Titulo Fanfic: Seven Days
Título Capítulo: Jueves
Autor/a:
linnafishingFandom: EXO
Personajes: Kai/D.O. (Kaisoo)
Capítulo: 4 / 7
Género: Romance, drama
Palabras: 2.6K
n/a: Basado en "
Seven days" de Takarai Rihito (Arte) y Tachibana Venio (Historia).
✐Jueves
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La vista era sublime. La luz del crepúsculo delineaba los sinuosos contornos del rostro de Kyungsoo resaltando desde sus largas y bonitas pestañas hasta sus rojos e hinchados labios. Era magnífico.
Al separarse sus respiraciones iban un poco más rápidas de lo normal, debido a la falta de aire que habían sufrido hace tan sólo unos segundos, y Jongin pudo ver como el otro comenzaba abrir lentamente los ojos.
No obstante, la expresión serena de Kyungsoo casi al instante se deformó a una de total horror y rápidamente se alejó sonrojado.
Aquella reacción tomó por sorpresa a Jongin.
-¿Qué sucede? -preguntó intranquilo.
-N-no, no es nada.
El menor recuerda cómo Kyungsoo evitó verlo a los ojos todo el resto del tiempo.
»»
El estridente sonido de la alarma, hizo que Jongin despertara sobresaltado. Sintió que su corazón se saldría de su pecho en cualquier momento y no sólo por el susto. Las imágenes de lo sucedido el día anterior seguían repitiéndose en su cabeza con una nitidez aterradora.
Kyungsoo cerrando sus ojos inocentemente, con la boca ligeramente abierta y las mejillas sonrosadas.
Aquello había sido una tentación inusitada, y Jongin era un simple mortal. Ni siquiera él podía culparse.
Había soñado con ello toda la noche y se sentía exhausto.
Se levantó de la cama con desgana y se dirigió al baño a lavarse la cara. Necesitaba despejarse.
Aquel beso había sido fantástico, pero la reacción que había tenido el mayor después, lo tenía inquieto. ¿Habría sido sólo una broma? ¿Jongin habría malinterpretado todo? ¿O Kyungsoo también había querido ese beso?
Se mojó el rostro bruscamente, y cuando subió el rostro y se miró al espejo, pudo ver que no sólo se sentía fatal, si no que lucía fatal también.
Mi cara está rara.
Mientras esperaba por Kyungsoo en el lugar de siempre dentro de la estación, aún no sabía cómo reaccionaría cuando se encontraran. Le preocupaba que la actitud del otro cambiara radicalmente después de lo ocurrido, o que todo no haya sido más que un simple juego. Si fuese así, no se creía capaz ni siquiera de seguir siendo su amigo luego de eso.
Estaba nervioso.
Hace tiempo no me sentía así.
-¡Hey! Buenos días.
Jongin pegó un salto en su sitio cuando escuchó la voz del más bajo justo detrás de él. Tan abstraído en sus pensamientos no se dio cuenta de la presencia del chico a unos pasos de él.
-Ahh, b-buenas -respondió, intentando tragarse su nerviosismo sin éxito.
El mayor lo vio con recelo.
-Tu cara está rara.
Al oír aquello, a Jongin se le subieron todos los colores a la cara. No era sólo su imaginación, realmente lucía terrible y Kyungsoo había sido capaz de verlo.
-¿Qué te pasa? Ayer cuando me llamaste estabas muy normal, ¿ahora por qué estás tan callado? -le espetó el mayor con expresión adusta, mas de inmediato su semblante cambió a uno más travieso -¡Oh! Por cierto, no intentes hacer algo como un beso de buenos días o algo por el estilo. Lo de ayer fue sólo un accidente... y eres el único culpable.
Jongin no pudo evitar soltar una risotada. Kyungsoo le había hecho las cosas mucho más fáciles. De alguna extraña manera las cosas siempre eran sencillas y complicadas con él, y Jongin aún no decidía si eso era algo bueno o no.
-¡Hyung! ¡Eso no es cierto! No fue un accidente, ¡hiciste trampa! -le recriminó divertido, siguiéndole el juego al mayor.
-¡Hey! No lo hagas parecer como si fuera mi culpa -amonestó con fingida molestia, en tanto golpeaba al moreno en el pecho.
Jongin no encontró en sí protestar por esa pequeña muestra de violencia física, ya que estaba demasiado contento para ello.
Como ya era costumbre, se encontraban juntos a la hora del descanso. No hacían nada en particular; sólo pasar el rato juntos.
Estaban sentados uno junto al otro en el suelo de una amplia habitación en el último piso del edificio, la cual contaba con enormes ventanales en lugar de paredes. Desde allí se podía ver la pequeña arboleda que rodeaba el recinto y la cancha de fútbol del colegio, donde algunos alumnos de segundo disputaban un partido.
-Mierda… tengo sueño -soltó amodorrado el chico de ojos grandes, bostezando exageradamente.
Jongin volteó a verlo con una pequeña sonrisa.
-¿Por qué no duermes un poco? Aún falta mucho para la próxima clase, hyung -sugirió.
-No puedo -frunció los labios apesadumbrado -. Ya sabes, me dormí durante la película también...
Bien, eso había sido adorable.
-No me importa en absoluto. Además yo también me dormí.
Al instante, el mayor se levantó ligeramente de su posición, y con horror, Jongin advirtió como este de pronto se abalanzaba hacia él. Sintió la mano del chico apoyarse sobre su muslo izquierdo y vio cómo este acomodaba su cabeza justo allí.
-¿No? Entonces usaré tus rodillas como almohadas.
Jongin sintió su rostro arder ante el acto tan íntimo, sobre todo cuando una de las manos de Kyungsoo apretó con insólita confianza una de sus piernas.
Kyungsoo lograba descolocarlo con mucha facilidad.
-¡Whoa! Son muy musculosas -comentó el chico con genuina sorpresa, sin dejar de apretujar su muslo.
Abochornado, el moreno llevó una de sus manos a la cara en un intento fútil por conseguir que el color desaparezca.
-¿Qué esperabas? No soy una chica sabes...
El más bajo silbó con burla.
-Claro, claro, no podía esperar que tuvieras unos muslos suaves y blandos -dijo entre risillas, en tanto buscaba una mejor posición para su cabeza en el regazo de Jongin.
Permanecieron en aquella posición por un buen rato, sencillamente relajándose, hasta que el mayor volvió a abrir los ojos y rompió el silencio somnífero que se había creado entre ellos.
-Jongin -lo llamó -, hay un chico en mi clase con el cual saliste; Byun Baekhyun ¿Te acuerdas de él? -el alto asintió.
Por supuesto que Jongin lo recordaba; él recordaba a todas las personas con las que había salido.
La enorme sonrisa de Kyungsoo no se hizo esperar.
-Él es genial, ¿cierto? Es mi mejor amigo -el más bajo, de pronto comenzó a hablar con el entusiasmo de un crío -¿Todavía tienes comunicación con él?
Jongin tuvo un mal presentimiento. Lo que venía no iba a ser nada bueno.
Negó con la cabeza.
-No mantengo contacto con las personas que he salido.
Kyungsoo abrió los ojos y la boca, como si Jongin acabara de pegarle una bofetada. Su ánimo se agrió. El de ambos. Jongin no quería ser el causante de ese tipo de reacciones.
Tampoco quería hablar de estos temas, menos con Kyungsoo.
-P-pero -titubeó el chico -, ¿ellos deben continuar llamándote, no?
La expresión dolida y casi desesperada de Kyungsoo, hizo que se le estrujara el corazón.
-No lo sé. No contesto a números desconocidos -respondió lacónico.
Jongin no podía continuar viendo al mayor, por lo que desvió sus ojos hacia el suelo. La decepción en su rostro debía ser evidente para ese entonces. Lo sabía sin verlo.
Kyungsoo, se levantó de las rodillas del moreno, quedando en cuclillas frente él, pero sin levantar la vista. Ninguno de los dos se atrevía a mirar a los ojos del otro.
-Tú… -comenzó en apenas un susurro -¿Borras los números de todos cuando terminan? ¿Eso es todo? ¿No más contacto? -Kyungsoo fue subiendo el tono de voz a medida que seguía hablando -¿No te parece un poco frío? -le espetó.
Jongin apretó los labios, y al fin se atrevió a levantar el rostro hacia el mayor.
-Dime, ¿a ti no te molestaría que la persona con la que sales reciba llamadas de sus exs? -cuestionó, tal vez excesivamente severo para su gusto, pero este tema estaba comenzando a irritarle.
Tras sus palabras, Kyungsoo se desinfló notablemente.
-Uhm… bueno… no lo sé -el más bajo se inclinó hacia atrás sentándose, y abrazó sus rodillas al pecho -. Eso quiere decir que la próxima semana también borrarás mi número.
Jongin estaba harto, no quería seguir hablando de eso; no quería volver a escuchar la palabra “semana” nunca más en su vida.
Con sus relaciones anteriores nunca tuvo que pasar por un momento como ese. Ellos no se preocupaban por ese tipo de cosas. Sólo se concentraban en la somera relación que mantenían. Sin embargo, Kyungsoo no era así, era distinto. Siempre se estaba empeñando en rebuscar y escarbar en lo más hondo en su ser. Y Jongin toda la vida se había encargado de sepultar sus sentimientos de forma que fueran invisibles e insignificantes.
El más bajo cerró los ojos por un momento y negó con la cabeza. De repente pareció resolutivo.
-Ahh, es cierto... yo sabía las condiciones desde el comienzo -forzó su mejor sonrisa y agregó -. Además, eso no interesa. Ahora tú estás saliendo conmigo ¿cierto? Eso es lo importante.
El moreno asintió con la cabeza, devolviéndole la sonrisa.
Suponía que no era el único a quien esta conversación le estaba pareciendo demasiado personal y peligrosa.
En ese momento se escuchó una musiquilla proveniente del celular del menor, cortando abruptamente la conversación.
Jongin conocía ese tono, y sabía que debía atender si no quería que lo siguiera molestando por el resto de la tarde.
-Hyung, disculpa, pero tengo que contestar.
El otro sencillamente asintió, mientras Jongin se ponía de pie y se alejaba unos pasos.
-¿Diga? -saludó al momento de llevar el auricular a su oreja.
-¡Tu hermano es un estúpido! ¡Un verdadero idiota! -chilló enfadada Soojung.
Jongin suspiró. De nuevo lo mismo de siempre.
-No lo he llamado, pero él sigue enfadado conmigo. Dime, ¿qué debería hacer, Jonginnie?
El aludido se rascó la cabeza, algo frustrado, sin saber qué decir. Él era el menos indicado para dárselas de consejero en el amor, él mismo era un verdadero desastre en estos momentos.
-Bueno… ¿has intentado pedirle perdón?
-¿Pedirle perdón? ¿estás loco? Ya estás de parte de él de nuevo… -lo acusó resentida.
El moreno resopló, poniendo los ojos en blanco. Soojung era una chica inteligente y sensata la mayoría del tiempo, pero podía ser muy irracional y tozuda cuando se trataba de su hermano. Y algo egoísta cuando se trataba de él, pero eso no venía al caso.
-No se trata de que esté de su parte. ¡Soojung, lo engañaste!
-¡Y él a mí!
Kyungsoo, quien se había encontrado apartado todo el tiempo para darle un poco de privacidad al menor, abrió los ojos desmesuradamente al escuchar aquel nombre.
«Hmm, es sólo alguien que cortó conmigo hace un tiempo, no le des mucha importancia.»
Soojung.
A Kyungsoo se le revolvió el estómago. Cómo se atrevía siquiera a contestar esa llamada estando con él ahora mismo. No debería ni tener su teléfono o mantener contacto con él. Estaba furioso. Hace un rato le estaba dando la charla de que no tenía comunicación con antiguas relaciones, por respeto a su pareja actual, y ahora el muy estúpido estaba hablando con aquella chica, con él allí mismo. Era un maldito mentiroso. Aquello era imperdonable.
¡¿Qué mierda se cree este imbécil?!
-Soojung, escucha, lo siento. Estoy-
Jongin no pudo terminar la frase cuando sintió que el teléfono se le era arrebatado bruscamente de sus manos. Kyungsoo lo había tomado enfurecido, cortado la llamada sin previo aviso, para luego lanzárselo violentamente contra su pecho.
Aturdido, el menor atinó a atrapar su móvil como reflejo antes de que cayera al suelo.
-¿Soojung, no? -lo desafió -Con que borras el número de todas esas personas con las que saliste como si nada, ¿pero sigues teniendo el descaro de mantener el número de la chica que realmente te gusta? ¡No me parece justo! -lo encaró, escupiendo cada palabra con vehemencia, con sus mejillas ligeramente rosadas producto de la ira.
Jongin lo vio perplejo. Abrió la boca un par de veces sin saber bien qué decir.
-¿P-por qué estás tan enfadado?
Kyungsoo no lo podía creer.
-¡¡Porque... -iba a comenzar a reclamar acalorado, pero allí se dio cuenta de que ni él mismo sabía bien el motivo-porque... ¡Porque soy yo con el que estás saliendo ahora! ¿Por qué no debería estar cabreado? ¡Demonios! -chasqueó la lengua mosqueado y avergonzado.
El más alto aún no lograba salir de su asombro.
Para él, el carmesí que adornaba las mejillas del otro en ese momento, lo hacían parecer realmente adorable, a pesar de su enojo. Sin duda, todavía estaba desconcertado por aquella inesperada reacción, pero luego de esa escena no podía evitar sonreír.
Está celoso.
Vagando, ahora solo, por los pasillos del colegio, su móvil volvió a sonar. Era Soojung de nuevo.
Contestó sin saludar.
-Soo, ¿por qué simplemente no lo perdonas? Te engañó sólo una vez y de eso fue hace tiempo, además... ya te vengaste.
Jongin creyó escuchar la pequeña sonrisa que se debe haber formado en los labios de la chica.
-Da lo mismo la cantidad y el tiempo.
-Lo sé, debe ser duro. Sé que lo que sientes por él es algo que jamás llegarías a sentir por mí -continuó sin dejar que Soojung lo interrumpiera-. Lo amas. Creo que siempre lo envidiaré por eso -río nostálgico.
Sonaba triste, pero lamentablemente esa había sido su realidad. Hasta ahora.
-Jonginnie eres un masoquista ¿lo sabías? -le dijo con evidente afecto en la voz - ...lo siento. Te quiero mucho mejor amigo.
-Y yo a ti.
Por primera vez en un tiempo, Jongin asistió al club por iniciativa propia. Se sentía un poco mal por lo ocurrido al medio día y necesitaba despejar su mente. Además, de que aquello se sentiría como si estuviera haciendo algo bien para variar. Kyungsoo se lo había dicho una infinidad de veces, alentándolo a ir y regañándolo por no ser constante, mientras fruncía el ceño lindamente.
Una sonrisa se le escapó de los labios al recordar al mayor. Necesitaba hacer las paces con él, si no se volvería loco.
Al finalizar las prácticas, iba distraído viendo su teléfono, pensando en alguna manera de llamar al chico y hablar con él, cuando lo vio esperando apoyado en la reja del colegio.
-No está mal -fue lo primero que le dijo el más bajo cuando llegó hasta donde él estaba.
Aquello lo hizo soltar un suspiro de alivio, al ver que él otro no parecía seguir enfadado.
-¿Tu crees? -sonrió dichoso y algo engreído.
-Idiota, ¿por qué presumes de ello? No es como si fuera un mérito. Se supone que debes asistir. Así es como funciona.
Comenzaron a caminar juntos hacia la estación, en un completo mutismo, en tanto pasaban por la misma plaza del día anterior. Aún quedaban algunos asuntos que solucionar.
-Oye -llamó su atención Kyungsoo-, siento lo que pasó a la hora de la comida... -comenzó -. Ahora que lo pienso ¿de verdad tenía que enfadarme de esa manera? Digo... ¿Cuál fue el motivo? -cuestionó atónito ante su su reacción, y Jongin no pudo evitar reír.
-¿Y qué voy a saber yo? -respondió entre risas-. Aún así, no creo que debas disculparte.
Kyungsoo lo miró confuso por un segundo, a lo que Jongin aprovechó la oportunidad y se acercó peligrosamente al otro hasta llegar a la altura de su oído.
-Yo... -susurró notando como se erizaban los pelos de la nuca del mayor -soy del tipo de persona que le gusta que lo celen.
«Soojung, ya no voy a responder más a tus llamadas. Sabes que te quiero, pero siempre mi hermano estuvo primero, y bueno, nunca me queje. Los quiero mucho a ambos y creo que merecen estar juntos; darse una oportunidad. Además, ahora tengo una persona más importante para mí que tú... a alguien a quien amo desde el fondo de mi corazón.»
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