Título: Huir Autor: 1dream_on Fandom: Torchwood Personaje: Jack Harkness (menciones de Ianto Jones) Resumen: Al final, los 456 fueron el demonio pequeño, el más sencillo de derrotar. Al final, el demonio más grande terminó siendo muy humano y muy parecido a lo que veía al mirarse al espejo. Advertencias: Estoy empezando a escribir sobre esta serie, así que muy probablemente habrá OoC en los personajes.
Prompt #1.En ocasiones luchamos contra demonios y al vencerlos, resultan menos espantosos y rudos que en un comienzo. Otras veces, lo que menos parece intimidarnos se pronuncia y empuja un pánico en lo profundo de nosotros que se trasmuta en el más vivo, inestable, vehemente y trágico de todos los demonios. Éste desencadena la matanza más difícil de nuestra vida y sin unirnos a él, nos conduce sin sosiego a nuestra derrota.
Algo así cantaban y gritaban las personas. Ganaron, la tierra fue salvada. Los 456 ya no supondrían una amenaza para la raza humana y, más importante aún, los niños ya no corrían peligro. Ganaron, vencieron a los demonios que intentaron robarse al diez porciento de los niños del mundo. Habían ganado.
Pero había algo que nadie quería preguntarse, algo en lo que nadie quería pensar.
¿A qué precio?
El Capitán Jack Harkness estaría celebrando junto al resto de la raza humana si no fuese porque no podía dejar de pensar en el precio. Ianto Jones. Muerto a los veintinueve años por un virus alienígena. Steven Carter. Muerto a los diez años luego de ser utilizado para destruir a los 456. Todas las personas que estaban en la Casa Thames. John Frobisher. Sus hijas. Su esposa. Clem MacDonald.
Algo le decía que, esta vez, por más que pasara el tiempo, no podría quitar las manchas de sangre que tintaban sus manos.
Así que los humanos celebran y Jack huye. Porque no puede quedarse en ese lugar que le recuerda a muerte, a errores, a sacrificios. Le recuerda a Alice y sus gritos de súplica, le recuerda a Ianto y su falsa tranquilidad al enterarse del virus, le recuerda a las personas intentando escapar de la Casa Thames.
Daño colateral, es como le llamaron.
Siéntete un poco mal por ellos por unos segundos y luego sonríe, ¡los niños de la Tierra se han salvado!
¿Cómo?
Hay veces en las que Jack se pregunta quiénes eran los monstruos, los alienígenas o los humanos que no dudaron en aceptar el trato. O él. Jack Harkness siempre termina siendo parte de las opciones. ¿Y por qué no? Entregó once niños en el pasado con la excusa de que nadie los extrañaría y sacrificó a su nieto para detener a los 456.
Una vez las celebraciones comienzan Jack huye, huye de la confusión en el rostro de Steven, de la aceptación a la muerte en los ojos de Ianto, de el infinito dolor en la mirada de Alice.
Huye de Gwen, también, y su incapacidad de notar que él no es un héroe sino un monstruo.
Al final, los 456 fueron el demonio pequeño, el más sencillo de derrotar. Al final, el demonio más grande terminó siendo muy humano y muy parecido a lo que veía al mirarse al espejo.
Si él era un héroe, entonces el Primer Ministro pudo haber entregado a los niños y luego pedir alabanzas diciendo que había salvado al mundo. Pero ninguno de los dos es un héroe, así que huye.
Huye del cadáver de su nieto, porque, ¿qué ejecutor va al entierro de su víctima y muestra dolor? No tiene derecho, no tiene derecho a mirar a su hija a la cara, no tiene derecho a decirle adiós a Steven porque él fue su asesino, no tiene derecho a hacer otra cosa que querer arrancarse la piel de las manos para dejar de ver la sangre.
Huye del cadáver de Ianto, también, porque no puede mirarlo y pensar que no debió dejarle entrar a Torchwood Tres, que debió haberlo mantenido lejos de las misiones de campo, que debió haber predicho que no era buena idea traerlo consigo a la Casa Thames, que debió haberle protegido como uno protege a lo que ama.
Eran demasiado jóvenes.
Los humanos sonríen, Gwen, Rhiannon y Alice lloran y Jack Harkness huye.
Porque no salvó a nadie. Porque no es un héroe. Porque no puede llorar a alguien si es su culpa que esté muerto.
No huye para olvidar. Los recuerdos no están en la Tierra sino en su cabeza, huye porque, al fin y al cabo, eso es algo que Jack Harkness puede hacer.