Título: ความรู้สึก
Pareja: Noh/Phun
Rating: PG-16
Número de palabras: 523
Resumen: Phun era como un tesoro, especial, secreto. Un no rotundo para su yo del pasado, un improbable para su yo del futuro.
Nota de autora: para mi compañera de batalla y dramas
kim_yuna. Escrito con
김성규 - 눈물만 (Acoustic Ver.) de fondo para más masoquismo.
Se habían pasado uno, dos, tres pueblos con los botellines de cerveza, que hacían una colección curiosa encima de la mesa. Cristal verde, marrón, un arcoiris bicolor que hacía reír a Noh por ninguna razón en particular.
Su risa se dejaba sonar por esa habitación de hotel de cortinas blancas y mullida cama, brisa suave que removía el flequillo demasiado largo de Phun y luz que iluminaba sus rasgos de niño bueno.
Noh, con la cabeza algo pesada, densa, notaba los ojos de Phun sobre él, siempre tan cálidos y llenos de ese sentimiento sobre el que tantas veces había debatido consigo mismo en su habitación, maltratando sus muebles ante la frustración que producía. Pero esa noche, lejos de todos y de todo, con el alcohol haciendo de las suyas en su cuerpo y en su mente, no había sitio para debates sino para acciones.
Para disfrutar de la calidez del cuerpo de Phun, del tacto de su piel bajo las yemas de sus dedos, bajo sus labios humedecidos tras un beso compartido. Para sentirle envolverlo por completo, por fuera y por dentro. Para sentir cosquillas ante sus caricias, el pelo de su flequillo al unir sus labios; para sentir el latido acelerado de su corazón bajo la palma de su mano sudada. Para sentir su aliento húmedo al susurrarle palabras que Noh guardaba con todo el cuidado del mundo en su interior, como si se tratara del tesoro más valioso del mundo. Y lo eran. Sus palabras, él. Phun era como un tesoro, especial, secreto. Un no rotundo para su yo del pasado, un improbable para su yo del futuro.
El yo del presente se aferraba a su cuerpo, a los momentos compartidos, a las miradas robadas durante segundos demasiado cortos. Se aferraba con uñas y dientes a ese algo que no quería que terminase, a ese algo que estaba arraigado dentro de él, cubriéndolo de frases estúpidas, comentarios y bromas. Ocultándolo de sus compañeros de clase, del mundo, casi de sí mismo por momentos. Poniendo un velo encima de ese algo que le hacía sentir más vivo que cualquier otra cosa. Que despertaba todos su sentidos y erizaba su piel. Que hacía estirar su mano y coger la de Phun cuando nadie le podía ver hacerlo. Que le robaba horas de sueño y le hacía querer gritar fuerte muy fuerte al cielo el nombre de Phun. Gritar para que supieran todos la verdad escondida detrás de una gran mentira que tan absurda había sido al principio de toda esa historia.
Con sus brazos rodeándole y sus frentes rozándose una contra la otra, ojos cerrados y dedos entrelazados, Noh no podía hacer otra cosa más que atesorar ese momento -los gestos de Phun, su rostro relajado de pestañas negras y labios gruesos, la sensación agradable de sus manos juntas- y desear que durase una hora, un día, una semana más.
Porque desear podía ser de necios, pero él lo hacía con todas sus fuerzas, hundiéndose más en la sensación de tener a Phun al lado de él y murmurando un te quiero que sólo llega a escuchar el silencio de la habitación.
FIN