Días de arena y sol
En una semana en la playa pueden suceder muchas cosas...
Día uno: Me voy a tomar sol. Estaba yo tranquila leyendo/psicoanalizando/desmenuzando la novela que me ha regalado un amigo cuando llegan los locos del Greenpeace creyendo que era una beluga varada y me han echao al mar... ¡tres veces! Sé que estoy muy blanca, pero, joer, no es para tanto... No me han dejao en paz hasta que les dije "Tíos ¿ese que está ahí no es el capitán del Prestige?" Logré quitármelos de encima, pero no vuelvo a hacer topless...
Día dos: Los de Greenpeace me han dejado tranquila, pero me pasé de sol y me he quemado la parte de atrás de las piernas. Ayyyy... qué mala noche he pasao, con compresas frías y aspirinas para el dolor.
Día tres: Descanso del sol mientras mis piernas se recuperan.
Día cuatro: Emparejo el color y me fumo un porrete. Me he metido al agua, pero siempre vigilando las cosas que dejo en la arena. Por distraída no veo la ola que llega y me tira a la rompiente. Toda la cabeza llena de arena, aún no termino de sacármela.
Día cinco: Los ligones de playa están insoportables, y el olor de los porros parecen atraerlos. Dejo de fumar en la playa pero creo que ya es muy tarde, me tienen fichada como mujer sola. Ni modo.
Día seis: Día de familia, está petada la playa. Me voy a la piscina del camping, pero no es lo mismo.
Día siete (parece título de semanario): Paso de la playa y vengo a reportarme al CannabisCafé. Tres cuartos de hora componiendo un post y cuando le doy para publicar, dice que tengo demasiadas imágenes. Pura pérdida, no copié el texto antes de darle enter, mecagonlaleche. No volverá a pasarme pero me desanimo y dejo el cuento para otro día.
Día ocho: Acepto una invitación a comer con un tío que he conocido por internet y estuve a punto de darle cuatro sopapos para que se tranquilizara, el tipo no me gustó y punto. Además, me siento culpable, como si le hubiese puesto el cuerno al noviete...
Día ocho por la tarde: vengo otra vez al cyber y logueo al foro. A ver qué hay de interesante por aquí...
Petons, salut y força al canut
la Leo, catalan style
Día uno: Me voy a tomar sol. Estaba yo tranquila leyendo/psicoanalizando/desmenuzando la novela que me ha regalado un amigo cuando llegan los locos del Greenpeace creyendo que era una beluga varada y me han echao al mar... ¡tres veces! Sé que estoy muy blanca, pero, joer, no es para tanto... No me han dejao en paz hasta que les dije "Tíos ¿ese que está ahí no es el capitán del Prestige?" Logré quitármelos de encima, pero no vuelvo a hacer topless...
Día dos: Los de Greenpeace me han dejado tranquila, pero me pasé de sol y me he quemado la parte de atrás de las piernas. Ayyyy... qué mala noche he pasao, con compresas frías y aspirinas para el dolor.
Día tres: Descanso del sol mientras mis piernas se recuperan.
Día cuatro: Emparejo el color y me fumo un porrete. Me he metido al agua, pero siempre vigilando las cosas que dejo en la arena. Por distraída no veo la ola que llega y me tira a la rompiente. Toda la cabeza llena de arena, aún no termino de sacármela.
Día cinco: Los ligones de playa están insoportables, y el olor de los porros parecen atraerlos. Dejo de fumar en la playa pero creo que ya es muy tarde, me tienen fichada como mujer sola. Ni modo.
Día seis: Día de familia, está petada la playa. Me voy a la piscina del camping, pero no es lo mismo.
Día siete (parece título de semanario): Paso de la playa y vengo a reportarme al CannabisCafé. Tres cuartos de hora componiendo un post y cuando le doy para publicar, dice que tengo demasiadas imágenes. Pura pérdida, no copié el texto antes de darle enter, mecagonlaleche. No volverá a pasarme pero me desanimo y dejo el cuento para otro día.
Día ocho: Acepto una invitación a comer con un tío que he conocido por internet y estuve a punto de darle cuatro sopapos para que se tranquilizara, el tipo no me gustó y punto. Además, me siento culpable, como si le hubiese puesto el cuerno al noviete...
Día ocho por la tarde: vengo otra vez al cyber y logueo al foro. A ver qué hay de interesante por aquí...
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