Soy una naranja~
En el mundo hay más de siete mil millones de naranjas. Enteras.
Nos hicieron creer que el amor, ese que es fuerte, solo sucede una vez, más que nada antes de los treinta. Nunca nos dijeron que el amor no es algo que se pueda accionar, ni que no llega en un momento determinado.
Nos hicieron creer que somos la mitad de una naranja y que la vida solo tiene sentido si encontramos a la otra. No nos dijeron que nacemos enteros ni que nadie en nuestras vidas merece llevar sobre sus hombros la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Nos hicieron creer en la fórmula “dos en uno”: dos personas compartiendo la misma línea de pensamiento, las mismas ideas, y que eso es lo que funciona. Nunca se dijo que eso tiene otro nombre: invalidación. Solo siendo dos individuos con una personalidad propia es como se puede tener una relación saludable. Se hizo creer que el matrimonio es una institución obligatoria y que las fantasías que ocurren fuera de él deberían ser reprimidas.
Nos hicieron creer que solo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y que aquellos que escapan de ellas están condenados a ser delincuentes. Nunca se dijo que esas fórmulas son incorrectas, que frustran a la gente, que son alienantes y que hay otras alternativas. ¡Ah! Tampoco nos dijeron que nadie nos dirá estas cosas. Las tendremos que descubrir por nuestra propia cuenta. Y cuando lleguemos al punto de enamorarnos de nosotros mismos, ahí será cuando podramos enamorarnos de alguien más. Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, aunque la violencia es practicada a la luz del día.
John Lennon.
Siglo XXI y todo sigue igual.
Nos hicieron creer que el amor, ese que es fuerte, solo sucede una vez, más que nada antes de los treinta. Nunca nos dijeron que el amor no es algo que se pueda accionar, ni que no llega en un momento determinado.
Nos hicieron creer que somos la mitad de una naranja y que la vida solo tiene sentido si encontramos a la otra. No nos dijeron que nacemos enteros ni que nadie en nuestras vidas merece llevar sobre sus hombros la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Nos hicieron creer en la fórmula “dos en uno”: dos personas compartiendo la misma línea de pensamiento, las mismas ideas, y que eso es lo que funciona. Nunca se dijo que eso tiene otro nombre: invalidación. Solo siendo dos individuos con una personalidad propia es como se puede tener una relación saludable. Se hizo creer que el matrimonio es una institución obligatoria y que las fantasías que ocurren fuera de él deberían ser reprimidas.
Nos hicieron creer que solo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y que aquellos que escapan de ellas están condenados a ser delincuentes. Nunca se dijo que esas fórmulas son incorrectas, que frustran a la gente, que son alienantes y que hay otras alternativas. ¡Ah! Tampoco nos dijeron que nadie nos dirá estas cosas. Las tendremos que descubrir por nuestra propia cuenta. Y cuando lleguemos al punto de enamorarnos de nosotros mismos, ahí será cuando podramos enamorarnos de alguien más. Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, aunque la violencia es practicada a la luz del día.
John Lennon.
Siglo XXI y todo sigue igual.