Plan B

Jun 21, 2010 12:11



Se dejó caer desde un piso veinte. El viento silbaba en sus oídos cada vez más fuerte, cada vez más agudo.
El pelo le bailaba sobre la cabeza, enredándosele aún más, y las ropas, levantadas con fuerza, le golpeaban la cara y el cuerpo.
Eso fue, quizás, lo que le hizo despistarse. Despiste que le obligó a frenar la caída en seco a la altura del segundo por lo que aterrizó con fuerza en la acera, asustando a una joven que, con un grito, se llevó la mano al pecho.
No la había visto y eso era un error. Aún así, sonrió complacido. La joven había gritado.

-Oh, vaya, pequeño. Casi me da un infarto. ¿De dónde has salido?

¡Jopetas! ¡No! ¡Tenía que seguir asustada!

-Soy un vampiro. He venido a matarte.

La chica soltó una carcajada, lo que irritó sobremanera al pequeño, antes de volver a hablar.

-Sí, ya veo. Una capa muy bonita. ¿Dónde están tus padres?
-Matando, probablemente.
-¿No es muy tarde como para que un niño como tú ande solo por la calle? ¿No deberías estar en la cama?

La chica no lo había ni escuchado. Escrutaba en la oscuridad buscando a sus padres. No los iba a encontrar. A Neme tampoco le apetecía que lo hiciera.

Resignado a no volver a hacer gritar a la joven, optó por el plan B. Odiaba el plan B.

-Sí, vale, lo que quieras... digo... me he perdido... -Puso su mirada más inocente y encantadora. -No encuentro a mis padres y me asusta la oscuridad. La última vez que los vi iban por ahí. -Señaló un callejón aún más oscuro. -Pero no me atrevo a ir solo.
-¿Quieres que te acompañe, pequeño?
-Por favor...

Neme tenía un encanto natural a la hora de poner ojitos tiernos. ¡Jopetas! ¡Él preferiría haber tenido un encanto natural para espantar! ¿No se daban cuenta de lo malo que era?
La joven lo tomó de la mano y se acercó al callejón. Una vez se adentraron en él, Neme dejó escapar un par de ruiditos quejumbrosos. No le gustaba nada, pero nada el plan B, aunque sabía meterse perfectamente en el papel.

-¡Oh, oh, oh, oh, que oscuro está! ¡Oh, oh, oh, qué miedo!
-No te preocupes, yo estoy contigo.
-¡Jopetas!

La joven se agachó a su lado para ponerse a su altura. Neme, fingiéndose aterrado, se le abrazó buscando consuelo.
Ella enseguida se dio cuenta de su error. Tarde descubría que, quizá, debió haber escuchado al rubio vampiro.

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