El quidditch

May 05, 2006 11:22


A que os habéis preguntado alguna vez cómo se ponen de moda las cosas más absurdas. Por qué de repente todo el mundo en el colegio juega con el yoyó un curso y al siguiente se pone de moda las katiuskas amarillas aunque no llueva.

Pues ayer asistí al nacimiento de un juego nuevo.

¡El quidditch!

No, no, en serio, os cuento.

De lante de mi casa hay una pequeña placita por la que no pasan apenas coches y si lo hacen son solo los tres de los vecinos, así que los números aprovechan el espacio para jugar al fútbol, o a tirar la pelota al tejado para llorar cuando no baja, o al beisbatal (modalidad de juego de pelota inventada por número Dos cuyas normas cambian en cada jugada con la única condición de que se haga siempre a su favor).

Ayer estábamos jugando a ... a ... a darle patadas a dos balones de esos blanditos que botan muchísimo. El juego consistía en que Dos tiraba el balón y yo corría tras él. ¿Fácil, no?
Uno de los balones acabó como siempre sucede en estos casos bajo un coche aparcado, así que como siempre en estos casos fui a buscar una escoba para sacarlo y empecé como quien no quiere la cosa a barrer el balón y tirárselo a los números.

La cosa les encantó inmediatamente y fuimos a por otras dos escobas. Como soy la que más manda (no la madre piruja), elegí la escoba más grande, de esas de palo y fibra (como la de las brujas, vamos) y empezamos a barrer los balones.

La cosa fue evolucionando y pronto acabé bateando los balones con la escoba. Es fácil, pones bajo el sobaco el palo de la escoba para sujetarla bien y agarras con dos manos el palo y si giras todo el cuerpo a la vez le puedes dar fortísimo.

Así que cada vecino o niño de los vecinos que pasaba por ahí, hacía comentario de tipo: "Vaya, un juego nuevo, ¿eh?" "¿cómo se llama?" "¿puedo jugar?"

Así uno tras otro hasta que un montón de niños de diversos tamaños y edades acabaron con una escoba jugando a tirarse el balón. Unos por el suelo rodando, otros como si jugaran al Polo pero sn caballo y otros emulando a tenistas y bateadores en los golpes voladores de las pelotas.

Como el único requisito del juego resultó ser la escoba, Número dos dijo que se llamaba: "quidditch"

Así que ya sabéis, si empezás a ver niños con escobas y pelotas por la calle y madres en los supermercados adquiriendo cantidades desproporcionadas de escobas para suplantar las perdidas o rotas, recordad que todo empezó en la pequeña placita delante de una pequeña casita habitada por unos pequeños individuos con tendencia a sacarle partido a todo lo que encuentran.

lembe
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