.

-El piso frente al vuestro sigue sin inquilinos, ¿no?

-Pues sí, pero no sé si me agrada la idea de tener a Sehun todo el día en casa -dijo, frunciendo los labios en una mueca que resultaba tierna a la vista.

-¿Competencia de gorrones? -Luhan sonrió, pues podía imaginar cómo sería esa casa si Sehun la frecuentara todos los días.

-Exacto.

Ambos rieron y Kyungsoo gruñó por estar haciendo ruido que le impedía dormir. Luhan retomó las caricias en su cabello pensando que si Sehun se convertía en vecino de ellos dos, le sería mucho más fácil repartir su escaso tiempo libre entre Yixing y su familia.

Baekhyun devolvió su atención a la película y a las palomitas, y Luhan echó la cabeza contra el respaldo del sofá tratando de dejar la mente en blanco sin demasiado éxito. Ojalá pudiera quedarse dormido con la misma facilidad que su hermano, aunque Kyungsoo dormía tanto debido a que las pastillas le daban mucho sueño. Como no pudo concentrarse en la película, dedicó el tiempo que le quedaba a pensar en cómo abordar el tema de Kai y decidió que, en primer lugar, hablaría con Xiumin al respecto.

*
16 Julio 2015

El calor sofocante de Seúl en pleno julio era algo que Junmyeon no había echado en falta mientras había estado fuera. Regresaba a casa después de su tercera jornada laboral como agente de la Policía Metropolitana de Seúl. Llevaba poco en ello, pero Junmyeon sabía que le iba a costar adaptarse a su nueva rutina y a su nuevo compañero. Chanyeol tenía un modo de hacer las cosas con el que iba a chocar en más de una ocasión, aunque de momento se mostraba a sí mismo obediente porque él era nuevo después de todo. Y aunque la acción era mucho más reducida que cuando formaba parte de los SWAT, el cansancio mental que sentía se extendía por todo su cuerpo como un virus que le debilitaba por momentos. Lo único que quería era llegar a casa, darse una ducha, cenar algo rápido y meterse en la cama.

Sus planes se vieron truncados cuando vio dos pares de zapatos más aparte de los de Sehun en la entrada. Estaba demasiado cansado como para saludar con entusiasmo, pero aun así lo hizo para anunciar su llegada. No llegó a descalzarse siquiera, porque al levantar la mirada del suelo vio a un hombre desnudo en su cocina, husmeando en su nevera. La puerta de entrada quedaba justo en frente de la cocina abierta al salón, que ocupaba el espacio a la derecha. A su izquierda se hallaba el pasillo que conducía a las habitaciones y el baño; del dormitorio de Sehun procedía ruidos que prefirió no identificar.

Como si de una película de comedia se tratara, Junmyeon se quedó estático observando al hombre que le había devuelto el saludo y ahora bebía a morro del zumo que había comprado para sí mismo la tarde anterior en el supermercado.

-Pero qué... -murmuró cuando pudo reaccionar-. ¡Sehun! -gritó sin contener su furia.

En la habitación, el sonido de los muelles y los gemidos ahogados cesaron de súbito.

-Mierda, mi primo -le escuchó decir porque la puerta de su habitación estaba abierta-. ¡Vístete! -le ordenó a su acompañante mientras él mismo lo hacía a juzgar por el crujido repentino de los muelles de la cama, como si alguien hubiera salido de ella.

-¿No se suponía que venía más tarde? -le respondió una voz femenina para sorpresa de Junmyeon.

-¿Qué? ¿A ti también te va este rollo? -preguntó con descaro el tipo que había bebido de su zumo-. Puedes unirte si quieres, donde caben tres caben cuatro.

Junmyeon estaba tan indignado que no era capaz de pensar en algo coherente y lo suficientemente cortante para responderle al hombre que, sin lugar a dudas, era mayor que Sehun y tal vez lo era incluso más que él mismo.

-¡Sehun! -rugió completamente enfadado.

Su primo apareció por el pasillo segundos más tarde abrochándose el pantalón rápidamente. Los labios hinchados, el pelo despeinado y la capa de sudor que envolvía su cuerpo eran pruebas visuales que añadir a las sonoras de antes para explicar en qué clase de situación le había pillado.

-Hola, hyung -saludó con una risita nerviosa-. ¡Lo siento! ¡Lo siento! Se me ha ido un poco de las manos...

-Sí, eso es evidente.

-Tu primo no paraba de mirármela -le dijo el hombre cuando pasó por su lado para dirigirse de vuelta a su dormitorio.

-Cállate y ve a vestirte -respondió Sehun entre dientes sin dejar de sonreírle a Junmyeon-. Lo siento, hyung, de verdad. Iban a irse antes de que volvieras...

Junmyeon abrió la boca para protestar, pero la chica se asomó desde la habitación con cuidado de no mostrar más de lo debido.

-Sehunnie -llamó su atención y éste se giró-. ¿Dónde los tiro?

Agitó los preservativos usados con una sonrisa de fingida inocencia que hizo reír a Sehun e incrementar el enfado de Junmyeon en consecuencia.

-Tengo un cubo de basura debajo del escritorio.

La chica sonrió y le mostró una breve reverencia a Junmyeon antes de volver al interior del dormitorio.

-¿Se puede saber qué es todo esto, Sehun? ¿Quiénes son esos dos? -Señaló hacia el cuarto.

-Son un matrimonio que conocí por Internet, tenían problemas sexuales así que les propuse buscar nuevas experiencias con las que solventarlos y...

-¡Basta! -le cortó a voz de grito y se hizo presión en el puente de la nariz porque le estaba empezando a doler la cabeza-. No quiero saber más.

-Pues entonces no preguntes. -Se encogió de hombros.

-¿Desde cuándo haces este tipo de cosas? -cuestionó de inmediato, contradiciendo su frase anterior.

-¿Qué exactamente? ¿Los tríos?

-¡Todo esto! -Se exasperó-. ¡Por el amor de dios, Sehun! ¡Tú no eres así!

-¿Así cómo? -Sehun frunció el ceño, comenzando a ofenderse también.

-¡Así de...! -A Junmyeon no se le ocurrió un calificativo adecuado por lo que acabó bufando-. ¿Sabes qué? Voy a irme por donde he venido. -Señaló la puerta-. Si te queda algo de vergüenza despedirás a esa gente y lo tendrás todo limpio para cuando vuelva.

Como no se había quitado los zapatos, comprobó que llevaba las llaves en el bolsillo y se marchó. Junmyeon quería gritar de pura frustración. Justo cuando iba a poner rumbo a las escaleras, Kyungsoo abrió la puerta de su casa.

-Oh, hola -saludó, sorprendido por encontrarle en el rellano-. Iba a vuestra casa ahora.

-¿Sí? Pues será mejor que te olvides de ello -respondió, y al momento se arrepintió de su brusquedad al verle encogerse como acto reflejo-. Lo siento. Sehun no está disponible ahora.

-¿Habéis discutido? -adivinó Kyungsoo sin mucho esfuerzo.

Junmyeon miró hacia la puerta de su casa y asintió.

-Sé lo molesto que puede llegar a resultar Sehun a veces, pero no lo hace con mala intención -le defendió con una pequeña sonrisa que pretendía suavizar la situación.

-Ya. Se supone que no iba a enterarme, lo cual es todavía peor.

-¿Qué ha pasado?

Junmyeon respiró hondo, tampoco era cuestión de irlo contando por ahí, era asunto de Sehun con quien se acostara y no sabía si sus amigos estaban al corriente de sus gustos sexuales. Acabó negando con la cabeza.

-He estado fuera mucho, mucho tiempo. Mi primo ya no es un niño y yo me he perdido muchas cosas.

A Junmyeon le iba a llevar un tiempo adaptarse a los cambios de su rutina y entorno. Había vivido como un soldado durante tanto tiempo, que ahora no sabía ser otra cosa y mucho menos lidiar con situaciones corrientes como ir a comprar al supermercado o pasarse por la gasolinera para llenar el depósito. Desde que le habían delegado se sentía confuso con bastante frecuencia y sabía que Chanyeol, a pesar de llevar siendo compañeros unos pocos días nada más, se había empezado a dar cuenta.

Incluso Kyungsoo, delante de él, le miraba con extrañeza. Junmyeon tenía que mejorar su forma de interactuar con las personas civiles. Se escondió detrás de su sonrisa y, cuando iba a pronunciar una excusa, Kyungsoo avanzó unos pasos para sujetarle de la muñeca y le condujo hacia su piso.

-¿Kyungsoo?

-Como camarero, sé distinguir cuándo alguien necesita desahogarse, así que siéntate en el sofá y deja que te sirva algo.

Las formas de Kyungsoo eran un poco bruscas, pero efectivas. Junmyeon se descubrió a sí mismo siendo incapaz de negarse. Se descalzaron en la entrada tras cerrar la puerta. Era la primera vez que Junmyeon se adentraba en el piso de sus vecinos, aunque sabía que su primo pasaba mucho tiempo con ellos.

-¿Baekhyun no está?

-Ha ido a visitar a un paciente.

-Creía que trabajaba como psicólogo criminal -dijo mientras se sentaba en el sofá y veía a Kyungsoo agacharse para sacar algo de la nevera.

-En realidad es psicoanalista. Investiga el subconsciente o algo así. Pero también ayuda a la policía cuando tienen un caso que no pueden resolver. -Kyungsoo se acercó a la mesita del salón y depositó los posavasos primero para colocar las latas después-. Baekhyun se fija en detalles que a los demás nos pasa desapercibidos y saca conclusiones de ello. Él lo plantea como si cada persona o cada situación fueran puzles cuyas piezas debe montar.

Kyungsoo abrió su lata de Nestea tras sentarse al lado de Junmyeon en el sofá. Junmyeon miró la bebida que le había dado a él.

-¿No te gusta la cerveza?

-Podría beberla si no llevara alcohol, pero igualmente no me gusta.

-¿No puedes beber alcohol?

Por la forma en que le miró Kyungsoo, Junmyeon se dio cuenta de que había metido la pata al preguntar algo que no le concernía. Sus ojos, grandes y redondos, albergaban una mirada que se volvía intensa debido a la poca frecuencia de su parpadeo. Junmyeon no estaba acostumbrado a que le contemplaran fijamente, pero por algún motivo, no le hacía sentir incómodo.

-Pensaba que Sehun te lo habría contado -dijo y le dio un pequeño sorbo a su bebida-. No puedo beber alcohol por las pastillas para mi enfermedad.

Junmyeon se abofeteó mentalmente por haber formulado la dichosa pregunta.

-Lo siento, no lo sabía. No quería incomodarte.

-No pasa nada -dijo con una sonrisa cálida-. No es algo que oculte. Bueno, hubo un tiempo en el que sí lo hacía porque me avergonzaba ser diferente. No tomaba las pastillas y eso me hacía ser... inestable. Pero mientras las tome, puedo llevar una vida normal.

Junmyeon asintió, sorprendido porque se lo contara con tanta naturalidad. A él le costaba mucho hablar sobre sí mismo y estaba seguro de que si tuviera alguna enfermedad, no se lo diría a nadie.

-¿Puedo preguntar de qué se trata?

-Trastorno bipolar.

-Comprendo.

Junmyeon nunca había conocido a nadie con dicha enfermedad, pero sabía que las personas que la padecían cambiaban de estado de humor de manera mucho más extrema que una persona que no sufría esa patología. No hacía ni una semana que conocía a Kyungsoo, así que no había hablado mucho con él, pero no se lo habría imaginado a simple vista. Tampoco había notado que Baekhyun o Sehun le dieran ningún trato especial y él no iba a ser menos.

-¿Desde cuándo eres camarero? -le preguntó para cambiar de tema mientras abría su lata-. Debes ser uno realmente bueno para haber averiguado que era precisamente una cerveza lo que necesitaba -añadió con una sonrisa que Kyungsoo le correspondió.

-Trabajo en el bar que hay en la calle perpendicular a la nuestra al salir hacia la izquierda del portal, ¿sabes cuál te digo? -Junmyeon volvió a asentir; Sehun se lo había indicado-. Hay mucha gente que se sienta en mi barra con la misma mirada que tú.

-¿La misma mirada? -repitió sorprendido y le observó con interés mientras daba un pequeño sorbo a la cerveza.

-No sé explicarlo, simplemente lo veo y sé que necesitan desahogarse.

A Junmyeon le sirvió como advertencia para tener cuidado en el futuro; no podía permitirse ser tan transparente. Se imaginó a Kyungsoo detrás de una barra atendiendo a clientes cuyas vidas sentían que se les escapaba de las manos y buscaban consuelo en el fondo de una botella.

-Debes haber escuchado muchas historias.

-Me gustan las historias, incluso si no las entiendo. -Mostró una pequeña sonrisa de resignación-. Pero está bien porque ayudo a la otra persona.

-Hay mucha gente que sólo quieren ser escuchados.

-Pero tú no. A ti no te gusta hablar.

Kyungsoo volvió a sorprenderle con su comentario. Era evidente que no podía subestimarle.

-¿No has dicho que tenía la mirada esa? -Sonrió para disimular.

-Sí, pero también sé distinguir cuando quieren hablar de cuando no.

-¿Tú también eres un psicoanalista como Baekhyun? -preguntó sin borrar su sonrisa.

-No, yo sólo soy camarero. -Kyungsoo sonrió divertido-. De todas formas, no necesito su habilidad de análisis para hacerme una idea de qué te has encontrado al llegar a casa que te ha molestado.

Compartieron una mirada de entendimiento y a Junmyeon se le escapó un suspiro. Había sido demasiado chocante ver a su primo en una situación como esa, pero había cambiado conforme había crecido, algo completamente normal, sólo que Junmyeon no lo había tenido en cuenta hasta ese momento.

-Sehun era un niño cuando me fui. Y ahora ya es un adulto -habló con la mirada perdida en su lata-. Me he perdido la transición y eso es sólo culpa mía. No debería haber reaccionado del modo en que lo he hecho. Era evidente que el mundo que dejé atrás no iba a ser igual cuando regresara, pero tampoco esperaba que hubiera cambiado tanto. Ha sido tanto tiempo que ahora no sé cómo...

Su voz se fue apagando lentamente hasta finalizar siendo un murmullo. Su mente se fue muy lejos de esa habitación, de esa ciudad, de ese país. Se fue a otro mundo, uno tan diferente del que pisaba ahora que no sabía cuál de los dos era el real. No, los dos habían sido reales. Todo lo que había vivido, todo lo que había sentido, era real y formaba parte de él.

-Lo siento. Estoy diciendo cosas raras -se disculpó al alejar esos pensamientos de su mente.

-No. Tienes todo el derecho del mundo a estar enfadado con Sehun. -Kyungsoo le agarró del brazo y le miró fijamente-. Sois compañeros de piso, existen unas normas de convivencia que tiene que respetar. No puede meter a gente desconocida en la casa sin consultártelo primero. ¡Y menos para hacer lo que seguro que está haciendo!

Junmyeon no pudo evitar sonreír al verle tan indignado de pronto, como si la ofensa se la hubieran hecho a él.

-Bueno, también es su casa, y es su vida sexual. En realidad he sido yo quien ha reaccionado de forma exagerada, soy un anticuado para estas cosas.

-¡Que no, Junmyeon! -exclamó, zarandeándole el brazo para darle más énfasis-. Es una falta de respeto. No puede hacer lo que le dé la gana. ¡Es como si yo me traigo a Yifan y me pongo a follar con él en la cocina porque me da la gana sabiendo que Baekhyun llegará más tarde!

Tan pronto como lo dijo, Kyungsoo abrió mucho los ojos aterrado por lo que se le acababa de escapar y le soltó para llevarse las manos a la cara y ocultarse avergonzado. A Junmyeon le pareció adorable. Soltó una pequeña risita al escucharle murmurar una maldición y le rodeó con sus brazos para infundirle confianza.

-No pasa nada, tranquilo. ¿Es tu pareja? -preguntó con una sonrisa amable.

Kyungsoo se descubrió el rostro parcialmente. Se sujetó las mejillas y apoyó los codos sobre las rodillas para mirar con cierta pesadumbre las latas que yacían en los posavasos.

-Algo así -murmuró.

-¿Algo así? Vaya, estoy más anticuado de lo que pensaba. No entiendo estas relaciones modernas de hoy en día.

Junmyeon se echó hacia atrás en el sofá en un gesto dramático que pretendía sacarle una sonrisa y lo consiguió.

-Hablando así pareces un abuelo.

-En realidad tengo 104 años, lo que pasa es que me conservo bien.

Kyungsoo soltó una carcajada por su ocurrencia.

-Desde luego. Cuando tenga tu edad quiero verme igual de joven que tú -dijo y cogió su Nestea para darle un sorbo-. Eres muy divertido, hyung.

-¿Divertido? Mis ancianos oídos deben engañarme -respondió, llevándose una mano a la oreja para utilizarla como amplificador-. Nunca me habían llamado divertido.

-Pues a mí me lo pareces. Me lo estoy pasando bien hablando contigo.

Kyungsoo tenía una de las sonrisas más inocentes y puras que había visto a lo largo de su vida. Tenía el poder de crear alrededor de ellos una burbuja reconfortarte. Junmyeon se echó hacia delante nuevamente y cogió su cerveza.

-Gracias. Brindo por eso. -Sus latas chocaron sin demasiada fuerza y bebieron un trago-. Yo también me lo estoy pasando bien. En realidad hacía mucho que no me lo pasaba bien -reconoció.

-Sehun me ha contado que apenas os habíais visto estos últimos años porque siempre estabas de misión.

No le extrañaba que su primo hubiera hablado de él. Asintió dándole la razón y bebió otro pequeño sorbo antes de depositarlo de vuelta sobre el posavasos.

-Sí. He descuidado mucho a mi familia. Pero ahora estoy intentando remediarlo.

-Eso está bien. Ojalá mi hermano también intentara remediarlo -dijo y soltó un suspiro al final.

-Luhan, ¿verdad? Sehun me ha hablado por encima de él.

-Hace su vida al margen de la nuestra y no nos cuenta nada. -Kyungsoo volvía a estar enfadado-. Se cree que soy idiota y que no sé que anda metido en algo peligroso, de otro modo no se comportaría del modo en que lo hace.

Junmyeon hizo un amago de sonrisa. La historia le resultaba muy familiar.

-Cuando alejamos a nuestros seres queridos de nosotros es porque no queremos que se involucren. Explicarles lo que nos sucede les preocuparía incluso más de lo que les preocupamos al no contarles nada -le dijo y le acarició la nuca para infundirle ánimos-. No conozco a Luhan, pero seguro que es un buen chico con un motivo de peso para actuar de esa manera.

-Yifan dice que me preocupo demasiado y que confíe en él -expresó con un hilito de voz.

-Entonces hazle caso. Al menos hasta que no tengas una prueba real de que algo anda mal, no te atormentes con hipótesis.

Kyungsoo asintió lentamente y se encogió más sobre sí mismo.

-Yifan está enfadado conmigo ahora, ¿sabes? -confesó mientras se miraba las manos en un gesto de arrepentimiento.

-¿Qué ha pasado? -cuestionó sin dejar de acariciarle la nuca.

-Habíamos quedado, pero me ha llamado porque estaba cansado y prefería dejarlo para otro día, pero yo me he enfadado y él también lo ha hecho -explicó de forma atropellada, poniéndose ansioso-. Es la primera vez que se enfada conmigo. ¿Y si no quiere volver a saber de mí?

No sólo su sonrisa era inocente, su mirada también era clara y transparente. Su inseguridad y su dependencia le hacía temer de esa manera. Junmyeon sintió la urgente necesidad de protegerlo.

-Si estaba cansado entonces ni siquiera estaría enfadado de verdad -dijo con una sonrisa que pretendía tranquilizarle-. El cansancio merma nuestra paciencia, te lo digo yo que la he perdido antes con Sehun en una situación bastante estúpida.

-No sé. Yifan nunca pierde la paciencia. -Kyungsoo se despeinó en un gesto de hastío-. Él es muy bueno, ¿sabes? Siempre está pendiente de mí y hacemos siempre lo que yo quiero. Sé que soy muy egoísta y que tarde o temprano se cansará de mí, pero me da miedo que lo haga.

-Todos tenemos días malos, Kyungsoo, y contestamos de un modo inapropiado -contestó con paciencia mientras le acariciaba la espalda-. Aunque no suela enfadarse, seguramente haya tenido un día en el que muchas cosas le han molestado y al final su paciencia se ha visto tocada. Pero eso no quiere decir que ya no te quiera. Además, las discusiones son buenas, ¿sabes? Sacar lo que llevas dentro y no guardártelo para que no se transforme en rencor acumulado que pueda explotar más adelante de la peor manera.

Eso era precisamente lo que había pasado con Minseok. Si hubiera hablado en su momento, si le hubiera dicho cuánto le odiaba en realidad, no habrían llegado a semejante situación. Junmyeon respiró hondo para alejar esos pensamientos de su mente.

-Yifan nunca me dice las cosas que le molestan -dijo con voz afligida.

-Entonces deberías preguntarle. Darle la oportunidad de que hable, igual que has hecho conmigo -le animó con una sonrisa-. Yo me siento mejor ahora, seguro que a él también le hace bien.

-¡Tienes razón! -dijo con una seguridad salida de la nada y se puso en pie de un salto-. Tengo que ir a disculparme.

-¿Ahora? -cuestionó sorprendido por su cambio de humor repentino, luego recordó su enfermedad y supuso que sería normal en él.

-¡Sí! Quiero solucionarlo cuanto antes o no podré estar tranquilo.

Kyungsoo cogió el Nestea y se bebió lo que le quedaba del tirón, sin hacer pausas para respirar.

-Lo entiendo, pero... ¿no te ha dicho que estaba cansado?

-Ya. -Exhaló una bocanada de aire a la vez que hablaba y se limpió los labios con el dorso de la mano-. Pero seguro que está trabajando. Tan sólo iré a disculparme y luego me marcharé.

Kyungsoo parecía muy determinado así que Junmyeon se puso en pie.

-Está bien, te llevo entonces. No tengo nada que hacer y no he escuchado la puerta de mi casa, así que Sehun debe continuar con su trío.

-¿Un trío? -Puso los ojos en blanco-. ¿Por qué no me sorprende?

-Oye, no le digas que te he contado nada de esto -le pidió mientras caminaban hacia la puerta.

-No diré nada.

Condujeron hasta Gangnam y a lo largo del trayecto, Kyungsoo cambió de opinión cinco veces, pero Junmyeon le alentó a mantenerse firme a su primera decisión. Si Yifan continuaba enfadado y no quería verle, entonces le llevaría de vuelta a casa. Al saber que no se iba a quedar solo, Kyungsoo se sintió más seguro. Junmyeon no sabía por qué se estaba entrometiendo, pero simplemente no podía soportar verle angustiado.

Por el camino le habló de Yifan y de cómo se habían conocido. A Junmyeon no le cabía dudas de que debía quererle de verdad porque nadie se metía en una relación tan compleja como esa, en la que había una enfermedad mental de por medio, si no estaba realmente enamorado. Aparcó delante del rascacielos en el que vivía y le aseguró que esperaría por él. Antes de bajar, Kyungsoo le hizo prometerle que no le hablaría de Yifan a nadie, porque era algo que sólo Baekhyun sabía.

Kyungsoo estaba muy nervioso, tanto que miró hacia el coche en varias ocasiones antes de atreverse a pulsar el botón del porterillo que correspondía al piso de Yifan. Sabía que éste no solía recibir visitas, así que a lo mejor lo ignoraba. Insistió una segunda vez, y luego se arrepintió de haberlo vuelto a pulsar porque a lo mejor estaba durmiendo. En realidad, sí que había sonado cansado por teléfono.

-¿Kyungsoo?

Su inconfundible acento y su voz grave le recibieron al otro lado del interfono. Kyungsoo miró a la cámara con todo el nerviosismo que sentía.

-No te voy a robar mucho tiempo, sólo quería disculparme por lo de antes. Tú siempre haces lo que yo quiero y yo nunca pienso en lo que quieres tú. ¡Lo siento mucho! -finalizó su discurso con una reverencia de noventa grados para mostrar su sincero arrepentimiento.

-Kyungsoo...

-¡Soy un egoísta! ¡Por favor, perdóname! -exclamó con desesperación mirando nuevamente hacia la cámara-. No quiero que te canses de mí y me dejes. Perdóname, por favor.

Hubo un pequeño silencio en el que Kyungsoo se angustió todavía más.

-Sube -dijo finalmente, con un tono imperativo al que Kyungsoo no estaba acostumbrado.

-No, no, que estás cansado y no quiero molestarte -negó, tanto con las manos como con la cabeza.

-Sube -repitió, empleando esta vez el tono paciente y cariñoso con el que solía hablarle.

-Pero...

-Sube. Por favor. Necesito besarte...

Kyungsoo se mordió los labios y sonrió contento porque quisiera verle y ya no estuviera enfadado con él. Asintió y se acercó a la puerta cuando escuchó el pitido que indicaba que estaba abierta. Se giró para mirar a Junmyeon y le indicó con el dedo que iba a subir. Desde el coche, Junmyeon le regaló una sonrisa y alzó el pulgar para darle a entender que lo había entendido. Sólo cuando se perdió de vista dentro del portal, Junmyeon arrancó el coche y se marchó de vuelta a casa pensando que Kyungsoo era realmente adorable.

Continuará...

No sabéis la de veces que me he maldecido a mí misma por meterme en el fregado de tener que buscarle un título a cada capítulo, con lo mal que se me da. Al final escogí pequeñas burbujas para este porque al releerlo una y otra vez tenía la sensación de que estaba leyendo diferentes universos compactados. Al principio se me ocurrió algo relacionado con las mentes, ya que hay varias escenas con un fuerte contenido psicológico, pero no se me ocurría nada guay. En fin, os cuento esto porque no quiero ponerme a estudiar xD.

Malditos exámenes de septiembre que me consumen el alma y el tiempo OTL. Espero que os vaya bien a los que también tengáis o hayáis tenido. ¡Muchos ánimos a todos! Gracias por vuestra paciencia y vuestra constancia dejando comentarios a pesar de que tardo la vida en responder (y en actualizar u_u).


(Miradle, miradle lanzando besitos skjdnfsjknfksjfks o<-< no puedo, NO PUEDO CON MI VIDA)

fanfic, longfic exo: monstruos, exo

Previous post Next post
Up