Open Your Eyes... [Supernatural Fic] Capitulo 6
Autora: Little_Godzilla
Titulo: Open your eyes…
Pairing: Wincest, J2, ligeros toquecitos Destiel. Castiel/Lucifer.
Rating: M. +18.
Advertencias: Vocabulario soez, violencia, intento de violación.
Disclaimer: Ni Sobrenatural, ni sus personajes, ni Jensen Ackles ni Jared Padalecki me pertenecen, solo cojo sus nombres para divertirme un ratito.
Resumen: La vida de Jensen parece perfecta, pero se dará cuenta de que no tanto como creía.
CAPITULO 6
Jensen dejó que se marchara teniendo que agarrar a Jared para que no fuera detrás de él y lo moliera a golpes. Podía oír la respiración furiosa del castaño, cómo le subía y bajaba el pecho con celeridad debido al arranque de ira. El rubio agradeció a todos los santos, ángeles, dioses que pudieran existir que su compañero hubiera vuelto a buscar el portátil que accidentalmente se había dejado olvidado en su escritorio.
No quería ni imaginarse lo que podría haber pasado si no hubiera aparecido. Un leve mareo hizo que se soltase de la espalda del más joven sentándose en el borde del escritorio pasándose una mano por la frente, apretándola un poco. Jared dejó de gritar improperios en cuando sintió que se desprendía de él, se giró mirándole preocupado, acariciándole la mejilla alzó su cabeza desde la barbilla, viéndole el labio partido y aún un poco sangrante.
- Ese hijo de puta…
- Eh, cálmate, estoy bien, no ha pasado nada.- Le puso la mano en el pecho para que se tranquilizase.- Si no hubieras aparecido, entonces sí habría sido un gran problema.
- Como sea, no se va a ir de rositas, hay que hablar con Jim, contarle lo que ha pasado y…
- No.- Le cortó tajante. Jared lo miró sorprendido.- No quiero que nadie lo sepa… No se lo contarás a nadie.- Lo miró serio cuando Jared quiso hablar.- Mi mujer no puede enterarse de esto…
Y fue en ese momento cuando Jared entendió lo que quería decir. Sentía demasiada vergüenza, estaba demasiado humillado ya con lo que había pasado como para que su mujer se enterase y se burlara de él o le perdiera el respeto que como hombre y esposo se había ganado.
Suspiró asintiendo y le acarició el pelo, Jensen agradeció el gesto inclinándose un poco hacia la caricia intentando sentirla más sobre su piel.
- Deberías ir a casa, es muy tarde ya, y más ahora necesitas descansar.
- Sí, tienes razón, recojo esto y me voy.- Se incorporó entonces.- ¿Me esperas?
- Claro, no voy a dejarte solo.
Agradeció el gesto y recogió rápido los papeles, junto su portátil y otras cosas. Apagaron las luces cerrando la puerta del despacho y fueron hacia el parking donde estaban los coches, sólo quedaban los suyos, uno al lado del otro. Jensen metió las cosas en el asiento de atrás y se quedó contemplando a Jared que lo miró con una ceja alzada.
- Es curioso… Siempre que salimos tengo que llevarte a casa.
- Soy responsable, no conduzco si bebo.- Se encogió de hombros, una respuesta bastante simple y razonable.
- Ya… Nos vemos, Jay.
- Que descanses.
- Sí… Gracias por lo de antes.
- No hay nada que agradecer, volvería a hacerlo.
Jensen lo miró y sonrió un poco, quedándose mirando al suelo, sin saber qué hacer, sin parar de darle vueltas a lo ocurrido. Jared vio su inseguridad. Dejó el portátil en el maletero y se acercó hasta él, alzándole la cabeza como había hecho antes le dio un pequeño beso en los labios.
Esta vez, a diferencia de cuando ocurrió en casa del castaño, este se apartó rápidamente, mirándole sorprendido y asustado, con el ceño fruncido, algo molesto también.
- ¿A qué ha venido eso?
- A que dejes de pensar tonterías… Que Roché haya hecho eso a la fuerza no significa que seas gay o que atraigas a todos los hombres de la Tierra o que todos seamos unos capullos como él.
- ¿Ah no? Pues me has comido la boca, por segunda vez.
- Ha sido un beso.- Se encogió de hombros.- Si te hubiera comido la boca aún estarías buscando el aire.- Jared sonrió viendo como el rubio le sostenía la mirada apretando un poco los labios.
- Fantasma…
- ¿Quieres comprobarlo?- Sonrió de nuevo, con picardía dando un paso hacia él.
- No, no es necesario.- Retrocedió dos y después lo miró, agradecido.
Sabía que Jared sólo estaba intentado quitarle hierro al asunto, que se olvidara de lo que acababa de suceder con Sebastian y se relajara, como había hecho con él el día que lo besó en su estado de borrachera, pero era distinto, Jared era totalmente distinto. Suspiró bajando la cabeza.
- ¿Qué ocurre?
- Que no es lo mismo…
- ¿Por qué no?
- Porque confío en ti, Jay… Sé que no me harás daño y por eso estas cosas no me importan, respeto tus sentimientos y siempre que me meto contigo intento no herirlos. Todo es una broma, pero… ¿Quién me dice que cuando vuelva a estar solo, Roché no intentará hacerme algo de nuevo? No tengo miedo, pero sí me preocupa.- Desvió la mirada un momento, incómodo por tener los ojos de Jared totalmente clavados en él.
- Conoces mis sentimientos, tú mismo lo has dicho.- Caminó de nuevo hacia él, quedando muy cerca el uno del otro.- ¿Quién te dice que cuando vuelvas a estar a solas conmigo no intentaré hacerte algo de nuevo?
- No lo sé…- Bajó la cabeza, sintiéndose atrapado a pesar de tener todo el parking para salir corriendo. No entendía por qué Jared tenía ese efecto en él. Ese y muchos más que no quería ni pensar.- Pero creo que no lo harías… Porque si te importo…- Carraspeó sintiendo las mejillas enrojecerle.- No me harías daño.
La conversación quedó así, ninguno quiso añadir nada más, Jared se metió en su coche y se marchó despidiéndose con un bocinazo, él alzó la mano a modo de respuesta y metiéndose en el Impala condujo hasta casa, donde se metió en la cama con su mujer y la abrazó con tanta fuerza que esta temió que la ahogase.
- Jensen, me haces daño, ¿Qué pasa?- Se giró preocupada.
- No es nada…- Susurró dándole un beso, sintiéndolos finos, pequeños, totalmente distintos a los de Jared. Cerró los ojos con fuerza y se separó de su boca.- Estoy cansado y te he echado de menos…- Mintió besándola en la frente.
- Tenías mucho trabajo, ni siquiera me llamaste…
- Lo siento, tenía la cabeza en otras cosas…
- No importa, Jen, yo también he estado ocupada. Durmamos y mañana ya pasaremos el día, juntos.
- Sí… Que duermas bien.- La abrazó de nuevo por la cintura meciéndola suave entre sus brazos.
- Te quiero.- Susurró antes de quedarse dormida. Él sólo apretó un poco más su agarre tensando la mandíbula.
No podía creerlo, de verdad no podía creer la suerte que tenía o la jodida mala puntería. Podía mirarse de muchas maneras y no estaba exactamente seguro de cual era ahora mismo la que elegiría.
¿Su problema? Habían aceptado el proyecto que estaba haciendo con Jared, tendrían que viajar hasta Lafayette para poder hacer el resto del proyecto, se pegaría allí solo con Jared una semana, quizás dos si las cosas van bien.
Y no estaba seguro de que aquello fuera una buena idea. Jared pareció entender también el problema, y aunque intentaron desistir, en poder terminar allí y después mandarlo, Jim se puso serio y les dejó bien claro que si no iban se podían dar por despedidos.
Resoplando como dos niños pequeños asintieron con la cabeza y aceptaron las condiciones de su jefe.
Serían las seis horas más largas de su vida y eso que le encantaba conducir, pasar horas y horas sentado en su precioso coche oyéndolo ronronear mientras lo manejaba, pero era incómodo, sería incómodo teniendo en cuenta de que iba a pasar esas seis horas acompañado por Jared. Que sí, en el despacho se veían mucho más, pero cada uno tenía sus cosas que hacer y aunque seguían llevándose igual de bien, después de aquel beso furtivo en el parking, después de lo sucedido con Sebastian estaba bastante reacio a su contacto.
- ¿Qué carcome a esa cabecita tuya?- Escuchó a Misha en la puerta del despacho.
- ¡Misha! Por fin te dejas ver, voy a tener que hablar seriamente con Mark, te da demasiada caña.
- Bueno, a mí no me disgusta.- Sonrió.
- El problema es que apenas nos vemos y echo de menos tus consejos de amigo.
- Pues ya estoy aquí ¿Qué ocurre?
- No estoy… Seguro del todo.- Suspiró y Misha entró en el despacho sentándose en frente suyo.
- Empieza por el principio.
Jensen lo miró unos segundos y después asintió sabiendo perfectamente que en el moreno podía confiar. Se rascó la nuca no muy seguro de cómo empezar exactamente a contarle. Simplemente lo miró y respirando hondo empezó a hablar desahogándose con él. Misha lo escuchaba atento, sin interrumpirle en ningún momento, sintiendo ganas de golpear a Sebastian, pero conteniéndose a la vez.
Cuando Jensen terminó lo miró de reojo esperando algún grito por parte de su amigo. Que simplemente se encogió de hombros.
- No creo que seas gay, si es lo que te preocupa.
- Lo que me preocupa es por qué sólo atraigo a hombres.
- A mí no me atraes y Danneel no es precisamente masculina.
- ¡Ya me entiendes!- Resopló exasperado.- Para colmo voy a pasar con Jared una semana, solos…
- Sí, es una putada, y sólo sabes tú cómo debes actuar, pero si quieres un consejo…- Se quedó callado un momento, pensativo.- Quizás deberías dejarte llevar.
- ¿¡PERDONA!?- Se alteró sobre manera levantándose incluso de la silla.- ¿Me estás sugiriendo que le sea infiel a mi mujer? ¡NO! ¡Que la engañe con un hombre!- Volvió a gritar.
- Técnicamente ya lo has hecho.- Contraatacó encogiéndose de hombros, sin alterarse y Jensen se desplomó en la silla.- Te has besado dos veces con Padalecki…
- Bueno… Realmente fue él el que…
- Tampoco hiciste gran cosa, por lo que me has contado, de pararle.
El rubio de reojo con el ceño ligeramente fruncido apretando los labios y tensando la mandíbula, el de ojos azules le sostuvo el gesto hasta que Jensen resopló y se golpeó la cabeza contra la mesa al dejarla caer sin fuerza para sostenerla.
Misha sonrió de lado y le acarició el pelo con cariño.
- No tiene por qué ocurrir nada, Jen… Disfruta del viaje y de la compañía, si sucede algo no será porque ambos no lo queríais.
- Te odio… Por qué demonios me conocerás tan bien.
- Porque son demasiados años siendo amigos.- Rió y se levantó.- Tengo que irme, he quedado con el señor para ir a comer, nos vemos luego.
- Claro, divertíos
.
Misha sonrió y le guiñó un ojo, claro signo de que tenía pensado pasárselo muy bien. Negó con la cabeza y la apoyó de nuevo sobre la mesa apoyando las manos en su coronilla. Necesitaba pensar.
Continuará...