Dec 15, 2011 23:57
3 días. Quedan 3 jodidos días.
¿Que para qué? Pues para ese fatídico día que simplemente deseo tachar del calendario: mi cumpleaños.
Sí, aunque resulte extraño, odio mi cumpleaños. Lo llevo odiando desde hace años, concretando, 3 años. Esos 3 años que llevo en Granada.
Son muchas cosas la que se me pasan por la cabeza cuando veo que se acerca el día 18, y la mayoría de ellas consiguen que me entren unas horrendas ganas de llorar. Y algunas lo consiguen.
Una de las peores es la jodida nostalgia. No puedo evitar recordar que he pasado 17 años de mi vida siguiendo la misma pero dulce rutina ese día. Que me muero de ganas por que fuera así, un día así, que moriría por ser levantada por mi abuela con un "feliz cumpleaños, Encarnita, que ya cumples los 18~!", por ver a mis padres que vendrían corriendo del trabajo a darme un abrazo, y saber que mi padre está buscando el momento idóneo para darme algún esperado regalo, y por la tarde quedar con Loli, Majo y Mery y me comprarían cosas que no sabrían si me gustan o no pero que me hacen ilusión igualmente... Como siempre ha sido. Pero no, es un simple domingo como los demás, como otro día cualquiera. Un domingo que preferiría que fuera un simple domingo más antes que lo que se avecina ser, un jodido día en el que me quedaré atrapada en la burbuja de autocompasión y tristeza que ya lleva me conoce desde hace tanto.
La segunda cosa que más detesto está en el Tuenti. Y es que soy tonta por no poner una fecha falsa de cumpleaños ya, porque cada vez me doy más y más cuenta de que esto un día de cumpleaños se transforma de pronto y porrazo en una feria de vanidades que poco tiene que envidiar a la novela de Makepeace. De verdad, hay gente que literalmente no me habla NUNCA y, de repente, PLAF, me dejan un mensaje diciendo "Felicidades!". ¿De verdad pretendes que me trague eso? ¿De verdad crees que me voy a tragar que TÚ, que no me hablas nunca, quieres que YO sea feliz hoy? Lo siento, pero no.
De hecho, este año he decidido una cosa: que prefiero que no me comente nadie. Sí, prefiero que mi cumpleaños no exista. Y allí más que en ningún otro lado. Así que, si estás leyendo esto -lo que dudo bárbaramente, para eso pondré el estado- te agradecería en serio que no me felicitaras. Y si te empeñas en hacerlo... por favor, POR FAVOR, dime ALGO más que Felicidades, yo en tu cumpleaños seguro que te escribí algo bonito y currado, trata al menos de compensarlo con UNA jodida frase, ¿de acuerdo?
Yo no sé cuántos comentarios tendré a lo largo del día, pero, a partir de quién escribe esos comentarios, haré tres grupos de gente: el primero está compuesto por los que sólo y únicamente dicen un seco Felicidades, y no, no me importan una mierda, por mí se pueden guardar el comentario porque a ninguno de los dos nos aporta nada; el segundo, son la gente con la que hablo poco, pero a la cual les tengo cierto cariño, y cuyos comentarios me ilusionan un tanto más; el tercero, por último, corresponde a los cuatro gatos que necesito ese día como el oxígeno, los cuales tienen nombre y apellidos y saben quiénes son perfectamente, y que sé que me felicitarán, porque son unos jodidos tercos que no saben aceptar un "no quiero felicitaciones".
Y luego viene el número, ese maldito número 20. No es que me sienta "vieja", es que me siento inútil. Como si sintiera que he vivido unos supuestos 20 años llenos de nada. "¿Quién soy, qué soy, para qué valgo?" me pregunto frente al espejo, y siempre me contesta mi reflejo con lo único con lo que puede responder: un silencio que lo dice todo. Yo nunca quise crecer, nunca aspiré a tener 18, y los tuve, los pasé, y cada año que pasa me alejo más de esa época en la que podía y debía actuar como una despreocupada cría, cuando aún tenía "toda la vida" para hacer cosas, y no ahora, que debo actuar "como una adulta" y tengo que ir a contrarreloj, como el conejo de Alicia, para no quedarme atrás, para no hundirme en este desesperante fango que es la presión social por ser "alguien" y no "otro más".
El cuarto y último punto, es el que dejo para el final porque es el que menos os interesa, pero para mí es el segundo en importancia. Y es el hecho de que estos últimos días tengo la autoestima de una mierda pinchada en un palo. En otras palabras, me tengo un odio a mí misma que si me desdoblara disfrutaría pegándole a la otra yo un tiro en la cabeza. Tengo ganas de abrazos y de llorar pero no tengo ganas de sonreír. Estoy tan, tan mal que me he tenido que comprar algún capricho para ver si así consigo sonreír, porque la sonrisa de mentira me la pongo a menudo, pero la de verdad está pillando polvo desde hace ya. Así que, aunque intentárais hacer una super-ultra-mega-hiper-fiesta, dudo que me hiciérais feliz, porque no estoy de humor, porque soy así, lo siento. Sólo quiero que pase ese día, así, de pronto, sin que nadie se entere y seguir mi vida como sea.
Sinceramente, odio ser así, odio escribir estas cosas, odio admitir que estoy mal, como si moviera una amplia bandera que rezara "SOS, SÁLVAME" pero es que yo necesito soltar la ponzoña que tengo dentro, y sólo sé sacarla escribiendo tochos como este.
Así que, perdonad a quien haya tenido los huevos/ovarios de llegar hasta aquí. Y felicidades, campeones. Os merecéis unaa galletita... que sólo podréis canjear si NO me felicitáis :3
[Escribí esto en el Tuenti, así que poco o nada tiene que ver con este sitio, pero, para una vez que escribo algo... ]
bobadas varias,
en mis días emos escribo cosas así,
a ratos hasta yo me quejo,
acerca de mi no-vida,
rant