Lo enceguecía y apenas podía respirar. El tiempo seguía corriendo y la palabra eternidad rondaba en su cabeza. ¿Cuánto había pasado? No lo sabía, pero probablemente era mucho o tal vez nada. Esa sencilla palabra iluminada frente a él y el dolor de la angustia en su pecho era lo único que podía sentir y recordar. Las luces no eran tan brillantes y mucho menos atractivas, pero su significado lo estaba ahogando.
A pesar de ello... sonrió. Era lo único que podía hacer. Sonreír y esperar. Se lo debía.
Todo saldrá bien.
Llegaba tarde. Kyungsoo y Jongdae lo habían retenido más tiempo del necesario en la universidad con un trabajo que sinceramente no quería hacer. Les había insistido que tenía un compromiso, el cual ellos sabían perfectamente bien de que se trataba, pero como siempre, Kyungsoo sólo había rodado los ojos fastidiado y Jongdae empezaría con su sermón número mil acerca de que era un payaso, que ya no necesitaba aquello y que debería enfocarse en las cosas realmente importantes como la universidad. Palabras que ya no quería escuchar, pero que sin embargo sabía que tenía razón.
Chanyeol corrió con celeridad procurando no caer producto de sus torpes zancadas, y sólo unos pasos antes de llegar a su destino, frenó su carrera intentando controlar su respiración y fingir una marcha normal. Si lo descubrían ya no serían sólo sus amigos los que le dirían que no debía regresar.
Se miró por última vez en el reflejo de una ventana a un lado de la puerta, arregló un poco su flequillo castaño y ya estaba listo.
-Ni sudé -se dijo presumido con una gran sonrisa cubriendo su rostro.
Se adentró con sigilo a la habitación y ofreció una sonrisa de disculpa por su retraso a sus monitores mientras se dirigía a su lugar de siempre en el círculo. Sin embargo, cuando lo hizo pudo notar una cara nueva ocupándolo.
-¿Uhm? Yo no te conozco -el chico en la silla levantó la mirada hacia él sorprendido y recién en ese momento Chanyeol fue capaz de admirar su evidente belleza. Había sido como un gran golpe de calor estrellarse contra su estúpida cara.
Wow.
De inmediato, el alto sintió su cara arder y contuvo la respiración. El chico era sencillamente deslumbrante. Rasgos delicados, ojos pequeños y expresivos (aparentemente por su tonta declaración), cabello castaño tan claro que parecía rubio, y labios ligeramente delgados y algo pálidos. Chanyeol pensó que con un poco de maquillaje sería mucho más linda que cualquier chica que haya conocido.
Cuando estaba por aventurarse a deslizar sus ojos a través del cuerpo de la nueva maravilla que había descubierto, fue lastimosamente interrumpido.
-Chanyeol-sshi nos harías el favor de sentarte -ordenó con amabilidad la monitora del otro lado del salón-. Ya tendremos tiempo de conocerlo. Ya sabes cómo funciona esto -le sonrió.
El aludido giró su cabeza hacia ella y le asintió en señal de entendimiento todavía aturdido. Con absoluta ausencia de gracia, Chanyeol retrocedió unos pasos hasta dar con una silla dos puestos más allá del chico, pero lo único que consiguió fue enredar sus enormes pies con las patas de la silla y por poco caer de cara al suelo, si no fuera por una desesperada maniobra que tuvo que hacer. Las risas no se dejaron esperar, destacando por sobre todas la del chico nuevo. Se le antojo exageradamente ruidosa, mas extrañamente pensaba que no le molestaría escucharla por el resto de la tarde.
-Al parecer alguien quiere empezar temprano con la sesión, ¿no? -habló el otro monitor en tono bromista y esperó a que un avergonzado Chanyeol tomara asiento de una vez-. Bien, para empezar esta sesión de risoterapia, lo primero que haremos será conocernos un poco mejor. Nos iremos presentando uno a uno, y si lo desean pueden contarnos el motivo por el cual están aquí, ¿entendido?
Los presentes asintieron comenzando las presentaciones por la primera persona al lado izquierdo de los monitores. Chanyeol vio que habían varias caras conocidas a excepción de tres; dos señoras, una de aproximadamente unos cuarenta años y la otra era una abuelita, a la que le fue imposible calcular la edad, y por último estaba ese chico.
Mientras el resto seguía hablando y contando su historia de vida, él volvió a prestar atención al chico que desde un principio había despertado su interés. Lo observó de soslayo, dado que la ubicación en la que se encontraba no le dejaba verlo mejor sin ser obvio, y se pudo dar cuenta que era bastante más pequeño que él, algo así como de la estatura de Jongdae o Kyungsoo, era delgado y debería tener más o menos su edad.
De pronto, en plena tarea de observación fue atrapado por un par de pequeños ojos que lo vieron divertidos cuando el chico se volteó sorpresivamente hacia él. Chanyeol sintió su rostro enrojecer de nueva cuenta, más aún cuando el chico alzó las cejas de forma interrogante. Quiso abrir la boca intentando justificarse tontamente a pesar de la distancia entre ellos, pero fue interrumpido.
-El siguiente -el chico desvió desinteresadamente la mirada del más alto para dirigirse a los demás. Era su turno.
-Hola, mi nombre es Byun Baekhyun, tengo 21 años, soy estudiante de tercer año de arquitectura de la Universidad Nacional de Seúl, y... creo que eso es todo -dijo con soltura sonriendo alegre, y Chanyeol en ese momento decidió que era una de las sonrisas más contagiosas que había visto jamás.
Byun Baekhyun, 21 años, arquitectura, Universidad Nacional de Seúl. Anotado.
Ahora tenía todos los datos para llegar más tarde a su casa, sentarse en su cómodo sofá junto a su cama, encender su computadora y las redes sociales harían el resto.
Cuando se dio cuenta ya era su turno.
-Soy Park Chanyeol, 21 años y soy el menor en mi familia. Nací en noviembre y soy sagitario -algunos rieron por su inútil información, y él sonrió sabedor de su efecto de antemano-. Estudio medicina en la Universidad Nacional de Seúl y estoy aquí porque hace dos meses me pareció buena idea volar en mi bicicleta como en la película “E.T.”, obteniendo como resultado diez puntos en la cabeza -señaló su cráneo en la cicatriz- y un dolor crónico en mi rodilla izquierda -más risas llenaron el ambiente y él volvió a sonreír complacido al haber hecho reír de buena gana a Baekhyun.
Hoy se sentía con muchas energías.
-Ahora que ya todos nos conocemos, les haremos una breve introducción a lo que es la risoterapia, sobretodo para aquellos que recién se vienen integrando -comentó la monitora-. Como sabemos la risa siempre trae consigo mejorar el estado ánimo de una persona, por consiguiente es muy benéfico psicológicamente hablando, sin embargo, la risa también es capaz de generar una sustancia benéfica para el organismo en post de mejorar diferentes patologías y enfermedades.
El otro monitor continuó con la explicación hablando un poco acerca de la historia y los beneficios que traía consigo la terapia. Chanyeol no le tomó mucha atención ya que se sabía todo aquello de memoria, por lo que nuevamente se dedicó a observar al chico. Chico que ahora tenía nombre: Baekhyun. Vio como éste no prestaba ni la más mínima atención a los monitores y parecía estar mucho más entretenido encontrando mugre en sus uñas. Una risita silenciosa se le escapó de los labios al verlo.
-Ahora por favor me gustaría que apartaran las sillas porque haremos algunos estiramientos para soltarnos, ¿bien? -de inmediato todos hicieron lo indicado, y Chanyeol sintió sus nervios crecer conociendo lo que venía-. En parejas vayan imitando los ejercicios que iremos haciendo.
Chanyeol lo tenía claro; le pediría a Baekhyun que fuese su pareja, esper- no. Pareja no sonaba correcto. ¿Por qué de pronto le sudaban las manos? Mierda. Sus nervios le estaban jugando una mala pasada, y sólo le pediría que fuesen compañeros de ejercicios. A estas alturas, sabía muy bien que el más bajo le atraía. Lo sintió como un flechazo directo en su cursi estómago, explotando en ansias irrefrenables por querer acercarse a él. Y lo haría; Chanyeol era un chico que seguía sus instintos.
Muy bien. Ve.
Cuando al fin tuvo controladas sus glándulas sudoríparas, antes de que diera un solo paso hacia su objetivo, éste se aproximó por sí solo tomándolo por sorpresa.
-¡Hey, chico E.T.! ¿Quieres ser mi pareja? -eso había sido... sencillo.
Automáticamente, sin ser consciente de ello, Chanyeol esbozó una gigantesca sonrisa de emoción que hizo al más bajo retroceder medio centímetro.
-Wow, ¿Esa sonrisa es un “sí, quiero ser tu compañero” o “sí, quiero asesinarte lentamente mientras corto tu cuerpo en pedacitos”? -preguntó jocoso mientras se cruzaba de brazos esperando por la respuesta del más alto.
Chanyeol ahora sí que estaba pasmado. El chico era encantadoramente directo, rozando lo gracioso con lo grosero, y eso definitivamente era el tipo que a Chanyeol le gustaba. Sin querer evitarlo rió ligeramente ante el comentario y por fin sintió sus hombros destensarse, relajando el resto de su cuerpo.
-¿No eres un poco grosero y algo bajo para hacer esa clase de comentarios? Sin contar que eres algo desconocido también -contraatacó sin quitar la gota de diversión a la conversación. Baekhyun ante eso abrió sus ojos grande y luego explotó en una sonora risotada atrayendo las miradas de todos los presentes.
-Veo que Chanyeol-sshi y Baekhyun-sshi están haciendo una sesión privada -les habló de pronto la monitora llamándoles sutilmente la atención-. ¿Les importaría guardar eso para más tarde y compartir una sesión con todos? -los dos chicos se disculparon entre risas contenidas y miradas cómplices, para no hacer enfadar más a la chica.
-Vaya, al parecer sí hay algo interesante en esta terapia -escuchó murmurar al casi rubio junto a él, quien ahora se giraba y le ofrecía una de esas resplandecientes sonrisas de las cuales Chanyeol pensaba poder acostumbrarse sin problemas.
Chanyeol juró nunca haberse divertido tanto en una de las sesiones como en la de ese día, y eso que él de por sí amaba la risoterapia. El factor Baekhyun en ella fue un detonante para multiplicar sus risas y la de todos los demás. Luego de los ejercicios, le siguió el juego de niños donde se lucieron jugando al encantado
* y al ventrílocuo. Baekhyun se rió descaradamente de las ancianas quienes se movían con tanta lentitud que terminaban inmovilizadas la mayor parte del juego, y luego aprovechó su rol de ventrílocuo de Chanyeol y le hizo “decir” las cosas más vergonzosas del mundo como que todavía mojaba la cama y que estaba enamorado de su perro.
Cuando vino la hora de la risa contagiosa, como unánime se escogió a Baekhyun como impulsor, quien antes de empezar la etapa ya se estaba riendo.
Al terminar la sesión, después de comentar la experiencia como fase final, y como mudo acuerdo los dos chicos tomaron sus mochilas y salieron juntos del recinto.
Chanyeol estaba gratamente sorprendido con lo rápido que había congeniado con el más bajo. Ni siquiera tuvo que esforzarse en ello, ya que Baekhyun era cómodo en todos los sentidos de la palabra. Ahora, mientras caminaba junto a él tenía que controlarse por no ir saltando como una colegiala enamorada en su primera cita.
-Hoy fue divertido, ¿no, Yoda? -síp, a Baekhyun le gustaba llamarlo por el primer apodo que le pasara por su linda cabeza en ese momento. Bastaron tan sólo un par de horas para que el confianzudo se tomara tales atribuciones.
-Supongo que esa era la idea. Es risoterapia, ¿sabes? -dijo burlón encogiéndose de hombros. El más bajo subió el rostro hacia él con esa típica mirada traviesa que parecía no desaparecer nunca y que a Chanyeol simplemente le fascinaba. Su estúpida sonrisa no tardó en presentarse.
-Sí lo sé, jirafa -ahí estaba de nuevo-. Es sólo que ni siquiera sé porqué reír ayudaría en algo a m-, quiero decir -Chanyeol vio como su compañero pareció arrepentido por un momento y luego rió bobamente. Raro-, bueno ayudar a lo que sea que se suponga tenga que ayudar. Sólo nos hace pasar un buen rato, olvidarnos de nuestros problemas. Fin -concluyó con una pequeña sonrisa que llamó la atención del más alto.
Baekhyun parecía no ser sólo ojos pícaros, sonrisas atrevidas, risas estruendosas y habladurías espontáneas. Bueno tal vez era obvio, el chico era humano después de todo. Quiso preguntar, pero seguían siendo un par de desconocidos lo suficientemente confianzudos para tratarse de esa forma. Decidió ignorarlo por el momento.
-La risa libera endorfinas en el cerebro y aumenta la secreción de serotonina, reduciendo la percepción del dolor. También inspiramos más aire, el corazón late más rápido y mejora la circulación, entre otras cosas además de lo del estado de ánimo que dijiste -contestó desinteresadamente. Sin embargo, cuando esperaba alguna respuesta cómica por parte de su acompañante sólo escuchó silencio, por lo que volteó a verlo, y en el momento que lo hizo el otro lo veía con una adorable expresión de desconcierto que lo hizo reír con ganas-. ¿Qué? -preguntó entre risas.
-¿Cómo es que sabes todo eso, freak? -dijo sin quitar el asombro de su rostro. Chanyeol sólo rodó los ojos entretenido.
-En serio eres un pitufo parlachín al que no le funcionan los oídos -está bien, a Chanyeol también le gustaba este jueguito de los apodos, sobretodo si por ello recibía un juguetón empujón por los hombros. Oh bendito contacto-. Primero, eso lo dijeron casi al comienzo de la sesión, y segundo, no olvides que estudio medicina y esos términos son pan de cada día -el más alto entonces hizo un infantil puchero-. Apuesto que ni siquiera escuchaste mi nombre y es por eso que me llamas por todos esos nombres raros -Baekhyun explotó en una nueva carcajada.
-Mi cerebro sólo procesa información valiosa -clarificó engreído al chico, quien de pronto comenzaba a alejarse para hacer parar un autobús. ¿A qué hora habían llegado hasta el paradero? Chanyeol debía comenzar a prestar más atención si no quería que sus sesos adornaran asquerosamente la calle producto de su tonto atropello.
Vio a Baekhyun subirse al bus, pero antes de hacerlo totalmente se giró hacia él nuevamente con su radiante sonrisa.
-Nos vemos en la próxima sesión, Dr. Park Chanyeol -guiñó antes de desaparecer.
Chanyeol de pronto escuchó su corazón en los oídos, y sintió el estómago en su garganta. Eso no era normal.
Muy bien, me gusta... mierda... Ahora tenía otra muy buena razón para ir a risoterapia y escapar de sus molestos deberes.
Chanyeol estaba ansioso. Hoy volvería a ver a Baekhyun, y sin bromear había estado contando las horas. Es por ello que no había prestado ni la más mínima atención en su clase de fisiopatología, lo que lo hizo merecedor de más de algún codazo por parte de Kyungsoo, que por cierto eran todo menos suaves, pero que aún así no podían evitar que soñara despierto.
A la hora de almuerzo se le vino el regaño.
-¿Se puede saber qué mierda es lo que te pasa? -ahí estaba su siempre dulce Kyungsoo. Era increíble como el dicho de “Las apariencias engañan” encajaba tan bien con su diminuto amigo. Sus grandes ojos de búho podían derretir el corazón de cualquiera, hasta que abría la boca y escupía ácido.
-Nada, ¿Por qué? -preguntó fingiendo inocencia, y eludía el tema sagazmente decidiendo si era buena idea comer su jalea antes de su almuerzo.
-Porque estás más idiota de lo usual -aclaró con obviedad Jongdae sentado frente a ellos en una de las mesas del comedor. Jongdae el siempre sonriente felino y lector oficial de las entrelíneas de Kyungsoo.
Chanyeol simplemente les sonrió y se encogió de hombros restándole importancia.
Definitivamente jalea. Resolvió felizmente abriendo el envase y enterrando su cuchara en él para darle la primera probada. Ñami.
El más bajo entonces resopló sonoramente evidenciando su molestia al ser completamente ignorado por el más alto.
-Chanyeol -lo llamó serio, y éste, con algo de miedo, pudo identificar en su voz el intento por controlar la creciente vena que amenazaba con aparecer en su frente-. Hoy nos reuniremos en la biblioteca a hacer el trabajo de Ética clínica después de clases -avisó el ojón sin quitar la atención de su comida, lo que para Chanyeol significaba: “Si te miro, te mato”.
Suspiró apesadumbrado. Aquí vamos de nuevo.
-No puedo -contestó con sencillez.
-¡¿Qué?! -gritó repentinamente el mayor tomando totalmente por sorpresa al mediano, quien se le quedó viendo con expresión perpleja-. Chanyeol, el trabajo es de a tres ¡Tres! No puedes esperar que nosotros hagamos todo sólo porque te guste ir a hacer el ridículo a esas tontas terapias. ¡Por dios Chanyeol, ni siquiera te duele tu jodida rodilla! -Vaya, Jongdae en serio había explotado. Eso sí era inusual y alarmante.
Chanyeol bajó la mirada sintiéndose realmente mal esta vez. No quería aprovecharse de sus amigos y que éstos hicieran su parte en el trabajo o que lo encubrieran en alguna otra cosa, era sólo que no sabía que estaba haciendo ahí. Le gustaba medicina, ¡dios! De verdad que le gustaba, el hecho de ayudar a la gente y hacerlas sentir mejor, curar males, mejorar su calidad de vida, etc. Incluso sabía que tenía facilidad para ello, no como sus amigos, ya que Kyungsoo sacaba las mejores notas sólo porque se mataba estudiando, mientras que Jongdae era un alumno promedio que obtenía las misma calificaciones que Chanyeol estudiando el doble. Tan sólo... no soportaba la presión. Ser médico traía consigo tantas responsabilidades, como que un mínimo error de su parte podría incluso costar la vida de otra persona, y Chanyeol definitivamente era una persona que cometía errores. No podría vivir con su consciencia si algo así le ocurría. Sabía que estar pensando en este tipo de cosas cuando no iba ni a la mitad de sus estudios era absurdo, pero no podía evitarlo, ya que aquellas preocupaciones siempre fueron parte de su vida al tener un padre que ejercía la misma profesión. Se debía tener nervios de acero y una mirada fría si no querías salir herido.
Estaba confundido; quería ser doctor, pero al mismo tiempo no quería, es por ello que se mantenía en la universidad, pero evadía lo que más podía de ella. ¿Ilógico, no?
No obstante, hoy era diferente. No se trataba acerca de sus inseguridades, se trataba de Baekhyun.
-Lo siento -se disculpó luciendo verdaderamente culpable sin levantar la cabeza-. Pero hoy es importante. Yo... yo lo compensaré -prometió.
-Dinos qué es entonces -exigió el mayor suavizando el tono-. Vamos Chanyeol, somos amigos, puedes contarnos lo que sea -le sonrió afable apiadándose de él por un momento y volviendo a ser el mismo Jongdae de siempre. Kyungsoo simplemente se limito a verlo con curiosidad.
-Es un chico.
Chanyeol tenía los mejores amigos. No sabía que había hecho bien en su vida para que los dioses le dieran el mejor par de amigos del mundo. Luego de que les contara acerca de Baekhyun parecieron entender toda la situación, claro no sin antes denostar un poco contra él, pero bah sabía que así demostraban su amor por él.
Esta vez había llegado temprano. Saludó amistoso a sus monitores, los cuales ya lo conocían muy bien, y se había sentado en el puesto que originalmente le pertenecía. No pasaron más que un par de minutos cuando alguien tocó su hombro.
-Estás en mi silla, gigante -el corazón de Chanyeol dio un brinco, y su sonrisa, que para entonces tenía vida propia, brotó de sus labios de forma involuntaria.
Volteó sólo para encontrarse con esos pequeños ojos que lo veían en un intento por parecer retadores.
-Esta es mi silla -le contestó-. Tú me la robaste la otra vez, enano. Sólo estoy reclamando lo que es mío -volvió a girar sobre sí mismo divertido para cruzar sus brazos sobre el pecho y anclarse a la silla sonriendo ampliamente.
Escuchó a Baekhyun chasquear la lengua tras él, y lo siguiente que supo era que estaba besando el suelo.
¿Qué demonios... ?
Desconcertado llevó sus ojos hasta Baekhyun sentado en su silla con brazos y piernas cruzadas de forma petulante. Los demás en la habitación estaban casi tan impactados como Chanyeol por lo que acababa de suceder, que ni siquiera se atrevieron a abrir la boca. Al parecer (no estaba muy seguro) Byun Baekhyun acababa de empujarlo de la silla hasta botarlo al suelo.
-¡¿Qué diablos es lo que sucede contigo?! -chilló al borde de la histeria-. ¿Estás mal de la cabeza? -el más bajo, como siempre, simplemente había reído mientras se ponía de pie para darle una mano al chico tendido en el suelo. Chanyeol se preguntaba cómo es que todavía ninguno de los monitores había llamado al hospital psiquiátrico para que se lleven a este demente.
- Se podría decir -contestó entretenido encogiéndose de hombros y tirando de Chanyeol para que se pusiera de pie. Sin embargo, ésta vez el alto fue más rápido cuando, de pronto, quitó a Baekhyun de su camino y se plantó sobre la silla con las manos aferradas a cada lado de ella. Es infantil, lo sabe, pero Baekhyun había empezado.
¿Quién es el que ríe ahora? Chanyeol ahora veía con autosuficiencia a un para nada sorprendido o molesto Baekhyun. Espera, ¿Qué? ¿Pero es que nunca deja de sonreír? Él había ganado, ¿no?
-Si crees que eso me detendrá estás equivocado -sonrió con malicia el más bajo, y sin previo aviso, de un salto se sentó en el regazo de Chanyeol.
Muy bien, esto era incómodo. Muy incómodo. ¡Mierda! Baekhyun seguía haciendo presión sobre él, para que de algún modo lograra molestarle, sin embargo el problema era que aquello se sentía demasiado bien para ser sano. Comenzó a sudar, o al menos eso creía, porque se estaba sintiendo muy extraño, ¡vamos! era Baekhyun, el chico estaba bueno y claramente esta situación iba a provocar el despertar de algo en sus pantalones si no hacía algo. No quería andar con ese problemita durante toda la sesión de risoterapia.
Baekhyun 1 - Chanyeol 0
-Bien, bien, tú ganas. Ahora quítate condenado duende -apenado, Chanyeol lo empujó un poco más fuerte de lo que debía que hizo al más bajo por poco caer al suelo.
-¡Hey! No seas tan bruto -le reprochó con molestia el otro cuando se hubo estabilizado, pero de inmediato cambió su expresión por una de satisfacción al ver que podía ocupar su silla. Chanyeol enfurruñado se había sentado justo a un lado de él, y de reojo distinguió la típica mirada coqueta de Baekhyun sobre él, porque así era: coqueta, que hacía a Chanyeol derretirse como chocolate al sol.
-¡Vamos! No te enojes -canturreó bajito el castaño claro en tanto le pinchaba las costillas. El más alto debía admitir que su aegyo era bueno, muy bueno, y se descubrió a sí mismo incapaz de enojarse con el chico.
-Ustedes dos de nuevo -habló de pronto el monitor al otro lado del salón sacándolos de su pequeño mundo-. ¿Terminaron? Nos justaría empezar, si no les importa.
Nuevamente estaban siendo sutilmente regañados, pero al alto no podía importarle menos en estos momentos. Baekhyun volteó a verlo una vez más y le sonrío.
-Es hora de la risa, doctor Park -Chanyeol mostró su perfecta dentadura y asintió emocionado.
Esa tarde, una de las actividades fue el baile. La especialidad de Chanyeol... para hacer reír. ¡Era un desastre! Maldijo a su madre una infinidad de veces por haberle regalado dos jodidos pies izquierdos, mientras escuchaba la estruendosa risa de su compañero a su lado. Sabía que tenía que ser divertido, pero sinceramente no creía necesario exponerse a tal ridículo frente a Baekhyun. Ahora sabía que jamás saldrían a bailar. Esperaba poder mantener ese secreto por algún tiempo más, pero lamentablemente no pudo. Al menos lo había hecho reír, pero según su experiencia aquello no era tan difícil de conseguir.
A la salida, de nuevo se fueron juntos. Hablaron de diferentes temas, principalmente de los dotes artísticos del más alto para su desgracia, mientras intencionalmente caminaban a paso flojo y pateaban piedras del camino. Cuando Chanyeol se dio cuenta de que el más bajo también lo hacía, frenó repentinamente su marcha y observó a su compañero. ¿Baekhyun intentaba pasar más tiempo con él? Aunque fuesen sólo unos minutos más en su ida al paradero del autobús, para Chanyeol era un gran avance.
-¿Qué? -lo desafió Baekhyun al percatarse de la detención del otro, a lo que Chanyeol simplemente se encogió de hombros como respuesta volviendo a emprender el viaje con su estúpida sonrisa plasmada en su cara. El mayor soltó aire por la nariz y luego se volteó hacia al frente-. Estaba pensando... -dijo de pronto, arrastrando las palabras de forma inusual provocando que Chanyeol lo viera curioso. No podía verlo totalmente, ya que el más bajo iba un poco más adelante que él, por lo que con dificultad podía observar un poco su perfil- ¿Qué te parece si vamos a tomar un helado por ahí antes de irnos a casa? Digo, si- ejem -carraspeó un poco- si no tienes nada que hacer por supuesto -Baekhyun levantó tímidamente (por primera vez en el cuento de hadas de Chanyeol) la mirada hacia él, esperando por lo que dijera.
Pero no dijo nada. Al menos no inmediatamente, porque lo había pillado tan de sorpresa aquella proposición, que casi llegó a pensar que estaba en uno de esos sueños que tanto que gustaban. No es que haya soñado tantas veces con algo como eso, al menos inconsciente, con respecto a soñar despierto... bueno eso es otra cosa.
-Es sólo si puedes, no tienes para qu-
-No, no, no -lo interrumpió negando frenéticamente con sus brazos y Baekhyun lo vio con el ceño fruncido haciéndolo caer-. Quiero decir, sí, sí puedo, y no, no tengo nada que hacer -dijo con un deje de desesperación en la voz que hizo reír al otro.
-Entonces, vamos -dijo tirando de uno de los brazos de Chanyeol-. Conozco un lugar por aquí cerca.
Chanyeol se dejo llevar por la corriente de emociones, y por un animado Baekhyun que parloteaba cosas como que el helado de frutilla era mucho mejor que el de vainilla o que el chocolate le producía alergia, sin soltar su agarre.
¡Mierda! Hoy había sido un día excelente.
Ese día había aprendido mucho acerca de Baekhyun. Supo que era mayor que él por seis meses, y ahora estaba obligado a llamarlo hyung, gnomo-hyung o como sea; que vivía algo apartado del centro como Kyungsoo, a tan sólo una estación de diferencia; que aún vivía con sus padres al igual que él; que tenía un hermano seis años mayor que él llamado Baekbeom; que le gustaba Girls' Generation, lo cual supo por mera casualidad cuando lo llamó su madre y sonó “Gee” de tono provocando un adorable sonrojo crecer por su rostro hasta sus orejas; que le gustaba jugar fútbol, pero no verlo, y que le gustaba mirar baloncesto, pero no jugarlo; que estuvo en un coro cuando era pequeño, y que quería ser cantante hasta un poco antes de entrar en la universidad (se había negado a cantar frente a Chanyeol gratis, proclamando tener una voz demasiado maravillosa para ser escuchada por un simple mortal); y por supuesto, que era la reina del drama.
Le fascinó.
Las semanas pasaron, y Chanyeol empezaba a sentir cada vez con mayor fuerza, que las sesiones de risoterapia no estaban siendo suficientes, y eso era algo que nunca esperó sentir. Tal vez se debía al mismo Baekhyun, quien le estaba mostrando que existían tantas maneras de divertirse que un par de horas no lograban cubrir ni siquiera el tercio. Quería más; quería más Baekhyun.
Tristemente, esa pequeña salida extra de la sesión no se volvió a repetir, pero al menos se mensajeaba de vez en cuando con él por medio del teléfono. Su mayor logro fue obtener ese preciado número aquel día.
En esos momentos tenían una hora libre en la universidad, y como era costumbre, él y sus amigos solían sentarse sobre el césped cerca del gran árbol en el patio central de la facultad. Chanyeol se dirigía hacia allí donde debían estar Kyungsoo y Jongdae esperándole, ya que él había pasado al baño antes. Pensó que su vejiga explotaría en cualquier momento dentro el salón, pero no podía hacer nada debido que estaban en examen. Se sentía literalmente aliviado.
Se acercó a los chicos recibiendo un asentamiento de cabeza por parte de Jongdae, quien jugaba con su celular, mientras él se posicionaba tras un distraído Kyungsoo. Pasó sus largas piernas alrededor de él y llevó sus manos hasta rodear la cintura del más pequeño. Era riesgoso lo que hacía, pero estaba feliz y tenía ganas de abrazar a su diminuto amigo, y si tenía suerte, el menor no se daría cuenta de que estaba siendo abrazado y su integridad no se vería dañada.
Sonrío cuando sintió a Kyungsoo recargarse contra él y reposar su cabeza cerca de su hombro.
Bingo. Estaba de suerte.
-Ow, no es justo. No sabía que Kyungsoo andaba dócil hoy. Yo también quiero abrazarlo -alegó de pronto Jongdae cuando dejó de prestar atención a su teléfono viendo la escena con aniñado puchero en los labios. Chanyeol rió despacio.
-No me molestes -le contestó el más bajo en tanto cerraba los ojos y se dejaba consentir por los cálidos brazos de Chanyeol-. Estoy cansado.
-¿Te quedaste estudiando toda la noche? -preguntó con cautela el alto girando un poco el rostro para ver a su amigo, quien sólo asintió sin abrir los ojos. Extraños momentos donde Kyungsoo estaba siendo verdaderamente adorable, y Chanyeol lo estrujaría entre sus brazos, mas no quería arruinar el momento ni tener la posibilidad de quedar estéril producto de alguna sorpresiva patada.
Mientras tenía a Kyungsoo en sus brazos, Chanyeol pensó en lo casi perfecto que encajaban sus cuerpos. Él era alto y bastante más grande, especial para cubrir el pequeño cuerpo de Kyungsoo, quien con suerte pasaba el metro setenta. Sin embargo, tal vez, sólo tal vez, Kyungsoo era demasiado pequeño. Su cuello le molestaba un poco debido a que tenía que agacharse más de lo necesario para que su mentón alcanzara el hombro contrario, deseando que fuese algunos centímetros más alto. Es entonces cuando el rostro de Baekhyun cruzó por su cabeza. Sonrió; Baekhyun sería sencillamente perfecto para él.
En ese momento sonó el teléfono de Chanyeol rompiendo ligeramente la atmósfera de relajo. De inmediato se movió tanteando el celular en su pantalón, haciendo rezongar molesto al más bajo entre sus brazos, pero cuando vio el nombre del remitente se le olvidó absolutamente todo a su alrededor.
-¿Quién es, casanova? ¿Baekhyun? -preguntó Jongdae interesado moviendo sus cejas de forma sugerente, acercándose más a él para alcanzar a ver la pantalla de su móvil. Sin embargo, Kyungsoo al escuchar ese nombre abrió los ojos con algo de pesadez y fue más rápido cuando tomó desinteresadamente el celular de un pasivo Chanyeol, mientras leía el mensaje aún recostado sobre él.
-¿Pitufina? ¿Le pusiste pitufina en tu teléfono? -gruñó el menor frunciendo sus enormes cejas, haciendo a Jongdae explotar en una sonora carcajada.
-¿Qué? ¡Por dios! ¿Cuál es tu problema, Chanyeol? -exclamó entre risas el de sonrisa gatuna en tanto se agarraba el estómago tendido sobre el suelo. Chanyeol se sonrojó inevitablemente arrebatándole el teléfono de las manos al más bajo.
-É-el me puso Yoda, ¿Qué querían que hiciera? -se defendió inflando los mofletes enfurruñado. Y aquello sólo provocó que incluso Kyungsoo riera.
-¿Y qué le dirás? -¿Decir? Ni siquiera había leído el mensaje. Acercó el móvil a sus ojos, recargando los codos sobre los hombros de Kyungsoo, quedando en una extraña posición que lo hizo elevar la mirada y volvió a a abrir el mensaje.
De: Pitufina
Hey hey hey! ¿Tienes algo que hacer esta tarde? Hay una película que se estrena hoy y quiero verla (≧ω≦), ¿te animas Park Goliat? Será divertido v(¯∇¯)
Inclusive en los mensajes de texto Baekhyun era un hablador. Al fin podría volver a salir con él fuera de las sesiones y sentía como la adrenalina y la ansiedad corrían por sus venas hasta estallar en una enorme sonrisa en su cara.
-Supongo que le dirás que sí. Es tu primera cita con el chico -¿Qué? Chanyeol abrió sus ojos profundamente sorprendido. ¿Cita? ¿Su primera cita? ¿De qué estaba hablando Jongdae? Porque no lo era, ¿cierto...?
-No es una cita -declaró algo inseguro sintiendo sus mejillas arder-. N-no creo que sea una salida romántica, uhm ya sabes.
-¿Por qué no? Es lo sigue, ¿no? Ya tuviste tu pre-cita cuando fueron a tomar helado -Jongdae y su insistencia de que ninguna relación puede funcionar si no se tiene algo como una pre-cita antes de la verdadera primera cita. Concepto que sólo él maneja y entiende, por cierto.
-Porque no creo que Baekhyun-hyung lo vea de esa forma. Yo... -odiaba cuando se volvía inseguro de repente, pero es que por lo que conocía a Baekhyun, no tenía idea si éste podría tener algún interés romántico en él. Se había dado cuenta que el chico era coqueto por naturaleza y eso no lo hacía sentir para nada especial. Además habían pasado semanas para que el chico volviera a invitarlo a hacer algo. No sabía como interpretar ninguna de las señales que le estaba enviando-. Yo no creo que esté interesado en mi de ese modo -declaró agachando la cabeza inconscientemente derrotado.
¿Qué ocurría con él? Hace unos minutos casi saltaba de alegría porque volvería a salir con el chico después de haberlo deseado tanto y ahora se estaba ahogando en un mar de inseguridades y depresión. Kyungsoo tenía razón cuando le decía que era un bipolar.
Pero... si tan sólo tuviera una pequeña oportunidad, debería aprovecharla, ¿no?
-¿De qué estás hablando? Chanyeol, eres un gran chico y cualquiera sería muy afortunado de tenerte -habló de pronto Kyungsoo sorprendiendo a ambos chicos. El Apocalipsis debía estar cerca o Kyungsoo estaba realmente aturdido por su falta de sueño que lo hacía decir cosas que de verdad sentía.
Sea cual esa la razón, lo hizo sentir mucho mejor; es decir, era Kyungsoo quien lo decía, y eso valía. Sin poder resistirse, apretujó el pequeño cuerpo en sus brazos hasta hacerlo chillar de la impresión.
-¡Oh! Pero miren quién amaneció, además de dócil, sincero el día de hoy -Jongdae se unió a la lucha por mimar y hacer cosquillas al más bajo, que se retorcía bajo los otros dos y que parecían tener controlado por un momento; hasta que despertaron a la bestia.
El siguiente cuadro mostraba a un Jongdae encogido de dolor debido a un intento de Kyungsoo por perforar su pecho, y a un adolorido Chanyeol a su lado, quien aún no estaba del todo seguro en qué parte de su cuerpo había sido golpeado. Kyungsoo se sacudió los pantalones con solemnidad y se colocó la mochila al hombro.
-Es hora de ir a clases -sentenció satanás.
Observó a su alrededor con algo impaciencia, para luego volver la vista hacia su reloj por sexta vez desde que se paró allí. Aún faltaban más de quince minutos para la hora acordada del encuentro, y ahí estaba él; el muy tonto había llegado hacia casi media hora atrás por miedo de que hubiese tráfico o cualquier otro tonto inconveniente que se le vino a la mente cuando iba saliendo de su casa. No podía permitirse llegar tarde a su primera cit- no, no es una cita. Maldijo a Jongdae para sus adentros. Chanyeol se había prohibido pensar en aquello como una cita, ya que lo que menos quería era hacerse falsas ilusiones, y sólo pensaría en ello cuando sea él mismo quien invite a Baekhyun a una cita con todas sus letras.
Con una lentitud impresionante pasaron otros 10 minutos y Chanyeol se estaba poniendo ansioso. Pensó en comprar las palomitas de maíz y las bebidas, pero luego se arrepintió porque aún no sabía que era exactamente lo que le gustaba al chico; podría ser tan extraño como Kyungsoo, quien en vez de comer palomitas como todo el mundo, pedía nachos con extra queso.
Comenzó a inquietarse cuando se percató que Baekhyun estaba atrasado. No tenía que significar nada necesariamente, tal vez era una persona impuntual o sólo se le hizo tarde. Sin embargo, a pesar de pensar de esa forma, algo se estrujó en su corazón cuando escuchó una cruel vocecilla en su cabeza que le decía que él no era tan importante para el mayor.
Suspiró desmoralizado cuando de pronto sintió un tirón en su muñeca.
-Lo siento -Baekhyun respiraba pesadamente, más profundo que una persona normal, lucía pálido y tenía unas extrañas ojeras bajo sus pequeños ojos-. No quería llegar tarde, pero... uhm tuve un problemita -aclaró bajando un poco la cabeza-. Lo siento mucho.
Chanyeol no estaba enojado ni mucho menos, estaba preocupado, y ahora aún más.
-Si nos apresuramos, aún podremos alcan-
-Oye, oye, ¿Estás bien? Luces algo cansado. ¿Pasó algo malo? -preguntó deteniendo los movimientos del contrario al tomarlo suavemente del mismo brazo que el otro lo había agarrado. Baekhyun pareció aterrado por un momento y luego se sonrojó levemente llevando ambas manos a sus mejillas.
-Yo... yo estoy bien -dijo con nerviosismo. Muy bien, Baekhyun estaba muy extraño-. Sólo discutí con mamá, eso es todo -Chanyeol frunció el ceño escéptico.
-¿Seguro? Estás raro.
-¡Tú eres el raro condenado elfo! -le gritó avergonzado con energía renovada-. ...acabas de decirme que estoy horrible maldita sea -musitó tan bajito que Chanyeol apenas fue capaz de oírlo. No obstante cuando lo hizo rió de buena gana. Ese sí era Baekhyun.
-No dije que estabas horrible, sólo, no lo sé, estás pálido -se encogió de hombros. Y, ¿Horrible? Imposible. Baekhyun podría estar cubierto de excremento y seguiría siendo hermoso.
-Bueno, para tu información hace frío -nada más terminó su frase, el más bajo sintió un peso extra sobre sus hombros. Sorprendido vio que Chanyeol se había quitado su propia chaqueta para entregársela sin dudarlo.
-Tienes razón -concedió-. Ahora vamos a comprar los boletos de tu película y algunas chucherías para comer antes de que se nos haga más tarde -el alto tomó con delicadeza la muñeca de su acompañante y lo guió hasta la boletería. Baekhyun sonrió ampliamente.
-Quiero cola -dijo más animado en tanto se apuraba para caminar a la par con el otro, sin esforzarse en liberar su muñeca del ameno toque-. Y ya tengo los boletos. Los compré antes -Baekhyun sacó los boletos para fanfarronear frente a un sorprendido Chanyeol.
-A veces eres muy eficiente -se burló divertido tomando los boletos-. ¿Una comedia? - Preguntó al verlos y Baekhyun asintió.
-Es más nosotros, ya sabes. Por eso quería verla contigo -el sólo hecho que Baekhyun haya pronunciado el 'nosotros' y 'quería verla contigo' hizo que el corazón de Chanyeol comenzará a bombear tan rápido que pensó que estaba a punto de tener un ataque al corazón. Esas palabras significaban que Chanyeol al menos era un poco especial para Baekhyun, ¿no? Una sonrisa cruzó por sus sonrosadas mejillas.
No fue consciente de que Baekhyun ya había pedido su orden hasta cuando el chico de la barra le estaba entregando las cosas. Sonriente tomó una de las bebidas y se la entregó a Baekhyun, pero en cuanto se giró para tomar la suya escuchó un gran splash tras él, obligándolo a voltearse inmediatamente. Se desconcertó un poco al ver a un petrificado Baekhyun mirando con horror el suelo donde se había desparramado toda su bebida. Su rostro estaba desfigurado en pánico y sus ojos brillaban de impotencia.
Chanyeol se acercó rápidamente a él.
-Oye, ¿estás bien? -preguntó algo preocupado en un principio, mas al instante cambió su semblante por uno de diversión-. ¿Acaso eres idiota? Si la reina quería que yo le llevara las bebidas, sólo tenías que decirme, no tienes para que hacer un espectáculo sobre ello -se burló. No obstante, Baekhyun sólo alzó la mirada un poco ido y asintió. Chanyeol lo vio extrañado por aquella inusual reacción.
-S-soy tan torpe. L-lo siento -balbuceó tras unos segundos.
¿Qué pasaba con él? No había sido tanto para que se pusiera de ese modo. Chanyeol observó como éste abría y cerraba sus puños con furia. Era como un niño pequeño incapaz de soportar la frustración. Bueno, eso era lo que le gustaba de Baekhyun después de todo; que era un niño.
Decidió restarle importancia al asunto y tratar de aligerar un poco el ambiente.
-Ten, toma el mío, puedo pedir otro -le tendió su propia gaseosa. Baekhyun vio el objeto algo asustado por un momento y rechazó el vaso con sus manos negando con la cabeza.
-Está bien, ya no quiero. Entremos -masculló dándose la vuelta y caminar hacia la entrada del cine.
-En serio, puedo comprar otr-
-¡Dije que ya no quiero! -le gritó repentinamente aún de espaldas a él, dejándolo totalmente estupefacto. Chanyeol no supo cómo reaccionar.
¿Qué... qué diablos había sido eso?
Al principio Chanyeol no se pudo concentrar del todo en la película, ya que su mirada se desviaba cada cinco segundos hacia las lindas manos de Baekhyun que seguían en su tarea de abrir y cerrar sus puños de forma extraña. El alto se vio muchas veces tentado a deslizar sutilmente una de sus manos y tomar la de Baekhyun para que dejara de hacer aquello. Sin embargo, ese inocente gesto podría ser mal interpretado dado el contexto en el que se encontraban, y por supuesto, sumado al hecho de que Chanyeol estaba totalmente colado por él. Además, no estaba seguro si Baekhyun seguía enojado, o si alguna vez realmente lo estuvo, o siquiera si fue su culpa. Finalmente optó por ofrecerle palomitas de maíz cada vez que el gesto de sus manos se le hacía insoportable, y afortunadamente el más bajo siempre tomaba su oferta.
Favorablemente, con el correr de la película su compañero se fue relajando, soltando risas cada vez más ruidosas, comentando alegre cada parte de la película, tomando palomitas por su cuenta e incluso tomando de la propia bebida de Chanyeol. A su cabeza rápidamente vino eso del beso indirecto, pero se negó pensar en ello porque era una condenada ridiculez. También se negó pensar en como los ojos de Baekhyun brillaban instantes antes de su gran carcajada o que se volvían unas simples líneas cuando sonreía; se negó pensar en la forma perfectamente rectangular de su bella sonrisa o la forma en que abría completamente su boca cuando no podía más de la risa; se negó pensar en la adorable manera en que su nariz se arrugaba cuando algo no era lo suficientemente gracioso para hacerlo reír o como su labio superior desaparecía de su vista cuando presumía su perfecta dentadura; se negó pensar en lo rápido y eficaz que recuperaba su respiración cuando hace momentos el aire huía de sus pulmones en una risotada o cómo sus mejillas se volvían rosadas después de ello; se negó pensar en lo extrañamente musical de su risa o en lo bien que se sentía su voz en su oído: pero lo que no se pudo negar era que Byun Baekhyun era jodidamente perfecto.
-Eso fue divertido -habló Chanyeol una vez terminada la película. En verdad lo había sido, debía admitir que Baekhyun tenía buen ojo para las películas-. Incluso cuando la anciana te gritó por quinta vez que callaras -rió un poco al recordar aquello. Aquella señora estuvo a punto de tirarle sus bebidas si no fuera por el caballero junto a ella que supuso su esposo.
Baekhyun chasqueó la lengua.
-¿Cómo me iba a mantener callado? Se supone que vine a reír, ¿no? Si quería silencio, que se vuelva a su asilo -respondió fingiendo enojo.
-Reír sí, pero hablaste la mitad de la película enano -le aclaró con obviedad. Baekhyun lo fulminó con la mirada, pero con un sonrisa pícara en los labios.
-Tú también hablaste -lo acusó, y antes de que el alto pudiese replicar, continuó-. Aunque haya sido sólo para contestarme. Estamos iguales. Eres mi cómplice en el crimen, Park Chanyeol -dijo de forma ridícula mientras lo apuntaba con el dedo, haciéndolo reír. Dieron unos cuantos pasos más cuando Baekhyun volvió a abrir la boca-. ¿Chanyeol?
Esto sí era raro; llamarlo por su nombre dos veces seguidas.
-¿Uhm? -respondió distraído.
-Yo... -tomó un poco de aire- siento haberte gritado hace un rato. No soy así, lo juro -dijo con expresión sincera y negando con los brazos de forma exagerada-. No quiero que pienses que soy un loco o algo así -Baekhyun sonaba ligeramente angustiado, pero Chanyeol sólo sonrió.
-Lo pensaba desde mucho antes que eso, no te preocupes -respondió obteniendo a un sorprendido Baekhyun con los ojos muy abiertos por una fracción de segundo para luego recibir un golpecito en el hombro.
-¡Hey! Soy tu hyung, ten más respeto mocoso -lo regañó entretenido, para luego volver a su estado inicial de seriedad-. Pero de verdad lo compensaré -Baekhyun le robó una última mirada y agregó-. ¿Por qué no vienes a mi casa uno de estos días? Tengo los videojuegos de mi vecinito. ¿Qué mejor compensación que pasar una tarde con un loco? -rió por su autodesignado nuevo apodo.
Chanyeol sonrió de forma automática y su característico tic en uno de sus ojos no tardó en aparecer. Las cosas iban muy bien, tanto que no cabía en su propia felicidad. Se reprimió una y otra vez para no chillar como una maldita colegiala.
-Eso suena bien -contestó con fingido desinterés en un intento de dignidad.
-¿Te han dicho que no puedes controlar tu rostro? -preguntó burlón el más bajo haciendo sonrojar ligeramente a su acompañante. Ciertamente ya se lo habían dicho un centenar de veces, pero seguía siendo vergonzoso que fuese tan fácil de leer. No obstante, aún tenía la esperanza de que Baekhyun no se diera cuenta de sus sentimientos, aunque... si fuese así, ¿Baekhyun no debería estar alejand-
Detente. Deja de pensar. No era bueno la línea que estaban siguiendo sus pensamientos.
-Y a ti, ¿te han dicho que no puedes controlar tu bocota? -respondió audaz callando al otro de inmediato.
-Touché.
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