The Simple Joy of Living por mahaliem traducción por Loredi [8/9]

Jan 15, 2009 20:54

sjol8

Volver a la parte siete

Draco estaba sacudiendo a Harry para que se despertara. Esta vez la habitación estaba ligeramente iluminada, así que tenía que ser de mañana.

-Levántate. Se han ido quedando callados, probablemente estén borrachos de muerte. Creo que es nuestra oportunidad.

Harry se levantó y recogió sus pantalones del suelo, al lado del catre. Draco estaba cerca, completamente vestido.

-¿Cuándo fue la última vez que escuchaste algo?

-Hace casi media hora -los ojos de Draco fueron al cuerpo de Harry.

En lugar de hacer que Harry se sintiera avergonzado o se apresurara a vestirse, lo hizo detenerse. Se irguió y permitió que Draco mirara por completo.

-Me tomé la libertad de hacerte un encantamiento de limpieza hace un rato -dijo Draco, acercándose. Tocó un punto en la cadera de Harry, donde había dejado un chupetón horas antes. -No te curé. Debería haberlo hecho, pero quería ver esto.

Draco se arrodilló a los pies de Harry y lamió la marca que había hecho.

Harry gimió y su cuerpo reaccionó.

-No es el momento.

-No, no lo es -concedió Draco. Movió la cabeza y tomó el miembro de Harry en su boca y le dio una chupada rápida antes de quitarse. Se levantó, le dio la espalda a Harry y se alejó varios pasos-. Las cosas que voy a hacerte cuando tengamos el tiempo...

Si Draco no se callaba, iba a ser muy difícil para Harry vestirse.

* * *

Se movieron por la habitación, atando silenciosamente a los hombres que dormían. Ocasionalmente, había un ronquido o un resoplido, o algunos movimientos, pero ninguno despertó antes de estar inmovilizados.

Hubo un momento antes de eso, en que Draco había usado su varita para abrir la puerta, pero todos los que estaban del otro lado habían estado dormidos.

Al aproximarse a la puerta que llevaba al resto del edificio, Harry dudó:

-Puede haber gente despierta en la otra habitación -dijo-. Recuerda, tu prioridad es salir de aquí y traer ayuda.

Draco no respondió.

-Draco...

-Mi prioridad, Potter, es encontrar esa caja fuerte de la que me hablaste y traer tu magia de regreso.

-El libro de reglas de los Aurores...

-No me hables de reglas. Siempre las rompiste con mucha facilidad en el pasado.

-Entonces me quedaré aquí -dijo Harry-. Si voy contigo, es más probable que te atrapen y, sin mi magia, seré peso muerto.

-¡Potter! -siseó Draco.

Harry se alejó de la puerta.

-Más vale que te apresures.

Tras darle a Harry una mirada de frustración, Draco lanzó un encantamiento para ocultar a Harry y luego a sí mismo.

-Mantente seguro -ordenó Draco, antes de salir por la puerta.

Harry no tenía intenciones de hacerlo. Si Draco quería tener éxito, iba a necesitar una distracción.

Contó hasta cien y luego lo hizo de nuevo, luego una vez más. Cuando terminó, tomó un profundo respiro y se subió sobre un par de hombres inmovilizados para alcanzar la ventana. La abrió y, al no escuchar ninguna alarma, se escurrió por ella.

Al salir del edificio, con la nieve del exterior, el sonido de un encantamiento aullante se extendió. Harry no perdió tiempo antes de correr por el campo hacia el bosque cercano. Estaba a unos cien metros de él cuando un hechizo zancadilla lo golpeó e hizo que cayera. Se levantó, sin siquiera molestarse en quitarse la nieve del rostro y comenzó a correr de nuevo, esta vez sin mucho esfuerzo. Una maldición de piernas de gelatina lo golpeó y trastabilló antes de caer por segunda vez.

En esta ocasión, todavía bajo los efectos de la maldición, no pudo volver a ponerse en pie. En casi nada, fue recapturado. Un par de hombres con capas lo agarraron por los brazos y lo arrastraron de vuelta al edificio, sin importarles que sus piernas no pudieran seguirlo.

Lo empujaron dentro del edificio de nuevo, a través del vestíbulo, el cual no había visto antes, y a través de varias puertas hasta que llegaron a la habitación de los hombres atados. En ella, Barrett y Duringodrm estaban de pie y observaban a los dos hombres de capa que arrastraban a Harry hasta ellos. Mientras Barrett estaba vestido en una túnica negra como los otros, Duringdorm estaba vestido de blanco y con guantes una vez más.

-¿Está seguro de que no quiere retirar los hechizos? -preguntó Barrett, mirando a los hombres atados a su alrededor.

-Déjenlos como están. Será un castigo adecuado por ser tan negligentes en sus deberes -La mirada de Duringodrm cayó sobre Harry y se abalanzó sobre él-. Pónganlo aquí -dijo, señalando una silla.

Los hombres lo tiraron sobre la silla de madera sin el menor cuidado, y con tanta fuerza que se le cayeron los restos de nieve que se habían pegado a su capa. Con un hechizo, le ataron las manos a los brazos de la silla con sogas mágicas.

-Sabes el secreto -gruñó Duringdorm, acercándose.

-¿Qué secreto? -preguntó Harry, sin necesidad de fingir confusión.

-El secreto que los muggles usan para robar la magia de los magos. El secreto que mi madre trató de encontrar pero nunca pudo. Tomé tu magia, pero tú hiciste esto -señaló a los hombres alrededor de él-. Debes haber robado la magia de mis hombres. Dime, ¿cómo lo hiciste?

-No hay ningún secreto -dijo Harry-. Al único que conozco que puede robar magia es a ti, con tus aparatos.

-¡MIENTES! A mi alrededor está la prueba de tus mentiras.

-¡No miento! -Harry se alegraba de que no hubiera veritaserum cerca. Aunque estaba diciendo la verdad, si se le cuestionaba con la poción, podría no ser capaz de ocultar a Draco.

Duringdorm extendió la mano y tomó la mano en la que Harry tenía la cicatriz. Pasó un dedo por las palabras, que nunca habían desaparecido.

-Esto me dice que eres un mentiroso. Mi madre lo sabía. Yo lo sabía. Mentías entonces y estás mintiendo ahora.

-¡No mentí y no estoy mintiendo!

-Tal vez alguien más podría creerte, pero no yo. Yo sé la verdad.

Duringdorm empezó a sacarse los guantes. Ante la vista de la piel bajo ellos, Harry retuvo el aliento con horror.

La piel de Duringdorm estaba traspasada por tantas letras, tantas palabras, que era imposible discernir lo que había estado escrito en ellas. En algunos puntos eran sólo líneas rojas curvas o rectas. En otros, la herida era tan profunda que un esbozo de hueso brillaba a través de la carne.

-Yo sé la verdad -repitió Duringdorm-. Sé lo que significaron todas esas marcas en tu mano. Ahora dígame, señor Potter, ¿cómo se roban los muggles la magia de los magos?

-No lo hacen -dijo Harry-. Aquellos con magia nacen con ella, como yo, o como tú.

El golpe le volteó la cara a Harry y causó que sus orejas zumbaran.

-No debes decir mentiras -dijo Duringdorm.

Harry escupió una bocanada de sangre y miró con odio a Duringdorm:

-¿Qué vas a hacer? ¿Grabarlo en mi mano como hizo tu loca madre?

Duringdorm sonrió y Harry sintió un escalofrío recorrer su espalda.

-Puedo hacer algo mucho mejor -dijo y se giró hacia Barrett, quien palideció-. Dámelo.

Barrett tragó y asintió. De un bolsillo interno de su túnica, sacó un cuchillo en su funda y se lo entregó a Duringdorm. Ésta sacó el cuchillo de su funda y se acercó más a Harry.

-Primero, debemos prepararlo -dijo. Puso la punta del cuchillo sobre la mano de Harry y la apretó lentamente hasta que penetró la piel y brotó sangre. Harry no se movió, pero sí respiró aliviado cuando el cuchillo fue retirado y Duringdorm se alejó.

-Mi madre gustaba mucho de sus plumas, pero yo las he mejorado -dijo Duringdorm.

Levantó su cuchillo y empezó a escribir letras en el aire.

Al mismo tiempo, Harry dejó salir un grito, porque esas letras se estaban grabando en su torso.

-Mentiroso -dijo Duringdorm, cuando terminó.

Harry bajó la vista hacia su túnica, donde vio sangre filtrándose. La "M" era legible, pero las otras letras eran manchas color carmesí.

-Ahora tal vez me dirás lo que quiero saber. ¿Cómo se roban los muggles la magia de los magos?

-No lo hacen -dijo Harry, con la mandíbula apretada.

-Mentiroso -repitió Duringdorm y alzó el cuchillo una vez más.

Harry gritó cuando la segunda "M" se grabó en su pecho.

-¡Sectusempra! -gritó la voz de Draco.

El cuchillo, junto con la mano de Duringdorm, fue volando en un chorro de sangre. Draco dejó salir más maldiciones, para dejar inconscientes a los dos hombres que habían capturado a Harry. Barrett hizo un esfuerzo por pelear, pero Draco bloqueó la maldición expulsa entrañas que le lanzó y mandó un petrificador en su lugar.

Marchó hacia donde Duringdorm yacía quejumbroso, sujetando su muñón sangrante. Harry miró a Draco alzar su varita con la mano temblorosa y su cuerpo entero vibrando de rabia.

-No -dijo Harry.

No creyó que Draco lo escuchara, así que lo dijo con más fuerza:

-¡No, no lo vale!

Draco asintió con reticencia y dijo:

-Petrificus Totalus.

Y Duringdorm se quedó quieto. Luego colocó un hechizo congelante en el muñón, para que no muriera desangrado, antes de ir hacia Harry.

-Estás sangrando -dijo Draco, al tiempo que cortaba las sogas que ataban a Harry a la silla-. Tenemos que llevarte a San Mungo.

-Se supone que irías por ayuda.

-Mejor mandé mi patronus. Dije que mi prioridad era traer tu magia de regreso.

-¿La encontraste? ¿Encontraste mi magia?

Draco asintió. Una vez que Harry fue liberado, metió la mano en su bolsillo y sacó la caja fuerte reducida en tamaño, luego la hizo de su tamaño normal y la abrió.

Harry parpadeó. En las dos filas de la caja fuerte estaba la que había visto antes y había creído de Krum. De los lugares vacíos sólo quedaba uno, el segundo estaba ahora lleno con la HERMNIA que había explotado.

-Esa -dijo Harry, señalando una que estaba llena de hollín, casi en el medio.

Draco asintió y le dio la esfera a Harry, luego alzó su varita.

-Esto debería funcionar -dijo-. Si no...

-Entonces intentaremos algo más -terminó Harry.

Luego, cerró sus ojos mientras Draco soltaba las palabras del hechizo que Harry recordaba haber oído antes en el Departamento de Misterios. No podía decir que se sentía muy diferente cuando Draco terminó. Tal vez se sentía un poquito más fuerte. Tal vez el dolor se había calmado un poco.

-¿Funcionó?

Harry abrió los ojos.

-Necesito una varita.

Draco caminó a zancadas hasta donde Berrett estaba petrificado y le quitó el hechizo.

-¿Dónde está la varita de Potter?

-La tengo aquí, en mi bolsillo.

-Lástima -dijo Draco-. Ahora no podré torturarte para sacarte la información.

Barrett se estremeció y Draco lanzó un segundo hechizo inmovilizador antes de alcanzar su bolsillo y sacar la varita de Harry. Éste trató de no arrancarla de su mano cuando Draco se la extendió, pero no pudo evitar sujetarla con más fuerza que lo habitual. Con los hombros bien derechos, agitó su varita y gritó: "¡Lumus!".

Una brillante luz brilló desde la punta de su varita. Tanto Harry como Draco soltaron audibles suspiros de alivio.

-Se terminó -dijo Harry.

-Para nada -dijo una voz en la puerta.

Tres hombres con capa estaban ahí; eran parte el grupo de Duringdorm. Sus varitas apuntaban a Harry y a Draco

-Bajen sus varitas -dijo el líder.

Harry sabía que no podía. No podía perder su magia una vez más.

Draco miró al trío con desdén:

-¿Bromean, cierto? ¿Siquiera saben con quién están tratando?

El trío intercambió miradas, en blanco.

-¿Deberíamos? -preguntó el líder.

-Soy Draco Malfoy, hijo de Lucius Malfoy.

El trío parecía confundido.

-Lucius Malfoy, el mortífago. La mano derecha de Voldemort...

-No sabemos mucho sobre la última guerra -confesó el líder-. Tuvimos a Binns.

-Bah, jódanse -dijo Draco-. ¡Confringo!

El hechizo explosivo, lanzado hacia la puerta, causó que ésta se colapsara sobre los tres hombres. Mientras trataban de salir de entre las maderas destrozadas, Draco les lanzó hechizos petrificantes. Dos llegaron a su objetivo, pero el tercero no, porque golpeó la puerta.

El tercer hombre estaba apuntando a Draco cuando fue golpeado con un hechizo petrificante por la espalda y cayó repentinamente al piso.

-¿Harry? -llamó una voz- ¿Estás ahí?

-Es Ron -dijo Harry.

-Estamos aquí, Weasley -gritó Draco.

-Oh, ¿estás ahí también, Malfoy? -una cabeza roja se asomó por lo que quedaba de puerta.

-Por favor, Weasley, trata de contener tu emoción, me avergüenzas.

Hermione empujó a Ron.

-¡Harry! -dijo, corriendo hacia él.

-Llegan tarde -le dijo Harry mientras veía que no sólo Ron, sino una horda de aurores entraban en la habitación.

-Culpa a Ron. Estaba más que dispuesta a venir por ti hace horas, pero él dijo que teníamos que reunir un equipo antes.

-¿Cómo nos encontraron tan rápido? -preguntó Draco- No creo que mi Patronus haya llegado a ustedes tan rápido.

-Simple. Cuando Goyle me contactó para decirme lo que había pasado, irrumpí en la oficina de Draco y leí sus notas sobre la HERMNIA -miró hacia Draco y agregó por lo bajo-: Un nombre no tan bueno como la "Peddo".

-Continúa -dijo Harry, antes de que Hermione y Draco pudieran comenzar a discutir sobre el relativo mérito de sus acrónimos para las cosas. Se sentía mareado y quería escuchar la explicación antes de desmayarse.

-Leí la teoría de Draco, acerca de que la HERMNIA regresaría a su lugar de origen. Tomando eso como base, puse un hechizo rastreador en ella y la activé usando una lechuza que tomé prestada de una tienda. Lo que me recuerda, tengo que regresarle su magia o el dueño de la lechucería estará enojado conmigo.

Ron, quien miraba cómo los aurores arrestaban gente, caminó hacia donde estaban Harry, Draco y Hermione. Le dio un abrazo rápido a Harry, provocándole un quejido de dolor en el proceso.

-Lamento que nos haya tomado tanto estar organizados. Hermione estaba tan impaciente que casi toma el mando de mis hombres para venir por ti.

Ron regresó hacia Draco y le lanzó una mirada que para Harry fue imposible de interpretar:

-Tu patronus llegó al cuartel general justo antes de que partiéramos.

Draco parecía incómodo con esa información, pero lo ocultó al levantar la caja fuerte y lanzarla hacia las manos de Ron.

-Toma esto. Una de las HERMNIAS contiene la magia de Krum. Pero no la vayas a cagar, Weasley, y le vayas a dar la magia de la lechuza.

-Un poco de respeto -murmuró Ron, antes de regresar a ver cómo iban los aurores-, eso es todo lo que pido.

-¿Los dos están bien? -preguntó Hermione, mirando la sangre en la ropa de Harry con preocupación.

-Él está herido.

-Estaré bien -protestó Harry. Miró su varita, a la que todavía se sujetaba con fuerza-. Todo está bien.

Se puso en pie, dio un par de pasos y se tropezó. Habría caído si Draco no lo hubiera atrapado. Las últimas palabras que escuchó, fueron de Draco:

-Lo voy a llevar a San Mungo.

* * *

Cuando Harry abrió los ojos en San Mungo, se sorprendió al encontrar a Ginny sentada al lado de su cama.

-¿Dónde está Draco?

-No lo sé, Harry. Creo que tenía reportes que escribir o algo. ¿No fue esa la excusa que siempre me diste?

-No hablemos de eso, por favor, Ginny.

-Eso no es por lo que vine aquí, de todas formas. Quería agradecerte. Viktor tiene su magia de vuelta. Más tarde, también le gustaría agradecerte.

-Deberías agradecerle a Draco, él es el que descubrió todo -Harry miró hacia la puerta-. ¿Estás segura que está bien? No creo que haya sido herido, pero tal vez...

-Malfoy está bien, Harry -Ella lanzó un suspiro exasperado-. Tú eras el que estabas desangrándote por todo el lugar. ¿Qué es lo que hizo? ¿Usarte como escudo?

-¡No! ¡No fue así! En lo absoluto.

-No me extrañaría de él.

-Ginny -dijo Harry, en voz baja-. No. Sé que nunca te van a agradar los Malfoy y no puedo decir que te culpo por ello, pero deja a Draco en paz.

-¿Estás diciendo que ha cambiado?

-Tal vez. Tal vez yo también cambié.

Ginny lo miró, realmente lo miró de una manera en que no lo había hecho en años.

-Lo amas -dijo, al fin.

Harry asintió.

-Sí.

-Entonces, me alegra por ti, en serio. Haré lo mejor que pueda para aceptarlo en tu vida, pero si algún comentario se me escapa...

-Gracias.

-Por nada -Ginny se inclinó y le dio un suave beso en los labios-. Sí me importas, Harry. Probablemente, siempre me importarás.

-A mí también.

-Bueno, pero qué tenemos aquí -comentó Draco con sarcasmo, en el umbral de la habitación-. ¿No es esta una hogareña y adorable escena doméstica?

-¿Qué? -dijo Harry.

-Oh, ahórrate las explicaciones, Potter. Es tan claro como el agua lo que ha pasado: Ahora que una vez más eres el héroe todo poderoso que salva al mundo, la hembra Weasley ha visto la luz y ha corrido a tus brazos de vuelta. Perdónenme pero tengo que ir a vomitar por tanta dulzura.

Draco se apresuró a salir de la habitación e inmediatamente Harry luchó por seguirlo, pero no pudo.

-Lo alcanzaré y le explicaré lo que pasó -dijo Ginny, corriendo tras Draco. Regresó unos momentos después -. Lo siento. Lo intenté, pero desapareció -Miró la expresión molesta de Harry-. Estoy segura de que entenderá -aseguró.

Harry asintió, aunque no estaba tan seguro.

Termina en la parte nueve >>

ff: traducciones

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