Título: Sentimientos desiguales.
Fandom: Dragon Ball GT.
Sumario: One-shot. A pesar del paso de los años, Pan sigue extrañando a su abuelo. ¿Podrá Trunks hacerla sentir mejor? "Leve" TrunksxPan.
Capítulos: 1
Autora:
lunasolitariaComentarios extra: Éste es un fanfic que acabo de escribir, pero por ahora no tengo intención de publicarlo fanfiction.net. Hay algo que no me convence.
Disclaimer: Obviamente los personajes no me pertenecen. Dragon Ball es propiedad del señor Akira Toriyama. Soy sólo una fanática que escribe historias como pasatiempo.
Sentimientos desiguales.
Los rayos del Sol coloreaban a la ciudad de un tenue matiz naranja, mientras los seres humanos disfrutaban de su nuevo planeta Tierra, que entre todos habían reconstruido.
Tres años habían pasado desde que Son Goku partió con Shenlong. Su familia y sus amigos lo extrañaban mucho, sin embargo, la vida de éstos había vuelto a una relativa normalidad.
El joven Trunks salió del edificio de la Corporación Capsula para tomar un poco de aire. Había estado muy ocupado con los asuntos de la empresa, y aunque era muy bueno administrando el negocio, ese tipo de trabajo lo frustraba mucho.
Caminó durante unos minutos sin rumbo alguno, observando a los transeúntes que disfrutaban del espectáculo que brindaba el bello atardecer.
Los niños pequeños que correteaban alegremente, las muchachas jóvenes que cuchicheaban sobre chicos, las mujeres preocupadas por sus compras, y los hombres que regresaban de sus trabajos...todos, absolutamente todos, gozaban de aquello que la humanidad necesitaba tanto: la paz.
Trunks, que no pudo evitar contagiarse del sentimiento de regocijo, sonrió y echó un vistazo general de la escena. Esperaba ver todo perfecto y en armonía, pero una pequeña silueta en la cima de un alto edificio le llamó la atención. La observó por un momento y al fin creyó reconocerla. Sin dudarlo, levantó vuelo y se dirigió hacia allí.
Aterrizó casi sin hacer ruido a unos metros de distancia de una muchacha que miraba fijamente al piso.
-Pan- susurró débilmente Trunks, acercándose lentamente a la chica. Ella esbozó una leve sonrisa e inmediatamente después, la expresión nostálgica que tenía su rostro cambió por una radiante sonrisa.
-¡Hola Trunks! ¿Cómo estás? -exclamó la joven con un tono de voz exageradamente efusivo.
-Eh... bien -respondió el chico, sorprendido por el drástico cambio de humor de Pan-. ¿Y tú, Pan?
-Bien- se limitó a contestar ella, casi en un suspiro.
Trunks se quedó observándola y se dio cuenta de que, a pesar de que aparentaba estar bien, sus ojos temblaban ligeramente. Sonrió ante el orgullo de la chica. La conocía bien, y sabía que no confesaría, por nada en el mundo, que había estado llorando.
Se acercó más a ella y se sentó a su lado, indicando que no tenía intenciones de irse pronto. Pan no se inmutó, y se quedó observando fijamente el cielo, con los brazos cruzados y apoyándose en una pared.
-¿Te sucede algo? -preguntó Trunks educadamente. Ella no respondió enseguida, ni tampoco directamente.
-Oye... Trunks -dijo al fin Pan y desvió su mirada hacia el hijo de Vegeta y Bulma.
-Dime.
-¿Tu crees que...? ¿Dónde crees que esté mi abuelito? ¿Crees que regresará?- se decidió a preguntar la chica y miró a Trunks, decidida a obtener una respuesta.
-Bueno... El señor Goku seguro que... -comenzó a decir Trunks, nervioso por la insistente y un tanto amenazadora mirada de Pan- Seguro que está bien. Después de todo, él eligió ir con Shenlong, ¿no es así?
La verdad era que Trunks sospechaba cuál había sido el destino de Goku.
Sabía que su padre, Vegeta, conocía la verdad. Y aunque éste no decía ninguna palabra al respecto, Trunks podía sacar de sus frías miradas algo de información. Y aunque los datos no eran para nada precisos, estaba casi seguro de que no volvería a ver a aquel saiyajin.
Y tenía la certeza de que Pan, muy en el fondo, también lo sabía.
-Egoísta...-susurró la muchacha. Trunks prácticamente saltó de la sorpresa, pues, para él, lo pronunciado por Pan no venía al caso.
-¿Qué dices?- exclamó el muchacho, todavía sin entender.
-Egoísta. Mi abuelito... no pensó en mí- dijo Pan, apretando fuertemente sus puños-. Quiero decir, estuvo muy poco tiempo conmigo. Se fue a entrenar a Ub cuando yo tenía tan sólo cuatro años, así que prácticamente no recuerdo aquellos tiempos. Luego volvió, pero estuvo un año... muy poco tiempo. ¡Y se fue! Así, como si nada, se fue...
-Bueno, pero Pan... él hizo todo lo que pudo para salvar el Universo, y tienes que entender que no todo gira alrededor... de... ti. -Trunks terminó la frase ya arrepentido por lo que estaba diciendo. Esbozó una sonrisa nerviosa al ver que Pan, temblando de furia, giraba la cabeza, ofendida.
-¡No te enfades! -exclamó el chico, un tanto divertido por la irritable personalidad de Pan. Y luego, intentando compensar su impulsiva acción, le propuso-: Ven, ¿te gustaría ir a ver una película?
Trunks se levantó y la observó, esperando una respuesta.
-¡De acuerdo! -respondió Pan, sonriendo de manera radiante, como si hubiese olvidado por completo la conversación que habían mantenido segundos atrás.
No demoraron mucho en llegar al cine, porque evitaron todo el tránsito y la multitud volando sobre la ciudad, observándola desde las nubes.
-¿Qué quieres ver? -preguntó Trunks, una vez que se encontraron afuera del cine, donde se exponían los anuncios de las películas que se estaban emitiendo.
La muchacha observó detenidamente todos y cada uno de los pósters expuestos, con una mirada pensativa.
-¡Esa! -exclamó, sin dudar ni un momento y señaló con el dedo índice uno de los pósters.
-¿Cómo?! ¿Esa? ¡¿Segura?! -preguntó asustado el semi-saiyajin al ver en el póster la imagen de una joven en el balcón de su cuarto, con cara de enamorada, mirando hacia un chico arrodillado en el jardín de la casa.
-Sí -se limitó a decir Pan, muy alegre.
-Esto va a ser muy divertido -susurró Trunks, para sí mismo, con un tono irónico.
-¿Qué dijiste? -inquirió la joven mirando con desconfianza a Trunks.
-Nada -contestó él, lanzando una risita nerviosa.
Trunks observó la apariencia de Pan. Su vestimenta reflejaba una personalidad dura y determinada, y aunque era una fiel luchadora, eso no significaba que no fuera una adolescente normal a la que le gustaban las películas románticas.
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-Muchas gracias, Trunks. Me moría de ganas de ver esa película, pero me daba un poco de pena ir sola... -comentó Pan una vez terminada la función. Ambos iban caminando por la ya oscura calle. El espectáculo ya no lo brindaba el sol del crepúsculo, esta vez las protagonistas eran miles de brillantes estrellas.
-De nada -dijo él -. Me vino muy bien hacer algo distinto, últimamente he pasado mucho tiempo en la oficina.
Siguieron caminando en silencio, contemplando el oscuro cielo decorado por millones de luces, tal vez recordando las inolvidables aventuras vividas en el pasado y rememorando a los curiosos personajes que en el espacio habían conocido.
-Siento lo de hoy -declaró Pan, con una extraña sonrisa en los labios. Trunks la miró, pero no dijo nada, se limitó a observarla. Entonces ella agregó-. Sé muy bien que mi abuelito era alguien especial. Se fue con Shenlong para proteger las esferas, estoy segura. Y lo hizo pensando en todos nosotros...dependimos mucho de ellas. Sé todo eso, pero a veces lo extraño tanto que lo olvido... Me hubiese gustado pasar más tiempo con él.
-Te entiendo -la tranquilizo Trunks-. Es natural, es tu abuelo. Y yo también lo extraño mucho. Tenía una personalidad muy particular.
Se quedaron un largo rato observando el cielo, como si esperaran ver a Goku revoloteando entre las estrellas.
-¡Gracias de nuevo! -exclamó Pan de repente, y esta vez se lanzó al chico y le dio un fuerte abrazo que logró hacer que el semi-saiyajin se sonrojara ligeramente.
Trunks le devolvió el abrazo a la chica. Ese gesto, que duró tan sólo unos segundos, le dio al chico la seguridad de que lo que había estado meditando durante tantos años era cierto. Sus sentimientos hacia Pan habían cambiado y se habían hecho más fuertes, sentía que un lazo les unía los corazones, tal vez ese vínculo especial nació con las aventuras que juntos habían vivido...
-¿Sabes, Pan? -comenzó a decir Trunks, ya que no había motivo ninguno para ocultar sus sentimientos- Me he dado cuenta que tú eres...
De repente pensó en su padre y en cómo reprobaría la acción de su hijo. ¿Era digno de un hombre expresar las emociones?
-Tú eres...
Trunks lo meditó un poco. Pero, al fin y al cabo, Vegeta era una persona muy extraña. Que a él no le gustaran ese tipo de actitudes, no significaba que fueran incorrectas.
-¿Sí? -lo animó a seguir Pan. Tenía los ojos brillantes por la ilusión, había soñado con ese momento por mucho tiempo y creyó que el instante que estaba viviendo jamás iba a llegar.
-Para mí tú eres como...
A Pan le comenzó a latir el corazón muy rápido. Todo lo que le estaba pasando parecía una escena de una película, como la que acababan de ver.
-Eres como mi hermanita menor- terminó de decir Trunks, sonriéndole con ternura a Pan y dándole una palmadita en la espalda-. ¿Extraño, no? Bra y tú son muy diferentes, pero es sorprendente como las quiero igual a las dos.
Pan dejó de escuchar a Trunks desde que pronunció la palabra “hermanita”. Temblaba de furia y de desilusión.
-De acuerdo -dijo ella, sin mirarlo y con un tono un tanto cortante-. Adiós. Gracias por todo. Nos vemos.
Se dio media vuelta, levantó sus pies del suelo y se fue volando.
-A...adiós -se despidió Trunks un poco tarde, pues Pan ya se había ido.
Se quedó observando, muy desconcertado, el lugar en donde segundos atrás se había encontrado Pan. No lo entendía, ¿había dicho algo malo?
Soltó un fuerte suspiro, y rendido, emprendió camino hacia su casa. Por más que lo intentara, y a pesar de todo lo que habían vivido juntos, habría reacciones de Pan que jamás lograría entender.