Un día en mis pies:

Oct 26, 2013 14:21



Hola voy a contar la historia de nosotros, tengo que ser yo quien hable porque mi compañero se está durmiendo, como siempre.

Nosotros somos el pie izquierdo y derecho de esta chica. Nuestra vida no es fácil pues todo lo día cargamos su cuerpo, sus dolores y sus cambios de humor.

Por la mañana nos despertamos muy pronto pero la chica no se mueve, sigue durmiendo, entonces mi compañera rodilla empieza a enviar señales “mira chica es la hora, el  despertador ya ha sonado e nada. “Chica mueve despiértate el izquierdo y hagan algo mira el autobús. Hace frío, a mí no me gusta correr hasta la parada”. Entonces empiezo a mover me y por fin mi dueña despertar  y ahora viene el frío de la mañana, el frío del suelo, el frío de los aseos. Un grito y allá vamos nosotros corriendo. Lejos oigo las rodillas “tsk Yo tengo que jugar en la ONCE, lo ves como sigue corriendo”. Las rodillas tienen razón y nos vamos corriendo, primero las medias, después siento los pantalones y por fin los zapatos. El Izquierdo ya se despierto y empieza  a llorar, “Calma niño es lo mismo de todos los días, calma”.

Una correa por las escaleras arriba, abajo, arriba, abajo. Fuera de la puerta, nos detuvimos de repente. Escalera arriba, los libros de la escuela. Mira yo pienso que un día envío una carta a el cerebro que duerma menos.

Por fin salimos, mira ahora llueve y nosotros nos vamos a quedar mojados porque la tonta de la chica no a traído las botas. Otra corrida hasta la parada y hasta el autobús, tanta gente. Por supuesto hablamos todos, pero la charla es casi la misma todas las mañanas. Unos hablan de la lluvia, otras del fútbol y otros de los zapatos apretados de sus dueños. Pero todos tenemos un punto en común, todos echamos de menos el verano y las sandalias.

Por fin llegamos a la facultad y puedo descansar un poco, pues por fin encuentro zapatos de mi edad y tamaño. Juntos hablamos de todo, el Izquierdo esta mucho feliz pues puede fumar un rato cando la chica pasa el cigarro contra el suelo. Empiezan las clases y nos vamos a descansar por fin. Las rodillas casi que adormecen con la clase, yo me muevo para que  se despierten “perdona chica pero es el C, está cansado entonces casi que se duerme”, “ el C?”, “ si tía, El cerebro. Estaba diciendo que ayer se ha quedado mirando las animaciones y ahora casi que no puede mantener se despierto”. “Mira primero no me llames de Tía y después dice a El C que estamos   en la clase no se duerme”. “vale, vale. Pero en primero pienso que tienes que hablar con tu compañero que se duerme no?”.

Por fin la clase termina y seguimos a la próxima e la próxima y después del almuerzo viene la biblioteca. Y por fin yo me rindo y duermo un poco. Despierto a la hora de salida y después de caminar hasta el tren llego a casa, donde soy libre. Sin zapatos ni medias. Solo el suelo del piso. Hoy voy a intentar hablar con el C a ver si hace a la chica dormir pues no aguanto esto solo y el Izquierdo sigue sonriendo como un tonto, Madre mía!!

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