Soledades LXXVII
È una sera cinerina e malinconica,
disordinata, come la mia anima;
ed è questa vecchia angustia
che abita la mia consueta ipocondria.
La causa di questa angustia non capisco
nè almeno vagamente comprendo;
però ricordo e, ricordando, dico:
-Sì, io ero bambino, e tu, la mia compagna-.
*
E non è vero, dolore, io ti conosco,
tu sei nostalgia della vita buona
e malinconia di cuore in ombra,
di nave senza naufragio e senza stella.
Come cane abbandonato che non ha
orma né olfatto e vaga
per le strade, senza strada, come
il bimbo che nella notte di una festa
si perde nella calca
e l’aria polverosa e le candele
sfavillanti, attonito, e oscura
di musica e di pena il suo cuore,
così vado io, ubriaco malinconico,
chitarrista lunatico, poeta,
e povero uomo sognante,
sempre cercando Dio dentro la nebbia.
Antonio Machado
Es una tarde cenicienta y mustia,
destartalada, como el alma mía;
y es esta vieja angustia
que habita mi usual hipocondría.
La causa de esta angustia no consigo
ni vagamente comprender siquiera;
pero requerdo y, recordando, digo:
-Sí, yo era niño, y tú, mi compañera-.
*
Y no es verdad, dolor, yo te conozco,
tú eres nostalgia de la vida buena
y soledad de corazón sombrío,
de barco sin naufragio y sin estrella.
Como perro olvidado que no tiene
huella ni olfato y yerra
por los caminos, sin camino, como
el niño que en la noche de una fiesta
se pierde entre el gentío
y el aire polvoriento y las candelas
chispeantes, atónito, y asombra
su corazón de música e de pena,
así voy yo, borracho melancólico,
guitarrista lunático, poeta,
y pobre hombre en sueños,
siempre buscando a Dios entre la niebla.