Brian recuperó su guitarra negra del fondo del armario, llevaba tanto tiempo allí metida que ya casi había olvidado que existía. La acarició con cuidado y la depositó casi con amor sobre la cama. La miró largo rato, como esperando a que le hablara. Después se sentó junto a ella y la volvió a tomar en sus brazos, casi con temor rasgó sus cuerdas y el sonido que arrancó de ella casi le pareció que tenía un mensaje de agradecimiento, lo escuchó hasta que se extinguió totalmente. Siguió tocando un poco más, dejándose llevar por el recuerdo de viejas melodías. La música no le impidió sin embargo escuchar el sonido de los pasos de Justin subiendo las escaleras de tres en tres hasta el último piso. Brian no dejó de tocar cuando abrió la puerta.
Primero Justin se quedó quieto, sorprendido al escuchar los acordes de la guitarra, cerró la puerta y avanzó con paso cauto hasta el dormitorio, sin dejar de contemplar a Brian. Hacía mucho, muchísimo tiempo que no le veía tocar, que la guitarra negra había quedado olvidada en un armario. Sonrió al recordar cómo le había conocido; encima del escenario, ojos verdes marcados por sombras oscuras, acariciando con sus labios el micrófono, volviendo loco al personal con aquel misterioso tatuaje de su antebrazo. Estaba tan absorto con los recuerdos que apenas se dio cuenta de que Brian había dejado de tocar.
- Guau - dijo pestañeando - Hacía mucho
- Se me ocurrió una canción hace un par de noches, no me había inspirado tanto desde que tú y John os… cargasteis a los músicos de mi banda - sonrió el vampiro sin ningún tipo de acritud por aquello
Justin soltó una carcajada.
- ¿Y cómo se va a llamar?
- “Open my eyes”. Normalmente empiezo por escribirla y el título es lo último, pero en esta ocasión voy al revés
- Me alegro mucho - Justin sintió la necesidad de tirarse encima de él y violarle, pero recordó con cierta culpabilidad de dónde venía - Voy a darme una ducha
Brian asintió y volvió a su música, pero dejó de tocar en cuanto Justin cerró la puerta del baño. Era la segunda noche que podía sentir claramente en él el aroma de otra persona.
Durante cinco minutos tuvo la vista fija en un punto, pensando, reflexionando, hasta que finalmente dejó la guitarra a un lado, se levantó y entró en el baño.
Justin dio un respingo al notar el cuerpo de Brian pegándose a él bajo el chorro de la ducha. Se dejó enjabonar y acariciar por sus manos, por aquellos largos dedos que tan bien le conocían, echó la cabeza hacia atrás y la apoyó en su hombro. Pronto sintió su rostro hundirse en la curva de su cuello, y el delicioso y placentero aguijonazo de sus colmillos, casi al mismo tiempo sintió también su polla abriéndose paso dentro de él. Justin gimió sonoramente. Brian siguió bebiendo de él al tiempo que embestía en su interior, mientras el agua corría sonoramente sobre sus cuerpos apenas silenciando sus jadeos. Brian entraba y salía de él a gran velocidad, buscó con la mano la polla de Justin para masturbarle, pero éste le detuvo y comenzó a acariciarse él mismo con una mano, mientras usaba la otra para acercar la muñeca de Brian hasta su boca. Le mordió sin ningún cuidado en la muñeca y comenzó a beber de él. Brian se separó de su cuello con un jadeo, sentía a Justin bebiendo su sangre con la misma intensidad que él mismo se estaba follando su culo. No había ningún tipo de cuidado en ninguna de las dos acciones, le agarró con fuerza de la cadera, clavándole los dedos, y empujó todavía con más fuerza, queriendo llegar más adentro. El vampiro rubio soltó su muñeca por la sorpresa y no reprimió un profundo gemido, se inclinó más sobre la mampara, todavía con la sangre de Brian corriéndole por la barbilla, diluyéndose con el agua, y ahora sí que éste le ayudó a masturbarse, cerrando su mano sobre la de Justin y sacudiendo con fuerza su polla. Brian se corrió al escuchar a su amante gruñir su nombre con una necesidad salvaje, y Justin lo hizo al sentir el frío semen de Brian inundando su interior.
- Me lo creo - logró decir Justin cuando recuperó las fuerzas para hablar
- ¿El qué?
- Que… te sentías inspirado
Brian ahogó una suave risa y se inclinó para besarle. Y por un momento todo volvió a ser tan perfecto como lo había sido durante mucho tiempo antes.