Michael Fassbender ha venido a comprobar mi teoria de que más que sentirme atraida por el físico de los actores, son sus huesos - sus craneos, para ser exactos- por los que deliro.
Estos tres son el mejor ejemplo de como una frente amplia, unos pómulos marcados, una quijada cuadrada y fuerte, y un rostro largo y anguloso me puede poner en estado nnnngghhnnn.
I wanna skull-fuck them all. Badly.