SGA Fic Tag Vegas
Title : Solitary Man.
Fandom : Stargate Atlantis
Pairing : John Sheppard/Rodney McKay
Rating : PG-13 / S5/5x19
Disclaimer : The usual.
Mientras observaba el cielo del desierto llenarse de tonalidades rojizas, con el olor a pólvora y gasolina a su alrededor, John Sheppard pensaba.
No menos de un par de horas atrás, iba en camino a una nueva vida, un nuevo comienzo, en otra ciudad y con dinero suficiente para borrar su pasado y empezar de nuevo. El hombre solitario desapareciendo en el horizonte, perdiéndose en el atardecer. Ahora, estaba en el medio del desierto de Nevada, con una bala en el pecho, esperando. Considerando que, tal vez, la muerte es otra forma de empezar de nuevo.
…conocí a un John Sheppard… un héroe… cómo un suceso puede cambiar el destino de un hombre… puedo decirte tu destino, John Sheppard… sé que ambos tienen la misma fuerza de carácter… Era el remolino en su cabeza lo que le hacía implorar la inconsciencia, más que la dificultad para respirar o el adormecimiento que iba bajando por su cuerpo. “Hey,” - se dijo - “al menos moriste como un héroe…” - su media sonrisa característica y después nada.
- Ow - mejores primeras palabras en el infierno no hay, se dijo a sí mismo cuando intentó abrir los ojos y la fuerte luz blanca lo convenció de que no necesitaba hacerlo. Ow - de nuevo cuando trató de levantarse y una punzada de dolor en su pecho lo tiró de nuevo en la cama.
- Como todos los John Sheppard que conozco, tampoco eres hombre de muchas palabras, ¿no es así? ¿Agua? - Tal vez no el infierno, pero algo parecido, si alguien como el Dr. McKay también había terminado ahí. Dejó que McKay le pusiera el popote en los labios y bebió un poco, sin atreverse a abrir los ojos. Tal vez si no veía lo que pasaba, no tendría por qué enterarse. - Jennifer dice que necesitas unos cuantos días de reposo absoluto y que después puedes volver a la carretera y buscar otro empleo. O tal vez aceptar uno aquí, si no te importa trabajar 36 horas seguidas y beber el café más malo de este lado del continente. - Sheppard decidió abrir los ojos. El Dr. McKay sostenía el vaso con una mano mientras gesticulaba con la otra, acompañando sus palabras con chasquidos de dedos, grandes elipses y reforzando ideas con el índice cada dos o 5 palabras, dicho todo en no más de 3 respiraciones.
- ¿ Qué de…? - trató de preguntar pero fue interrumpido por un par de enfermeras que se pusieron a mover tubos y a estrujar cada parte de su cuerpo que dolía. La chica que conoció en la morgue apareció con una tabla en la mano, haciendo anotaciones y sonriéndole. McKay deó el vaso en la mesilla junto a la cama y salió, mirando a la doctora con un aire de tristeza en sus ojos azules.
- Bienvenido al mundo de los vivos, Detective - más estrujones y piquetes. - Estuvo en coma por 10 días, sobrevivió a una cirugía de 8 horas; un pulmón perforado, la clavícula rota y algunas lesiones viejas que decidieron hacer su aparición en el momento menos oportuno. - La doctora entregó la tabla a la enfermera y se volvió a mirarlo. - Unos centímetros más y la bala le habría reventado el corazón. Es un bastardo con suerte, Detective. - Ella siguió hablando pero Sheppard decidió seguir durmiendo, ahora que ya sabía lo que había pasado. Pero antes tenía que saber.
- ¿Funcionó? - levantó el brazo que estaba libre de tubos y demás parafernalia médica. - Lo que sea que haya sido eso, ¿funcionó? ¿Detuvieron al alien fanático de Marylin Manson? - la doctora dejó escapar una suave risita.
- Yeap. Parece que usted salvó el día y detuvo a tiempo el envío de un mensaje que pudo haber provocado una invasión Wraith a este planeta. Y solo le costó un mes o poco menos en cama, además de una propuesta… - Sheppard dejó que la voz de la doctora se perdiera en la oscuridad que lo estaba envolviendo.
- Así que, ¿aceptas la propuesta de trabajo? - Sheppard se detuvo en la puerta que daba acceso al estacionamiento del hospital. Mes y medio después de esa tarde en que había aceptado ser el Hombre Solitario del que hablaba el buen Johnny Cash, estaba a un paso de la libertad y de la decisión un tanto postergada sobre qué hacer con su vida. - El sueldo es alto, el trabajo es interesante, se puede discutir un poco por las horas y el horrendo café pero, quién sabe, tal vez puedas volar de nuevo. Un F305 o un Puddlejumper es infinitamente mejor que esos helicópteros que volabas para la USAF. - McKay caminaba a su lado sin dejar de hablar, hasta que se detuvieron frente a su viejo auto, lavado y pulido y hermoso bajo el sol del desierto de Nevada.
- ¿Puddlejumper? - No tenía idea de qué era eso, pero sonaba bastante cool.
- Tal vez gateship sea el nombre más apropiado; es un vehículo que puede viajar por el wormhole, volar dentro y fuera de la atmósfera y cubrir medianas distancias en el espacio. - McKay hablaba con entusiasmo y algo de éste parecía estar atrapándolo, atrayéndolo a algo que tal vez no fuera tan malo. Después de todo, ¿qué podría perder?.
- Háblame más sobre ese proyecto Star Trek - ¡ Stargate, Sheppard ! - Sí, como sea... - Seguro que el buen Johnny tenía alguna otra canción que pudiera usar como talismán.
Fandom : Stargate Atlantis
Pairing : John Sheppard/Rodney McKay
Rating : PG-13 / S5/5x19
Disclaimer : The usual.
Mientras observaba el cielo del desierto llenarse de tonalidades rojizas, con el olor a pólvora y gasolina a su alrededor, John Sheppard pensaba.
No menos de un par de horas atrás, iba en camino a una nueva vida, un nuevo comienzo, en otra ciudad y con dinero suficiente para borrar su pasado y empezar de nuevo. El hombre solitario desapareciendo en el horizonte, perdiéndose en el atardecer. Ahora, estaba en el medio del desierto de Nevada, con una bala en el pecho, esperando. Considerando que, tal vez, la muerte es otra forma de empezar de nuevo.
…conocí a un John Sheppard… un héroe… cómo un suceso puede cambiar el destino de un hombre… puedo decirte tu destino, John Sheppard… sé que ambos tienen la misma fuerza de carácter… Era el remolino en su cabeza lo que le hacía implorar la inconsciencia, más que la dificultad para respirar o el adormecimiento que iba bajando por su cuerpo. “Hey,” - se dijo - “al menos moriste como un héroe…” - su media sonrisa característica y después nada.
- Ow - mejores primeras palabras en el infierno no hay, se dijo a sí mismo cuando intentó abrir los ojos y la fuerte luz blanca lo convenció de que no necesitaba hacerlo. Ow - de nuevo cuando trató de levantarse y una punzada de dolor en su pecho lo tiró de nuevo en la cama.
- Como todos los John Sheppard que conozco, tampoco eres hombre de muchas palabras, ¿no es así? ¿Agua? - Tal vez no el infierno, pero algo parecido, si alguien como el Dr. McKay también había terminado ahí. Dejó que McKay le pusiera el popote en los labios y bebió un poco, sin atreverse a abrir los ojos. Tal vez si no veía lo que pasaba, no tendría por qué enterarse. - Jennifer dice que necesitas unos cuantos días de reposo absoluto y que después puedes volver a la carretera y buscar otro empleo. O tal vez aceptar uno aquí, si no te importa trabajar 36 horas seguidas y beber el café más malo de este lado del continente. - Sheppard decidió abrir los ojos. El Dr. McKay sostenía el vaso con una mano mientras gesticulaba con la otra, acompañando sus palabras con chasquidos de dedos, grandes elipses y reforzando ideas con el índice cada dos o 5 palabras, dicho todo en no más de 3 respiraciones.
- ¿ Qué de…? - trató de preguntar pero fue interrumpido por un par de enfermeras que se pusieron a mover tubos y a estrujar cada parte de su cuerpo que dolía. La chica que conoció en la morgue apareció con una tabla en la mano, haciendo anotaciones y sonriéndole. McKay deó el vaso en la mesilla junto a la cama y salió, mirando a la doctora con un aire de tristeza en sus ojos azules.
- Bienvenido al mundo de los vivos, Detective - más estrujones y piquetes. - Estuvo en coma por 10 días, sobrevivió a una cirugía de 8 horas; un pulmón perforado, la clavícula rota y algunas lesiones viejas que decidieron hacer su aparición en el momento menos oportuno. - La doctora entregó la tabla a la enfermera y se volvió a mirarlo. - Unos centímetros más y la bala le habría reventado el corazón. Es un bastardo con suerte, Detective. - Ella siguió hablando pero Sheppard decidió seguir durmiendo, ahora que ya sabía lo que había pasado. Pero antes tenía que saber.
- ¿Funcionó? - levantó el brazo que estaba libre de tubos y demás parafernalia médica. - Lo que sea que haya sido eso, ¿funcionó? ¿Detuvieron al alien fanático de Marylin Manson? - la doctora dejó escapar una suave risita.
- Yeap. Parece que usted salvó el día y detuvo a tiempo el envío de un mensaje que pudo haber provocado una invasión Wraith a este planeta. Y solo le costó un mes o poco menos en cama, además de una propuesta… - Sheppard dejó que la voz de la doctora se perdiera en la oscuridad que lo estaba envolviendo.
- Así que, ¿aceptas la propuesta de trabajo? - Sheppard se detuvo en la puerta que daba acceso al estacionamiento del hospital. Mes y medio después de esa tarde en que había aceptado ser el Hombre Solitario del que hablaba el buen Johnny Cash, estaba a un paso de la libertad y de la decisión un tanto postergada sobre qué hacer con su vida. - El sueldo es alto, el trabajo es interesante, se puede discutir un poco por las horas y el horrendo café pero, quién sabe, tal vez puedas volar de nuevo. Un F305 o un Puddlejumper es infinitamente mejor que esos helicópteros que volabas para la USAF. - McKay caminaba a su lado sin dejar de hablar, hasta que se detuvieron frente a su viejo auto, lavado y pulido y hermoso bajo el sol del desierto de Nevada.
- ¿Puddlejumper? - No tenía idea de qué era eso, pero sonaba bastante cool.
- Tal vez gateship sea el nombre más apropiado; es un vehículo que puede viajar por el wormhole, volar dentro y fuera de la atmósfera y cubrir medianas distancias en el espacio. - McKay hablaba con entusiasmo y algo de éste parecía estar atrapándolo, atrayéndolo a algo que tal vez no fuera tan malo. Después de todo, ¿qué podría perder?.
- Háblame más sobre ese proyecto Star Trek - ¡ Stargate, Sheppard ! - Sí, como sea... - Seguro que el buen Johnny tenía alguna otra canción que pudiera usar como talismán.