Podríamos decir que es una de esas pelis de amor, de llorar, un poco como todas.
Pero no lo es. “El diario de Noa” nos habla de amor, es verdad, pero también nos habla de la memoria. Y me hizo pensar en lo frágiles que somos las personas, me hizo preguntarme dónde vamos cuando ya no recordamos quienes somos ni quienes fuimos.
Me hizo pensar en la fuerza de las palabras, en la persistencia.
Y me hizo llorar.