No tengo perdón, más de un mes desaparecida, más de un mes sin leer casi nada y menos ver journals ajenos. Han pasado muchas cosas pero he andado enclaustrada y recién me reintegro a la sociedad a partir de hoy, el horario se me ha puesto bien fregado pero ahí vamos XD.
Antes de todo, nuevamente gracias a todas los que estuvieron por ahí cuando pasó lo de mi abuelo, cuando llegó mi cumpleaños (en serio no espere recibir nada, sigo emocionada por eso ;o;), y que me siguen disculpando que no haya comentado muchos posts y fics >///<.
Hablando de eso, se me pasaron muchos cumpleaños y los regalitos se me quedaron por aquí (aunque algunos a medio terminar), voy a intentar subirlos cuanto antes.
El primero fue el de Gen-chan, fue un día antes del mío pero no pude darle nada (no me grites papá Sanada ;__;). Lo de ahora son en realidad son varios drabbles (una tablita incluida =P) que ya voy subiendo.
Título: Bendita convivencia.
Fandom: Tennis no Oujisama.
Templo: Básico (x10)
Musa: #1 Almohada, #2 Fuego, #3 Árbol, #4 Armario, #5 Rana.
Altar: Sanada/Yukimura
1. Almohada2. Fuego3. Árbol4. Armario5. Rana6. Instinto7. Sangre8. Tormenta9. Concierto10. Suerte 1. Almohada
En realidad Sanada había esperado algo más, un par de gritos acerca de la honra de la familia o una bofetada tratando de hacerlo reaccionar.
Pero sus padres solo dijeron que respetaban su decisión, que sabían que todo iría bien y que el único requisito para marcharse era prometer volver los fines de semana a desayunar.
No sabía si estar feliz -o confundido- por la tranquilidad que habían mostrado al escuchar que se iba a vivir a un departamento con Yukimura, en especial luego de confesarles que llevaban más de un año como pareja. Y es que en verdad había esperado algo diferente, por lo menos no una almohada extra como regalo de despedida.
2. Fuego
Yukimura ha pasado por alto ciertos detalles. No ha protestado cuando Sanada eligió el departamento más barato, ni cuando decidió que era mejor no comprar la alfombra. Incluso dejo de mencionar que no estaba de acuerdo en no aceptar la vajilla china de su madre.
Pero lo de la chimenea era diferente.
Una cosa era acostumbrarse al piso de mayólicas y otra muy diferente no tener un rinconcito donde tumbarse en busca de calor cuando llovía.
Probablemente habría reventado ante ese detalle, probablemente lo hubiera hecho si Sanada no estuviera besándole el cuello, hablando de lo feliz que estaba. Hablando cohibido y emocionado ante la cercanía de la primer anoche juntos, solos, por fin solos.
Al diablo con la chimenea, ellos podían encender su propio fuego.
3. Árbol
Los hombres debían ser como los árboles, debían procurar morir de pie.
Sanada lo sabía y por eso no flaqueaba ante los problemas, no escondía la cara cuando lo señalaban como el maricón del edificio de enfrente, ni buscaba peleas cuando alguno mencionaba que seguramente Yukimura lo estaba manteniendo.
Sanada se mantenía firme sin desmentir rumores. Llevando con orgullo el título de novio de una de las mejores promesas del tennis nacional. Aguantándose las ganas de gritar que era más que eso, que se esforzaba cada día por ser algo más.
Lo hacía porque él era un árbol que protegía a Yukimura de la lluvia de insultos y de habladurías que se extendían cada vez que pasaba por la acera. Que lo cobijaba cuando el día no había sido bueno, prometiéndole en silencio que si lloraba no lo iría a delatar.
4. Armario
Ellos eran diferentes al resto.
No se reunían a celebrar luego de los partidos, ni armaban fiestas interminables por las constantes victorias. No acostumbraban hacer actividades de equipo y menos reunirse a hacer alguna pijamada en la casa del capitán.
En realidad a diferencia del resto de equipos ellos no tenían costumbres de reunirse pactando fechas, solo sabían que había días que debían estar juntos, sin pedir permisos por teléfono ni esperar una invitación.
Por eso no les sorprende encontrar tras un insistente timbre al resto del equipo cargado de bocadillos, películas y revistas. Tampoco les sorprende que coincidentemente ese día cumplan un mes en el departamento y que Sanada acabe guardando en tapers la cena que con tanto esfuerzo había logrado preparar.
Por eso cuando Yukimura lo coge de la mano y lo empuja dentro del armario de su habitación, Sanada no pregunta nada, y le agradece que lo haya salvado del karaoke, concentrándose en la sonrisa pícara de su novio sin imaginar que recuerda pasajes de su adolescencia, preguntándose como reaccionaría Gen-chan si lo hicieran ahí.
Se mantienen callados cuando Jackal entra buscándolos porque planean pedir una pizza. Sanada guarda una maldición al no sentir su billetera, pero antes de abrir la puerta la mano de Yukimura lo detiene.
Sabe que no debe hacerlo pero termina viéndolo a los ojos y descubre que esa noche pase lo que pase no podrá salir del armario, por lo menos no ileso, y que no importa los destrozos que puedan hacerle a la casa, esa noche lo valdrá.
5. Rana
Yukimura tiene como regla ser totalmente sincero con Sanada.
El tiempo le ha enseñado que él no entiende de indirectas y que es inútil darle pistas, porque Sanada es un hombre simple que ama algunas cosas y otras no. Para él no hay -o por lo menos intenta que no haya- intermedios.
Es por eso que lo piensa con calma, tratando de olvidar que a pesar de lo cruel que pueda sonar, hay algo de divertido en ver su expresión cuando le pregunta si no le gusta. Y Yukimura debe morderse la lengua para no soltarle de golpe que, al igual que en la secundaria, Niou ha vuelto a engañarlo al aconsejarle ese horroso color verde rana para pintar su habitación.
Bueno hasta ahí con Sanada, faltan subir 2 partes más (la otra media tabla y unos sueltos). También se me pasaron los cumples de Yanagi e Inui, subo uno porque era inevitable que los pusiera juntos (el drama/angst de esta pareja me seduce descaradamente >__<), a ver si termino de cuajar los demás.
Título: Reencuentro
Fandom: Tennis no Oujisama.
Personajes/parejas: Inui/Yanagi (o Yanagi/Inui. Todavía no sé quién es seme, ¡pero necesito saberlo! >_<)
A veces Inui desearía que volvieran a verse luego de algunos años, que se sorprendieran al encontrarse en medio de una avenida y que terminaran abordando un café con historias acerca de la universidad y del nuevo trabajo.
A veces Inui quisiera que fueran en realidad muchos años, que hubieran esposas e hijos de por medio, que no trataran de recordar el pasado, que no hubieran besos infantiles ni temores de volver a mirarse a los ojos y que terminaran discutiendo de lo jodida que podía ponerse la política.
En verdad le gustaría que fuera así y no que el reencuentro se diera días después de su último partido, no a escondidas, no susurrando, no tirando todo lo que encuentran a su paso, porque es tarde y sabe que Renji debe volver a casa para llamar y disculparse con Yukimura porque algún pendiente no le dejó ir al entrenamiento.
Le gustaría que fuera así y que no terminara arrojando los anteojos junto a la polera, tumbándolo con desesperación sobre su cama, porque han sido horas, minutos que parecen siglos en realidad, y aunque sepa que nunca más volverán a ser los mismos, hay algo -que no son labios y no son besos- que lo obligan a no dejarlo ir.
Bueeeeno, eso es todo por el momento, hoy comienzo de nuevo con el curso y algo me dice que me voy a quedar dormida y llegaré tarde al trabajo T___T. Un beso y gracias por todo ^^.