Algo mas que me olvidé o.o

Oct 02, 2009 00:42

El sabe. El sabe con plena certeza que en esa cavidad, en aquel metálico refugio no existe lugar para dos.

Pero él sabe que él está atrás. Rezagado. Físicamente imposible. Inverosímil. Inaudito.

Pero él lo sabe. Lo sabe.

Lo sabe muy bien.

Lo sabe y lo corrobora cuando escucha su voz seseante hendir los vestigios de su raciocinio. Lo sabe cuando las semblanzas acuden a su mente. Bermejo en su piel y en la bata antaño impoluta. La mirada asustada, aterrorizada del pequeño.

Intenta no ver al frente. Pero cuando cierra los ojos, siente una corriente helada penetrar por su cerebro y una humedad familiar en su oído. Aprieta los párpados e intenta mantener una postura hierática imposible de obtener al sentir como su lengua - ¿la de el? ¿La suya?- juguetea con el lóbulo de su oreja, provocando que la fortaleza de su gnosis comenzase a sucumbir lentamente a un vórtex de pronosticada desesperación.

Vehementemente mueve la cabeza. Pero ahora no siente la humedad en su oreja, ahora siente un pequeño ósculo en la fría superficie del casco. Sabe que no debe de importarle, sabe que no debe sentir. Sin embargo, siente, percibe la calidez contradictoria de unos labios pérfidos y helados acariciar su mejilla y besarla.

¡Dispara, Allelujah! ¡Es lo que deseas! ¡Dispara! ¡Dispara con el ego, dispara sin contemplaciones!

-N-no….

Suelta un pequeño gemido de estupefacción y agonía al sentir como una ingente fuerza se acumula en sus manos. El odio, el visceral odio albergado en años en la parte más oscura de su alma se fusiona con el vilipendio del otro. Sabe que está mal. Sabe que desde un principio está mal.

Lo sabe muy bien.

El toque de unas manos iguales a las suyas - ¿o las mismas? ¿O las de el?- tocando con un cariño timador y subrepticio que esconde una peor realidad lo instan a halar el gatillo. Parpadea, y ahora ya no está en Kyrios. Ahora está en aquel lugar donde ocurrió aquel nefasto suceso grabado a fuego en su mente. Aquel día lapidario.

¡ALLELUJAH!

-¡! NO-QUIERO---DISPARAR ¡!

Sonidos de la explosión acaecida penetran en su mente.

Abre los ojos… y todo es bermejo.

El fuego se extiende vertiginosamente por las paredes, y el edificio no tarda en explotar. Maniobrando de costumbre más por instinto y costumbre que por deseo, él logra escapar del fuego circundante.

Pero no del infierno de su interior, donde las llamas son eternas.

En algún lugar de su mente, Allelujah Haptism regresaba a aquel día nuevamente convertido en el pequeño niño con el arma de fuego apuntando la nada. Observa con claridad las sombras avante a él, las sombras a las cuales había disparado. Súbitamente, siente una mano acariciar su rodilla sibilinamente, como si estuviese tratando de domar a un animal herido. No quiere alzar la vista. Pero sabe que así sea abriendo los ojos o cerrándolos, su existencia perduraría.

Así que en un intento de protección, de autodefensa, se encierra en un pequeño abismo, llevando las rodillas a su pecho y enterrando el rostro entre ellas, mientras el otro musita palabras ininteligibles que no llegaba a discernir o que mejor dicho, no quería escuchar.

-Te felicito, Allelujah.

Se contuvo de no escupir cuando esos labios pequeños e idénticos buscaron los suyos hasta posar un recuerdo en ellos. El beso duró 10 segundos que para él duraron 14 años de oprobio. Siempre hacía eso, y no sabía si era por ironía, por sarcasmo, o por el simple hecho de que lo estaba felicitando a su manera mórbida e insidiosa… o porque quería aumentar su ignominia.

Como era de costumbre, las manos pequeñas y sorprendentemente heladas acariciaron sus cabellos mientras el frenesí empezaba a menguar en aquella oquedad dolorosa y sombría del pretérito. El comienza a calmarse hasta poder ser capaz de otear a través de ojos lacrimosos  y derrotados el semblante de su otro yo y observa como sus facciones cambiaban ipso facto a una insana sonrisa.

-Ahora me dejarás el trabajo de vuelta a casa a mí.

La humedad en sus mejillas comienza a incrementar mientras parpadea nuevamente y permanece ahí, en la oscuridad. Sin una puerta, sin una salida.

-Hallelujah…

-Regresaré por ti. De todas formas, me conviene regresar por ti.

Y es cuando la única fuente de luz reflejada desaparece y él queda solo en su mundo de oscuridad y sombras. De semblanzas y dolor. De quebranto y agonía. Se queda sentado, ovillado en el suelo, esperando la oportunidad de ver el haz de luz que lo llevaría nuevamente a la realidad fidedigna.

Porque la recámara oscura jamás desaparecería por volición propia. El podía salir de ella, pero el que se esfumara era una utopía demasiado lejana para poder ser alcanzada.

Y eso lo sabe muy bien.

allelujah, gundam 00 yaoi

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