Bueno, pues como hoy me aburro como una ostra y están echando "Brokeback Mountain"con lo cual ahora soy feliz :D He decidido subir mi pimer fic *tiriri*
Título: Now I know where my place is
Autora:
littlewinchii Beta:
storiesylies (thanks bitch!) ^^
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Son invención del todopoderoso Kripke y por desgracia para todos, no se ha demostrado que sean reales xD
Rating: Para todos los públicos. Ñoño. Hasta el mismísimo Pocoyó podría leerlo.
Personajes: Castiel sobre todo y mini aparición de Dean.
Advertencias: Spoilers hasta el final de la quinta temporada.
Resumen: Castiel hace un repaso a toda su estancia en la tierra.
NdA: Es mi primer fic así que ya sabéis, todos los coments son bien recibidos (ahora no os pongáis todo el mundo a insultarme xD) y me ayudarán a mejorar. Además de que me harán mucha ilusión :P Espero que lo disfrutéis.
Pasó gran parte de su vida luchando por una causa desconocida, por unos seres a los que ni siquiera había visto de cerca. Siempre sintió la necesidad de defenderles, de protegerles, pero nunca supo el por qué. Hasta ahora...
En un principio, pensó que el motivo de su afecto hacia los humanos era el cariño que su señor profesaba hacia ellos, al fin y al cabo, él era un ángel, era su deber amarles y protegerles. Pero Castiel no era tan simple. Al contrario de lo que él llegaría a hacer en un futuro, muchos otros ángeles se habrían limitado a cumplir órdenes, sin seguir ningún impulso. Quizá por eso, él fue el encargado de liberar a aquel rubio de su prisión. Porque en aquel entonces, jamás habría pensado en cuestionar una orden -a pesar de que no conseguía entender esta-, por lo que la acató sin una mínima duda.
Más tarde se le explico la razón de su misión. Aquel hombre, tenía que desempeñar un gran papel.
Sin embargo, a él, esa explicación le pareció la menos importante.
Tras conocerle, supo que bajar al infierno había sido la mejor orden que jamás había recibido y los motivos del cielo los menos importantes. Durante su estancia en la tierra, había visto cómo actuaban y qué sentían las personas. Eran un libro abierto, y aquel rubio de ojos verdes al que cada vez se sentía más unido, no era una excepción.
Tras esa fachada de chulería y pasotismo, se escondía la persona más valiente e inteligente que hubiera visto nunca. No era de extrañar que Miquel le hubiese escogido como su recipiente -además de sus cualidades morales, también poseía una belleza innata-.
Pero, a pesar de los intentos del arcángel, él se mantenía firme. Negándose a cumplir su cometido.
La gran determinación con la que el hombre respondía a los numerosos intentos de Miquel por obtener un sí, hacían al ángel enorgullecerse de la raza humana, y más aún, de aquel individuo en concreto.
Por todo ello, dio y daría su vida por él, por gente como él. Y por todo ello, cuándo se rindió y dio un sí como respuesta, dolió aún más. No pudo soportarlo, aquella persona le había demostrado todo por lo que valía la pena luchar, y ahora, era él, aquella misma persona: la que renunciaba a todo ello. Por ese motivo decidió dar su vida, porque si él rubio se rendía, él perdería a su guía en ese mundo, a su apoyo, nada tendría sentido, y ya que iba a desaparecer, lo haría de manera útil.
Cuando despertó y supo que ambos seguían vivos, regresó a la batalla. Junto a él.
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Otra de las cualidades de los humanos de la que Castiel se percató durante su estancia en ese mundo fue su debilidad. La cual, podía convertirse en fortaleza en los momentos más insospechados. Y eso fue lo que ocurrió cuando -tras una lucha que incluso el ángel daba ya por perdida-, el hombre por el que en varias ocasiones había entregado su vida, se presentó en el lugar en donde todo terminaría, aún sabiendo que no conseguiría nada con ello. Y ahí, en ese preciso lugar, en ese mismo instante, fue cuando comprendió su misión: salvarle, para poder ser salvado. Comprender a esa especie no tan distinta a la suya, querer ayudarla.
Porque siempre sintió que les debía algo, que estaba allí por algo. Ahora que es humano lo sabe, ha llegado a comprenderlo. Y sí, definitivamente les debía algo, les debía todo, les debía a Dean.
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-¿Cass? ¿Qué haces despierto?
-Nada, solo pensaba. Está todo bien Dean, descansa.
-Ummff, no puedo si tú no lo haces, ¿en qué estabas pensando?
-En todo.
-¿En todo?
-En ti.